viernes, 22 de enero de 2021

Ruta por el río Guadaira (Cádiz-Sevilla) 16/Nov/20-17/Enero/21 (14 etapas)

 



Todo empezó en un frío día del mes de noviembre del año 2020, cuando por la situación tan extraña que teníamos, seguíamos de confinamiento perimetral, es decir que no se podía salir del municipio de Sevilla, debido a la pandemia del Covid-19.


Poco, o casi nada conocía de las zonas verdes tan cercanas a Sevilla, siempre íbamos de rutas por otras zonas de Andalucía y de España, con lo que era la ocasión perfecta de moverme por nuestra localidad.
Puse el google maps en marcha y me dirigí hacia la orilla del río Guadaira, concretamente a los jardines del Guadaira y del Molino...


Empecé a caminar entre la niebla, disfrutando del silencio y de la propia naturaleza del entorno...


Pudiendo observar varias setas que emergían del húmedo suelo... 


Y como algunos pajarillos se posaban a descansar, mientras ellos me observaban, cuando yo pasaba... 


Y entonces llegué a la orilla del río Guadaira, entre una suave niebla, y los bosquetes de árboles en la otra orilla, fue la tentación de empezar esta idea, este proyecto, esta ilusión: recorrer el río Guadaira desde su nacimiento hasta su desembocadura.


Trayecto del río Guadaira

Con una extensión de la cuenca de 1.322 kilómetros cuadrados y una longitud de 113,7 km, nace en la sierra de Pozo Amargo, en Puerto Serrano y desemboca en el río Guadalquivir, en el término municipal de Puebla del río. Atraviesa las localidades de Puerto Serrano, en Cádiz y entrando en la provincia de Sevilla recorre los términos municipales de Moron de la frontera, Paradas, Arahal, Carmona, Alcalá de Guadaira, Sevilla, Dos Hermanas, Coria del río y Puebla del río. Sus afluentes principales son el Guadairilla, Alameda, Salado y Saladillo.



Son varios los alicientes que tiene recorrer sus aguas. Por una parte, sobre todo, llegando a la zona de la desembocadura, las aves son su mayor atractivo. Decenas de ellas revolotean, y en forma de bandadas se unen al río Guadalquivir. Y sin darme cuenta, aquí empecé a aficionarme a la ornitología.


Y por otra parte, los molinos repartidos por muchas de sus orillas, sobre todo cuando el río pasa por la localidad de Alcalá de Guadaira. Muchos de ellos con varios siglos de antigüedad, que datan desde la época islámica.



Además, son varias las sorpresas que nos iremos encontrando por el camino: días soleados, de lluvia, de niebla...y sobre todo aventurarse en algo que desconocemos...


 
Empezamos las rutas

 
Todas las rutas que aquí describiré, son rutas fáciles, en un principio, que cualquiera la podría realizar, pero una vez realizadas, comprobaremos que no son tan fáciles, ya que en muchas ocasiones tendremos que avanzar por terrenos muy irregulares: de barro, sembrados, zarzas, matorrales... Muchas de ellas se transita por senderillos, por carriles, por pistas, por la misma orilla encharcada. Incluso hay veces que de forma inevitable, tenemos que pisar el agua. Nuestra intención, siempre, es ir lo más pegado posible a las mismas orillas del río.

Mi compañero Pepe, del club y yo, seremos los que estemos volcados en este proyecto, aunque alguna vez, puede que nos acompañe otro colega.

Brindando, una vez que conseguimos nuestro objetivo


Las rutas, las hemos dividido en etapas. Serán escapadas que haremos desde el mismo Sevilla, en ida y vuelta, echando para cada una de ellas, una media desde cuatro a siete horas, disfrutando en plan tranquilo del paisaje, de su fauna y de su flora. Las distancias a recorrer estarán comprendidas aproximadamente entre los 7 y los 20 km, prácticamente todas serán circulares. En algunos casos, acercaremos el coche a alguna zona intermedia del río, y a partir de ahí, nos iremos moviendo en una dirección u otra, dependiendo del momento y la situación.
Empezaremos por la desembocadura del Guadaira en el Guadalquivir, y las siguientes rutas irán avanzado hasta llegar al nacimiento.

Por delante tendremos un reto de 14 etapas, 216 kilómetros de ruta, 127 kilómetros de río propiamente, un total de 596 metros de desnivel y un total de caminata de 61 horas.
¡Ah, se me olvidaba, y toneladas de barro en nuestras botas!.

A continuación y en forma de resumen, pondré el mapa de cada una de las etapas: 

Etapa 1: Desembocadura-Canal de Acebes (7 km I/V) a pie
Canal Acebes-carril  junto al río hasta cruce carretera de Coria (8,5 km) coche
Zona del río por el P.I la Isla no lo hicimos (4 km)



Etapa 2: Junto a Laguna Fuente del Rey-Molino San Juan de los Teatinos (13 km) I/V 



Etapa 3: Molino San Juan de los Teatinos (Parque Guadaira)-Molino de Cerraja 
 (14 km circular)




Etapa 4: Molino de Realaje y puente del Dragón-Molino de Cerraja  (12 km) circular 



Etapa 5: Molino de la Aceña-Molino Realaje (12 km) circular con castillo de Alcalá



Etapa 6: Molino de la Aceña-Molino Hundido (9 km) circular por arroyo Marchenilla y castillo



Etapa 7: Molino Hundido-Arroyo Salado (14 km I/V)


Etapa 8: Arroyo  Salado-Casa en ruinas, salida a Mairena del Alcor  (12,5 km circular)


Etapa 9: Casa en ruinas, salida a Mairena del Alcor-Torre la Membrilla  (18,5 km circular)


Etapa 10: Carretera A-394 junto a finca el Macaco-Torre la Membrilla  (17,6 km circular)


Etapa 11: Carretera A-394 junto a finca el Macaco-Base de Morón, en arroyo los Barros 
(16,1 km circular)


Etapa 12: Base de Morón, en SE-5204 hacia Arahal-Azud junto hacienda de Morillo 
(19,5 km circular)


Etapa 13: Azud junto hacienda de Morillo-Venta de Espartero 
(19,3 km circular)


Etapa 14: Nacimiento en Sierra de Pozo Amargo-Venta el Espartero (8 km)


Los tres ramales del nacimiento




Etapa 1: 

-Desembocadura-Canal de Acebes (7 km I/V) a pie
-Canal Acebes-carril  junto al río hasta cruce carretera de Coria (8,5 km) coche 
-Zona del río por el P.I la Isla no lo hicimos (4 km)


Esta, nuestra primera etapa, disfrutaremos de una naturaleza brillante y viva en todos los aspectos. De hecho, toda la zona del conocido como "Brazo del Este" está declarado como Paraje Natural en 1989 y posteriormente Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) en 2002. La fauna destaca por todos sus rincones, destacando el grupo de la Avifauna.



Nuestra primera ruta irá en busca de la desembocadura, así que intentamos llegar lo máximo posible con el coche hasta donde alguna carreterilla nos lo permita. 


Ponemos rumbo hacia Isla Menor, dejando el cruce de Coria a nuestra derecha y seguimos con dirección al "Brazo del Este", que lo dejaremos a mano izquierda, un poco más hacia adelante. Cuando llegamos al canal de Acebes, ya no podemos seguir, con lo que aquí dejaremos el coche.


Pero antes de llegar, y desde distintos puntos de la carretera, iremos haciendo paradas, ya que son muchas las aves que iremos viendo por el camino.



Una vez que llegamos, miramos nuestra ubicación hasta llegar a la desembocadura; calculamos algo menos de cuatro kilómetros, pues hacia allá vamos...


Nos acercamos lo máximo al borde del río, para así, ir disfrutando del paraje, y empezamos a andar.
El campo está bellísimo, plagado de plantas y zonas verdes, y muchas aves revoloteando.


A los pocos metros llegamos al canal de Acebes, tras pasar una nave tipo almacén, seguiremos  por el borde del río.



A nuestra izquierda vamos dejando grandes plantaciones de arrozales, y a nuestra derecha, ahora tapado por varias especies arborescentes, queda el río.
De pronto, entre la maleza, vemos asomar la cabecita de un animal, parece una comadreja, pero cuando me dispongo a disparar con mi cámara, ya huyó.

 

¡Que silencio y que paz!
Solo se escucha el silbido de los pájaros y el movimiento de las ramas azotadas por el viento.


Cada poco, nos tenemos que detener y disfrutar de la naturaleza, y de todos aquellos rincones que cuando me acerco con mi objetivo,  me hipnotiza.




Y seguimos avanzado sobre este manto de florecillas, que nos invitan a ir muy despacio y disfrutando del entorno. 


Y de nuevo aparecemos en  la orilla del Guadaira, o del Guadalquivir. Aquí, ya las aguas se entremezclan llegando a su desembocadura. En frente, en la otra orilla del Guadalquivir, vemos el poblado de Alfonso XIII, perteneciente este, al término de Puebla del río.


Desembocadura del río Guadaira en el Guadalquivir


Cientos de pájaros avocetas, vuelan en forma de bandada. Parecen bailar todas al mismo ritmo, de aquí para allá. ¡Que disfrute!


Me preparo con la cámara, y a disparar...¡click, click, click!






Tras un rato disfrutando del escenario en la desembocadura, retornamos nuestros pasos por el mismo sitio, poco a poco, sin prisas...




Y ya en el coche, avanzamos por la pista que discurre paralelo al río Guadaira, casi otros nueve kilómetros, haciendo varias paradas en el camino.


La pista en algunos tramos está en muy malas condiciones, los socavones son casi permanentes, y en más de una ocasión tenemos que hacer virguerías para no quedarnos enterrados en todo el barrizal.



Las aves siguen frecuentando toda esta orilla, podemos ver garzas reales, garcetas y varias garcillas bueyeras (espulgabuey), que como siempre, están junto a las mulas, vacas, para ver que pueden comer de ellas.


Seguimos avanzando por la pista, dejando a nuestra derecha alguna finca, y ya al poco, llegamos al cruce de la carretera que va para Coria del Río, a través del embarcadero, y por fin le decimos adiós a la pista de tierra, barro y enormes socavones.


Y ya de vuelta a Sevilla, paramos a tomar una cervezas en la venta "el Cachopo", cerquita, en la misma carretera de la Isla.

Etapa 2

 Laguna Fuente del Rey-Molino San Juan de los Teatinos 
(13 km) I/V





La ruta que iniciamos hoy, discurre por los términos de Dos Hermanas y Sevilla, y serán muchas las aves que iremos viendo por el camino, sobre todo en nuestra primera parada, Fuente del Rey, que aunque no estaba previsto en un principio, yo me pegué la escapada en otro día para disfrutar de este entrañable paraíso.

Laguna de Fuente del Rey


Era un día gris, de lluvia, de estos días que no apetece salir, solo quedarse en casa calentito, viendo la televisión, leyendo un libro o distrayéndose con algo. Claro, eso sería lo normal, pero yo no soy normal.
Cogí la cámara y puse rumbo hacia Fuente del Rey, y allí llegue en 15 minutos.
La lluvia no cesaba, todo el día estaría así. 


Y aquí estoy yo, solo, no hay nadie más en todo el recinto...
Con tanta agua, la naturaleza estaba exuberante. No podía hacer otra cosa, caminar por el recinto, pisar la hierba mojada e ir en busca de las aves.


Esta laguna, es un humedad de reducidas dimensiones y escasa profundidad que cuenta con una pequeña isla en su interior, y se alimenta de los manantiales de la antigua fuente del Rey.
Son muchas las aves que aquí se pueden ver, entre otras: Focha común, Ánade real, pato Cuchara, Garza real, Garza Imperial, Martín pescador...y en total, según me dijeron hasta 50 especies. 


Me dirigí a uno de los observatorios de aves, y allí, mientras seguía lloviendo, yo, por suerte bajo techo, el tiempo se me inmortalizó, viendo las muchas aves que por allí transitaban. 














De vuelta a la ruta propiamente

Para iniciar la ruta, nos situamos poco después de dejar el desvío de la laguna de Fuente del Rey, tiramos por una pista de tierra que sale a mano derecha, y la seguimos hasta el final, llegando ya, hasta el mismo río. Aquí dejamos el coche.


Un par de paneles nos ilustran con la ruta, por una parte, el detalle del "Corredor ecológico del Guadaira" y por otra, las muchas aves que se pueden divisar.


Empezamos a andar. Una valla, nos impide de momento acercarnos al río, seguiremos por la pista hasta llegar a las inmediaciones del barrio de Bellavista.


Aquí, ya podemos bajar hacia el río. Un grupo de garcillas bueyeras rondan en busca de comida en donde se encuentran un grupo de caballos.


En la pista de nuevo y a mano derecha, un carril nos llevaría hasta el Cortijo del Cuarto, nosotros seguimos de frente, paralelo al río. 


Este corredor ecológico es muy utilizado por los ciclistas , nosotros somos de los pocos que lo hacemos a pie. Toda esta zona verde ha quedado muy bien desde que se recuperó de forma ambiental al río Guadaira. 



En el mismo río se han formado muchas ramificaciones, con zonas encharcadas. Nos acercamos hacia allí. Varios puentecillos de madera atraviesan entre las charcas, pero están baste destrozados por las crecidas del agua. 



Viendo el mapa que llevamos, muy cerca hay una escultura en honor a la Ribera del Guadaira, nos acercamos a verla, pero los vándalos la han destrozado, la escultura de madera está decapitada.


Retornamos nuestros pasos hacia la pista de nuevo, llegando al poco, al puente que da acceso a Bellavista. Vemos que se puede pasar por debajo, por donde corre el río.



Y antes de seguir, nos pegamos una escapada para ver todas las cigüeñas que hay en el cuartel del ejercito ya abandonado, y que siempre está plagado de estas aves.








Y de nuevo nos acercamos al río. Una zona muy encharcada y con mucha vegetación, ideal para las aves. Efectivamente podemos ver varias de ellas. Pues, a sacar la cámara y a disparar.







Y seguimos avanzando por el río, hasta llegar al final de nuestra ruta, que coincide en la carretera que va hacia Utrera, junto al molino de San Juan de los Teatinos, que a partir de aquí, será la siguiente etapa.



Llegando al último tramo, intentamos identificar, donde se canalizó el Guadaira, cuando se desvió, allá por el año  1977, justamente para evitar las inundaciones en la capital, cuando había riadas.
Para ello, se acometió  la construcción de un nuevo cauce de unos 22 kilómetros hasta su desembocadura en el sitio actual, perteneciente a Puebla del río, antes de esa fecha, desembocaba en Sevilla capital


Y este es el lugar exacto en donde se canalizo, en frente del campo de golf de Pineda.


Etapa 3

 Molino San Juan de los Teatinos (Parque Guadaira)-Molino de Cerraja  (14 km) circular




La ruta de hoy la iniciamos en el Parque del Guadaira, por donde, en sus orígenes corría el río Guadaira, antes de que se desviara por el nuevo cauce.


Antaño, toda esta zona era la escombrera y el vertedero sur de la capital, pero un gran proyecto municipal de recuperación medio ambiental, en el año 2014 se creó este "pulmón verde" para la ciudad.


Dentro del mismo parque se encuentra el molino de la Torre Blanca, cuya torre se remonta a la época islámica y formaría parte del sistema defensivo de Isbilya, tratándose de una torre almenara, un bastión que protegería el franco sur de la ciudad, cuya frontera natural era el río Guadaira.


Con el tiempo, cuando esta torre dejó de tener su finalidad defensiva, y aprovechando la cercanía al meandro del río Guadaira, se construyó este molino harinero, pero que desgraciadamente no quedan restos alguno.


Dentro del parque hay dos grandes lagunas, recordando los orígenes del río Guadaira cuando discurría por esta zona. 



Son muchas las especies de aves que por aquí se ven: garzas reales, garcillas, garcetas, focha, ánade real, cigüeñelas, cormoran, gallineta, calamón...y otras más.







Para continuar nuestra ruta, y salvar la carretera S-30, se construyó un puente peatonal que atraviesa dicha carretera.


Y llegamos a los jardines del Guadaira, en el que se encuentra uno de los molinos harineros con más historia de Sevilla.


El molino de San Juan de los Teatinos o molino Tizón, data de la época  musulmana, parece que su propietario era un tal  Almofadet y que tras la reconquista fueron donados al que fuera Merino Mayor  de Castilla Fernan Pérez de Portocarrero. Tras su muerte fueron heredados por su viuda María Alfonso Tizón, que ya desde el siglo XIV da nombre a este molino. 


Así fueron pasando los años y los diferentes dueños, llegando a manos de la orden de San Cayetano de Thiene, conocido como los Teatinos, que al parecer establecieron aquí un convento apartado de la ciudad en el que cumplir con su deber de auxilio a los ajusticiados moribundos.


Grupo de compañeros con los que coincidí ese día


Continuamos nuestra ruta pasando a la otra orilla del río, para ello se puede pasar por la carretera que queda al lado, yo prefiero aventurarme, una vez controlado el nivel y rapidez del agua y opto por cruzarlo.


El molino de Tizón visto desde la otra orilla


Y ya todo el tiempo iremos por esta margen del río...


La pista por la que iremos en este primer tramo va paralelo al carril bici que lleva a la Universidad Pablo de Olavide, está totalmente plagada de setas.


Pasaremos por debajo del metro, que va desde Olivar de Quintos a Sevilla...



Y a nuestra derecha, iremos dejando la universidad, que con su esbelta torre, la vamos viendo durante un buen rato...


Llegamos a una zona fronteriza con barrotes, pensamos que es justamente el límite de la zona de la universidad...


Y un poco más hacia adelante a la izquierda vemos el arroyo Ranilla con su planta de tratamiento de aguas..., quedando detrás, el barrio de Palmete.


El camino junto al margen del río es muy cómodo para andar, de momento, no hay nada de arboleda...
Y de frente vemos un extraño puente, que pensamos sería para transportar algún tipo de producto o mercancía...



Desde aquí subimos a un cerro en el que se ven restos de una casa...vamos a curiosear.


Y desde lo alto podemos tener buenas vistas de parte de Sevilla...


A partir de aquí, por esta margen, es todo zona de labranza con lo que pasaremos a  la otra orilla que vemos un carril...
Y para ello habrá que pasar por el río, haciendo equilibrio entre las piedras...


Esta parte ya es más bonita, mucha zona verde y arbolada...



Y llegamos al Canal del Bajo Guadalquivir, conocido también como el Canal de los Presos, siendo este un canal de riego destinado al riego de gran parte de la superficie de campo de Sevilla.


Conocido también como el de los presos porque nada más concluir la Guerra Civil, miles de republicanos fueron recluidos para trabajar en esta obra.


Seguimos por el carril, y ya vemos allá a lo lejos el molino de Cerrajas...





Este conjunto construido está formado por tres edificaciones adosadas, una central, perteneciente a la torre defensiva. La segunda edificación se encuentra en el frente occidental es de planta rectangular y alzado de dos pisos por la que se accede al interior del inmueble, y la tercera , situada en el costado oriental de la torre posee planta rectangular alargada que se corresponde con la nave de trabajo. Asimismo , completa el conjunto canalizaciones subterráneas, azuda y camino de acceso. 


El molino, por su parte tiene dos entradas en aguas en el sótano del rodezno. La sala de la piedra conserva toda su bóveda de cañón , que se traslada con idéntico perfil en la cubierta.

Información obtenida de la web, Caminos vivos de Sevilla.



Junto al molino, un cartel nos llama la curiosidad:
"¡Atención!, está usted en una zona de abducciones"
Ya sabéis, esto va de ovnis...


Atravieso a la otra orilla por un puentecillo derruido por alguna crecida...y con cuidado, porque está muy resbaladizo.


Y desde ahí, inmortalizo a mis compañeros de ruta, Pepe y Carlos.



Hasta aquí llegará nuestra ruta de hoy, la próxima a partir de aquí...


Volvemos hasta el Canal del Bajo Guadalquivir, lo pasamos con mucha precaución...


Y ya desde aquí, por la pista paralelo al canal que nos llevará hasta la Universidad Pablo de Olavide y desde ahí, por el carril bici, hasta el coche.



Etapa 4

Molino de Realaje y Puente del Dragón-Molino Cerraja (12  km) circular por la otra orilla del río



De nuevo hemos quedado a las 9,30, en el original puente del Dragón (explicado extensamente en la siguiente etapa). Ya había estado aquí otras tantas veces, así que empezaremos la ruta por la margen derecha del río, lugar por el que hasta este momento nunca había transitado, siempre anduve por la otra orilla.


Una pista perfectamente acondicionada perteneciente a uno de los tramos de la Vía Verde nos irá acercando al conocido Camino de Pelay Correa, muy frecuentada, sobre todo por ciclistas.


Al poco, llegamos al molino de Realaje, que siempre lo había visto desde la otra orilla.
Este molino es uno de los edificios más monumentales, gracias a su gran torre central de origen medieval. Este edificio conserva todas las dependencias industriales: sótano, sala de molienda con tres piedras y almacén superior.


Seguimos avanzando por la pista, ya totalmente pegados a la orilla del río. El color de los árboles otoñales le dan belleza al camino.


Y a la media hora aproximadamente llegamos al siguiente molino, al de Pelay Correa, este, muy deteriorado y en estado ruinoso. Realmente son dos, cada uno de ellos en las dos márgenes del río.
El más antiguo, de origen árabe, es el que se encuentra en nuestra orilla derecha, mientras que el que se encuentra en la otra margen, es mucho más moderno.


En este molino, será en donde a la vuelta tiraremos por la otra orilla


El agua aquí es canalizada, dando mayor fuerza al paso por el molino, ya que una especie de dique frena las aguas al llegar.


Aquí estaremos unos diez minutos, pasando de un molino al otro, y viendo un poco el caudal de las aguas y el espacio del molino más antiguo.


Junto al molino, un cruce de la vía verde, nosotros seguiremos hacia la izquierda, dirección la universidad Pablo de Olavide. 


El río se estrecha formando varias zonas encharcadas, en donde se desarrolla cierta vegetación de ribera como olmos, álamos, adelfas, juncos...en donde podemos observar algunas aves acuáticas: ánades reales, garzas reales, garceta común, garcilla bueyera, focha...


Cojo la cámara, y a disparar, a ver que pillo... 


Focha común


Garza real y Garceta 


Seguimos avanzando entre las charcas formadas por el río, dejando atrás el molino de Pelay Correa...





Y poco más de media hora después, llegamos hasta el molino Cerraja, dando por finalizado el camino.
Intentamos pasar a la otra orilla y volver por allí, pero al ver que todo el terreno era de labranza, decidimos regresar por la pista hasta el molino anterior y atravesar por el.


Una vez en la otra orilla, nos adentramos en un bonito eucaliptal, desde donde podemos disfrutar de unas excelentes vistas del molino Realaje. 
Ya este otro tramo hasta llegar al puente del Dragón está en la siguiente etapa.




Etapa 5

Molino de la Aceña-Molino de Realaje (12  km) circular por la otra orilla del río y vista al castillo de Alcalá

Nota importante para esta etapa: Ya en 2018, realice esta ruta, y en su momento lo escribí y lo fotografié, con lo que he decidido dejar el escrito tal cual lo hice en su momento.


Y así empecé...

Toda una vida viviendo a unos 10 kilómetros escasos de esta localidad, y es la primera vez que realizaré una ruta por este cercano pueblo: 
La ruta de los Molinos de Alcalá de Guadaíra.


Son de estos días raros, que uno dice, ¿donde vamos?, ya es tarde, por lo tanto busquemos un sitio cercano, y que mejor que, algo que no se conoce.
De este modo Rosa y yo nos fuimos a la cercana localidad de Alcalá de Guadaira, nos dirigimos directamente a la oficina de turismo de la Harinera, y pillamos unos planos y algo de información, además de la ruta de los Molinos, queríamos ver también el castillo y pasear un poco por su parte alta, anexa al castillo.

Alcalá de Guadaira, situada entre las comarcas de los Alcores y la Campiña, su río le da el apellido a la ciudad. Este nace en la Sierra de Morón y muere en el Guadalquivir, sí, este es el río Guadaira, en el que antaño, según he podido comprobar, sus aguas cristalinas de aquel entonces era el hogar de muchas nutrias...¡que tiempos! 

Todos estos molinos datan desde la época musulmana hasta el Bajo Medieval.
La molinera alcalareña  tiene su origen durante la Edad Media, aunque todos los molinos que veremos en nuestra ruta serán los construidos a partir del siglo XVI, de las anteriores épocas no quedan restos, aunque si aparecen reflejado en algunos documentos escritos.

Toda la ribera del río Guadaira en el que se encuentra los molinos fue declarado como Monumento Natural el 30 de diciembre del 2011, de ahí que el ayuntamiento invirtiera en la rehabilitación y acondicionamiento de este paraje y sus molinos.

Empecemos...

En el mapa aparecen en el sentido opuesto a nuestro recorrido


Aparcamos el coche junto a la explanada de la feria, y consultamos la ubicación de los molinos que ya están muy cerca, decidiendo empezar por uno de sus extremos, el Molino de la Aceña el que se encuentra en el extremo opuesto del castillo.

Son las 11 de la mañana, por delante tendremos un total de 10 kilómetros, contando nuestro recorrido total, a las 14 daremos por finalizada nuestra ruta y visitas, dando paso a la cervezona.

A continuación dejo un interesante enlace en el que podemos aprender todo sobre sus construcciones, historia, anécdotas, etc PINCHAR  de hecho muchas de las informaciones que incluyo en este reportaje la he sacado de Turismo de Alcalá de Guadaira.

1-Molino la Aceña

Bajando por una pista, y después por un senderillo, en quince minutos llegamos a nuestro primer molino, tras abandonar la oficina de turismo.


 La primera noticia sobre el molino de la Aceña, puede remontarse hasta los repartos realizados en 1253 por Alfonso X. Tradicionalmente "las aceñas" se entienden como ruedas verticales empleadas en la molinería de forma alternativa a los rodeznos.
Este molino se organiza a partir de una gran torre de planta cuadrada y almenado. El azud que canalizaba el agua hacia los cubos, terminaba en un puente que conectaba con la orilla izquierda del Guadaira, permitiendo de esta forma el alivio de la corriente cuando esta era muy crecida.


Seguimos avanzando por una senda perfectamente habilitada y señalizada, y además a través de una frondosa arboleda que con esta sombra se agradece en este día de calor.


Siempre bordeando al río, llegamos a un pequeño cruce, nosotros seguiremos de frente, a la izquierda nos metemos en los senderos que nos sube al parque de Oromana.
Y al poco ya vemos en la otra orilla, nuestro siguiente molino, el de Benarosa, al que accedemos a través de un espolón que se encuentra junto al molino y que se accede a él.


2-Molino de Benarosa


Este molino es uno de los pocos que conserva una toponimia de origen andalusí (Banu Arusa), lo cual unido a las referencias documentales permite establecer su origen a la conquista castellana del siglo XIII. Aunque el edificio que podemos ver ahora no tiene nada que ver con aquel periodo andalusí, ya que son reconstrucciones realizadas en los siglos XVII hasta mediados del siglo XX.


Este edificio se organiza en torno a una gran torre de planta cuadrangular empleada como almacén y vivienda. En el sentido de la corriente se dispone una nave empleada como zona de carga y descarga del grano y la harina ya molida.


Seguimos ahora por esta misma orilla derecha, y caminando bajo esta arboleda llegamos a nuestro siguiente molino, el de San Juan, ubicado en el pequeño parque del mismo nombre.


3-Molino de San Juan

Su denominación responde a la propiedad del molino por la Orden de San Juan, cuya encomienda se hallaba situada en Tocina durante la baja Edad Media. 


Junto al molino y en una pequeña elevación del terreno, por encima del nivel de inundación, se encontraba la "casa del molinero", una edificio  sencillo de planta rectangular usado como vivienda  y almacén hasta el final del ciclo molinero de Alcalá, a mediados del siglo XX.   


Aquí, aprovechan algunos aficionados a la pesca a probar suerte, y me consta que hubo suerte, en lo que nosotros estuvimos allí, pescaron dos peces, uno de ellos (que no recuerdo el nombre) tenía un gran tamaño, eso si, lo lanzaron de nuevo a estas aguas, no muy cristalinas precisamente.

Y en frente de este molino, llegamos al de Oromana.

4-Molino de Oromana


Este molino es un ejemplo "de cubo", es decir que muele gracias a la fuerza del agua proveniente de un manantial, y no del propio río. 
En este caso el manantial brota de la ladera del parque de la Oromana que todavía mantiene su caudal. hoy en día todavía se conserva el zarco de medio punto por donde pasaba el agua.

Este molino debió construirse en el siglo XVII, perteneciendo a la familia de los Cosío en el siglo XVIII, sucediéndose la propiedad entre varios de sus miembros.

Dejamos a nuestro paso una pasarela, la de San Juan que nos atravesaría a la otra orilla, llevándonos a la explanada de la feria.
Nosotros seguimos avanzando por un senderillo, en la margen izquierda, y tras unos 20 minutos llegamos a nuestro siguiente molino, el de Algarrobo.


5-Molino de Algarrobo

Este molino se organiza a partir de una gran torre de planta cuadrada coronada con una azotea almenada. En su parte delantera se sitúa el porche, estancia usada como zona de carga y descarga del grano y la harina. 


En la parte trasera de la torre, sobre el curso fluvial, se sitúan dos salas de molienda sucesivas, con un total de tres piedras. El azud conectaba el molino con la orilla derecha del Guadaira, represando a la vez las aguas para producir la fuerza hidráulica.    


Seguimos avanzando por la margen derecha del río, y dentro del parque de San Francisco llegamos al molino de las Eras.

6-Molino de las Eras

El origen de este molino es impreciso, aunque existía hasta finales del siglo pasado una pequeña placa de barro en la que se indicaba la fecha de 1605.


En este molino, la molienda se realizaba con agua procedente del acuífero, canalizada a través de la galería "de los caños de Carmona". 
Al igual que otros molinos, el de las Eras es un molino de manantial, si bien la corriente no se canalizaba a través de un acueducto, sino directamente mediante una atarjea conectada con el cubo que movía las piedras.  


7-Molino la Tapada

Este molino se localiza en la margen izquierda del Guadaira, entre el puente de Carlos III, el cerro de la ermita de San Roque y la carretera de Utrera.  


Este molino de dos cubos, alimentados en su época de funcionamiento por el agua procedente de la "fuente del Piojo" situada a poca distancia en las inmediaciones de la carretera de Utrera.

Puente de Carlos III


Oficialmente conocido como el puente de Jesús Nazareno, une el centro de la ciudad con la carretera de Dos Hermanas y Utrera. De origen ¿romano? tuvo una gran reparación en 1781 durante el reinado de Carlos III. 

Pasado el puente, seguimos avanzando por la margen izquierda del río, con dirección al puente del Dragón. En la otra orilla y sobre el cerro ya podemos contemplar el imponente castillo.


Pasamos por debajo del Puente del Gragón (después volveremos para disfruta de él) con dirección a los otros dos molinos que nos faltan el de Vadalejos y Realaje.


Y a los pocos metros después de pasar el puente llegamos al molino Vadalejos, en la margen izquierda.


8-Molino de Vadalejos


Enclavado en un bonito lugar, junto al puente del Dragón,  y con unas inmejorables vistas hacia el castillo, es una de las zonas más frecuentadas por los alcalareños para pasar un día de campo o hacer deporte.



Al igual que otros molinos anteriormente descritos, el funcionamiento de este viene canalizado por las aguas de un manantial, y para ello utiliza el sistema de los cubos.

Seguimos avanzando por esta misma orilla (quince minutos), y cuando llegamos a un gran eucailptal, en frente podemos ver nuestro último molino, el de Realaje.

9-Molino de Realaje


Es uno de los edificios molineros más monumentales, gracias a su gran torre central de origen medieval. La torre central tiene planta cuadrada cubierta con una gran bóveda que soporta la azotea. El gran azud canaliza las aguas del Guadiara en un recodo que facilita el aprovechamiento de la fuerza hidráulica para el proceso de molienda. 


En esta zona de río y bastante encharcada con juncos y eneas (cuantos recuerdos de mi niñez) intento avanzar por si hubiera paso para atravesar a la otra orilla, cuando ya estaba casi al final, el cauce se abre bastante, así que me doy la vuelta.


Y regresamos al puente del Dragón...


Puente del Dragón
(El Guardián del castillo)

Atravesamos el puente con dirección al castillo, pero antes vamos a disfrutar de este bello y original puente, inaugurado el 28 de marzo del 2007.


Este dragón se materializa en una cabeza gigante, de boca abierta, ojos avizores y cresta enhiesta, propia de un guardián alerta. 


Su longitud total es de 123 metros y una anchura de 22,60.
El puente resultó ganador en un concurso de ideas presentado por la Junta de Andalucía y elegido por votación popular organizado por el ayuntamiento de Alcalá de Guadaira.




Y dirigiéndonos hacia el teatro de Alcalá situado en la misma rotonda del puente del Dragón, por su parte trasera empezamos a subir hacia el cerro en donde se encuentra el castillo.


Ya accedemos a su interior por una de las puertas arqueadas...pudiendo disfrutar desde esta altura de una bonita vista del puente del Dragón, y parte de nuestro recorrido de los molinos.


El Castillo
(4500 años de historia humana sobre el cerro del castillo)

Resultado de imagen de fotografia del castillo de alcala de guadaira

Un poco de historia...de este castillo declarado Monumento Histórico Artístico.
Información obtenida de la página oficial de la oficina de turismo de Alcalá de Guadira

"El "Castillo" de Alcalá es el resultado de cerca de 4.500 años de historia humana sobre el Cerro del Castillo. Los hallazgos arqueológicos más antiguos nos llevan a la Edad del Bronce (II milenio a.n.e.), cuando se instala un pequeño poblado amurallado en el extremo oeste del Cerro. Sería un asentamiento dedicado a la producción agrícola de la campiña del Guadaíra, que por su tamaño dependería de alguna manera del cercano (y mayor) poblado situado en la Mesa de Gandul."



"El poblado del Cerro del Castillo desaparece hacia el 1.500 a.n.e. por causas desconocidas, quedando el Cerro aparentemente como una zona sin poblamiento humano o con un poblamiento marginal prácticamente hasta época romana. No sabemos cómo sería el asentamiento romano del Cerro del Castillo, pero los hallazgos de cerámica y algunos muros a cierta profundidad sí confirman su existencia, con un momento espacialmente importante en época altoimperial (siglos I - III d.n.e.)."


"Tras la conquista castellana de 1247 se producen nuevas obras, dentro del proceso del cerco y conquista militar de Sevilla. Posiblemente en este momento se amplía el Patio de los Silos hacia el este, con la construcción de dos torres ochavadas que constituyen un interesante ejemplo de arquitectura "protocastellana" en Andalucía, antecedentes de la Torre de la Plata, construida pocos años después en Sevilla. Tal y como narra la Primera Crónica General, las obras del Castillo de Alcalá serían promovidas por el propio Fernando III, quien se instaló en Alcalá "para adobar [arreglar] sus cárcavas [fosos] y fortalezas".


"A finales del siglo XIII, Alcalá entra a formar parte de la línea interior del conjunto de fortificaciones de la "Banda Morisca", espacio fronterizo entre el Reino de Sevilla y el Reino de Granada. Durante varias décadas, el paso de tropas de uno y otro bando a través del paso del Guadaíra sería constante, especialmente de las huestes benimerines que procedentes de Ronda atacaron Sevilla en varias ocasiones. Como consecuencia de ello, en 1280 Alfonso X funda la Villa de Alcalá, en la explanada al Este del Castillo. Con esta fundación se constituye por primera vez un asentamiento urbano en el Cerro del Castillo, pues arqueológicamente sabemos que en época andalusí nunca llegó a existir una ciudad (madina) junto a la fortaleza. Por la situación militar del momento, la Villa de Alcalá se amuralló rápidamente, cerrando la explanada con un circuito continuo de murallas que conectaban con el Castillo".


Abandonamos el castillo bajando por su puerta principal y dirigiéndonos hacia sus empinadas y estrechas callejuelas de su casco antiguo por la Puerta de San Miguel.


Y callejeando nos trasladamos con dirección a la iglesia de Santiago...



Y desde aquí dimos por finalizada nuestra ruta-visita de hoy...


Son las dos de la tarde, hace muchísimo calor, así que lo que toca ahora es tomar unas cervezas bien fresquitas...y hasta la próxima escapada.



Etapa 6


Molino de la Aceña-Molino Hundido (9 km) circular por el arroyo Marchenilla y castillo de Marchenilla


El día hoy amanece con una densa niebla, en la carretera, casi no se ve a dos palmos de nosotros. Prevemos que la zona del río, con estas condiciones climatólogícas, será aun mas bella. Y así fue.


Pepe y yo nos damos cita a las 9:30, y partimos desde el molino de la Aceña. Al llegar a este, la niebla hace que sus perfiles ensiluetados, le de mayor atractivo.
Algunos patos criollo, ya se ven por las aguas en busca de un desayuno mañanero. Otros simplemente se dedican a pasear junto al molino. 





Al mirar la ruta que teníamos por delante, vimos que aparantemente, no se podía avanzar por la margen izquierda, solo por un carril que discurría paralelo al río. Incluso así, intentamos avanzar junto al río. 


Al poco, saltamos por una valla que nos encontramos, y empezamos a caminar por la misma orilla del río, aunque debo de decir que con dificultad, ya que las zarzas, por momentos nos invadían.


Aun así, como dos Robinson Crusoe seguimos avanzando entre la maleza. Cada poco, nos teníamos que desprender de los muchos pinchos de zarzas que se pegaban a nuestras ropas, incluso a veces a las mismas manos.


No nos rendíamos, seguimos y seguimos avanzando algunos metros, hasta que llegó un momento que era totalmente imposible avanzar, la maleza nos invadía.


Dimos marcha atrás, y volvimos hasta la misma valla. La bordeamos hasta buscar un paso por el que pudimos sortear la alambrada, y de este modo, llegamos al carril que ya teníamos visto en el mapa.
Ahora, solo teníamos que seguirlo, adentrándose este en una pequeña urbanización de casas, giramos a nuestra derecha por otro carril, y al llegar a una casa con muchos gallos en su terreno, pasamos una angarilla a nuestra derecha (a la izquierda sale otro carril, por el que regresaremos), y al poco llegaremos al molino de la Boca. Estamos en el arroyo Marchenillas, prácticamente seco. En este arroyo, en tiempos pasados, fueron muchos los molinos que aquí habían instalados. Después a la vuelta veremos algunos.


A pocos metros llegamos al molino, por cierto prácticamente derruido, solo se mantienen en pie algunos muretes.


A partir de aquí, ya siempre avanzaremos junto al río...


Junto a este, árboles de ribera, y un bosquete de eucaliptos serán nuestros acompañantes. 


La niebla embellece el entorno, viendo como el río, en tramos se retuerce buscando el camino más fácil por donde fluir. De vez en cuando tenemos que detenernos y disfrutar del paisaje. 


Y cuando el río gira bruscamente formando un meandro, nos encontramos con un fotógrafo en un entorno realmente bucólico...¡Que lugar más bello! 


Seguimos avanzando junto al río, donde este se divide en varios ramales encharcados, pudiendo contemplar algunas aves escurridizas, que no me da tiempo a fotografiar. 


Las telarañas descansan entre las ramas, que con esta humedad, ganan en belleza, colgadas, a la espera de atrapar algún insecto ingenuo.



Y llegamos al molino Hundido, solo quedan restos repartidos por el agua.
Intento atravesar a la otra orilla, para ver los restos de cerca, pero no me atrevo, hay que dar un salto en la roca, y está muy resbaladiza por la humedad...el  tropezón estaría garantizado.


Es una zona curiosa, invadida por decenas de grandes rocas...


Avanzamos un poco más, y nos quedamos ensimismados con este entorno tan privilegiado...



A partir de aquí, abandonamos el río, y tomamos la dirección hacia el castillo de Marchenilla, ya en el interior. Ojeamos el mapa, y empezamos a avanzar junto a otro pequeño arroyo, después de adentrarnos en un eucaliptal, al principio con agua y más adelante totalmente seco.



La niebla invade el entorno...cuando de pronto, y casi sin ver, cientos de siluetas de ovejas aparecen ante nosotros, y claro, ahí estaba el pastor, con el que aprovechamos para charlar un rato, y preguntarle si quedaba mucho para el castillo de Marchenillas.


Seguimos avanzando junto a una valla, teniéndola que saltar un poco más adelante...


Y ya de frente, entre tinieblas, aparece las siluetas del castillo...


Tras saltar la valla, aparece un carril que nos lleva directamente hasta la parte trasera del castillo, y este lo seguiremos posteriormente hacia nuestra izquierda.


Este pequeño recinto amurallado en forma de fortificación fue construido en el siglo XIII por los benimerines, recordando un poco este, al castillo de Alcalá de Guadaira



Giramos, como comenté anteriormente por el carril hacia la izquierda ...pero no puedo resistir comentarle a Pepe que ande por la pista con dirección al castillo para que quede inmortalizado el momento. 


Siguiendo por el carril, a nuestra izquierda vemos una zona arbolada y con muchos cañizos. Cientos de pájaros: gorriones comunes, morunos y molineros revolotean en busca de comida. Algún que otro Pardillo también consigo ver.


Y llegamos al arroyo Marchenilla, por el que tiraremos con dirección a Alcalá de Guadaira por el carril, que como indica el cartel dista 2,4 km.


Avanzaremos por el carril, dejando a nuestra izquierda el arroyo Marchenilla que desembocaría en el Guadaira, a la altura del molino de la Boca por el que ya antes pasamos.  


Según algunas indicaciones que llevamos, se detallan 9 molinos, desde su nacimiento hasta la desembocadura: molino Nuevo Tragabierro, Pared Alta, Cañiveralejos, Pasadillas, Granadillo, Hornillo, San José y la Boca. Prácticamente todos en ruinas, excepto el de Granadillo que ha quedado instalado dentro de un chalet.


Un poco más adelante...


Restos del molino del Hornillo

Y ya, llegando a los pocos metros al cruce en el que se encontraba la casa con los gallos, nos dirigimos hacia el coche por el mismo camino por el que ya regresamos.
En total han sido algo más de tres horas de rutilla.

Etapa 7

Molino Hundido-Arroyo Salado (14 km I/V) 




Para iniciar esta ruta nos situamos en el descansadero de Trujillo, una pequeña área recreativa junto al río Guadaira. Para acceder a ella, tendremos que coger la carretera que nos llevaría a Morón de la frontera, y poco después de pasar el castillo de Marchenilla, una pista de tierra que sale a nuestra derecha, será nuestro destino. 


Nuestra primera parte de la ruta será llegar hasta el molino Hundido, unos 2,7 km de ida, después regresaremos, poniendo rumbo en dirección opuesta hasta el arroyo Salado.


Analizamos primero, cual de las márgenes del río, sería más conveniente, según veíamos desde aquí. Al final optamos por la orilla izquierda, aún sabiendo que al final, poco antes de llegar al molino Hundido nos encontraríamos el arroyo Guadairilla, sin saber si lo podíamos pasar. 


Bajamos hacia el puente antiguo, conocido como el puente de la Vega de Trujillo, y desde ahí empezamos a andar.


En estos días anteriores, la lluvia no ha dejado de caer, con lo que el terreno está totalmente embarrado y resbaladizo. En la primera parte del río, optamos por ir pegados a la orilla, pero los resbalones eran permanentes. De hecho, para pasar un pequeño arroyito nos costó la propia vida, no podíamos subir, el terreno nos resbalaba hacia abajo.


El sonido, canto y silbido de los pájaros era permanente. De vez en cuando, parábamos para ver si lo podíamos inmortalizar a través de la cámara.


¡El color otoñal de los árboles de ribera estaban preciosos!


A nuestro paso nos introdujimos en un curioso bosquecillo de árboles pelados, y que tenía su encanto. 


Cuando el paso por la orilla se hizo complicado, optamos por subir, junto a un terreno de labranza, y como era natural, las botas con muchos kilos de barro, costaba avanzar.
Tras andar unos cuarenta y cinco minutos llegamos al arroyo Guadairilla, el cual no pudimos atravesar, ya que llevaba mucha agua, y a unos 100 metros del molino Hundido.


Regresamos de nuevo hacia el puente viejo y seguimos por el río en dirección opuesta hasta alcanzar el arroyo Salado, que será nuestro objetivo de hoy. 


Al llegar al otro puente, el de la carretera de Morón de la frontera, intentamos pasar por abajo, imposible, el agua nos lo impedía.


Tuvimos que subir, y atravesar la carretera. Aproveché para inmortalizar a Pepe junto al nombre del río, que nos llevó a realizar este proyecto. 


Y de nuevo seguimos por la margen derecha, ya que por la izquierda nos encontraríamos el arroyo Gandul, quizás no se pudiera continuar.


A nuestro paso, vamos viendo muchas aves: garzas, garcillas, garcetas...
Algunas pude inmortalizar...


El día estaba precioso, ni frío ni calor. A veces las nubes hacían su presencia, otras, se apartaban para dejar asomar al sol.


Vamos todo el tiempo avanzando junto a la orilla, el camino lleno de hierbas es cómodo para caminar.


Al rato, dejamos a nuestra izquierda el arroyo Gandul, sin prácticamente agua, según lo vemos desde  nuestra orilla, y siguiendo la mirada en esa misma dirección, nos lleva a contemplar, a lo lejos el Palacio de los Marqueses de Gandul.


Alguna bajadilla complicada tendremos que hacer para continuar junto a la orilla. 
¡El resbalón está asegurado!


Cientos de pajarillos revolotean entre los árboles: carboneros, trigueros, jilgueros, mosquiteros, pardillos...Nos tenemos que detener, y sigilosamente, sin hacer ruido nos paramos, y empiezo a disparar con mi cámara.






Y por fin llegamos a nuestro destino, el arroyo Salado que nace allá, por tierras cercanas a Morón.


Y retornamos con dirección a nuestro coche, contemplando a nuestro paso un rebaño de ovejas con sus garcillas bueyeras haciendo su merendola...






Etapa 8

Arroyo Salado-Casa en ruinas en salida a Mairena del Alcor
(12,5 km circular)




El día de hoy ha amanecido con algo de frío, así que habrá que llevar prenda de abrigo, por si acaso.
Para iniciar la ruta de hoy nos trasladamos por la A-92, y pasados algo más de 20 km, en donde se accedería a "El desguace El Corneta", salimos de la carretera, hacia un carril de tierra a mano derecha. Aquí dejamos el coche.Ver mapa.


Accederemos al río por el carril que tenemos justo en donde hemos dejado el coche y que nos acercará hasta el.


Vemos que el río lleva bastante caudal de agua y además fácil andar junto a su orilla.


Primero, tiraremos dirección hacia el arroyo Salado, unos 3,2 km de ida, a donde llegamos el otro día, después volveremos, y en sentido contrario llegaremos hasta nuestro final de etapa, la salida de la carretera hacia Mairena del Alcor. 


La vegetación está exuberante, según empezamos a andar y con tanta humedad y agua, ya llevamos la ropa empapada...


Decenas de setas, muchas ocultas bajo las hierbas, van apareciendo en nuestro camino...


Y tras un rato andado, llegamos a un gran meandro del río, con lo que optamos atajarlo a través de un sembrado...




 Y llegamos al molino  harinero de San Pedro...


 Este molino data de la época musulmana, y según he leído, con algunos datos históricos,  de arquitectura mudejar. Perteneció a los señores propietarios del palacio de Gandul y del castillo de Marchenilla y forma parte del imaginario colectivo de la comarca de los alcores.

 
Este molino ha estado en funcionamiento hasta la década de los 60 ,fecha en la que dieron paso a los molinos movidos por energía eléctrica.


 Este molino de ribera construido con muro de tapial y ladrillo y bóveda de medio punto; con azuda en el cauce del río con tres cubos, que por cierto, pudimos presenciar la gran velocidad que llevaba el agua en forma de cascada, y con un gran ruido.



 Junto al molino, una zona encharcada con los típicos juncos de ribera y varias garcetas (que no me dio tiempo a fotografiar) embellece el entorno.


Y a los pocos metros llegamos hasta el arroyo Salado, final del trayecto por este lado



De regreso al otro extremo del río, fuimos bordeándolo, en medio de una selva. Llegó un momento que era intransitable, con lo que optamos por atravesar un sembrado, que por cierto, nuestras botas llevaban varios kilos de barro, junto con nosotros...¡como pesaban!



Y decidimos tirar por un carril paralelo al río y a la carretera, entrando de nuevo al río, en unos de los meandros que se acercaban hacia el carril.


A la altura de la salida hacia Mairena del Alcor buscamos de nuevo el río, ahora sí, era cómodo transitar, y ademas, en esta zona del río, los inmensos eucaliptos le daban más encanto al entorno.


Tras avanzar varios cientos de metros, miramos nuestro reloj, son las 12.30, llevamos tres horas de pateo, hora de volver...



Junto al río vemos una casa en ruinas, y pensamos, esta será nuestra referencia para continuar en la siguiente etapa.


De vuelta, ya tiramos por el carril que discurre junto a la carretera...
En los sembrados que vamos dejando a nuestra izquierda, cientos de pájaros en forma de bandada parecen salir a nuestro encuentro, imposible fotografiar, huyen a gran velocidad...


Etapa 9: 

Casa en ruinas, salida a Mairena del Alcor-Torre la Membrilla  (18,5 km circular)





Como en todos los días anteriores, hoy hemos quedado a las 9 de la mañana, y ponemos rumbo hacia nuestra etapa de hoy, por la A-92 y saldremos en la salida a Mairena del Alcor, y allí en la pista junto al río dejaremos el coche.


Hoy hace un frío tremendo, los termómetros marcan 2 grados, así que hay que abrigarse muy bien: guantes, gorro y la cremallera bien subida de nuestro chaquetón...


Salimos de donde nos quedamos el otro día, junto a la casa en ruinas.
La helada de esta ha noche ha tenido que ser grandiosa, ya que el campo está todavía con la escarcha 


Al inicio de la ruta andamos junto a la orilla, pero al poco, el paso ya se hizo imposible, las zarzas hacen su presencia junto ala orilla.


Las setas aparecen bajo la hierba, muchas de ellas escondidas, otras por su gran altura si se ven asomar entre tanto manto verde, muy verde, de hierba. 


Y de nuevo accedemos al río...


Ahora si podemos avanzar cómodamente junto a la orilla. Este tramo, con varios árboles caídos sobre el mismo río embellecen el entorno.


Y de nuevo el paso se hace imposible, toca avanzar por los sembrados...
Afortunadamente, el barro está seco, a diferencia de algunos de los otros días...



Y de nuevo al río...esta es la tónica general. Siempre que podemos avanzamos por el río, y cuando se hace imposible lo abandonamos por arriba.


Ahora nos adentramos en un gran manto de plantas, en donde algunas de ellas superan nuestra cintura...


El río ahora serpentea, formando un gran meandro, así que tras analizarlo, optamos por atajarlo a través de una gran plantación de olivos.




Y de nuevo vamos junto al cauce del río, para salir al poco, a la carretera de Morón de la Frontera...


Junto al puente sobre el río Guadaira , atravesamos la carretera y seguimos avanzando, ahora por un bonito paisaje junto al río...



El frío parece que ha dejado al menos de ser tan intenso, y con el sol calentando, las temperaturas empiezan a subir.


El campo está precioso, y las flores parecen alegrarse con este sol calentando...



Nos adentramos ahora, en una pequeña zona boscosa junto al río. Muchos árboles son de hojas caducas. Sus ramas en forma de esqueletos, dan bonitas estampas al entorno.




Y sentados, haciendo una pequeña parada y disfrutando del paisaje...


Consultamos nuestro mapa, y vemos que ya estamos muy cerca de nuestro destino de hoy, la Torre de la Membrilla. pero antes tendremos que acortar por otro sembrado.


Y tras subir una pequeña loma, ya vemos las ruinas de la torre la Membrilla...



Ubicada sobre una pequeña colina cubierta de hinojos, subiremos, para acercarnos a ella...
Este lugar, abrazado por el curso seco del arroyo de la Montera es conocido como la torre de la Membrilla. hasta aquí son casi 11 kilómetros, los que hemos andado.


"Torre de la Membrilla es parte de una fortificación de finales del siglo XIII y principios del XIV, aunque en el lugar se han datado restos de época romana. Esta fortificación pertenece a la denominada “banda morisca” que defendía los reinos cristianos de las razias musulmanas del Reino de Granada, y está en relación con otras fortificaciones de la zona, como la Torre del Cincho, la Torre del Bado, el castillo de Cote, la Torre del Águila, etcétera. Los Reyes Católicos mandaron destruir la fortaleza a finales del siglo XV, quedando en pie la torre. Ya a principios del siglo XIX, en 1821, se mandó destruir definitivamente, quedando su aspecto tal como la conocemos hoy día"

Información obtenida  de la Sociedad Ecologista de Alwadi-ira


Aprovechamos aquí para comer, el sol nos esta calentando, y las vistas desde esta colina son formidables.



Tras media hora de relax, bajamos con dirección a la pista que vemos allá abajo, junto a una pequeña área recreativa. Por esta pista volveremos hasta el coche. 



Desde aquí avanzaremos por la Vía pecuaria Cañada de Morón, uno de los pocos ejemplos de de vías pecuarias bien conservadas de toda la cuenca del Guadaira.


Este tramo delimita los términos municipales de Carmona, Arahal y Alcalá de Guadaira.
La cañada recorre un gran palmar. El palmito es la única palmera europea. 


En el cielo podemos ver a un Busardo ratonero al acecho de algún animalito que ya le ha echado el ojo.


Y junto a la pista muchos pajarillos salen a nuestro encuentro pero huyendo velozmente cuando nos acercamos a ellos...


Algunos pude pillar: gorriones molineros y Tarabillas. 



Y las 16:30 llegamos a nuestro coche, tras algo más de seis horas de marcha.


Etapa 10: 

Carretera A-394 junto a finca el Macaco-Torre la Membrilla  (17,6 km circular)




De nuevo estamos aquí, dispuestos a emprender una nueva etapa, ya vamos por la décima.
En esta ocasión nos trasladamos hasta la carretera A-394, cerca de Arahal, y a unos 7 kilómetros antes de llegar por la carretera de Morón de la frontera, aparcaremos el coche junto a la finca "El Macaco"


 Hoy también es un día de bastante frío (4º), nos abrigamos bien y empezamos a andar por el carril que hay paralelo a la carretera, a unos 300 metros llegamos al afluente arroyo Martinazo, que va seco, con lo que lo pasamos sin mayor problema, por un puentecillo.


Nos acercamos al río Guadaira, y vemos que algo de agua lleva, y con bastante desnivel de donde nosotros estamos. 


 Hace muchísimo frío, la hierba aun esta helada, de lo que ha tenido que caer esta noche


Seguimos avanzando junto al río hasta que de nuevo llegamos al arroyo Martinazo, que aunque por aquí sigue seco, está muy hundido con lo que tenemos que pillar algún paso cómodo y menos resbaladizo.


Bajo hasta el mismo arroyo y empiezo a buscar una forma fácil de subir...


 Allá vamos para arriba...


 A partir de aquí se hace imposible seguir junto al río. La maleza, las zarzas y otras tantas plantas hacen que tengamos que salir al interior, junto a los sembrados y los olivos.


Ahora, un buen rato andaremos por plantaciones, que por cierto no sabemos que es. De vez en cuando nos asomamos al río, para ver si podemos acceder a él, imposible está totalmente cerrado.



A nuestro paso nos encontramos con una alambrada, y que por suerte tiene una angarilla por donde podemos pasar...


Y a los pocos metros, vemos un paso por donde si podemos acceder río. Las crecidas de agua, en algún momento, han arrastrado ramas, trozos de árboles y todo tipo de desperdicios: botellas, plásticos...



Intentamos seguir, pero de nuevo la maleza nos lo impide...


De nuevo una angarilla, nos da paso a una zona de ganado.
Entendemos, que si hay paso, es porque podremos pasar...



Nos encontramos otra alambrada, pero esta sin angarilla. Normal, de frente vemos a unos toros bravos que nos miran con cara de embestirnos.


Así que seguiremos la valla, a ver hasta donde podremos pasar...


Vemos que el camino cada vez se va retirando más del río, pero no hay otra, detrás de la alambrada vemos más toros bravos, cualquiera se salta...


Y por fin llegamos a una zona de olivos, junto a la alambrada de los toros, seguiremos por esta linde...


Por fin, ya no vemos más toros...
Ahora atajaremos un meandro del río y a través de otro sembrado seguiremos avanzando...


¡Agua, vemos agua!, efectivamente , por fin nos podemos acercar a la orilla del río...


Nada, solamente asormarnos y para atrás, la maleza sigue junto al río...


Seguimos avanzando por una pista que nos lleva ahora directamente al río...


Es curioso, la pista se mete de forma longitudinal en el río, como si la pista desapareciese.


Un momento de relax y contemplación...


Cuando de pronto escuchamos un ruido que venía hacia nosotros...


Si no lo vemos no lo creemos, el tractor se adentra en la pista, que a su vez, es el río...


Retornamos de nuevo por la pista y seguimos junto al río...


Y por fin, tras tres horas y media de pateo y andar 10,7 kilómetros, llegamos a la torre de Membrilla, en donde terminamos en la anterior etapa.



Hora de comer, son casi las dos de la tarde, ya hay hambre con tanto sembrado y toros...
Media hora aquí sentados, como las lagartijas al sol...y recuperando energías.


Y ponemos rumbo hacia el coche siguiendo La Cañada Real de Morón, que ya cogimos en la etapa anterior pero en sentido contrario.



Es una agradable pista, en donde a ambos lados de la misma, son muchos los palmitos, que protegidos por unas vallas, se ha recuperado tras muchos esfuerzos por los ayuntamientos de la zona.


Cientos de pajarillos revolotean cuando nos ven llegar...
Hora de parar y guardar silencio, a ver que puede pillar mi cámara.


Muchos gorriones molineros y morunos, tarabillas, verderón y molineros de todo tipo...




Y seguimos avanzando por la cañada, dejando a ambos lados, muchos lentiscos y encinas...


Y la pista nos lleva ahora por una zona en donde los toros bravos se asoman a nuestro encuentro, y con que cara nos miran...


Esperemos que no se salten la alambrada...



Y llegando casi al final de nuestro trayecto, podemos ver allí de frente, a lo lejos, las siluetas de la Sierra del Tablón, con el Algámitas y el Terril, que tantas veces hemos subido.


Y llegando a la carretera giramos a la izquierda, y a unos quinientos metros, ya estará nuestro coche. Han sido seis horas de ruta, y 17,6 kilómetros, no está mal.


Etapa 11 

A-394 junto a finca el Macaco-Base de Morón, en arroyo los Barros (16,1 km circular)




Una nueva etapa iniciamos hoy, al igual que estos días atrás, está haciendo muchísimo frío, pero hoy quizás bate record 1º. 
El coche lo dejaremos en el mismo lugar que ya hicimos en la última etapa, junto a la finca el Macaco.


Nos trasladamos hasta el puente que atraviesa el Guadaira, y desde ahí empezaremos bajando primero hasta una capa de hierba helada que vemos junto al río.


Ya en la misma orilla, vemos que lleva bastante caudal de agua por esta zona, veremos más adelante...


Al poco, empezamos a oír un fuerte sonido de agua...


Y abriéndonos huecos como se pudo entre el cañaveral de cañas y eneas, pudimos comprobar que ese ruido venía de una fuerte bajada de agua proveniente de un desnivel del río.


Nos acercamos hasta allí, atravesando por unos troncos que se habían quedado atrapados tras alguna crecida del río...


Y aquí ya pudimos contemplar esta bajada de agua en forma de cascadita...


Estamos en uno de los muchos molinos harineros que había en sus tiempos por el río Guadaira. En este caso estamos en el molino El Boticario.


Seguimos avanzando junto al río, que por esta zona se va bien, y sin maleza que nos lo impida...



Vemos un carril, junto a un olivar, y decidimos tirar por allí para avanzar más rápidamente. Encontramos a un par de señores, y le preguntamos hasta donde llegaba ese carril; a una finca privada nos contestaron.


Seguimos por el carril, hasta llegar a la misma puerta de la finca. Bordeamos la alambrada hasta llegar al río, y una vez allí, vimos que era totalmente imposible pasar. Un cañaveral invadía la misma linde de la finca.


Por suerte vimos al dueño que estaba trabajando con su tractor y le preguntamos como podíamos seguir por el río. Pasar por la finca y aquí encontrareis una puerta por la que podréis continuar..¡Estupendo!



Y así lo hicimos, entramos dentro de la finca y nos dirigimos a la puerta que había en la alambrada junto al río.


Y por ahí seguimos avanzando hasta llegar a la vía del tren que la teníamos cerca. La atravesamos por el puente sobre el Guadaira y seguimos...


Ahora iremos combinando la marcha por la misma orilla y por el interior, junto a los olivares y los sembrados...


Dejaremos a nuestra izquierda una pista que atraviesa el río (por ahí regresaremos) y seguiremos avanzando hasta salir a la siguiente pista por la que atravesaremos el río a través de un pequeño puente de hierro, por cierto, bastante destrozado.



Avanzaremos ahora por la otra margen del río, por el sembrado de un olivar, haciendo algunas entradas en las aguas, cuando la vegetación nos lo permita.



El olivar desaparece, dando paso a un espacio abierto, verde muy verde, viendo de frente las siluetas de la Sierra de Morón.



Y llegamos a la curiosa calle Mecánicos, que realmente es una simple pista de tierra, y que resulta difícil de entender que tenga un nombre, según pudimos observar en nuestro plano.


Y avanzando un poco más por esta "calle" llegamos al puente que nos adentrará en la cercana base de Morón, tras atravesar el puente de piedra que nos encontramos a nuestro paso para pasar a la otra orilla.


Y junto a este, el antiguo molino de la Rubia 
Información obtenida de "Un paseo por el Arahal"

"Entre ellos hacemos mención "El Molino de La Rubia", situado en el río Guadaira, se accede a través del camino de Arahal a El Coronil, situándose a 1,2 Km. al suroeste del cruce entre ese vial y la Vereda de Morón. Pertenece a la tipología de canal, encontrándose el azud parcialmente afectado por roturas y sedimentos fluviales. Hay al menos dos canales semiocultos por la vegetación. La sala del molino, de planta rectangular, tiene bóveda de cañón, destacando externamente por los contrafuertes y el tejado a dos aguas. Es interesante la vivienda adosada al molino, con dos plantas, techumbre a dos aguas y puertas y ventanas abiertas al camino. Su diseño es más moderno que el molino, posiblemente de finales del siglo XIX o principios del XX. Todo el conjunto se encuentra en un avanzado estado de ruina, con signos de inundaciones periódicas".


Y llegamos hasta las mismas alambradas de la Base Militar de Morón, que no teníamos claro, si por allí podríamos pasar...


Unos carteles nos avisan de que estamos en terreno militar y no se puede traspasar..
Nosotros vemos que junto a la alambrada y el río ha quedado un tramos de espacio totalmente despejado y desbrozado de vegetación, por lo tanto andaremos por aquí hasta donde podamos.


 Un poco de historia de la base de Morón obtenida de la Wikipedia:

"La construcción de la base aérea, que originalmente se llamó "Aeródromo militar Vázquez Sagastizábal", comenzó en 1940.​ Al año siguiente la base ya estaba operativa, funcionando como una base para el entrenamiento de pilotos de caza de la Fuerza Aérea Española.

En 1953, en el contexto de la Guerra Fría y en virtud de los Pactos de Madrid de 1953, España decide ceder a Estados Unidos el uso de cuatro bases militares. Las bases aéreas de Torrejón de Ardoz (Madrid), de Zaragoza (Aragón) y de Morón (Sevilla), además de la base naval de Rota (Cádiz).​ En 1991 la Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAF) se retiró de Torrejón de Ardoz y en 2004 de Zaragoza, pero permanece en Morón y la Armada de los Estados Unidos (US Navy) también permanece en Rota"


Seguimos avanzando cómodamente junto a la alambrada, sin mayor problemas...


Y tras un kilómetro aproximadamente de marcha, nos encontramos con el arroyo de los Barros, que ya nos impiden seguir, por lo tanto aquí, daremos la vuelta.
Hasta aquí, han sido unos 10 kilómetros.



El regreso al coche lo haremos por la pista que salía junto al molino La Rubia, "calle mecánicos".


Y después giraremos a la izquierda por la cañada de Morón, y ya todo, todo, todo recto hasta la carretera en donde tenemos el coche, unos 6 kilómetros.


Tendremos que pasar el río, por la pista que ya dejamos esta mañana...


Y al poco, el hambre ya acechaba, así que en un bonito lugar lleno de florecillas, hicimos una parada para comer los bocatas, junto a una casa en ruinas.




Continuamos por la pista, cuando en el cielo vimos a un par de rapaces, estaba claro que eran dos Milanos Reales que, estaban pendiente de una buena comida para lanzarse a por ella. 
Cogí la cámara, y click, a inmortalizarlo.


En el camino, los pajarillos revoloteando escapaban cuando nos veían llegar: tarabillas, gorriones de todo tipo, trigueros, mosquiteros...
¡Algunos pude pillar!




Allá a lo lejos podíamos distinguir las siluetas de la Sierra del Pinar con el San Cristobal, destacando más picudo y la mole más alta, el Torreón, la cumbre de mayor altitud  de la provincia de Cádiz, y que tantas veces lo hemos subido. 


Y para finalizar, desde la pista podíamos ver el coche aparcado junto a la finca el Macaco, a la que llegaríamos en media hora. 

Etapa 12

 Base de Morón, en SE-5204 hacia Arahal-Azud junto hacienda de Morillo (19,5 km circular)




Comenzamos una nueva etapa con temperaturas bajo cero.
En estos días atrás, ha caído la nevada del siglo por muchos puntos de España, sobre todo por el centro, y al sur, también llegó bastante, y en cotas muy bajas.


Pepe y yo nos trasladamos hasta las cercanías de la base de Morón, buscando la carretera SE-5204, y aparcar junto a esta Base; y que por cierto, estaba prohibido, y que después lo contaré con más detalles.


Avanzaremos primero con dirección a donde nos quedamos en la última etapa, bordeando la alambrada de la Base de Morón, a ver hasta donde podemos llegar...


La temperatura con la que hemos partido ha sido de 1º solamente. El campo en muchas zonas está totalmente helado.



Solo pudimos avanzar unos 300 metros, el río Guadira llegó un momento que daba justo con la alambrada, imposible seguir...


Volvimos, y pasamos al otro costado del puente, y ya por ahí, seguiremos el río por la margen derecha.


Un gran cañaveral invadía los margenes del río, con lo que tuvimos que avanzar por el sembrado que había junto a este.


A nuestro paso, vemos que en el río se ha abierto algo de claridad y los matorrales han dado paso a un suelo repleto de hierbas que las aguas arrastran río abajo...


Y de nuevo tendremos que avanzar por el sembrado..
El sol de frente, empieza a calentarnos, y vemos como el contraste de temperatura choca con las hierbas, aun heladas, y suelta una pequeña humareda.


Y ahora sí, iremos bordeando la orilla del río, llegando a un curioso puente de hierro totalmente abandonado, y que por seguridad, han puesto una alambrada para no pasarlo. Lo vemos bastante deteriorado. Pensamos que era el paso de una antigua vía de tren.



Seguimos avanzando, y bajamos ahora hasta sus aguas...



La roca aparece a ambos lados del río, y el agua se resbala velozmente entre las piedras, formando una pequeña cascada.


¡En esta zona del río, los árboles y los arbustos de ribera le dan un encanto al entorno!



Casi sin darnos cuenta, nos hemos metido en una finca privada, así que aunque al principio seguíamos avanzando junto al río, un gran rebaño de ovejas pastaban junto a este. No queríamos molestarla, así que nos retiramos un poco y lo pasamos junto a un olivar con muchos conejos correteando delante de nosotros, al igual que muchos pajarillos, trigueros, gorriones  y mosquiteros que, revoloteaban de árbol en árbol.



Al final de la finca nos encontramos con una valla, sin angarilla alguna por donde pasar.
Estaba claro, habría que saltarla...


 Un carril de tierra la separaba del otro cortijo de Arenales, con lo que decidimos no meternos de nuevo en la otra finca, y avanzar un poco junto a la carretera, hasta que el río atravesara a esta. Quedaba cerca.


 Y ya, en el puente que atravesaba el río, una foto de los dos para inmortalizar el momento, aunque no se pude ver la gran altura que aquí tenía el paso del río.


 Y antes de atravesar la carretera y seguir el cauce del río por la izquierda, una parada en la entrada del cortijo "Arenales".


 Estamos ya muy cerca de la urbanización "La Ramira" por la carretera, pero decidimos seguir avanzando junto al río, en un gran meandro que aquí hace.


 Imposible avanzar por la orilla, los cañaverales totalmente cerrados son gigantescos y frondosos. Así que toca de nuevo, hundirnos por los barrizales de los sembrados, que por cierto, eran habas plantadas.


Ya en las inmediaciones de la urbanización, una frondosa y bonita vegetación nos da paso hacia el río, a través de un sendero, por ahí tiraremos...










Y llegamos a la urbanización, en donde el río pasa justo por la parte trasera de los chalet, con lo que no queda más remedio que tirar por la misma calle.



De este modo, atravesaremos toda la urbanización por el interior de los chalets...,distrayéndonos con algunas cigüeñas que posaban sobre las chimeneas.


Y saliendo de la urbanización, el río se presenta aquí en un entorno frondoso y agradable para pasear...




Hasta que de nuevo tenemos que echar mano de los sembrados a los que tanto estamos acostumbrados, al no poder seguir avanzando junto al río.


Y al poco llegamos al puente de la carretera SE-5206 que une Morón de la Frontera con El Coronil...


 En un principio, aquí queríamos terminar la etapa de hoy, pero al ver que la zona era agradable y fácil de avanzar, decidimos alargar la etapa un poco más...




Avanzaremos por un bosque de eucaliptos, que por un momento, nos recordó bastante a una zona, por la que ya pasamos en Alcalá de Guadaira.






Ahora el río, parece abrirse en dos ramales (ver mapa) uno más caudaloso, y el otro, un brazo por el que en algunos momentos de crecida también circulará el agua. Por ahí tiraremos...


Y llegamos a un bonito lugar, en donde el agua en forma de cascadita bajaba desde un azud, que pensamos, sería del antiguo molino de Ojeda, aunque estuvimos mirando por los alrededores y no vimos restos algunos.


Y como no podía ser de otra forma, subimos, bajamos lo atravesamos y anduvimos un poco por la zona, antes de abrir nuestras mochilas para comer los bocatas.




Hasta aquí, han sido 11 los kilómetros recorridos. Son las 14:30, el lugar es perfecto para comer, y la temperatura estupenda...


Media hora de relax, y de nuevo en marcha, tiraremos por la pista que nos llevará directamente a la carretera de Morón.


Dejando atrás las siluetas de la Sierra del Espartero...


Hasta la urbanización la Ramira, el camino ha sido cómodo, ya que un senderillo discurre paralelo a la carretera, además, vamos disfrutando con el vuelo de algunas aves que vemos por la zona.




Pero a partir de la urbanización toca "pechá de carretera", calculo que unos cinco o seis kilómetros hasta llegar al lugar en donde tenemos aparcado el coche.


Y sobre las cinco de la tarde, por fin llegamos, y allí nos esperaría una sorpresa...
Un vehículo militar que rondaba por el interior de la base militar, se acercó a nosotros, para alertarnos que la Guardia Civil nos estaba buscando desde esta mañana para avisarnos que allí no podíamos aparcar, ya que por lo visto, según nos dijo la militar, que aunque no había carteles de prohibición, la norma dice que no se puede aparcar a menos de 200 metros del recinto militar. 
A ver que pasa, espero que no haya multa...


Etapa 13
 
Azud junto hacienda de Morillo-Venta de Espartero 
(19,3 km circular)




De nuevo aquí, casi terminando nuestro proyecto, ya solo nos queda una etapa.
Hoy será una interesante ruta, adentrándonos en la misma Sierra de Esparteros.


Las temperaturas han subido algo, hoy partiremos junto al cortijo Morillo con 3º.
Miramos el mapa, y la mejor alternativa será avanzar junto al río por la margen izquierda.



Un gran cañaveral cubre toda la orilla del río. Aprovechamos cualquier huequillo para adentrarnos hacia el. Aquí el caudal de agua es bastante importante, ya que ha quedad retenido por el azud en donde tenemos aparcado el coche.


Al poco de avanzar y ojeando el mapa, vemos que a nuestra izquierda nos encontramos una laguna natural, hacia allí nos dirigimos, a ver si hay algún animal para inmortalizar.


De nuevo, junto al río, vamos descubriendo rincones muy agradables, en donde el agua corre sin prisas...y nosotros paso a paso lo vamos disfrutando.



Un curioso puentecillo nos encontramos a nuestro paso. Es muy estrecho, y nos aventuramos a pasar (o mejor dicho, a intentarlo, no era muy fiable)



En algunos tramos del río vamos observando como en grandes crecidas, las aguas han llegado a cubrir hasta parte de los árboles. Lo podemos comprobar por todos los restos que han quedado retenido en las ramas de los árboles.



Este río es curioso, hay tramos con muchísimo caudal de agua y a los pocos metros, el agua prácticamente desaparece, incluso en tramos va seco...


Nos encontramos ahora un gran meandro en el río, optamos por atajarlo por un sembrado...
¡otra vez más barro!
La Sierra de Esparteros, cada vez más cerca...


Nos adentramos ahora en una zona de mucha vegetación, el intenso color verde aparece por todas partes...la hierba, aun mojada bajo nuestros pies, nos lo hace más cómodo para avanzar...




Y de nuevo, el río cargado de eucaliptos a ambos lados, y detrás, mucha vegetación, en donde la hierba en algunas partes nos llega hasta las rodillas...literalmente nos vemos hundido en ellas.


El río ahora se hace impracticable, con lo que cogemos un carril que sale a nuestra izquierda...


Este nos llevará directamente, en un par de kilómetros hasta la misma carretera que tendremos que cruzar para acercarnos a la Ermita de la Virgen de Gracia...


En el mismo puente, y como no podía ser de otra forma, inmortalizamos el nombre de este proyecto. Recorrer el río Guadaira desde su desembocadura hasta su nacimiento.


Y al lado la Ermita de la Virgen de Gracia.


El origen de su construcción data de 1622, en que el Cabildo concedió licencia a la hermandad de la Virgen de Gracia para trasladar su ermita del sitio donde se encontraba río abajo. Arruinada a finales del siglo XIX fue reconstruida en 1915.


Junto a esta, un frondoso bosque en el que se encuentra una fuente en donde el agua brota de forma continua...
Aprovechamos para comer unas frutas y, un poco de relax...


Continuamos nuestra ruta río arriba, ¿pero por donde, derecha o izquierda?


Ojeamos de nuevo el mapa, vemos que por la derecha tenemos una finca, así que intentaremos ir por la izquierda, aunque ya desde aquí lo vemos muy cerrado. Imposible andar, tenemos que cruzar el río, y seguir junto a la alambrada...


Como podemos, avanzamos metidos de lleno en este frondoso cañaveral. Las cañas y las eneas las tenemos que ir apartando a nuestro paso. Cuando vemos que se cierra totalmente lo intentamos por el mismo río. De momento, podemos avanzar, hay poca agua...


Imposible seguir por aquí, tenemos que buscar la alambrada por arriba y saltarla.
De momento vamos controlando el terreno, es una finca privada y no sabemos si podremos continuar...


Con mucha precaución vamos avanzando, sin saber que nos podremos encontrar: toros, dueño, perros...
De momento vamos pegaditos a la alambrada, por si tuviéramos que saltar rápidamente.


Ahí vemos la casa, y parece que está habitada...


Nos acercamos a ella, a ver que pasa...y seguimos avanzando junto la alambrada y el río...


Fin de la alambrada e imposible seguir por la vegetación, así que a la derecha, allá arriba vemos la pista, iremos hacia ella...


Pero primero tendremos que saltar la alambrada, pero por donde, está muy bien protegida...


Por aquí, habrá que tirar de la alambrada para abajo y engancharnos en los pinchos unas pocas de veces, y destrozarnos los pantalones...


Por fin, estamos en la pista, y que además, hay varias familias con críos y perros que están por aquí paseando, por lo tanto avanzamos ahora más relajados...
Allá abajo vemos el rebaño de ovejas de la finca, y detrás la fábrica de cal, tan típico y popular por estas tierras de Morón, y que fue declarado como Patrimonio inmaterial de la Humanidad por la Unesco.


Y a los pocos metros llegamos a las antiguas canteras, ya abandonadas, ubicadas en las mismas faldas de la Sierra del Espartero, o  de Moron,  o de Montejil 
(del latín Monticellus, Montecillo, de la época romana) 


Nos adentramos hasta las canteras, y por aquí estuvimos subiendo, bajando y echando un vistazo a toda la zona...



Y al poco llegamos hasta la Venta de Espartero, ya en la misma carretera que va desde Morón a Coripe, y que fue donde nos quedamos en nuestra última etapa del nacimiento del río.


Son las 14:15, cuatro horas de caminata hasta aquí, y algo más de diez kilómetros recorridos.
¡Unas cervezas y a celebrarlo!


Tras media hora de comida y cerveza, nos ponemos en marcha de nuevo...


Ahora tocará ir por la carretera un par de kilómetros hasta llegar a la misma entrada de Morón.



Una vez aquí, y sin entrar en Morón, vemos en nuestro mapa que podemos tirar a la izquierda por la calle Mancera que continuará por la pista paralelo a la carretera que lleva a Sevilla.


A  nuestro paso nos encontramos con este curioso edificio, que tras indagar, no sabemos que es, aunque parece estar cerrado o casi abandonado.


Y ahora avanzaremos por la pista varios kilómetros, así que a preparar la cámara, porque aquí revolotean todos los pajarillos: gorriones de todo tipo, Tarabillas, Trigueros, mosquiteros, jilgueros e incluso pude pillar una Cogujada...







Además el campo con tantas florecillas está precioso. A disfrutar de el...




 Cuando llegamos a la altura de la hacienda Mancera, dejamos la pista y nos adentramos por la derecha en la zona de sembrados con dirección hacia las lagunas. Si siguiésemos por la pista nos estamos yendo muy hacia la izquierda...



 Y siguiendo con dirección a las lagunas, la gran hacienda que vemos al fondo y el cortijo Morillo, vamos llegando a nuestro destino, dejando allá a lo lejos, atrás la Sierra de Espartero.






 Incluso en las lagunas pudimos ver algunas aves acuáticas...



Y siete horas después llegamos a nuestro destino.


Etapa 14

Nacimiento en Sierra de Pozo Amargo-Venta el Espartano 
(5 tramos del río, total 8 km)





Y por fin llegamos a nuestra última etapa, en busca del nacimiento.
Tras consultar varias fuentes, no demasiado claro, teníamos alguna referencia del lugar exacto, o mejores dicho, los lugares en donde nacía este río. Son tres ramales distintos de nacimiento, en donde posteriormente se unen los tres, dando lugar al enclave exacto del nacimiento, y podríamos decir que el lugar oficial.
Nosotros queríamos descubrir todos estos enclaves, y hacia allí nos dirigimos, hacia la Sierra de Pozo Amargo, en donde hacen límites la provincia de Sevilla con Cádiz. Por una parte Coripe, en la primera y por otra, Puerto Serrano en la segunda.
Los tramos que haremos en esta etapa serán cinco (8 km), ya que fue totalmente imposible recorrer el río en toda su totalidad (calculamos que unos 12 km) ya que , o bien la carretera de acceso quedaba muy lejos del río, o bien porque la pista de entrada al mismo estaba cortada por un finca.

Tramos recorrido:  
Tramo 1: Dos Nacimientos (1,7 km)
Tramo 2: Nacimiento en finca Gaena (2,1 km)
Tramo 3: Pozo Amargo (1 km)
Paradas intermedias, intentos de acceder
Tramo 4: Río Guadaira junto a finca Balbuán (2,8 km)
Tramo 5: Río Guadaira (aquí se conoce como Esparteros) junto a finca Paguillo (2,2 km)

Nos situamos en la carretera que une Morón de la frontera con Coripe, y antes de llegar a esta, a unos seis kilómetros, pasado Pozo Amargo, nos detenemos en la entrada a una pista que sale a mano izquierda, "Camino Real a Grazalema".  


Tramo 1: Dos Nacimientos (1,7 km)


Nos adentramos en la pista, y aprovechamos para preguntar sobre el lugar exacto del nacimiento a un coche que en ese momento salía. Ni idea, no lo sabe.
Avanzamos por la pista, y a unos cientos de metros encontramos a un par de hombres, a los que le preguntamos. Ha habido suerte, uno de ellos es el guarda de la finca, y nos da una información precisa sobre los enclaves de lo nacimientos. Hacia allí nos dirigimos.
 

Siguiendo por la pista, y a unos 300 metros a la izquierda encontramos el primer nacimiento. Una charca, en donde se supone que brota el agua.


Ahí está, y para confirmar y certificar este nacimiento, foto para inmortalizar.  



Tenemos curiosidad sobre la profundidad que tiene, así que acercamos un tubo y lo echamos. calculamos que entre dos y tres metros hay de profundidad.



Buscamos el otro ramal de nacimiento y seguimos sus huellas, justamente en frente del anterior.
Sin que haya un lugar exacto, lo intuimos, rastreando el lugar en donde parece que empieza, siguiendo la zanja abierta, aunque seco en este momento. 



Y un poco más abajo de la pista, en donde se encuentran los dos ramales, vemos un poste de la confederación hidrográfica del Guagalquivir, dándole a este punto exacto, oficialidad de nacimiento. 



Tramo 2: Nacimiento en finca Gaena (2,1 km)



Nos trasladamos ahora en coche, por la carretera, hasta la pista anterior, dirección Pozo Amargo, a unos 500 metros, "Camino de Becoveros, finca Gaena". Aquí se encuentra el otro nacimiento, ¿Pero donde?


Avanzamos por la pista, e intentamos intuir por la parte izquierda, el lugar exacto del nacimiento, ya que hay más vegetación, típica de donde puede haber agua. A lo lejos ya vemos ya vemos la finca Gaena, a la que no llegaremos.


Nos adentramos en la zona más densa de vegetación, y tras muchos pinchazos y algún que otro encontronazo con las ramas, dimos con el poste que se encuentra junto a la pista,de la confederación hidrográfica del Guagalquivir, dándole a este otro punto exacto, oficialidad de nacimiento.



Regresamos a nuestro coche, que lo hemos dejado justamente al principio de la pista, pues a lado, en una antigua venta abandonada, y a la espalda, es el lugar exacto en donde se unen los tres ramales, y parte un solo río, el Guadaira (ver foto del plano). 


Tramo 3: Pozo Amargo (1 km)


Nos trasladamos ahora a la aldea de Pozo Amargo en coche, y lo dejamos aparcado a la entrada para dirigirnos posteriormente al río.


Pero antes, vamos a recorrer su aldea y descubrir algunas curiosidades que he podido rescatar de la wikipedia...


"Pozo Amargo es una pedanía de 1 habitante (INE 2014) que pertenece al municipio de Puerto Serrano, situada en la provincia de Cádiz. Se encuentra en la ribera del Guadaira formada por 18 casas, un antiguo balneario del siglo XIX y la ermita de Nuestra Señora de la Asunción".


"Se sabe que Pozo Amargo está poblada desde la Edad de Hierro porque aun se conserva una muralla construida por los íberos en dicha época. Nunca ha sido un municipio independiente y pertenece a Puerto Serrano desde 1941 por Decreto Ley de Francisco Franco, anteriormente era término de Morón de la Frontera perteneciente a la provincia de Sevilla".




Bajamos con dirección al río, e intentar avanzar un poco por sus orillas...





Al poco regresamos de nuevo, ya que el terreno era muy dificultoso para avanzar... 



Y de nuevo en la carretera, intentamos realizar mas incursiones en el río, aunque en este primer tramo era difícil, ya que la carretera se separaba mucho del río.

Paradas intermedias


Un poco más adelante vimos una pista abierta a mano derecha, y por ahí tiramos, teóricamente nos llevaría hacia el mismo río.
Mala suerte, es una finca totalmente cerrada con toros bravos, ¡cualquiera se atreve a saltar!



Y más adelante tuvimos que hacer una parada en la carretera y disfrutar de un bello paisaje, junto a ora finca. El día estaba precioso, con una luz ideal para fotografiar.





Tramo 4: Río Guadaira junto a finca Balbuán (2,8 km)

Viendo el mapa que llevamos, y a la altura de esta finca, una pista se adentra hacia el río formando varios meandros. Hacia allí nos dirigimos...


Avanzamos por la pista, y cuando vemos una angarilla que se adentra al río, por ahí tiramos...


Esto es una verdadera selva, por aquí no tira nadie...


El silencio es infinito, solo se escucha el silbido de los pájaros, por cierto, totalmente imposible fotografiar...


Seguimos avanzando, a veces con dificultad entre las lianas colgantes...



De vez en cuando, ya que no hay prácticamente caudal del  río, avanzamos por el mismo...


Y ahora salimos a cielo abierto, y quitarnos un poco de la selva... 


Y tras un rato andando, y consultando el mapa, nuestro siguiente paso era atravesar el río, ¿pero por donde? en frente solo veíamos una densa vegetación, imposible pasar.



Por suerte, y después de tirar un poco hacia atrás y después hacia adelante, por fin vimos un paso hasta la otra orilla...


Salto de una alambrada algo complicadilla, y de vuelta por la pista que vinimos, que por cierto, aquí se unieron nuestros dos acompañantes...


Y hora de comer, hay hambre.
Vale, algo de comer también les cayeron a nuestros compañeros...



Tramo 5: Río Guadaira (aquí se conoce como río Esparteros) junto a finca Paguillo (2,2 km)


Acercándonos ya a nuestro final de etapa, ceca de la venta el Espartero, aparcamos el coche justo en el puente que atraviesa el río Guadaira, aprovecho para inmortalizar a Pepe.


Avanzamos primero por la parte izquierda, en donde podemos ver, curiosamente, que el río en tramos lleva agua y en otros totalmente seco, posiblemente se filtrará en algún momento.


Hablando con un señor que encontramos en la ruta, y que era de la zona, parece ser que por aquí al río Guadaira se le conoce con el nombre de Espartero, curioso.




Tras un rato por esta zona del río, atravesamos el puente, en donde se encuentra la finca el  Paguillo, y empezamos a recorrerlo de nuevo.


El campo estaba con un color verde intenso. El sol, poco a poco empezaba a morir, y sus débiles rayos embellecían aun  más el paisaje. 



El río por aquí va totalmente seco, solo se ve la zanja abierto del mismo y muchos ramales en su interior. Seguimos avanzando y ahora si, aparece algo de agua...




Volvemos de nuevo al coche y damos por finalizada la jornada de hoy, pero antes haremos una parada en la venta El Espartero, que está aquí cerca, tomaremos café y repasaremos la intensa ruta en el día de hoy.