martes, 28 de marzo de 2017

En piragua por las Hoces del río Duratón (Segovia) Agosto/2007



Corría el mes de Agosto, cuando Joaquín, Rufino y yo planeamos una semana de montañas por el norte de España. En el trayecto paramos en este hermoso lugar: las hoces del río Duratón.


Recorrer este hermoso cañón es bueno divisarlo desde varias perspectivas, y esto es lo que hicimos nosotros. Primero por el río en piraguas y después a pie por la parte alta del mismo.



El paisaje de las Hoces del Duratón  esta dominado por la roca caliza originada  hace 140 millones de años, por la acumulación de sedimentos en el lecho del antiguo mar que por aquel entonces inundaba toda la actual península Ibérica, hace aproximadamente unos 50 millones de años, los movimientos de las placas tectónicas hicieron que dicho mar emergiera, dando lugar a la actual península y a las montañas que conocemos en la actualidad, los Alpes, los
Pirineos, etc. Esos sedimentos marinos dieron lugar a la formación de rocas calizas, que con el paso del tiempo y por efecto del agua y las condiciones climatológicas se fueron fragmentando y desgastando dando lugar a las actuales hoces, este proceso de carstificación ha permitido que el cauce del Duratón se encaje entre impresionantes paredones verticales, que en ocasiones llegan a los cien metros de altura.
En los paredones se han ido formando oquedades siendo  utilizadas desde la antigüedad tanto por el ser humano  como por la fauna. En la actualidad estos huecos son utilizados por los buitres para su nidificación.



Sin duda uno de los motivos de visita, es el espectacular paisaje de las Hoces del Duratón, pero el principal por el cual se ha convertido en Parque Natural, es por su diversidad animal y vegetal, a lo largo del río podemos encontrar distintos ambientes, creados por la diversidad climática y por los distintos tipos de suelo, podemos distinguir la paramera, el bosque de ribera y los cortados, en la paramera podemos observar  bandas de lúganos, jilgueros, pardillos y pinzones, incluso alguna garza real.


Pero el representante principal de la fauna de las Hoces es el Buitre Leonado, este ave con una envergadura entorno a los 2.5 metros y con un vuelo majestuoso es el rey de la comarca y atractivo principal del Parque Natural, anida en los huecos de los cortados y las buitreras son fáciles de distinguir por las manchas blanquecinas debidas a los excrementos de estas aves.


El Buitre Leonado es un ave que forma comunidades, esto le favorece a la hora de buscar su sustento, la colonia se organiza de forma que cada individuo cubre una basta zona sobre la cual vuela en círculos atento a cualquier indicio de carroña. En estas búsquedas el buitre puede recorrer largas distancias, favorecido por su gran envergadura alar, que le permite aprovecharse de las corrientes de aire caliente, el buitre puede estar volando horas con un gasto energético mínimo.
La población actual de buitres en el Parque Natural ronda las 250 parejas, pero gracias a las actuales condiciones, esta cantidad se esta incrementando año a año, la época de cría del Buitre Leonado es de enero a julio pero dado que en dichas fechas es muy sensible a la presencia humana, se recomienda que las visitas a la zona sean respetuosas con el entorno de estas majestuosas aves, procurando no sobresaltarlas en ningún momento.
  Pero el Parque Natural contiene otros elementos interesantes que ver, uno que llama la atención tanto por el paisaje como por la posibilidad de ver a los buitres sobrevolar por encima nuestro, es la
Ermita de San Frutos, después de haber recorrido un polvoriento camino que sale de Villaseca, se llega a un pequeña explanada donde debemos dejar el coche y seguir el camino a pie, tras recorrer un par de kilómetros llegamos a un promontorio rocoso, situado en medio de una  las hoces, donde esta el Priorato de San Frutos, patrón de la diócesis de Segovia.



A un lado podemos ver el pantano de Burgomillodo, donde acaban las hoces y al otro un espectacular cortado sobre el río Duratón, en el paredón que se encuentra enfrente se puede distinguir una gran buitrera, de la que constantemente salen los buitres que sobrevuelan por la zona, a veces incluso a pocos metros por encima de nuestras cabezas.
  Otro lugar de gran belleza son las ruinas de
Monasterio de Nuestra Señora de los Angeles de la Hoz, fue fundado en 1231 por monjes franciscanos en el lugar donde dice la tradición que Nª Sª de los Angeles se apareció a un pastor llamado Pedro. El antiguo monasterio se derrumbo en 1492,

salvo la iglesia, donde la comunidad estaba rezando maitines. Hacia 1565 fue visitado por el rey Felipe II el cual impulso las obras de reconstrucción, con la desamortización de Mendizabal el monasterio fue abandonado y en la actualidad solo quedan las ruinas, a las cuales solo se puede acceder a través de las aguas del pantano de Burgomillodo, respetando las restricciones que impone su situación dentro de la Zona de Reserva.




Montserrat (Barcelona) Agosto/2008


Crónica escrita por mi compañero Joaquín Pascual


La montaña de Montserrat está el centro de Cataluña, forma una unidad de relieve de singulares características geológicas y geomorfológicas. Sus valores ecológicos, junto con los religiosos, los culturales y los históricos, dieron lugar a su declaración cono Parque Natural de la Montaña de Montserrat (1989).

Aprovechando que estábamos realizando la subida a los cuatro techos catalanes, nos dirigimos a este  bello paraje, y despues de visitar la hermosa Ermita de San Joan, subiremos al pico más alto de Montesrrat, el San Jeromi (1236 m). Tiene unas vistas espectaculares, y en poco más de una hora estaremos en la cumbre.



Salimos el jueves 21 de agosto de Bellver de Cerdanya camino del Túnel del Cadí, Berga y Manresa. En Monistrol de Montserrat teníamos reservado el alojamiento en el Hostal "Guilleumes". Después de dejar allí las maletas y comprar pan y fruta en el pueblo, subimos hasta el aparcamiento del monasterio donde dejamos el coche. Impresiona el lugar que ocupa el monasterio, aquello tienen que tener una fuerza especial para que vengan gente de todo el mundo. Además de la basílica hay otras dependencias, como el Museo, la Escolanía, el Espacio Audiovisual, además de servicios de restauración, hoteles y tiendas. En resumen que aquello parece una pequeña ciudad.


Eran ya las once y media cuando nos dirigimos a la basílica para ver a la Virgen de Montserrat, patrona de Cataluña, pero estaban diciendo misa, así que después de dar una vuelta por los alrededores tomamos el funicular de Sant Joan para hacer un poco de senderismo por la parte alta de la montaña.


Estaba nublado y parecía que podía caer un chubasco. Lo primero que hicimos es dirigirnos a la ermita de Sant Joan y a los eremitorios rupestres que hay cerca de ella.


Muy curioso el lugar, aquellos eremitas vivían encaramados en las grietas de las rocas como pájaros roqueros. Después volvimos a la estación superior del funicular y nos comimos los bocadillos mientras caían unas gotas.


En la parte superior de la cabina del funicular hay una exposición donde se cuenta como surgió la montaña de conglomerado de Montserrat del fondo del mar, y otras historias y leyendas relativas a hechos del pasado. Entre lo más destacado está el incendio y completa ruina del monasterio por las tropas napoleónicas a principios del siglo XIX. La imagen de la Virgen de Montserrat pudo salvarse porque fue escondida por los monjes.


Como no llovía empezamos otro sendero más largo, el que lleva a la ermita de Sant Jeroni y a la cumbre del mismo nombre, es el techo de la montaña con 1.236 m. Mira por donde también hoy íbamos a hacer un techo, aunque no provincial.



Nada más salir ya podemos admirar las rocas características de Montserrat que por su parecido a determinadas cosas han sido bautizadas como la Momia, la Momieta, la Panza del Obispo, la Embarazada, el Gorro Frigio, etc.
Pronto vimos a los escaladores en acción, ya que el lugar tiene muy buenas condiciones para practicar este deporte.


Arriba, aunque no lo parezca desde abajo, abunda la vegetación porque las nubes se enredan en estas torres de piedra y dejan humedad. Por el pedregoso sendero abundan tanto los senderistas con sus bastones como los turistas con chaclas con el riesto de torcerse un tobillo, ya que hay tramos de subida y bajada.


A la media hora ya se ve más cerca el Sant Jeroni, a la izquierda de unas antenas, y el torreón del Cavall Bernat.



Después de tres cuartos de hora aparece la ermita de Sant Jeroni, ahora si queremos coronar la cumbre de Montserrt nos espera una fuerte subida durante otros diez minutos.


El último tramo tiene habilitado escalones, ya que sube a un mirador situado en lo alto de una de estas torres.


El vértice geodésico esta a unos cinco metros sin protección ninguna, por lo que casi nadie se llega hasta él y se queda en el mirador. La causa, como pude comprobar por mí mismo, es el vértigo, ya que a un metro del vértice hay una caída de más de mil, y con el viento que suele correr allí impresiona todavía más.


Desde este punto central de Cataluña hay muy buenas vistas en un día claro, pero hoy no era el caso.



Después de un ratillo emprendimos el descenso. Se puede bajar al monasterio haciendo el sendero circular, pero nosotros habíamos comprado un billete de ida y vuelta y lo que hicimos fue volver al funicular. De todos modos tenía que hacer mucho calor por el fondo del estrecho valle por donde bajaba el sendero hasta el monasterio.
Hay más senderos por la montaña, pero ya con esto nos habíamos hecho una idea y tampoco era plan de pegarse un palizón en el "día de descanso" de los Techos Catalanes.




Volvimos a la basílica y esta vez pudimos subir al camarín para ver de cerca a "La Moreneta". Luego un café y para el aparcamiento. Camino de él vimos una placa indicando el Camino de Santiago de Galicia, buen punto para comenzarlo.

En el hostal hubo ducha, luego vino la vuelta por el pueblo de Monistrol que conserva un puente medieval y un par de calles y plazas con cierto sabor.

La cena en el restaurante del mismo hostal a base de un buen menú. Después otra pequeña vuelta por el pueblo, chupito y a la cama. No estuvo mal el día. Montserrat se merece una visita, ya lo saben.

Ruta por el Maestrazgo (Teruel-Castellón) Agosto/2008


VALDERROBRES, EL PARRISAL DE BECEITE Y MORELLA


Crónica escrita por mi compañero Joaquín Pascual


Para terminar la excursión a los Techos Catalanes de forma divertida nos fuimos a Beceite para hacer el Parrisal o Parrizal.
El viernes 22 de agosto habíamos subido al Monte Caro, techo de Tarragono y teníamos cerca Beceite, lugar por donde se accece al Parrisal, así que después del desayuno, a las siete en el refugio de Mont Caro, nos fuimos para Valderrobres.



En Valderrobres (Teruel) hicimos una parada para dar una vuelta por este bello pueblo, ya que el lugar lo merece. Destaca sobre la población su castillo-palacio (siglo XV) que perteneció al Arzobispado de Zaragoza, y la iglesia de Santa María la Mayor del mismo siglo que el castillo, notable ejemplo de gótico levantino en fase de restauración. Otros edificios importantes son el Ayuntamiento (siglo XVI), el puente medieval sobre el río Matarraña y el portal de San Roque.













Fue muy agradable el paseo por sus estrechas y empinadas calles de aire medieval. Luego nos fuimos a la cercana Beceite para tomar la pista que lleva siguiendo el río Matarraña hasta las proximidades del Parrisal.



Hay que dejar los coches en un aparcamiento habilitado para ello, ya que una cadena impide llegar hasta el área recreativa, unos 500 m más adelante.
Desde este área ya se accede por unas pasarelas de madera, que salvan de mojarte en unas bellas pozas, al desfiladero del río Matarraña, que iremos recorriendo unas veces por la orilla y otras veces por el bosque.

"El Parrisal marca el nacimiento del río Matarraña que da nombre a la comarca, formando un profundo cañón de 200 metros de longitud, 60 de altura y tan solo 2 de ancho.
Es un relieve de roca caliza, y por ello abundan los riachuelos y los manantiales durante todo el año.
Se trata de grandes fallas rocosas, cascadas y pozos naturales, aguas transparentes y bosques autóctonos. 


A medida que se avanza por la garganta, las paredes del cañón van tomando cada vez más altura y verticalidad, formándose a veces espectaculares agujas. Son las famosas Gubies (rocas calizas de colores grisáceos y anaranjados, con formas verticales en forma de dientes de sierra debido a la erosión).
A menudo el río se oculta en el subsuelo bajo un gran caos de bloques. Las paredes del cañón finalmente llegan a aproximarse notablemente, dejando tan solo una grieta de unos 20 metros de ancho y más de 100 de alto: los Estrechos del Parrisal."




"El Parrisal es el más conocido de los barrancos en las calizas de los Puertos de Beceite. Es un territorio de montaña a caballo entre Teruel, Castellón y Tarragona, en la cabecera del río Matarraña con bellos parajes naturales y sendas que poder recorrer.
Se enmarca en un macizo montañoso situado en la parte oriental del sistema Ibérico que enlaza con la cordillera Prelitoral Catalana. Es un sistema de roca caliza con numerosas cumbres que rebasan los 1000 metros (Caro 1447 m; Encanadé 1393 m; Moletes d´Arán 1248 m, etc.) y a pesar de no alcanzar una elevada altitud, podemos encontrar extensos bosques y parajes espectaculares."


Estos párrafos están extraídos de la siguiente página Web: 
http://www.unizar.es/naturaragon/ficha.php?id=102


Es recomendable llevar un buen calzado, ya que no se crean que el recorrido es fácil, hay tramos de enormes bloques que hay que trepar y donde un resbalón puede dar lugar a un buen porrazo. 



Todo el recorrido es una gozada, conviene ir tempranito porque es muy frecuentado por todo tipo de personas y familias enteras. El agua pura y las pozas se suceden mientras las paredes verticales de caliza se van estrechando rematadas por espectaculares aguajas de caliza (gubies).



Después de una hora llegamos a unos grandes caos de bloques que ocultan el río y accedemos a la parte más impresionante del Parrisal, los Estrechos, donde unas pozas (aquí llamadas badinas) obligan a mojarse y nadar si se quiere llegar hasta su final.













Dentro de los Estrechos hay otras dos pozas más hasta que el desfiladero se abre y salimos otra vez al bosque. De esa última parte no tengo fotos porque me dio miedo pasar la máquina nadando no se fuera a mojar.


En recorrerlo entero se puede tardar una hora y media más lo que emplees en bañarte y hacer fotos.
La vuelta se hace por el mismo camino teniendo cuidado de nos resbalar si te has mojado el calzado en las pozas.




Almorzamos estupendamente en la Cervecería "Los Pescaítos" de Valderrobres, después de que casi nos echaran poniendo pegas de un bar de carretera de Beceite donde paramos, por lo visto practican el arte del "anti-negocio", no me extraña que estuviera más solo que la una a pesar de que eran casi las tres de la tarde.



Después de comer en Valderrobres nos fuimos por Monroyo a Morella (Castellón), capital de la comarca de los Puertos de Morella, en pleno Maestrazgo. Allí teníamos reserva en el Hostal "La Muralla", junto a las murallas medievales que rodean Morella. Llegamos sobre las seis y nos dimos una ducha. Morella, como casi todos los pueblos del entorno estaba de fiestas, los Bous de San Roc (Toros de San Roque).



La vista de Morella impresiona cuando se llega a ella por los puertos de montaña de Torre Miró o Querol, toda rodeada de murallas a los pies de su altivo castillo. Morella está a más de mil metros de altura, por lo que en los meses centrales del invierno, cuando sopla el viento de maestral (NO) hace mucho frío, pudiendo llegar la sensación térmica a -20ºC.




También tiene empinadas cuestas, salimos del hostal y empezamos a subir por una de ellas hasta que llegamos a la la Iglesia Arciprestal de Santa María la Mayor, joya del gótico con sus dos puertas, la de los Apóstoles y las de las Vírgenes, pero ya estaba cerrada, lo mismo que el Museo de los Dinosaurios y supongo que, también, el castillo.



Fuimos hasta las monumentales puertas de San Miguel y luego a la calle Mayor, muy animada de tiendas y gente que paseaba; abundan las casas solariegas y los soportales.



La seguimos hasta el final donde hay otra puerta y un antiguo cañón usado hoy en día como elemento decorativo, pero que testimonia el agitado pasado de la ciudad. También hay un gigantesco y moderno reloj de sol en una plaza muy bonita.


Morella tuvo una fundación muy temprana, se cree que fue en el eneolítico (2500 a. C.), después pasaron por ella los celtas, griegos, cartagineses, romanos (Castra Aelia), visigodos, vándalos que la tomaron a sangre y fuego, visigodos otra vez, bereberes y el Cid. Curiosamente Don Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid, tuvo que enfrentarse a los pies de Morella el 14 de agosto de 1084 conta una extraña coalicición formada por el rey moro de Tortosa y el rey cristiano Sancho Ramírez de Aragón. La batalla tuvo lugar en el llamada Pla del Rei siendo la victoria para El Cid, que hizo bastantes prisioneros entre musulmanes y cristianos. Más tarde, Morella fue pasando alternativamente de manos cristianas a musulmanas hasta que Jaime I El Conquistados la toma definitavemente.


En 1672 sufre una epidemia de fiebres malignas y desde entonces se celebran las Fiestas Sexenales (cada seis años), las más importantes de Morella. Las próximas serán en el 2012.  Los siglos XVIII y XIX fueron, también, épocas convulsas, Morella se ve implicada en la Guerra de Sucesión, contra el invasor Napoleón, en las luchas entre liberales y aboslutistas y, por fin, en las Guerras Carlistas, donde se convierte en la plaza fuerte del general Cabrera que la convierte en la capital del carlismo hasta 1840. Por causa de ello sufre asedios y terribles bombardeos.



Nos enteramos que a la doce de la noche salía el Toro de Fuego, pero nosotros nos caíamos de sueño después de una semana de tanto trajín, así que tomamos un bocadillo en bar de la calle Mayor y nos fuimos a dormir, que al otro día había que madrugar para hacer el camino de vuelta hasta Dos Hermanas.



El viaje de vuelta sin novedad, a las seis de la tarde en casa. Fin de un viaje en el que todo salió casi perfecto.