martes, 2 de diciembre de 2008

Subida al Terril (techo de Sevilla-1129 m) 26-5-07


SUBIDA AL PICO TERRIL

TECHO DE LA PROVINCIA DE SEVILLA


Un sol tímido, apagado, medio oculto entre las nubes, se quiere imponer. La niebla, el viento, y la llovizna ganan su batalla. En poco, el cielo totalmente gris, y las nubes corretean jugando entre los montes, dejando ver vagamente el blanco de los pueblos y el verde de los campos.
Subimos al Terril, suave, en un bello paseo. Cuando el viento sopla y el azar lo permite, las nubes se apartan, y nuestra vista mira al horizonte, hacia abajo, y en un juego de líneas, contornos y colores; los prados, los montes y los valles dibujan una bella estampa, estampa para admirar y disfrutar.

Datos de interés:
Ubicación: Pruna-Algámitas (Sevilla)
Altitud: 1129 m.
Desnivel: 400 m
Duración: 1 hora y media, subida y hora y cuarto bajada
Dificultad: Baja-media
Fecha: 26-05-07
Participante: Rosa, Juan G y Antonio

Desde la carretera que une Pruna con Algámitas, en la parte izquierda, una ermita (720 m altitud) será nuestra buena referencia para comenzar la ruta.


Aquí dejaremos los coches y avanzaremos por la carretera, y en el mismo sentido que traíamos. A unos 200 metros, y tras diez minutos de marcha, dejaremos en la parte derecha una casa, y en la parte izquierda nos encontramos una pequeña explanada, donde igualmente podemos dejar los coches. Justamente al pasar las vallas de la casa, una pequeña senda sin estar muy clara y definida, tendremos que coger.



Sobre este camino, veremos un pequeño collado, donde a primera vista, está definido con una pequeña peña, y hasta el que tendremos que llegar.
Aunque al principio el camino no está muy bien marcado, al poco está perfectamente trazado.


En este primer tramo, la senda corre en un bosquete de encinas, donde en el suelo, el rojo de las amapolas, de las peonías, el amarillo de las margaritas, y el lila de otras tantas flores, crean un bello manto cromático por el que pasaremos hasta llegar al collado.


Una vez en el collado, un viejo pluviómetro nos indica que estamos en el camino correcto. A partir de aquí, el camino avanza por la loma del monte, siempre por la derecha, y sin subir a ninguno de dichos montes. Siempre a nuestra derecha queda el pueblo de pruna, y la vista se pierde en la lejanía, con pequeños relieves de montículos.
Tras unos treinta minutos de recorrido, delante, en el monte más alto ya se ve el poste geodésico del Terril, ya solo tenemos que dirigirnos a él.
Casi en el último tramo, si habrá que subir un monte, donde éste, ha quedado quemado por un incendio reciente. En la parte izquierda se ve el peñón de Algámitas (1128 m), que con un metro menos de altura, es vecino del Terril, y que ambos destacan exuberantemente en esta sierra del Tablón.



El pico Terril ya está en frente, solo tenemos que salvar un pequeño desnivel, y coronamos el pico. En nuestro caso y en este día, tanto Rosa, Juan y yo, los tres participantes en esta subida, a veces, las nubes impedían ver el camino, al igual que la bajada, aunque sabíamos que estaba allí.
Tras hora y media de camino llegamos a la cumbre. La llovizna empezó a caer, y las nubes se apoderaron de nosotros, mezclados con ellas empezamos a bajar.
El Terril es un pico suave, suave para subir, pero al igual que otros intenso para sentir.



Terril, techo de Sevilla, son muchos los caminos que llegan a él.Algámitas debajo, orgullosa de estos montes, el Terril y el peñón, miran desde lo alto a estos valles, a esta sierra, a la sierra del tablón.

Subida al Chullo (techo de Almería-2610 m) 15-6-07


SUBIDA AL CHULLO

Techo de la provincia de Almería


Chullo, entre Almería y Granada, entre las montañas y el llano, entre el frío y el sol. No se de donde, de donde eres. Aunque presiento, pienso y creo que eres de esos lugares difíciles de apreciar.
Te visitan, si. Te llegan, si. Te suben, también. Pero creo, pienso y presiento, que simplemente te suben porque te tienen que subir, no porque aprecien tu belleza.



Parte de Granada, parte de Almería, si, aunque para significar algo, te dejaron en Almería.
Maldición la tuya, o mejor la del destino, si en Granada hubieras quedado.
Pero el destino es sabio, sabio para ti, orgulloso tienes que estar, mirando a esos picos, altos picos nevados, pero también, algo cae en ti, cuando el frío invernal asoma.
¡Claro que si!, aprende del destino, de tu destino, y enhorabuena chullo, por dejarme subir, por conocerte, y que digan lo que digan, tu eres el chullo, el chullo hasta el final.


Datos de interés:
Ubicación: Sierra Nevada (Almería)
Inicio ruta: Puerto de la Ragua (2000m)
Altitud pico chullo: 2610 m.
Desnivel: 610 m
Longitud: 9 km ida y vuelta
Tiempo: 3 horas ida y vuelta
Dificultad: media-baja
Participantes: Club senal y camino (14 socios)

Desde Guadix hasta La calahorra, y desde aquí hasta el puerto de la Ragua
(2000 m), la carretera serpentea hasta arriba, hasta el refugio, hasta el centro de información. Aquí dejamos nuestros coches, y justamente detrás del aparcamiento, un camino nos indica la subida, la subida al chullo. Fácil camino, sin pérdida, bien marcado, y desde el principio el chullo se ve. Solo tenemos que subir y llegar, en una hora y media estaremos allí.


Hoy si es un día especial, especial para Aurori y Manolo Sánchez, una vez arriba habrán coronado sus ocho cumbres andaluzas, ¡enhorabuena!.
En total somos catorce los compañeros del club que en este día subiremos a este pico, o mejor dicho a este cerro.



En la primera parte hay un pequeño repecho, fácil de salvar. El camino sube hasta bordear un bosque de pinos que quedará a nuestra izquierda. Detrás dejamos los altos picos de Sierra Nevada, algunos con buenas manchas blancas, y el mulhacen destaca.


Ya en una pequeña loma, las féminas cogen carrerilla, y poco a poco se pierden en la lejanía. A unos treinta minutos llegamos a un refugio de piedra, desde aquí podemos disfrutar de unas buenas vista.

En el último tramo, el poste geodésico ya se ve, solo es cuestión de tiempo y de subir este pequeño repecho.
¡Que rápido hemos subido!, ¡que fácil camino!, ¡no estamos cansado!. De este modo, Rufino con su interminable lista de chistes nos tuvo entretenido. Relajados y descansados disfrutamos de las vistas. Y después de una hora y algo empezamos a bajar.



A las 15:00 ya estábamos en la Ragua.
Pues si, que corto camino, que poco penoso, que ruta más rara. Si, rara para el que se inspira, para el que escribe, para el que piensa.
Pero en la vida no todo es penoso, ni largo, ni costoso.
Chullo, eres un paseo, un paseo agradable, ahora te conozco y recuerda, pase lo que pase, siempre estarás orgulloso de lo que eres, el pico más alto de Almería.

Subida al Pico Mágina (techo de Jaén-2164 m) 24-3-07


SUBIDA AL PICO MAGINA Y PEÑA DE JAEN

Multitud de olivos alineados en los campos de Jaén, ciento de sendas decoran el paisaje, olivos por todas partes. De pronto un gran relieve emerge de la tierra, una gran elevación del terreno, hasta alcanzar la cima más alta de la provincia de Jaén, el pico Mágina.
Peña de Jaén, Aznaitín, Almadén, serrezuela de Bedmar, y como no, el pico Mágina, que desde lo alto, se sienten orgullosos de contemplar estas vistas. Vistas cargadas de olivos, de peñas y de hermosos pueblos.

Datos de interés:

Ubicación: S.Magina ( Jaén ),Bedmar
Pico Mágina y Peña de Jaén: 2167 y 2140 m respectivamente
Desnivel: 600 m desde R. Aguadero
Longitud: 20 km
Nivel: Alta, debido a la duración
Duración: 9 horas.
Fecha de la ruta: 24-25/03/07
Participantes:Club señal y camino (24 socios)


Son las seis de la mañana, y en esta ocasión, 26 compañeros del club nos preparamos para emprender nuestra ruta. Ruta cargada de montaña, de subida y de un largo recorrido. Hace un buen fin de semana, un sol radiante, y las previsiones nos acompañaran positivamente en nuestra salida.
Nos situamos en la localidad de Bedmar, a solo 46 km de Jaén, de aquí partiremos para nuestras rutas.
Junto al parque de la Pinilla, sale una pista que nos adentrará hasta el corazón del Parque Natural de Sierra Mágina.
Pasado el área recreativa de cuadros, la pista sigue subiendo, suave en algunos tramos, y con fuertes pendientes en otros, y así durante unos ocho kilómetros. A partir de aquí el terreno se hace más intransitable. Los socavones hacen su presencia casi de forma permanente, y en unos dos kilómetros nos vemos obligados a aparcar nuestros coches.
Son las doce del mediodía, y empezamos a subir. La pista sigue ascendiendo, y ambos lados de la misma, restos de nieve salpican la zonas más umbrías.

Tras una hora, llegamos al refugio de Aguadero (1600 m de altitud). Este refugio está adosado a un corral de ovejas, su ubicación entre varias peñas, y como, en una especie de balconada, hacen que las vistas desde aquí empiecen a ser espectaculares. En la puerta, un señor, que cuida del refugio, le preguntamos por el camino de subida al pico Magina. Muy amablemente nos contesta.
A unos 300 o 400 metros, tras dejar a la derecha una arboleda de chopos, en la parte izquierda, sale una pequeña senda por la que tendremos que tirar. En lo alto, muy en alto se ven las grandes crestas de sierra Mágina, hasta donde tenderemos que llegar.
Tras pasar una pequeña alambrada, ahora sí, el camino empieza a subir bruscamente. Las fuertes pendientes se hacen agotadoras, y así durante casi una hora. Un rosario de compañeros salpicados por la fuerte pendiente, cada uno a su ritmo, pero todos subiendo.
Arriba, al final de esta pequeña cresta, una planicie en forma de circo, suaviza y descansa nuestras piernas.

Tras un paseo de unos 200 metros por este bello lugar, de nuevo empezamos a subir. Ahora, entre grandes rocas, y aprovechando las grietas formadas entre las mismas, seguimos subiendo. Grandes neveros hacen su presencia y en lo alto de la cresta, la silueta del refugio de miramundos, nos avisa de que estamos en la dirección correcta. Aunque se ve allí, en lo alto, hay que llegar. El desnivel es fuerte, pero por suerte aquí el terreno cambia. Cualquier camino es válido porque el refugio se ve. Decenas de neveros aparecen dispersos por la ladera, y como manchas salteadas contrastan fuertemente en el paisaje.
Ahora si. Estamos en el refugio de Miramundos (2077 m de altitud). Una bella construcción donde permite acoger entre ocho y diez personas. Aunque un cartel en la puerta nos avisa del peligro de derrumbamiento.


Tras un merecido descanso, tomar unos refrigerios y disfrutar de unas impresionantes vistas seguimos andando, hasta alcanzar nuestro objetivo, pico Mágina.
Desde el refugio se ve, pero aún está lejos, el poste geodésico se divisa en la lejanía, todavía queda una larga caminata por recorrer.
Con solo 90 metros de desnivel, seguimos caminando por la cresta de la montaña, y con permanentes subidas y bajadas alcanzamos nuestro objetivo, coronar la cima más alta de la provincia de Jaén, pico Mágina (2167 m).
Desde aquí, si el tiempo nos lo permite, las vistas son espectaculares. Divisando buena parte de la provincia de Jaén y de Granada.
Seguimos avanzando en la misma dirección y en unos treinta o cuarenta minutos llegaremos cresteando al último pico del cordal, la peña de Jaén (2140 m) que se encuentra coronada con una cruz de hierro, y en frente el pico Almadén, que con sus antenas en lo alto lo afean, desgraciadamente.


En este pico, el cortado es impresionante, por lo que tenemos que retroceder y encontrar el camino de bajada.
En este tramo el camino es de una belleza innegable, ya que bajando de las crestas, se han formado distintas hondonadas cubiertas de nieve y embellecidas con fuertes picachos en su parte alta.
El camino penetra en un pequeño corredor abrigado bajo una gran peña, cubierto de nieve, y que lo tenemos que pasar.


Apuntalando la nieve (hielo en algunas partes) con los bastones pudimos bajar, algunos incluso en el tramo final se desplazaban (resbalaban) como si se tratase de un frío tobogán.
Una vez abajo, en una pequeña explanada, con el sol casi cayendo, las vistas de las crestas, el cordal y los picos eran espectaculares. Tras un pequeño descanso, continuamos hasta encontrar la pista.
Desde abajo, divisábamos los puntos por los que habíamos pasado. Orgullosos e impresionados, en este pequeño valle, la puesta de sol era inminente. Los colores resaltaban, y las siluetas de las montañas como pinceladas marcadas, daba un bonito final a esta ruta.
Ya en la pista, y tras pasar una pequeña cancela, los grupos de compañeros estábamos totalmente dispersos. Unos todavía bajaban, otros estaban lejos y otros relajados hablaban tranquilamente en el bajar del camino.


La noche caía, yo conversaba con Joaquín, y detrás a una velocidad de vértigo, Rafael, como si en una travesía estuviese, con los dos bastones en mano, nos alcanzó. Los tres, pista abajo, y con la noche caída, anhelábamos la aparición de los coches. Medio en broma y medio en serio decíamos:
-Cuando lleguemos a esa curva, estarán los coches.
Pero allí no están.
-Ahora sí, esa si es la curva.
Tampoco…….


Y así en varias ocasiones. El camino se estaba haciendo largo, muy largo, de hecho recorrimos unos 5 o 6 kilómetros por la pista en una hora y media aproximadamente, y en gran parte de este tramo con la oscuridad de una noche estrellada.
A lo lejos, como luces fantasmales andantes por los caminos, nuestros compañeros con frontales en sus cabezas, iluminaban la pista de bajada.


Tras treinta o cuarenta minutos de sucesivas llegadas, y sobre las 21:15 todos nos reagrupamos, y tras subir a los coches emprendimos la bajada hacia Bedmar, donde una suculenta comida nos estaba esperando.
Una bonita ruta montañera…. Y mañana más.

Subida a los Bonales (Techo de Huelva-1055 m) 11-2-07



SUBIDA A LOS BONALES ( P.N ARACENA )

Niebla, bruma, llovizna, los caminos empapados, calados. Es un día gris, apagado y cubierto de nubes, nubes densas que tímidamente dejan caer su lluvia. Lluvia suave, que casi sin notar, te empapa. En los caminos, las telarañas brillan entre las plantas mojadas, empapadas, todas abandonadas por sus dueñas, que huyen tras la fuerte llovizna.
Subimos a los Bonales.

Datos de interés:

Lugar de partida:
Arroyomolinos de León, Huelva (603 m altitud)
Cima de los Bonales: 1055 m
Desnivel: 452 m
Dificultad: Media-baja
Recorrido total: 14 km. ida y vuelta.
Tiempo aprox. Tres horas de subida.
Participantes: Club señal y camino (32 socios)
Fecha salida: 11-02-07

Desde Arroyomolinos de León, por el camino del cementerio, la senda empieza a subir. Treinta y dos senderistas del club, muchos de ellos que se estrenan hoy, nos disponemos a realizar la subida a los Bonales, la cima más alta de la provincia de Huelva.


En el primer tramo, el camino conocido como “cuesta de los olivos”, va de forma progresiva subiendo hasta salvar un desnivel de unos 250 metros, durante aproximadamente un kilómetro. El camino que parece ser simulado al de una calzada romana, era el antiguo camino real de arrieros que utilizaban para llegar hasta Badajoz. Las piedras, bajo las botas, no dan tregua al caminante. A ambos lados de la senda grandes encinas y alcornoques, que a la vez hacen de refugio para algunas ovejas que pastean por la zona.

Las primeras pinturas blancas y amarillas nos marcan el canino del “ PR A-43”, aunque no demasiado bien señalizadas, e incluso en algunos momentos despista.
El chirimiri cada vez se hace más intenso, la niebla se apodera de nuestro entorno, y seguimos subiendo hasta alcanzar el alto de Matavacas ( 859 m ). A partir de aquí nos encontramos con una bifurcación de tres caminos distintos, cogiendo nosotros el central, que no se corresponde con el marcado.
Ahora siguiendo la zona umbría de los valles llegamos a un antiguo molino, que ya abandonado, hacen de él un lugar ideal para descansar algunos minutos, antes de proseguir con la ruta.
Bordeando dicho molino, el camino baja y sube en tramos alternos, e incluso otros simplemente llanean hasta alcanzar el puerto de la Gila ( 798 m).
Dejando a nuestra izquierda la vertiente del arroyo del abismo, el camino se adentra en un humedal, donde los liquen y hongos hacen su presencia en los árboles desnudos.
Por el camino del abismo y la fuente de la Higuera, otro molino sale a nuestro encuentro, este junto a una cancela, nos dibujan una bella estampa de un color invernal y otoñal al mismo tiempo. De frente, el arroyo de las Lancheras, con su fluir de aguas claras, transparentes y fría, dan sonido al camino.


Siguiendo la pista del agua cayendo por una empinada cuesta, llegamos a la casa de los Bonales. Dedicado al pastoreo de algunas cabras, ovejas, vacas, y labores de labranza. Este lugar mágico, ya casi en los límites con Extremadura, se sitúa en un bonito enclave.
El camino se convierte en un ancho carril, que nos llevaría directamente al pico de Tentudía ( 1103 m ), ya en la provincia de Badajoz..
Nosotros, casi sin ver, nos desviamos por una pequeña senda que sale a la izquierda. Tras pasar tres alambradas, seguimos subiendo y la humedad cala nuestros huesos. La niebla cada vez más intensa, más fría, y todos como una piña, sin separarnos, sin perdernos.
Por fin!!, ahora si hemos llegado. Unos esbeltos y altos pinos, nos avisaban que estamos en la cima.

Tras quince minutos de estancia allí arriba, el viento cada vez se hace más fuerte, y la niebla ya no es tal. Estamos dentro de las nubes.
Refugiados entre piedras, rocas y árboles, nos pusimos a comer. Durante una hora la humedad se apoderó de nuestros cuerpos, y al bajar, todos en voz baja, decíamos lo mismo: hufff que frío!!
Perdidos, sin dar con el camino de bajada, tuvimos que echar mano de la brújula. Al poco ya estábamos en el camino correcto. La llovizna seguía cayendo, y nosotros empapados seguíamos bajando.....

lunes, 1 de diciembre de 2008

Subida al torreón (techo de Cadiz-1654 m) 3-12-06





SUBIDA AL TORREON ( P.N DE GRAZALEMA)
EL TECHO DE LA PROVINCIA DE CADIZ


Datos de interés:

Altitud: 1654 m
Recorrido: 5,4 km.
Duración: 6 horas.
Desnivel: 770 m.
Como llegar: Carretera Benamahoma-Grazalema Km 40.
Dificultad: Media-alta
Participantes: Club señal y camino (34 socios)





Son las ocho de la mañana, hay un cielo azul, sin nubes, es un día ideal. Corre una pequeña brisa, brisa que nos hace despertar, y yo preparado, voy a emprender mi primera ruta con este grupo, grupo ante todo de personas que aman la naturaleza, la respetan y la cuidan, y yo al igual que ellos, como objetivo nos hemos marcado recorrer y conocer muchos rincones de nuestra tierra, esta tierra tan bella que es Andalucía, pero porque no, también conseguir otros logros fuera de nuestra frontera, en otras comunidades, en otros países, y claro que sí, en otros continentes.





 Porque en definitiva solo hay un mundo, único y nuestro, y debemos poco a poco intentar descubrirlo.
Somos treinta y cuatro los que partimos para esta pequeña aventura: mayores y
jóvenes, hombres y mujeres, expertos e inexpertos, pero todos con la misma ilusión, coronar la cima más alta de la provincia de Cádiz, el torreón.
Son las diez y veinte, ubicados en el kilómetro 40 de la carretera que une Benamahoma con Grazalema, en la parte derecha de la misma, una pequeña explanada hará de aparcamiento. Una vez estacionados nuestros coches, justamente en frente y al otro lado de la carretera, un pequeño cartel nos indica el inicio del camino.

Tras pasar una cancela, el sendero empieza a subir. Sí, subir sin tregua, sin pausa, sin un solo llano, siempre subir. Fuertes pendientes a veces, otras no tanto, pero siempre subir, subir hasta alcanzar casi los 800 metros de desnivel.
El ritmo de cada uno es único y personal, hay quien puede, hay quien le cuesta, hay quien le sobra, pero hemos venido en grupo, y el grupo tiene que llegar.

Tras media hora de subida, muchos de ellos se quedan rezagados, y el camino serpenteante hacia la cima se convierte en un rosario de senderistas de muy distinto nivel.



Atravesando algún pequeño bosquecillo, el sendero sigue subiendo, y la vista de los valles y otras cimas cada vez se hacen más espectacular, a lo lejos manchas blancas dispersas de un blanco intenso contrastan sobre prados verdes, estos blanquísimos lugares no son más que muchos pueblos que circundan la zona y son bien conocidos como la ruta de los pueblos blancos de Cádiz.



A nuestras espaldas, la impresionante vista del corredor del Boyar y el salto del Cabrero nos animan para seguir subiendo y recompensar el esfuerzo.
Con mi compañero Victor vamos controlando las distintos desniveles que aún nos falta por superar ( recordemos que en esta ruta es más importante el desnivel que la distancia ).
Ya a unos 1100 metros de altura la aparición de algunos pinsapos huérfanos y dispersos entre cientos de encinas nos alientan en la fuerte subida. Junto al camino, y en las zonas más húmedas, grandes familias de setas intentan ocultarse entre el follaje, mientras el arrastrar de algunos pequeños roedores dan vida y belleza al camino.


Ya son las doce, y una pequeña parada para reponer fuerza vendría bien, además de reagrupar a los distintos compañeros que han quedado disperso a través del camino. Durante una hora la llegada de unos y otros era casi permanente, estamos a 1530 metros de altura y ya queda por llegar.
Tras un pequeño llano formado en una especie de hondonada y rodeado de grandes rocas, nos adentramos en el último alivio antes de la recta final.
A partir de aquí el camino desaparece, y solo entre las grandes grietas y buscando casi de forma desesperada alguna señal que nos marque el camino de subida. Sobre grandes rocas los pequeños montículos de piedras nos avisan que estamos en el sendero correcto.
El viento racheado mueve las nubes hacia nosotros, y nosotros subiendo de forma escalonada a la cima, dejamos un gran manto blanco de nubes bajo nuestros pies.



Sobre las trece y quince, llegamos a la cúspide, aquí la vista es espectacular. Da igual hacia donde mires, tú, girando la cabeza lentamente como las agujas de un reloj, intentas perpetuar en una secuencia de imágenes toda esta gran belleza.
Debajo, el gran bosque de pinsapos duerme tranquilo tras la sombra del imponente torreón, a lo lejos Zahara de la Sierra, oculto por su monte protector, y su embalse, que en los días de calor da frescura a la gente de la zona. Prado del Rey, Ubrique, El Bosque, Bornos, Algodonales y otros tantos pueblos que salpicados por los campos hacen que este lugar tenga una belleza innegable. Los montes de África, la costa, e incluso dicen que en los días más claros la ciudad de Sevilla es alcanzada en el horizonte.

 

Arriba, en un pequeño llano protegido con algunas paredes de Piedra improvisamos nuestro particular " salón comedor". Comimos, charlamos, reímos y en definitiva convivimos durante la hora y media que allí estuvimos.



La bajada para muchos un calvario, para otros un paseo, y para otros tantos con cierta dificultad, pero seguro que para todos con una gran satisfacción.
Subir para disfrutar, para vivir, para conocer. Bajar para pensar, para reflexionar, para sentir, y sobre todo para amar y respetar este, nuestro mundo.


Ruta realizada en abril/09 con temporal invernal de nieve



subida al mulhacen (techo de Granada-3483 m) 24-6-07


SUBIDA AL MULHACEN ( S.NEVADA )
Perdidos en el Mulhacen

Me acerco al techo de la península, a la cumbre más alta, al corazón de Sierra Nevada. Esta cima es codiciada por montañeros venidos de todos lo puntos de la geografía nacional, incluso de más allá de nuestras fronteras.
Era un día soleado del mes de Junio, cuando con mi amiga Rosa nos dispusimos a emprender nuestra marcha y coronar este monte, el pico Mulhacen.

Datos de interés:

Ubicación: Sierra Nevada (Granada)
Inicio ruta: Hoya del Portillo (2150 m), desde Capileira.
Altitud pico mulhacen: 3482 m.
Desnivel: 1300 m
Longitud: 33 km
Tiempo: 12 horas
Dificultad: media-alta
Participantes: Rosa y Antonio




Nos situamos en la localidad de Capileira, en plena alpujarra granadina, al final del pueblo, la carretera sigue subiendo, en el kilómetro cinco deja de estar asfaltada, para pasar a convertirse en una pista, que es perfectamente transitable hasta el kilómetro 11, estamos en hoya del portillo (2150 m), donde dejaremos el coche, y una caseta de información del centro de visitantes, nos resolverá cualquier duda sobre nuestra ruta.


Son las 10:30 y empezamos nuestra peculiar aventura.
Justamente detrás de la caseta, hay un sendero que se adentra en un bosque de pinos, nosotros cogeremos por aquí, aunque por una pista ancha también nos llevaría hasta la misma base del Mulhacen.
Una vez pasado el bosque, que se tarda unos diez minutos, la senda desemboca en un cortafuegos, lo atravesaremos, y a partir de aquí la senda continúa por la parte alta del monte, o bajamos dirección al río Naute, buscando las acequias, este camino es más largo, con mayor desnivel, pero mucho más atractivo.



Al poco atravesaremos otro pequeño bosquete, y ya varios caminos nos llevan hacia las acequias que desde arriba se ven. Al fondo, muy lejos, en la parte izquierda destaca el pico Veleta con su peculiar silueta, y en la parte derecha la loma del mulhacen, destaca enormemente en el horizonte.



Ya estamos entre las acequias alta y baja, su enorme caudal fluye por los canalillos, el ambiente lo refresca en este día de calor. A partir de aquí el camino está perfectamente señalizado, incluso esta senda esta marcada por un PR (pequeño recorrido), que viene de
Capileira. A nuestra izquierda, en la otra parte del río Naute, se ve la pequeña central eléctrica. Nosotros seguimos por el camino, en el que a veces tendremos que saltar por la acequia, el agua, en ocasiones inunda el terreno, los animalitos salen a nuestro encuentro, y la variada flora decora el paisaje con sus fuertes colores.

Después de casi tres horas de camino, el refugio de Poqueira, que desde hace tiempo lo estamos divisando, ya lo tenemos más cerca, aún queda por llegar, es más, falta la parte más dura.
Llegamos al Cortijo de Las Tomas (2.100m), un cartel nos indica la dirección del refugio de Poqueira y empezamos a subir por una fuerte pendiente, que cada poco tenemos que parar para recobrar el aliento. Parece que la subida nunca termina, el desnivel total es de unos 400 metros. Por fin llegamos al refugio (2500 m), y casi cuatro horas de camino.
El camino ahora discurre por la parte trasera izquierda del refugio, se ve perfectamente, buscamos el cauce del río mulhacen.

El sonido del agua al caer, cascadas, frescor. La senda camina junto al río, en tramos empinada, y esto, justamente provoca atractivos saltos del agua..
Sobre el empinado camino, llegamos a un extenso collado. Bloques de nieve dispersos, salpican este entorno glaciar. A poco la laguna de la caldera, con su refugio-vivac (3050 m), sirve de lugar para el remojo de las muchas cabras monteses que por aquí corretean .
Ahora estamos en una pista, que es la misma que venía desde Hoya del Portillo, esta continua, hasta encontrar el refugio de la Cariguela, ya cercana al Veleta. Nosotros no seguimos por esta pista, ya que no es nuestro objetivo.
Junto a la laguna, y la pista, en la parte derecha nos encontramos la loma del mulhacen. Ya solo es cuestión de subir. Una senda perfectamente marcada, nos llevará directamente hasta la misma cima. El desnivel que tendremos que salvar son de unos 450 metros, aquí la altura se nota, el oxígeno es más escaso, y el agotamiento suele se mayor que una altura más baja. Pero cada uno a su ritmo sigue subiendo. Durante todo el tramo, las vistas son impresionantes, el veleta, la alcazaba, los machos, la laguna ...., y todo esto decorado con unos extensos mantos de nieve.


Ya vemos el poste geodésico, impresionante cumbre, salpicada de grandes rocas de color marrón, cobrizo.
El sol brilla sobre algunas capas de nieve, el contraste es aún más bello.
Aquí arriba uno se pregunta tantas cosas, y pienso, estamos en lo más alto de esta península, de la nuestra, y tan lejos de aquellas altas cumbres asiáticas y americanas. ¿cómo tendrá que ser si ahora estoy a solo 3482 m? , y este lugar es impresionante.
Son las seis de la tarde, ya llevo una hora aquí contemplando todo esto, me quedaría más tiempo, pero hay que bajar. Suerte las dos alicantinas, que llegaron cuando nosotros, ellas si se quedan, se quedan a dormir.
Tarde es, aunque estamos en el día más largo del año (24 de junio), los cálculos no me salen. Presentía que a la vuelta la noche nos caería. Y así fue.
Empezamos a bajar rápidamente del Mulhacen, y cogimos por la pista, que en un principio, pensábamos que sería más rápido. En la lejanía la pista serpenteaba, se hacía larga y con muchas vueltas. Así que cuando llegamos a la altura del refugio de poqueira, bajamos hacia el, y tiramos por el camino de las acequias. Ya llevábamos casi dos horas y aún quedaba muchísimo camino por recorrer. El sol poco a poco desaparecía tras las altas montañas. La velocidad al andar cada vez era mayor, sabía que tenía casi que correr, la claridad la quería controlar casi al instante, el tiempo, la distancia, el camino ...... tenía un mal presagio.
Ya son más de las nueve de la noche, y el camino parece no terminar nunca.
Junto al sendero un pequeño cortijo, un rebaño de ovejas, y por suerte su propietario, al que aprovecho para preguntar:
-Por favor, ¿este camino nos lleva directamente a la barrera donde hemos dejado los coches en hoya del portillo.?


-No, el camino tenéis que dejarlo, y a cambio seguir por la acequia, os llevará directamente a la barrera. Pero la noche os va a coger, es tarde, y aún queda.
El presagio, cada vez más cercano, se iba a convertir en realidad.
Efectivamente, el sendero llegaba un momento en que seguía para Capileira, nosotros continuamos por otro que subía monte arriba. En cualquier caso íbamos bien, las acequias estaban junto a nosotros, en la misma dirección.
La noche ya nos cayó, y el camino seguía, y seguía hasta desembocar en una pista. En este justo momento sabía que estaba perdido. ¿ Hacia donde ?, pista arriba o pista abajo
Desorientado, nuestra gran suerte fue disfrutar de una noche con luna medio llena, y por lo tanto con suficiente luz para por lo menos palpar el camino.
La pista nos llevaba a un cortijito, donde la primera intención era preguntar por nuestra ubicación. Situados dentro de su propiedad, los perros ladraban y la precaución era un factor a tener presente, de este modo, y ante la duda, cogí uno de mis bastones, por si la cosa se complicaba con aquellos enfurecidos caninos.



Como era de pensar, en la casa no había nadie. Recordé lo que nos dijo el pastor sobre el cauce de la acequia, así que nos dirigimos a ella, y la fuimos bordeando.
Pero andar junto a la acequia era difícil, complicado, e incluso peligroso, ya que se veía demasiado poco, y en cualquier momento podíamos caer.
Optamos por retirarnos de ella, y buscar de nuevo la pista. ¿Hacia arriba o hacia abajo?.
Empezamos a bajar, y después de casi un kilómetro, percibía que esa era la pista que cogimos en coche cuando subimos desde Capileira, Intenté orientarme, y buscar algunas referencias que recordaba de cuando subimos. Me fue de gran ayuda durante algunos minutos detenerme a pensar: referencia de unos bosques, carteles del límite del parque nacional, Capileira, el veleta, y la posición de cuando empezamos la ruta. Esto es complicado teniendo en cuenta que son más de las once de la noche.
De este modo di la vuelta en la pista, y empecé a subir. Buscaba desesperadamente el bosque donde habíamos dejado el coche. Yo ya no podía más, estaba reventado, pero sabía que tenia que seguir. Rosa detrás mí, también destrozada, preocupada, e inquieta. Gran dilema: de noche, tengo que seguir, y ella se queda atrás.
Mi doble preocupación; ¿el coche realmente estará pista arriba?, y Rosa queda abajo sola y de noche.
Por mucho que pensara y debatiera solo podría hacer una cosa, lo que estaba haciendo, subir a una gran velocidad pista arriba.
bosque, esperaba encontrar el coche, pero mi gran desilusión, frustración y sorpresa, fue atravesar el bosque y no encontrarlo. Pensé, será otro que habrá más adelante. Mi paso se aceleró, y no dejaba de pensar que pasaría si una vez en el siguiente bosque tampoco lo fuese.
¿volvería?, ¿seguiría ? ……

Mi gran alegría, un cartel de hoya de portillo, me indicaba que solo faltaba un
Kilómetro hasta la barrera. Ahora si corrí, ya son casi las doce de la noche, Rosa esta pista abajo, no se donde, pensé y aun corrí más, no se de donde sacaba las fuerzas, quizás de la mente.
Entre sombras medio apagadas en la noche, eche mano a mi bolsillo, y muy pensativo, saqué las llaves del coche, las alcé en alto con mi mano, e hice "clip".
Cuatro milagrosas lucecillas se iluminaron en esta obscura noche. Por fin, aquí está el coche.
Rápido baje por la pista, y a poco Rosa que también subía, la recogí.
Lo peor no había pasado, aún me quedaba 300 kilómetros hasta Sevilla.
Ahora si he llegado, son las 5 de la madrugada, y me cuesta bajar del coche, no siento las piernas.
Gracias a ti luna, por guiarme e iluminarme. Siempre te recordaré.