martes, 23 de enero de 2018

Ruta por el Palancar, Charco Redondo y Montera del Torero (P.N Alcornocales, Cádiz) Enero/18




En el día de hoy, al igual que cada vez que salimos de montaña, nuestro objetivo es disfrutar de la naturaleza, de un buen ambiente de compañeros y de hacer deporte...¡tres buenas claves!
En este caso, tras el intento fallido de visitar unas cuevas y unas tumbas por la zona de Benalup, a consecuencia de una cacería, optamos por realizar esta otra ruta que ya tenía planteada Carmina como opción B, si esta fallaba.


Nos dimos cita 15 compañeros del club, así que tras salir a las 7:30 de Sevilla con dirección Benalup, y posteriormente redirigir el destino con dirección a Los Barrios (Autovía A-381, Jerez- los Barrios, salida nº 73)  hicimos nuestra parada en los ensanches que hay en la misma carretera.


En esta ocasión, nuestra ruta será un simple paseo, ya que no tiene dificultada alguna. Es más, son muchas las familias que han venido a pasar aquí hoy el día, aunque solo para hacer la ruta del Palancar, nosotros la ampliaremos y también haremos la del Charco Redondo, para que de este modo nos salga al final una ruta circular de algo más de 10 km, y unos 340 metros de desnivel acumulado.


Junto a la misma carretera, en un carril de tierra, nos encontramos un panel informativo, indicándonos la ruta del Palancar. En esta misma zona destaca de forma extraña unas grandes esculturas de hierro, que de forma definitiva tengo que decir que desentona con el entorno.


Al poco de andar por el carril, nos encontramos con una fuente ferruginosa, ya que el arroyo subterráneo pasa por una vetas de hierro, dándole este color característico de herrumbre.
Y junto a esta, nos encontramos con una tumba antropomorfa. Este tipo de tumbas excavada en la roca fue posible con las herramientas de las que disponían, debido a que se trata de un tipo de roca que una vez traspasada la primera capa es bastante blanda.


Seguimos avanzando por el carril, en donde a ambos lados nos encontramos majestuosos alcornoques y gigantescos quejigos. Y allá al fondo podemos ver otro ecosistema representado por un pinar. 


Cuando pasamos los bosquetes de alcornoques, encinas y quejigos, y en un gran claro, tiramos por nuestra derecha para dirigirnos a las casas cuevas, ubicadas en un bonito enclave.


Una de ellas, la mayor, fue aprovechada por los campesinos y pastores del campo, en la que remataron con unas paredes, una puerta y un ventanuco. De este modo la convirtieron en habitable.


En el mismo entorno, y junto a esta, nos desplazamos hasta otra cueva (realmente un abrigo, por sus dimensiones), en la que de nuevo nos pudimos inmortalizar.
Estas cuevas de roca y areniscas son fáciles de ahondar, ya que superada la primera capa más dura, las interiores son muy blandas.


Varias familias habitaron estas cuevas hasta hace pocas décadas. Vivían de forma aislada y solo visitadas esporádicamente por el recovero, una especie de comerciante que cambiaba productos del pueblo por leche, huevos u otras materias que estas personas obtenían de la naturaleza.


Y sobre una de las cuevas, un resalte de roca, desde donde podemos disfrutar de excelentes vistas de la zona ...y nuestro grupo de féminas, disfrutando del entorno y de un precioso día de paseo.


Seguimos saltando de roca en roca (echamos hoy de menos los picachos y crestas por las que habitualmente trepamos) sin dejar de disfrutar. 
Paco y Lorenzo oteando el horizonte desde una de sus rocas (no lo podemos evitar, parecemos cabras, vemos un roca, y allá estamos, en lo alto).


Bajamos, y vamos en busca de otra curiosa roca, situada en el mismo entorno, ésta con un gran hueco en el centro en forma de ventanuco.






Aprovechamos esta curiosa formación rocosa para subirnos en ella (con cuidado, hay que mantener equilibrio, o pasarla apoyando las rodillas).
Y claro, ya aquí, las cámaras no dejaron de disparar...



Y de nuevo retornamos a la pista que anteriormente dejamos, para después de avanzar algunos minutos por el carril que discurre por el pinar, llegamos a un excelente mirador del Charco Redondo


Y desde este mirador natural, de nuevo inmortalizamos a nuestro grupo, como siempre, haciendo el "ganso" 


Retornamos de nuevo a la pista, y ésta empieza a bajar bruscamente en busca de las orillas del embalse del Charco Redondo. 


Allá a lo lejos, podemos contemplar la Bahía de Algeciras, y destacando sobre ella, la silueta del Peñón de Gibraltar.


¡Bonita estampa del Charco Redondo visto desde este enclave!


Y tras una pronunciada caminata, de unos 150 metros de desnivel, llegamos a la orilla del embalse.
Ya en nuestra bajada, podemos ir divisando la roca conocida como "Cráneo de Dragón" o "Ventana del Pantano", a la que nos dirigimos.


Esta gran roca la podemos asemejar a la de un cráneo en posición yacente con un gran ojo.


Hora de comer, ¡que mejor sitio que este! 
Una temperatura formidable, junto al embalse, y montados en esta peculiar formación rocosa.




Tras algo más de media hora de "comilona" y medio  adormilados por este agradable sol de enero, reanudamos la marcha por el sendero que discurre por nuestra derecha, bordeando el embalse.


Pisando una tierra, que en tramos parecemos estar en el borde de la playa, vamos avanzando por este suelo que se desprende fácilmente junto al embalse.


Al poco, desembocamos en el carril, que entre alcornoques y quejigos nos llevará hasta el final de nuestra ruta, mostrada con un cartel indicativo "Monte Palancar, carril del Palancar"


Ya en la carretera, subimos por nuestra izquierda unos 100 metros, en donde se encuentran nuestros coches. Son casi las cuatro de la tarde. Nos da tiempo de visitar la Montera del Torero que lo tenemos aquí cerca "a tiro de piedra". Hacia allí nos vamos...


La Montera del Torero


Nos trasladamos hasta el kilómetro 88 de la antigua carretera Jerez-Los Barrios, muy cerca de donde estamos, y a solo 500 metros del sendero señalizado del valdeinfierno. Una vez allí, aparcamos el coche en el ensanche (pequeño aparcamiento, junto a la cancela) que hay junto a la carretera.


Tal como nos indica la wikipedia, la Montera del torero es "una curiosa formación rocosa con la forma del busto de un torero, sobresaliendo lo que sería su montera".
Se trata de un cresta rocosa que ha sido erosionada por un pequeño cauce, así como por el viento y la lluvia, dando lugar  a su curiosa forma.


Para llegar a ella, simplemente tendremos que traspasar la verja, y un pequeño sendero nos llevará hasta la misma en solo cinco minutos.


Aunque sin dificultad alguna, tendremos que subir con precaución. Quizás para algunas personas no acostumbrada a subir por rocas, les cueste algo más.


Este macizo rocoso constituido principalmente por arenisca y rodeado de una serie de crestas rocosas conocida con el nombre de Tajo de los Principes, en el que podemos encontrar varias covachas, grietas y crestas. En algunos lugares hay excavadas tumbas antropomorfas.


Declarado como Monumento Natural, esta formación rocosa ya destaca y sobresale una vez que aparcamos nuestro coche.
Una vez allí, el sol penetra por el ventanal, dándonos un bonito encuadre para poderlo fotografiar.


Una vez que hemos disfrutado de la oquedad de esta gran roca, nos trasladamos a la que nos encontramos justo en frente...


Tendremos que bajar con precaución de no resbalar...


Y ya en frente subiremos a la otra gran roca...


Y ya abandonamos este enclave, dirigiéndonos hacia nuestros coches, dando de este modo por finalizado el día de hoy.
Ya solo nos queda una parada camino hacia Sevilla y tomar nuestro correspondiente cafelito junto a la sorpresa casera en forma de tarta, pastelitos o galletas preparada como siempre por nuestra compañera Ana Mari.


Un estupendo día de paseo, con bonitas vistas, excelentes compañeros y un sol primaveral.

A continuación incluyo el magnífico vídeo que realizó nuestro compañero Paco, para que de este modo quede inmortalizado nuestro paso por este trocito de Andalucía.
¡Gracias Paco!




martes, 9 de enero de 2018

Tafonis del cerro Rebolo (y subida), mirador tres embalses y necrópolis de las Aguilillas (pantano del Guadalhorce-Málaga) Enero/18







Primera ruta de este año 2018. No será una ruta dura de montaña, sin dificultad, no tendremos mucho desnivel, ni pasos complicados, ni con trepes y destrepes...pero esta ruta será una ruta distinta y con una enorme belleza. Veremos curiosas formaciones geológicas, unas fantásticas vistas hacia los embalses...y una historia bajo tierra de hace miles años. Nos vamos a los embalses del Guadalteba, Guadalorce y del Chorro en las proximidades de la localidad de Ardales en la provincia de Málaga.



En esta ocasión nos damos cita diez compañeros del grupo de montaña: Carmina (la que ideó la ruta), Juan, Valme, Lorenzo, Tina, Pepe, Ana Mari (la que cada día nos sorprende con fantásticos postres) Víctor, Paco y el que escribe.

Ya a las diez de la mañana estábamos situado en el PK-2 de la carretera MA-451 Campillos-El Chorro, a unos 2 kilómetros de las escaleras que suben al mirador de los tres embalses. El coche lo dejaremos en una pequeña explanada que nos encontramos a nuestra derecha.


El recorrido total será de unos 13,5 km, el desnivel acumulado 550 metros, y el tiempo en recorrerlo con paradas incluidas, en plan tranquilo y disfrutando del paisaje, 6 horas y media.
Esta ruta la vamos a dividir en tres tramos distintos, a saber:
Tramo 1: tafonis (del 1 al 7) del cerro Rebolo, y subida: 3,5 km
Tramo 2: Mirador de los tres embalses, Oppidum ibérico del Castillón de Gobantes..tafoni 8: 4 km
Tramo 3: Necrópolis de las Aguilillas 5 km


Tramo 1: 
Tafonis (del 1 al 7) del cerro Rebolo, y subida: 3,5 km




Según dejamos el coche y justamente en frente, cogemos un sendero que de forma progresiva nos asciende a las primeras zona de tafonis.
Pero antes de nada, vamos a ver esto de tafonis ¿que son?
Tal como nos indica la wikipedia, tafonis son una forma de cavidad o hueco redondeado de un tamaño desde varios decímetros hasta varios metros, tallada por la erosión en rocas cristalinas o o areniscas, en climas secos o de costas.


Al poco, llegamos a nuestro primer tafoni (veremos 7) y todos los iremos viendo según vamos rodeando el cerro Rebolo, dejando a nuestra derecha el embalse del Guadalteba.


Un pequeño senderillo (sin marcar, pero intuitivo) nos irá llevando por los distintos tafonis.


Una vez visto nuestro primer tafoni, descendemos con dirección al embalse, dejando a nuestra izquierda un bosquete de pinos.


Y de nuevo empiezan a apacer por nuestra izquierda los siguientes tafonis...


Estos con grandes oquedades en sus paredes areniscas...


Se cree que la palabra "tafoni" es de origen mediterránea, posiblemente se deriva de la palabra griega Thapos, "tumba" o del corzo tafoni que significa "ventana". Incluso en siciliano el término tafoni significa ventana.


Seguimos rodeando el cerro Rebolo, y a nuestra izquierda más tafonis...
He de recordar, que según habíamos leído, son siete los tafonis que nos iremos encontrando.



Y tras una pronunciada subida llegamos al tafoni número 5, el de la calavera, tipo nido de avispa, quizás el más espectacular y famoso.


Una vez en él, no dejamos de inmortalizarlos con bellas imágenes.
Unos compañeros suben hasta los ventanucos, otros se adentran en su interior, otros posan, y otros simplemente contemplan el espectacular paisaje desde lo alto.


Yo, desde aquí en frente, voy inmortalizando mediante una sucesión de imágenes este bello lugar.


Son muchas las explicaciones sobre el origen de los tafonis: erosión eólica, erosión debido a sales, diferencias en la cohesión interna y la permeabilidad de las rocas, duración del periodo seco entre varios periodos húmedos, etc.


A este tafoni se la conoce como la calavera, por la forma de la roca y las grandes oquedades que tiene a la altura de los ojos...aunque hay que echar un poco de imaginación como siempre pasa en este tipo de formaciones.



Y como es natural inmortalizo al grupo de compañeros en el día de hoy. Y que mejor sitio, que en este "avispero", ventanucos, y oquedades de la calavera.


Según vamos subiendo, allá abajo dejamos la figura de la calavera allá abajo, con sus grandes orificios.


Seguimos avanzando por el senderillo y nos desplazamos por nuestra izquierda hasta los paredones en donde se encuentran los tafonis números 6 y 7.


Ascendemos a través de una zona de pinos y de frente, estos espectaculares tafonis...


Todo el entorno está compuesto por una serie de capas de areniscas y conglomerados de color ocre, en donde se puede apreciar fácilmente dos tipos de rocas sedimentarias detríticas (formada por fragmentos grande y pequeños de otros tipos de rocas)


En estas areniscas se han encontrado resto de conchas de moluscos marinos bivalvos (ostras y almejas) que permiten datarlas en diez millones de años de antigüedad (época Mioceno de la era Terciaria). Los estratos se presentan prácticamente horizontales, ya que se depositaron con posterioridad al plegamiento ocasionado por el acercamiento de las placas ibéricas y africanas.






Una vez recorrido dichos tafonis, empezamos a ascender hasta lo alto del cerro Rebolo (555 metros de altitud). Para ello cogemos el senderillo que sale al final del último tafoni, junto a un bosquete de pinos, subiendo por un pequeño cordal.


Debajo de nosotros vamos dejando el recorrido que ya hemos hecho por los distintos tafonis. Tenemos que recordar que esta ruta la estamos realizando de forma circular.


El sendero ahora tiene una fuerte pendiente, y que poco a poco la vamos superando sin mayor dificultad. Detrás de nosotros, allá abajo el embalse del Guadalteba, y al fondo los tajos de la Canana y la sierra de Alcaparain, con el pico Grajo o pico Valdivia que tantos buenos recuerdos nos trae de cuando lo hicimos hace ahora justamente un año. Pinchar aquí para verlo


Y el grupo aquí en lo alto, el cerro Rebolo.
Unas frutitas para picar, algo de charla y risas, unas buenas vistas y para abajo, a los coches.


Y en menos de quince minutos ya estábamos en nuestro aparcamiento.


Tramo 2:  
Mirador de los tres embalses, Oppidum ibérico del Castillón de Gobantes y tafoni número 8: 4 km



En este segundo tramo, algunos compañeros llevarán el coche hasta la presa del Guadalteba-Guadalorce (a unos tres kilómetros, en donde terminaremos la ruta de este tramo) para de este modo ahorrarnos los tres kilómetros de carretera a la vuelta.


El resto de compañeros empezamos a avanzar con dirección al mirador de los tres embalses (poco después se unirían los conductores). Aunque por la carretera hubiésemos llegado tras avanzar algo más de un kilómetro, nosotros con las indicaciones del track que llevábamos, bajamos por un senderillo que nos llevó directamente al cortijo abandonado del Chopo con su antigua era.


Y de nuevo, tras ver la indicación "mirador de los tres embalses" empezamos a subir por una fuerte pendiente.


Siguiendo por este pequeño cordal, al final llegamos al mirador de los tres embalses.


Hermosas vistas tenemos desde este mirador; a nuestra izquierda el embalse del Guadalorce y a nuestra derecha el de Guadalteba y al fondo sin llegar a verse el del Chorro. Frente a nosotros el monte Huma. A nuestra derecha el inconfundible espolón ganchudo del pico Convento.


Disfrutando de estas fantásticas vistas estuvimos unos diez minutos para después empezar a bajar hacia los embalses por este pequeño cordal.


Este atractivo cordal de bajada, con algunos pinos a veces, otras con algunos roquedos y otras simplemente despejados para disfrutar de unas excelentes vistas de la zona.





Una vez que llegamos al final de nuestro cordal, tendremos una bajada algo más delicada, muy empinada y por la que hay que controlar su paso.


Y llegamos a nuestro último tafoni, el número 8, al que solo subieron Lorenzo y Paco tras alguna trepada, nosotros algunos sin ganas, y otros sin intentarlo seguimos hacia abajo en busca de la presa.


Una vez en ella y poco después de pasarla, a nuestra izquierda cogemos un carril, y tras algunos metros y un poco escondido entre las hierbas, árboles y matorrales dimos con el  Oppidum ibérico del Castillón de Gobantes.


De origen ibérico, este gran oppidum del que se conservan solo los cimientos del recinto amurallado se encuentran en un estado de ruina total. Situado estrategicamente entre los embalses del Guadalteba y el Guadalorce, fue excavado por primera vez en el año 1993. 


Este Oppidum, según el término genérico en latín designa un lugar elevado, una colina o meseta, cuyas defensas naturales se han visto reforzadas por la intervención del hombre. Los oppida se establecían, generalmente, para el dominio de tierras aptas para el cultivo o como refugio fortificado que podía tener partes habitables. 


De hecho, aquí hicimos nosotros la parada para comer, y como unos simples oppidos, nos distribuimos por el interior de estos restos (quizás con imaginación: cocina, sala, comedor...) para degustar, como si estuviésemos en la época de los íberos, nuestro apetitoso manjar de bocatas.


Y dirigiéndonos hacia la presa del Guadalorce-Guadalteba a través de la cancela que nos accede a sus oficinas, llegamos a la misma carretera de la presa.


Ya solo tendremos que cruzarla y al final de la misma llegamos hasta donde tenemos aparcado uno de nuestros coches (el que ya acercaron los conductores, antes de iniciar este segundo tramo).


Dando por finalizada la ruta de este segundo tramo, y preparados para iniciar el tercer tramo, justamente desde este mismo punto. 


Tramo 3: 
Necrópolis de las Aguilillas: 5 km


Desde donde tenemos aparcado el coche, siguiendo unos metros carretera abajo, nos desviamos hacia nuestra derecha por una pista que nos llevaría directamente hasta la necrópolis de las Aguilillas.


Puesto que la ruta la haremos circular (ida por sendero, vuelta por la pista), al poco cogeremos el senderillo que sale a nuestra izquierda y que después de subir por unas fuertes pendientes llegamos a la necropolis.


En algunos tramos, avanzando entre este bosquete de pinos, la subida se hace dura, ya que la pendiente es bastante acentuada.



Y llegando a la parte más alta, ya empezamos a ver los distintos paneles informativos con cada una de las tumbas. La indicación que adjunto a continuación se encuentra en la parte baja del recinto, si hubiéramos venido por la pista. 


Esta necrópolis data entre 2100 y 1900 años a.c. Contiene siete tumbas que recibieron unos 50 entierros colectivos, junto a la que se encontraron diversos ajuares funerarios.


Situadas todas en un promontorio de arenisca del Mioceno, a unos 500 metros de altitud. Fueron descubiertas a finales de los años ochenta y estudiadas en 1991.


Se trata de siete estructuras funerarias  excavadas en la roca que han conservado las cámaras funerarias y numerosos nichos alrededor. Algunas de ellas conservan los corredores de acceso. 




Durante los trabajos de investigación aparecieron más de 2000 piezas arquitectónicas y una cincuentena de personas  de ambos sexos y de todas las edades, que fueron enterradas en estas sepulturas allá por el año 2000 a.c.


Según estamos recorriendo las excavaciones, el cielo ya se empezó a ennegrecer (tal como estaba previsto a partir de las 15 horas) y nos empezó a llover.


En más de una ocasión, aprovechamos estas oquedades para refugiarnos del agua.


En forma de resumen podemos decir que la tumba número 1 está compuesta por una cámara y dos nichos. La número 2 tiene un pasillo con  antecámara y dos cámaras laterales.


La número 3 pasillo y antecámara, La número 4 cámara y antecámara separada por un tabique.
La número 5 contiene un pasillo, antecámara y cámara con techos de lozas.


La número 6, cámara y tres nichos y por último la número 7 cámara y dos nichos.


Dando por finalizada nuestra ruta por la necrópolis, bajamos con dirección a la pista, y ya por ella llegamos a nuestro coche.


Eso si, la lluvia empezó a arreciar a ratos...mientras que nosotros parlanchines seguíamos empapándonos.


Una vez en el coche y mientras que los conductores iban a por el otro, nosotros cogimos senderillo abajo hasta la Casa del Administrador. Dando por finalizada aquí nuestra ruta de hoy.

Interesante ruta, distinta y con grandes atractivos: paisajístico, histórico...y curiosas formaciones geológicas. Sin lugar a dudas hemos disfrutado de esta, nuestra primera ruta del año 2018.