sábado, 28 de septiembre de 2024

Road trip por Sudáfrica, Esuatini y Lesoto (agosto/24)


Aquí empieza un nuevo viaje, una nueva ruta, una nueva ilusión. Seguimos hacia adelante, intentando recorrer este mundo, nuestro mundo, tan bello, cargado de paisajes de ensueños: montañas, desiertos, selvas, costas, lagos…, personajes que te hacen ahondar en nuestra propia existencia. De aquí, de allá, tan diferentes a nosotros y, que tanto he aprendido de sus culturas, sus religiones y su forma de entender la vida.



Ahora sí, nos vamos a África, a lo más al sur del continente, en donde los antiguos descubridores anhelaban conquistar aquella lejana tierra de las indias y las Américas, cuando surcaban sus frías y aguas bravas. Sí, es el Cabo de Buena Esperanza, más allá, un océano salvaje y bravío en donde se mezclan las aguas del Índico y el Atlántico, y más allá las heladas tierras de la Antártida
Nos vamos a la República de Sudáfrica y a los pequeños reinos de Lesoto y Esuatini (la antigua Suazilandia). El primero, enclavado como una isla dentro del territorio de Sudáfrica y el segundo, un diminuto país, también enclavado en tierras de Sudáfrica pero haciendo frontera con Mozambique.

Nuestro viaje estará compuesto por varios alicientes, cumpliendo el objetivo final de esta aventura: Safaris por los Parques Nacionales y Humedales de Sudáfrica, Reservas Naturales de Esuatini, etnias y cultura en el pueblo basotho de Lesoto, rutas de senderos y montañas, la capital de Ciudad del Cabo y recorrido por el Cabo de Buena Esperanza. Y todo esto en una ruta que nos llevaría 22 días y 4.150 kilómetros, en un verdadero Road Trip. 



Nuestro equipo estará formado por un nutrido grupo de mochileros, algunos de ellos con muchos kilómetros ya en la mochila. Un buen grupo, siendo nuestro coordinador del viaje Kiko, excelente viajero que en todo momento controlaba los tiempos y la gestión en las rutas y en los siguientes destinos. Estos son los participantes: María, Olga, Joana y Félix de Madrid; Mari Ángeles y Mariam de Valencia (esta última  tuvo que regresar a España el segundo día por problemas familiares); David de Alicante, Mikel de Guipúzcoa, Silvia de Zamora, Pepe de Granada y Kiko el coordinador de Barcelona. Ah, y yo, Antonio de Sevilla. 




Parar poder realizar esta ruta alquilaríamos tres coches y seis conductores al volante, ya que serían muchas horas de conducción y de kilómetros de carreteras y pistas de tierra, algunas en muy mal estado.
Para podernos comunicar entre nosotros cuando circulábamos por carretera utilizamos unos walkies, ya que a veces la cobertura de los móviles no llegaba. En todo momento tuvimos una buena coordinación a la hora de llegar a nuestros destinos, paradas intermedias e incluso dentro de los propios Parques Nacionales en los safaris a la hora de ver a los animales, avisándonos los unos con los otros.


Nuestra llegada a Sudáfrica sería Johannesburgo y, a partir de ahí iniciaríamos nuestro recorrido hasta Port Elizabeth, en donde cogeríamos un vuelo interno hacia Ciudad del Cabo, y ya desde aquí volaríamos a nuestro origen.
La distribución de días por los tres países fue de 2 noches en Esuatini, otras 2 en Lesoto, 16 en Sudáfrica y las otras dos en los aviones tanto a la ida como a la vuelta. Total hacen los 22 días.




Itinerario a seguir

Día 1. Sevilla-Madrid-Estambul (vuelo)

Día 2. Estambul –Johannesburgo-Graskop (Sudáfrica)
 
Día 3. Graskop-Hazyview, cerca de Numbi Gate, entrada a kruger (Sudáfrica)

Día 4. P.N Kruger (Sudáfrica)

Día 5.  P.N Kruger (Sudáfrica)

Día 6. P.N Kruger-Mlilwane (Esuatini)

Día 7. Mlilwane-kamsholo (Esuatini)  
 
Día 8. Kamsholo-Santa Lucía (Sudáfrica)

Día 9. Santa Lucía (Sudáfrica)

Día 10. Santa Lucía-Drakensberg (Sudáfrica)

Día 11. Drakensberg (Sudáfrica)

Día 12. Drakensberg-Malealea (Lesoto)
 
Día 13. Malealea (Lesoto)

Día 14. Malealea-P.N Mountain Zebra (Sudáfrica)

Día 15. P.N Mountain Zebra-P.N Addo Elephant (Sudáfrica)

Día 16. P.N Addo Elephant-Port Elizabeth-Cape Town (Sudáfrica)

Día 17. Cape Town (Sudáfrica)

Día 18. Cape Town -Cabo Buena Esperanza- Cape Town (Sudáfrica)

Día 19. Cape Town (Sudáfrica)

Día 20. Cape Town -Bahía Cabo Buena Esperanza- Cape Town (Sudáfrica)

Día 21. Cape Town-Estambul (Vuelo)
 
Día 22. Estambul-Madrid-Sevilla (Casa)

En nuestro recorrido por estos tres países pudimos entrar en varios Parques Nacionales y realizar safaris, en el caso de Sudáfrica fueron: kruger, Addo Elephant y Mountain Zebra. Y otros dos espacios protegidos como el Humedal de Isimangaliso y el Parque Hluhluwe. Además otros dos Parques Nacionales a nivel paisajístico de montañas y costas: Royal Natal-Drakensberg y Mountain Table.
En el caso de Esuatini las Reservas de Mlilwane y Kamsholo Game Reserve. En Lesoto la aldea remota de Malealea, con importantes pinturas rupestres. 

Parques Nacionales de Sudáfrica





Con respecto a la hora de dormir, ya desde España habíamos reservado algún alojamiento, sobre todo los dos primeros días y la pernocta en el Parque Nacional Kruger que había que reservarlo con tiempo.
En general han sido alojamiento tipo hostel con habitaciones a compartir, e incluso en otras ocasiones también la propia cama. En el caso de kruger, las dos noches en tienda de campaña, las cinco noches en Cape Town literas tipo capsula individual y el resto de los lugares alojamientos tipo cabañas instaladas en el propio recinto de la Reserva o en espacios con todas las camas individuales disponibles. Con un criterio claro, compartir durante todo el viaje.

Alojamiento en Malealea (Lesoto)


Alojamiento en Mlilwane (Esuatini)


Alojamiento en Addo Elephant (Sudáfrica)


Alojamiento en P.N Kruger (Sudáfrica)


En el tema de comidas, en muchos casos fuimos improvisando sobre la marcha, sobre todo al medio día. Casi siempre nos pillaba en carretera o en algún Parque Nacional de safari, por lo que algún sándwich o similar es lo que comíamos para no perder tiempo. En los trayectos aprovechábamos para comprar comidas en los supermercados (sobre todo en los SPAR, era fácil encontrarlos) y llevar comida para comer por las noches (casi siempre caían unas barbacoas) y los desayunos.

En algunos alojamientos el desayuno estaba incluido, pero en la gran mayoría y debido a los madrugones (normalmente nos poníamos en marcha sobre las 6:00) nosotros nos preparábamos los desayunos.

Al caer rápido la noche (sobre las 17:30) teníamos que aprovechar todas las horas de sol, llegando generalmente a nuestro siguiente destino sobre las 20:00, preparábamos la comida y máximo sobre las 22:30 a dormir.





Otros datos de interés 

Vacunas y enfermedades

Para los tres países será obligatoria la vacuna de la fiebre Amarilla si se procede de un país que existe la fiebre amarilla, no fue nuestro caso.
Las recomendadas como siempre: Tétanos, triple vírica, hepatitis A y B, Rabia, neumocócica, fiebre tifoidea. Yo como siempre acudo a Sanidad exterior para actualiza vacunas, en caso de ser necesario.

Visados, moneda, horarios e idioma

-Para los españoles, será necesario el pasaporte en vigor, sin necesidad de visado.
-El horario con respecto a España es el mismo.
-La moneda usada en A fecha de Agosto/24 1 €=19, 7 Ram o Zar de Sudáfrica, vale igual para los tres países.
-Son muchos los idiomas hablado en estos países de forma local y reconocidos oficialmente, pero el oficial a nivel internacional es el inglés. Y a nivel del país el Africans. Sudáfrica tiene 11 idiomas oficiales, siendo el inglés y el áfricans de origen indoeuropeas y el resto de la familia bantú.
En Lesoto los idiomas oficiales son el inglés y el Sesoto; y en Esuatini el inglés y el siswati, aunque también se habla el zulú, portugués y africans.

Seguridad 

Es cierto que la forma en la que nos hemos movido por estos países siempre ha sido en grupo y, en el caso de Sudáfrica siempre por Parques Nacionales y por lo tanto muy turístico sin notar en ningún momento inseguridad. Ahora bien, cabe destacar el caso de la capital de Cape Town, una gran metrópolis que alcanza casi los cinco millones de personas. Aquí si noté esta inseguridad sobre todo al caer la noche. Son muchos los policías y vigilantes de seguridad que se ven por las calles y en más de una vez nos advirtieron de controlar nuestras pertenencias. A cada paso se ven muchos indigentes por las calles pidiendo, algunos con bastantes síntomas de drogas y alcohol. Pero en general, nunca percibimos una inseguridad directa y amenazante.
En el caso de Esuatini y Lesoto, al estar poco tiempo e ir directo a los lugares que queríamos visitar, la seguridad fue plena.

Impresión concluyente y final


Sudáfrica es un país de contrastes, de mucho contraste, en donde conviven
una población (mayoritariamente blaca) con un poder adquisitivo medio-alto y otra parte, mayormente de raza negra en los umbrales de la pobreza. No hay más que observar cuando circulamos por sus carreteras, la de cientos y cientos de chabolas repartidas por los campos y cerca urbanizaciones de chalets.
 


La población negra está todavía muy discriminada, a pesar de que ya en el año 1992 el apartheid sudafricano fue erradicado, celebrando dos años después las elecciones acuñándose la “Nación del Arco Iris”, frase definida por Nelson Mandela.
 

A día de hoy buena parte de los blancos añoran su supremacía política.

Lo que es difícil de entender es, como justo en frente del edificio en donde se encuentra la estatua de Nelson Mandela y en una de las grandes plazas más céntricas de Cape Town  y junto al castillo-fortaleza se encuentra un nido de  suciedad y chabolismo  en el mismo foso de dicha fortaleza.



Es como si en frente de la Catedral de Sevilla se instalase decenas de chabolas con cientos de bolsas de basura tiradas por los suelos. Francamente, no lo entiendo.


En un costado de la plaza este bello edifico y, en el otro costado las chabolas.

Mientras mis compañeros  entraban a la fortaleza, yo me acerqué a las chabolas y por desgracia la población que más vi fue la de raza negra. 

Entre la minoría blanca, todavía marcada por el estigma de los excesos del apartheid, rehúyen de las acusaciones del racismo. Prefieren hablar de inseguridad.

Sin lugar a dudas en la capital de Ciudad del Cabo donde este contaste se ve mejor.

Bueno, ya está bien, empecemos con nuestro viaje...


Iniciando la ruta

Aunque hoy es 8 de agosto, el viaje ya empezó semanas antes, cuando nos presentamos todos los participantes del grupo y se empezó a organizar la ruta. Siempre he pensado que un viaje ya se empieza a disfrutar cuando se planifica, se gestiona y se sueña, esta sería la primera parte. Después, la vivencia in situ del viaje e si, y por último cuando se escribe esa aventura vivida.

Ahora sí, son las 10:30 cuando cojo el AVE en Sevilla con dirección a Madrid. Una vez allí tengo tiempo de sobra para ir tranquilamente hasta la T1 que es de donde sale nuestro vuelo con dirección a Estambul y después a Johannesburgo.
Como otras tantas veces, cogeré el cercanía que me acercará hasta la T4 y, desde allí, el bus circular de las terminales.

Nuestro vuelo sale a las 18:45, llegando a Estambul a las 23:55. Desde allí y a la 1:50 partirá hacia Johannesburgo, aterrizando ya en África a las 10:30, todo esto del día siguiente, con lo que haciendo cálculo sería justo un día completo de transporte desde que salí de Sevilla. Esto es lo que tienen estos viajes y, es lo que hay, sí o sí hasta inicia el verdadero viaje.

Pero ahora situémonos en el aeropuerto de Barajas en donde nos vamos dando cita todos los compañeros del viaje. Ahora sí, a todas esas palabras y frases escritas en el foro de presentación, nos ponemos cara. ¡Hola que tal, yo soy…, y yo…, encantado espera ahí llega…, que tal yo soy… y así uno tras otro hasta vernos todos en la cola kilométrica de facturación!  

Por cierto, además de facturar nuestras propias mochilas, tendremos que hacer lo mismo con un mochilón enorme en donde van todas las tiendas de campaña (4 en total) que utilizaremos para dormir. Al final solo la utilizaremos las dos noches que dormiremos en el P.N Kruger.

Pues ya estamos sentados en el avión. Unos aquí, los otros allá. Ahora toca dar algunas cabezadas, ver alguna película, comer algo cuando nos traigan la comida las azafatas de la turkish y así hasta agotar las cuatro horas y media que tendremos de vuelo. 
Cuantas veces he aterrizado ya en este aeropuerto, incontables. Un aeropuerto enorme, uno de los más grandes del mundo y que generalmente suele ser el puente de escala para otros destinos, sobre todo en Asia. En esta ocasión, también para África.


Ya estamos en Estambul, los controles correspondientes y el tranfer para nuestro siguiente destino. Ahí está el panel con los horarios, a ver, a ver, ahí está el nuestro. Allá vamos, nos dirigimos hacia la puerta de embarque y a esperar. No es mucho tiempo.



Ahora sí, es de madrugada y aquí sentados en el avión que nos llevará a Johannesburgo. Por delante casi 10 horas de vuelo. Ahora si toca matar el tiempo. Intentaremos dormir un buen rato (si se puede). Cabezadas por aquí, cabezadas por allá. Dolor de cuello… No se coge la postura. Y a comer de nuevo, las azafatas nos traen la comida. Por fin, creo que dos o tres horas me he quedado dormido.
Vaya, de nuevo las azafatas aquí, hora de desayunar.
Por fin, llegamos a lo más al sur de África, ahora sí empieza nuestro viaje.

La cola para el control de pasaportes es kilométrica, así que tras un buen rato, ya tenemos el sello estampado en nuestro pasaporte.
Ahora tocaba gestionar el tema del alquiler de los coches. Vaya pesadilla.
¿Dónde está esa oficina? Ni idea. Buscamos por aquí y por allá, y nada. Kiko empieza a pregunta y preguntar, mientras nosotros, algunos sacan dinero de los cajeros, otros cambian dinero y otros compran tarjetas para el móvil.
Tras un buen rato, Kiko por fin contacta con el personal del alquiler de los coches. No hay ninguna oficina física. Viene una chica y nos dirige a los aparcamientos que es donde se gestionara todo el tema de los coches. ¡Vaya descontrol!

Una vez aquí a formalizar todo. Félix, Kiko y Pepe serán los titulares de los coches y David, Mari Ángeles y yo iremos como conductores adicionales.


Cuando nos piden el pasaporte, echo mano de mi riñonera y me doy cuenta que no tengo el pasaporte. ¡Uf, me lo he dejado olvidado en la casa de cambio! Medio aturdido con tanto trajín, voy rápidamente hacia allí y, menos mal que la chica me estaba esperando para entregármelo ¡vaya susto de inicio del viaje!

Son casi las dos de la tarde, por fin. Más de tres horas aquí en el aeropuerto gestionando la salida.
Nos ponemos en marcha con dirección a Graskop, unos 400 kilómetros.

Preferimos pegarnos el palizón y no perder el tiempo aquí en Johannesburgo y, así ya mañana por la mañana empezar con las rutas.

El trayecto se hizo largo, muy largo, sobre todo al caer la noche que, por cierto era muy temprano, sobre las 17:30.

Por el camino paramos en un centro comercial para comprar comida y prepararla esa misma noche cuando lleguemos a nuestro alojamiento. Aprovecharemos para comer algún sándwich. Y de nuevo en marcha. Ahora cojo yo el coche, tras dejarlo Félix. La noche cae, salimos de la autopista y la carretera se convierte en un ir y venir de camiones a los que poco a poco habrá que ir adelantando. El paisaje cambió por completo, pasó de innumerables barrios de chabolas en un terreno inhóspito a una zona más de montaña.



Son las 20:00 por fin llegamos. Un día largo. Ya teníamos reservado el alojamiento “Thaba Tsweni & Safaris”, un bonito lugar ubicado en un pequeño montículo en donde se distribuían varias casas. Repartimos los distintos espacios entre todos y, vaya he tenido suerte, voy yo solo a una enorme habitación con cama gigante. 
Preparamos la comida en la cocina y a cenar…


Zona de Graskop, varios lugares

A las 6:00 en planta y ponemos rumbo hacia el Blyde Canyon a unos 50 kilómetros de Graskop. Entrando primero para ello en el complejo de Forever Resort, en donde tendremos que efectuar el pago correspondiente e inscribir cada uno de los vehículos. Aquí desayunaremos como reyes, vaya desayuno por 10 € cada uno. Un desayuno buffet con unas riquísimas tortillas de verduras.
¡Y estamos listo para empezar el día!


Aquí echaremos todo el día efectuando las siguientes actividades:

1-ruta de sendero por Guinea Fowl trail.
2-Bourke’s Luck Photoles.
3-Blyde canyon.
4-Subida a God’s Windows.
5-Lisbon Falls.
6-Berlin Falls.


En nuestros coches nos trasladamos a nuestra primera parada para iniciar una ruta de senderismo de unos 5 o 6 kilómetros, con unos 150 metros de desnivel y cuatro horas de recorrido,  en donde iremos disfrutando de diferentes vistas del cañón, cascadas, riberas…

Guinea  Lowl trail

Un cartel nos muestra las indicaciones de la ruta, primero siguiendo en un descenso las marcas del leopard trail (marcas amarilllas). Pero antes tendremos unas excelentes vistas del cañón al iniciar el sendero.  
Se desciende unos 200 metros y se recorren unos dos kilómetros donde se enlaza con el Guinea Fowl Trail (marcas azules) que empieza a descender hasta el punto más bajo de la ruta para llegar al río Kadishi.
Desde este punto, se comienza el escenso cruzando el río en varios puntos hasta llegar a Tufa falls.


En la bajada hacia el río, las vistas de frente a nosotros son  espectaculares. El sol marca y acentúa  las siluetas del gran cañón, mientras la temperatura poco a poco va subiendo. ¡Quién diría que estamos en invierno!



Ya en el río se agradece el frescor del agua y la sombra del bosquete de árboles de ribera. Esta zona me recuerda mucho a otras tantas rutas realizadas por la Sierra de Aracena, en Huelva. Seguimos avanzando por la orilla del mismo río. 






A veces tendremos que atravesar a la otra orilla sin dificultad alguna, aunque algunos compañeros habrá que echarle una mano para pegar el salto. 


Tras una parada en la cascadita y la poza, reanudamos la marcha, disfrutando de bellos rincones cargados de agua y de algunos insectos como esta mariposa Protogoniomorpha parhassus conocida como Madreperla del bosque, habitual en áreas boscosas de África.



Blyde Canyion

Nuestro siguiente destino es el gran cañón de Blyde, uno de los más grandes del mundo con 26 kilómetros de longitud y, a diferencia de otros mayores como el Gran Cañón del Colorado en Estados Unidos o el Cañón del río Fish en Namibia, el cañón del rio Blyde es un “cañón verde” en el que predomina la vegetación subtropical.  



¡Guau, gua, guau que balconada natural más espectacular!



El cañón del río Blyde pasa por una formación rocosa conocida como “Three Rondavels”, llamada así porque la formación  se asemeja a tres casas de estilo africano. Este cañón forma parte de la ruta Panorama.



Bourke’s Luck Photoles



Otro lugar turístico de la zona y bastante masificado. Se trata del lugar en el que el río Blyde y el río Treur convergen formando lo que se conoce como las formaciones cilíndricas de los Bourke Luck Photoles, estas formadas por la erosión del agua a través de los siglos.




Los remolinos del agua al pasar por esta zona estrecha de la garganta, fue erosionando el lecho de roca arenisca, formando estas cavidades cilíndricas.
Desde las plataformas de observación y los puentes que cruzan por encima de algunas de las mejores formaciones, y según la hora del día y el contenido mineral del agua, la vista de los hoyos y la arenisca multicolor cambia.




El nombre procede del cazafortunas Tom Bourke que encontró oro en esta zona.

Junto a la garganta y el puente colgante son muchas las cascaditas que se forman entre un pequeño laberinto de corrientes de agua. A la misma vez, varias piscinas naturales en donde los cientos de turistas se remojan los pies, mientras que otros atraviesan el puente colgante.


Un reguero de personas van y vienen saltando entre las rocas de las pequeñas piscinas. Esto está masificado.
Otros tanto solo le faltan quedarse en bañador y lanzarse al agua.
Familias enteras parecen venir aquí a echar el día y remojarse los tobillos y algunos aún más.






Salimos fuera de este recinto y nos acoge un gran complejo de bares en donde podemos comer y beber todo aquello que queramos, al igual muchas tiendas de suvenirs.
Una zona de picnic, un gran aparcamiento. En definitiva todo aquello que uno puede necesitar para echar el domingo de paseo, fuera de casa.


Música por aquí, baile por allí. No es raro ver a un grupo de africanos improvisando algún baile a la vez que caminan junto al aparcamiento de este complejo turístico.

Aprovechamos para tomar unos refrigerios, ojear algo por las tiendas de suvenir y, seguro que algo cae.


Un grupo de niñas ataviadas con un vestido amarillo muy intenso y, que contrasta fuertemente con el color negro de su rostro bailan y cantan sin parar al ritmo africano. Ese ritmo que inevitablemente hace que tengas que mover los pies y no dejes de moverlo hasta que ellas dejan de cantar. ¡El espectáculo está servido!
Solo una señora es la que no viste ese vestido amarillo, deduzco que será la monitora del grupo. Ella sentada en un banco va tocando el timbal al ritmo del baile.

Aquí me estoy deleitando con el ritmo de estas niñas, a la vez que intento inmortalizar el momento con el objetivo de mi cámara.
Algunos de mis compañeros siguen dentro del laberinto de piscinas. Demasiada gente y explotado para mí, prefiero estar aquí escuchando y observando el ritmo africano.

Subida a God’s Windows

Al sur del cañón, la reserva sigue la escarpa, para incluir la ventana de Dios, siendo este un mirador popular hacia lowved en el extremo sur de la reserva.
Un camino bien marcado nos ascenderá hasta lo más alto del monte. Muchas son las personas que nos damos cita aquí. No para de subir y bajar gente por aquí, sobre todo muchos africanos.



Llegando a la parte final de la ascensión una pasarela de madera nos hace de puente para proteger la zona húmeda repleta de musgos y líquenes. 
Los macizos de Mogologo (1794 m) Mariepskop (1944 m) y Hebronberg (1767 m) están parcialmente incluido en esta reserva y de contemplados desde lo más alto de la Ventana de Dios.
Arriba muchos turistas se concentran para disfrutar de unas bellas panorámicas y, como siempre cuando se reúnen un grupo de africanas todas empiezan a bailar y cantar al unísono, como si fuera un ritual para ellas una vez que llegan a lo más alto de la montaña.


Aquí los acantilados escarpados se precipitan más de 700 metros hacia el lowveld. Desde este acantilado, una muralla casi ininterrumpida, se abre una vista hacia la extensión del lowveld  y los bosques escarpados, cuya apariencia estética similar a un Edén dio origen al nombre.




Berlin Falls


La cascada de Berlín se encuentra cerca de la ventana de Dios y es la segunda más alta de la provincia de Mpumalanga. Esta cascada al igual que todos los puntos de interés que estamos viendo por la zona forma parte de la ruta PANORAMA.
Las aguas caen desde una altura de 80 metros y recibe su nombre de los mineros que se aventuraron a Sudáfrica desde Europa durante la fiebre del oro y bautizaron cada catarata de la región con el nombre de sus ciudades de origen o de lugares de sus países de origen.


La forma de la cascada se asemeja a la de una vela gigante. Un estrecho canal natural en la parte superior de la cascada crea la “mecha” de la vela y, a medida que el agua cae desde ese punto, se expande creando el resto de la vela antes de vaciarse en la poza de abajo.


Lisbon Falls


Esta cascada cae desde el arroyo Lisboa, un afluente de la margen derecha del río Blyde. Tiene una caída de 94 metros de altura siendo esta la más alta de la provincia.


Esta cascada al igual que Berlin falls se encuentran fuera justo de la Reserva natural del Cañón del río Blyde, formando parte ésta también de la ruta Panorama. 
A diferencia de la otra que se encuentra en una balconada, esta otra resulta más natural y salvaje ya que podemos avanzar por un pequeño senderillo hasta poderla ver bien de frente. De hecho es lo que hicimos algunos de nosotros.


Con esta última parada damos por finalizado el intenso día y ponemos rumbo hacia nuestro siguiente destino en Hazyview a solo 38 kilómetros, ya muy cerca del Parque Nacional kruger, casi en las mismas puertas del parque. Y esa fue nuestra intención, llegar ya de noche, pernoctar y por la mañana temprano partir hacia el Parque Nacional y, estar allí a las 7:00 es cuando abren sus puertas.
Pero esa misma noche una compañera recibió una triste noticia desde España, así que tuvo que volver. Kiko y su amiga en un coche volvieron a Graskop y desde ahí tramitar la vuelta. Mientras tanto nosotros, los otros dos coches nos fuimos a krruger, reuniéndonos todos ya más tarde.

Parque Nacional Kruger

The big five (los Cinco Grandes) de África, los animales de safari más icónicos.
Nuestro objetivo, verlos, entre otros.

Elefante

Rinoceronte

león

Leopardo

Búfalo

El  inicio de los Cinco Grandes tiene una historia algo menos favorable. Acuñado por primera vez por los primeros colonos a finales del siglo XIX, el término se refiere a un puñado de criaturas africanas icónicas: el elefante africano, el búfalo del Cabo, el rinoceronte negro, el león y el leopardo. Pero en lugar de referirse al esplendor de estos maravillosos y poderosos animales, se consideró que los “Cinco Grandes” eran los más difíciles de cazar y matar.

Durante casi un siglo, sus poblaciones fueron diezmadas por cazadores de caza mayor que buscaban reforzar su valentía y masajear su ego, pero la agricultura y las prácticas agrícolas coloniales, la caza furtiva para obtener recuerdos, medicinales y muebles orientales y otras demandas occidentales también jugaron un papel importante en la disminución del número de estas especies.
 
Afortunadamente, se ha evolucionado desde aquellos tiempos arcaicos e ingenuos, y los Cinco Grandes han encontrado su lugar junto a otros animales africanos tan bellos, frágiles y necesitados de nuestra protección y respeto. Las poblaciones han aumentado, los guardabosques las protegen y casi las únicas tomas de estas espectaculares bestias se realizan a través de un buen objetivo de cámara, aunque también los podemos fotografiar desde bien cerca tal como a nosotros nos pudo pasar.

Si bien también hay muchos más  animales para ver en África, estos son los que mayor representa al safari africano.

En kruger, uno de los mayores Parques Nacionales de África, son muchos los animales que podemos ver, algunos con bastante frecuencia, otros más difíciles de observar, pero en general es un parque en el que podemos decir que la visión de animales está garantizada.

Verlos en vivo y en directo es una verdadera gozada, y en muchos casos observarlos en sus estados naturales de convivencia hace que ante nosotros estemos en un verdadero documental africano.

  Los dos días y medio (y dos noches) que estuvimos de safari por el interior del parque llegamos a ver una buena cantidad de animales, cerca de treinta, intento recordar y varias especies de aves. Algunos de ellos de forma muy continuada otros más complicado sobre todo al León y el Leopardo. En este parque de Kruger no llegamos a ver al rinoceronte pero si y bastantes en el parque Hluhluwe, cerca de Santa Lucía. Allí los disfrutamos desde muy cerca junto a nuestros coches.

Empezamos…


Son casi las 7:00 de la mañana y estamos aquí en la puerta del Parque Nacional. Entraremos por la puerta Numbe, por el sur del Parque, una de las varias habilitadas para acceder al interior (en total son 9). Aquí nos tendremos que registrar con nuestros pasaportes e indicar los ocupantes de cada coche, al igual los datos de los vehículos.
Una vez realizado el trámite, nos trasladamos hacia el interior del parque y de nuevo nos registraremos y abonaremos el lugar en donde dormiremos, nosotros lo haremos en tienda de campaña, un lugar habilitado con parcelas, servicios, restaurantes, supermercado y todo lo necesario, al igual que en un camping. Hay otros alojamientos de más o menos lujo, algunos son privados y otros son públicos. Estamos en el campamento Pretoriuskop, totalmente protegido y vallado para que nos puedan entrar los animales.


Montando nuestras tiendas, cuatro en total, nos repartimos, yo la compartiré con Mikel y Pepe.



Además del propio pago del alojamiento habrá que abonar una tasa de conservacion por día y por persona de unos 25 € aproximadamente.


Para recorrer el parque lo podemos hacer por libre con nuestros coches (así lo hicimos nostros) o unirse a un grupo y utilizar los vehículos altos del parque con el techo abierto. En cualquier caso está totalmente prohibido bajar del coche, excepto en los lugares habilitados para este fin.


El parque está totalmente señalizado con indicaciones de caminos, pistas por las que podremos pasar en busca de los animales, así que con mapa en manos nos moveremos por el interior, preferentemente buscando zona de lagunas en donde los animales suelen venir a beber.



Empezamos nuestros recorridos. Como ya comenté, aquí estaremos dos días completos, desde el amanecer hasta las seis de la tarde que cierran el parque y al que ya no se podría acceder, y además algunas horas más el día que nos vayamos, saliendo por la puerta Malelane, la más al sur con dirección a Esuatini.



A continuación iré describiendo cada uno de los animales que fuimos viendo. Cuando en los caminos había coches parados, eso indicaba que había animales. Y sin lugar a dudas el momento con más atasco de vehículos fue el día que se pudo ver a un leopardo en la rama de un árbol comiendo un impala.




1-Cebra

Se conocen hasta tres especies propias de África: cebra común (las que vimos aquí), cebra de montaña (la vimos en el P.N Mountain Zebra) y la cebra de Grevy.


Su característica principal y más definitiva es su coloración a base de rayas blancas sobre el fondo negro. Tienen entre 2,3 metros de longitud y 1,4, metros de altura y de peso unos 300 kg. La esperanza d vida suele ser de unos 30 años.


A diferencia de lo que podamos pensar, son animales negros con rayas blancas y no al revés.

2-Kudú


Es un antílope de gran tamaño y notable cornamenta. Es el tercer antílope en cuanto al tamaño, mide 2,20 de longitud, 1,5 de altura y un peso de unos 320 kg los machos y 220 las hembras.



Tiene entre 7 y 10 bandas verticales blancas a cada lado. Es lento para andar pero puede saltar hasta dos metros de altura.

3-Impala




El Impala, sin lugar a dudas el que más vimos. Es un antílope de estatura mediana y cuerpo esbelto. 

Alcanza una altura de unos 70-90 cm y pesa entre 40 y 70 kg.

Anteriormente se creía de la familia de las gacelas. El lustroso pelaje dl impala muestra una coloración bicolor: el lomo marrón rojizo y los flancos tostados que contrastan con el vientre blanco.
Las orejas de 17 cm son largas y tienen la punta negra. La cola blanca y tupida de unos 30 cm de largo.


4-Jirafa




La jirafa es la más alta de todas las especies terrestres existentes ya que puede alcanzar una altura máxima de 5,7 metros y un peso que varía entre 750 y 1600 kg.

Están adaptadas de forma única para alcanzar una vegetación inaccesible para otros herbívoros. 
Las jirafas adultas no tienen fuertes vínculos sociales, aunque se agrupan en manadas abiertas y sueltas sin llegar a estar moviéndose en la misma dirección en general. Sus combates lo realizan utilizando la cabeza y el cuello. 

5-Chacal




El chacal, similar al coyote en Estados Unidos es un predador de tamaño mediano, aunque también es omnívoros y carroñero si fuese necesario. Sus plantas grandes y los huesos largos de sus patas los preparan físicamente para carreras d largas distancias y son capaces d mantener velocidades de 16 km/h por extensos periodos de tiempo. Están más activos durante el crepúsculo.

6-Búfalo del Cabo



El llamarse Búfalo del cabo es porque en esta región de África es donde se descubrieron los primeros ejemplares.

Emparentado con el bisonte americano o el ganado vacuno doméstico. Su temperamento impredecible puede ser parte de la razón por la que el búfalo africano nunca fue domesticado.
Los depredadores naturales de este animal son los leones, hienas y cocodrilos.
Tiene un peso superior a los 500 kg, y los cuernos son gruesos y muy desarrollados, curvándose hacia arriba y hacia dentro de los extremos.

7-Facóquero



El facóquero común es la más numerosa en la sábana africana. 
Siempre buscan refugio entre la vegetación más densa.

Excelente omnívoro come hierbas, raíces, bayas y otras frutas, incluso animales muertos y reptiles y aves.
Son excavadores de gran alcance, utilizando tanto el hocico como los pies. A menudo para comer doblan las patas delanteras hacia atrás.
Suelen vivir en pequeños grupos y las hembras viven con sus crías y otras hembras. Los machos siempre se van pero quedándose dentro del ámbito del hogar.

8-Mono Vervet





Denominado también “tumbili” por los indígenas ampliamente distribuido por subsahariano. En Sudáfrica se le considera una plaga.


Tiene tres tipos de sonido de alerta distintos, para leopardos, culebras y águilas con los cuales avisa al resto del clan de la presencia de un depredador.
El macho adulto tiene el escroto de color azul pálido y un pene rojo. Los machos son de mayor peso y longitud del cuerpo. Los machos adultos pesan entre 4 y 8 kg, mientras que las hembras entre 3,5 y 5,5 kg.
 
9-Mono Babuino




Estos primates son de tamaño mediano o grande, generalmente de hábitos terrestres.
Tiene una fuerte mandíbula dotada de grandes caninos en el caso de los machos, manos con un pulgar de gran maniobrabilidad, pelo más largo a los lados de la cara y sobre los hombros. Los machos son mucho más fuerte que las hembras. El comportamiento de estos suele se agresivo, pues en cualquier momento pueden entrar en una pelea por el motivo que sea. Suelen vivir en espacios abiertos, y principalmente se encuentran en África.


10-Antílope acuático



Este bello antílope está ampliamente distribuido por África del sur, su altura oscila entre 1 y 1,35 metros y su peso entre 160 y 275 kg.
Se defiende de sus predadores introduciéndose en el agua donde su largo pelo y glándulas untuosas le protegen de la humedad.
Se aparea en mayo y junio y después de siete meses nace una cría que se amamanta al principio y al final de cada día.



11-Antilope Eland


Este antílope de gran tamaño y de gran parecido a los bovinos. Posee una gran papada en el cuello, que contribuye a disipar el calor, como el camello para evitar la deshidratación y la pérdida de líquidos cuando las temperaturas son muy altas, puede aumentar la temperatura corporal para impedir la sudoración.



Rondan los 140 cm y la hembra pesa de 275 a 500 kg, mientras el macho llega a 700 o 800 kg. Posee unos cuernos retorcidos, en espiral, terminado en una afilada punta. Su docilidad permite su cría que aporta leche, carne y piel.

12-Ñu



El Ñu es otra especie de antílope que incluye al Ñu negro y el Ñu azul como únicas especies de esta familia.
A diferencia del Ñu azul de la zona de África oriental que realizan una migración anual a nuevas zonas de pastoreo, el Ñu negro, el que vimos nosotros es meramente nómada. Las crías al nacer son capaces de desplazarse con la manada, hecho necesario para su supervivencia. No obstante, algunas son presa de grandes carnívoros.

13-Avestruz




El avestruz es el ave de mayor tamaño y más pesada, y el único que no vuela, solo corre.
Cuando los polluelos nacen ya miden entre 25 y 30 cm de altura, pesando casi el kg. Los machos adultos pueden llegar a medir hasta 2,75 metros e incluso llegar a 3 y pesar alrededor de los 180 kg.
Sus alas pequeñas no le permiten volar, aun así, les ayudan a impulsarse, equilibrarse al correr y como mecanismo de defensa, agitándolas para atacar a posibles depredadores. 

14-¿Suricato?




El suricato es una de las mangostas más pequeñas; los machos tienen un peso promedio d 730 gr y las hembras 720 gr. El cuerpo y miembros   de   estos   animales   son largos y esbeltos, con una longitud del cuerpo entre 25 y 35 cm. La cola es delgada y un poco alargada. A diferencia de la mayoría de las mangostas carece de abundante pelaje.

La cara tiene forma cónica terminando en punta la nariz y redondeada en la parte posterior de la cabeza.

15-Hipopótamo




El hipopotamo es un animal semiacuático que habita en ríos y lagos y donde machos adultos territoriales con grupos de cinco a treinta hembras y jóvenes controlan una zona del río. Durante el día reposan en el agua o en el fango y tanto la cúpula como el parto suceden en el agua. Puede pesar entre 1,5 y 3,5 toneladas y es el tercer animal terrestre más pesado tras el rinoceronte y el elefante.
Está considerado el animal más feroz de África debido a su gran agresividad.

16-Cocodrilo




Se trata del reptil semiacuático más devorador y que ya apareció en la tierra por primera vez hace cincuenta y cinco millones de años. Suelen congregarse en hábitats de agua dulce: ríos, lagos y humedales.
Pueden llegar a medir hasta 8,5 metros y pesar hasta 1700 kg. Este fue el cocodrilo hasta ahora más grande capturado en Australia en 1957. El resto suele medir unos 6 metros y pesar 750 kg.

17-León




El rey de la selva, es el segundo felino más grande después del tigre. Con unas extremidades potentes y una fuerte mandíbula con dientes caninos de hasta ocho cm.

Los machos poseen una densa melena de las que las hembras carecen.
El peso suele estar entre 180 y 190 kg en los machos y unos 120 las hembras.
Los leones pasan gran parte del tiempo descansando y están inactivos durante unas 20 horas al día. Los grupos suelen estar formado por uno o dos machos, cinco o seis hembras emparentadas y sus crías


18-Leopardo





Su pelaje está marcado por rosetas y su aspecto es similar al jaguar pero algo más pequeño, teniendo unas patas relativamente pequeñas. 
El leopardo desarrolla formas para evadir a otros depredadores como leones o tigres y es el único que puede trepar con facilidad a los árboles. Suelen pesar entre los 37 y 90 kg los machos y las hembras entre 28 y 60 kg, y una longitud entre los 90 y 190 cm, midiendo la cola casi 1 met.

19-Elefante




Es el animal terrestre más grande, siendo el periodo de gestación de veintidos meses. El peso al nacer es de 120 kg y suelen vivir entre 50 y 70 años. Su trompa es lo más carcterístico y la usan para aspirar agua, para recoger la comida, para emitir diferentes sonidos y para distinguir formas y texturas de lo que tocan, debido a su gran sensibilidad.
Poseen unos colmillos, les sirven para abrir camino y marcar árboles en su territorio.


El elefante produce una serie de sonidos, con los cuales expresa diversas emociones. El más conocido es el barrito cuando está asustado

20-Hiena



La hiena fue extremadamente difícil poderla ver. Solo por un momento, muy alejada de nosotros y detrás de unos matorrales. Estaba con una cría. La calidad de la imagen no es buena, pero la he puesto para ser testigo de ello.
 Las hienas, son las principales carroñeras junto con los buitres para equilibrar el ecosistema animal. Además son cazadoras que atrapan a sus presas con los sus dientes en vez de con sus garras.
Generalmente suelen espantar a los leones y leopardos cuando estos han cazado alguna presa, intentando siempre robársela. Pesan entre 35 y 80 kg y su longitud varía entre los 120 y 150 cm.

21-Estornino orejiazul



Mide alrededor de unos 22 cm de largo y tiene una cola corta. El color de su plumaje es en general de color verde azulado brillante. El iris de sus ojos es de color amarillo intenso. Forman grandes bandadas y suelen dormir en las acacias.

22-Cuervo pío


De tamaño similar a la corneja europea, vive solo desde el centro hasta el sur de África, pertenece a la familia de los corvidae.

23-Bubú grande


Mide unos 25 cm de largo y su peso oscila entre los 40 y 70 gr. Tanto los machos como las hembras tienen el mismo plumaje, son de color negro con brillo azul, salvo un moteado blanco en el obispillo, visible solo cuando tienen extendidas las alas y las plumas del obispillo erizadas.

24-Avefría coronada


Es un ave africana perteneciente el género Vanellus. Puebla extensas regiones desde la costa del mar Rojo hasta el África austral y suroccidental

25-Toco piquirrojo


Esta ave es ampliamente conocida por el gran público, sobre todo el infantil al pertenecer a esta especie Zazú, personaje de la película de dibujos animados el Rey León

26-Avefría armada


Es una especie de ave charadriforme de la familia Charadriidae, aparece desde Kenia hasta el sur del sudoeste de África.

27-Estornino alirrojo


Conocido también como estornino de alas rojas es una especie de ave paseriforme de la familia Sturnidae propia de África subsahariana. Fotografiado en el cabo de Buena Esperanza.

28-Pato dorsiblanco


 Es diferente de todos los demás patos, y está más estrechamente relacionado con los patos silbones., aunque también tienen similitud con los de la familia Oxyurinae.  Estos patos son buenos buceadores y pueden quedarse bajo el agua más de un minuto. Vive en lagos, estanques y pantanos y se encuentra desde el centro hasta el sur de África. Fotografiada en el Parque del Humedal de Isimangaliso.

29-Águila pescadora


Es un ave rapaz de tamaño medio, que aparece en todos los continentes excepto en la Antártida. Mide entre 150 y 170 cm. Posee una cola larga y estrecha y alas angulosas. Es la única águila en donde su dieta principal es a base de pescado. Fotografiada en el Parque del Humedal de Isimangaliso. 

Localiza a sus presas desde el aire, a menudo cerniéndose antes de zambullirse Con las patas por delante para capturar el pez. Cuando vuelve al aire, coloca la cabeza del pez de frente, para disminuir el rozamiento del aire. Las escamas de las patas y las uñas  son tan efectivas que en algunas ocasiones el águila no puede soltar un pez demasiado pesado. Esto puede ocasionar que l ave caiga al agua. Donde o bien nada hasta la orilla o fallece por hipotermia o ahogamiento.

Siempre vive cerca del agua, en costas rocosas y alrededores de lagos.

30-Garceta grande


Mide entre 80 y 100 cm de longitud y pesa entre 700 y 1200 gr. Tiene todo el plumaje blanco. Su pico amarillo en la época de reproducción y negro en otras épocas. Sus largas patas son de color rojo o negro. Fotografiada en el Parque del Humedal de Isimangaliso.

31-Dardo africano


Conocido también como pájaro serpiente. Tiene un cuello largo y delgado. Cuando nadan solo la cabeza y el cuello son visibles, esto parece una serpiente y empalan a los peces con su pico. Fotografiada en el Parque del Humedal de Isimangaliso.

32-Garza de cabeza negra





Es una de las garzas más altas, en su edad adulta puede llegar hasta los 85 metro de alto. Es muy común en África y divagante en Madagascar y Próximo Oriente. Se alimenta de peces y ranas, insectos y pájaros con ayuda de su largo pico. Pone entre 2 y 4 huevos en invierno, en los árboles o en nidos que ellas misma construyen.

Su vuelo es lento y contrae el cuello en forma de S como otras garzas, lo cual sirve para diferenciarlas de otras aves como las cigüeñas.
 
Su nombre científico es la Ardea melanocephala. Esta garza me recuerda mucho a otras tantas que ya pude fotografiar, como la garza real y la garza imperial (con el cuello aún más largo) en algunas zonas de reservas protegidas del Parque Nacional de Doñana y el Brazo del Este.

33-Calamón de cabeza gris


Muy similar a otras que ya pude fotografiar por Andalucía. El macho realiza una elaborada exhibición de cortejo, sosteniendo plantas acuáticas en su pico ante la hembra con fuertes risas.
Es una de las 15 especies existentes del género Porphyrio.  Fotografiada en el Parque del Humedal de Isimangaliso.

En cada uno de los días que recorrimos el interior del parque pudimos hacer alguna parada en los lugares habilitados en los que podíamos salir del coche y estirar un poco las piernas. 



Este lugar por ejemplo estaba situada en una especie de montículo con unas bonitas vistas hacia toda la zona del parque. Aquí pudimos descansar un poco y aprovechar para tomar unos refrigerios.


Y de nuevo en marcha en busca de más animales. Los vamos anotando y como objetivo prioritario ver los “Big Five”.



Los dos días que pudimos madrugar dentro del parque salimos muy temprano, antes de que amaneciera para que de este modo pudiéramos ver más animales cuando empezaban a estar más activos y de hecho los vimos. En el camino pudimos disfrutar de un bonito amanecer.


Abandonamos el Parque Nacional Kruger y ponemos rumbo hacia Esuatini


Puerta sur de Malelane


A las 6 de la mañana salimos atravesando el Parque hasta esta salida de Malelane (volvimos a ver muchos animales) y a las dos de la tarde alcanzaríamos la frontera de Esuatini, pero tanto antes como después de esa hora pasaron varias cosas que a continuación detallaré. Fue un día largo.


Estamos muy cerca de la frontera con Mozambique, a unos 20 km, vemos la indicación a Maputo, su capital. Por un momento la idea de atravesar al país es tentadora, pero al poco reacinamos  y seguimos hacia nuestro destino, Esuatini.


El día será largo con lo que haremos una parada para tomar algo de comida y además llenar de combustible nuestros coches.


No llegaba a 80 kilómetro la distancia que hay hasta aquí, a Barberton, algo más de hora y media con la parada que hemos hecho.


Hacemos una parada para dar un paseo y ver el ambiente del mercado, en media hora reanudamos nuestra marcha a una zona de montañas que nos llevará directamente la  frontera.




Son las montañas de Barberton que engloba al 40% de una de las formaciones geológicas más antiguas del planeta: el cinturón de rocas verdes de Barberton. Toda esta zona está declarada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2018. El paisaje es espectacular, montañas por todas partes, mires a donde mires.



Antes de llegar, en la carretera la sucesión de bosques con constantes, y al fondo las siluetas de las montañas a las que nos dirigimos antes de alcanzar la frontera de Esuatini.



Hacemos una parada en lo más alto del puerto, en donde hay un mirador.
Hay nos recreamos un buen rato con las vistas panorámicas de la zona.


El pico más alto de la zona alcanza casi los 2000 metros de altitud.

Rodeada de una serie de colinas rocosas, con tierras altas cubiertas valles boscosos.
Tras avanzar por la carretera y después de curvas y curvas permanentes llegamos a la frontera Sudáfrica-Esuatini.


Esto parece estar apartado de la mano de Dios. En la frontera solo nosotros dispuesto a entrar en el país. Son las dos de la tarde.

Estamos primero situados en el puesto fronterizo de Sudáfrica, tenemos que sellar nuestro pasaporte para salir del país.
El trámite es rápido, no tardamos mucho, pero al entregar la documentación del coche, la policía nos indica que falta un documento para poder salir del país y no lo tenemos. La agencia de alquiler de coches nos la tendría que haber entregado. Así que no podemos pasar y este puesto fronterizo cierra a las cuatro de la tarde.

Kiko, rápidamente intenta llamar por teléfono a Johannesburgo y hablar con la oficina para que nos envíe ese documento por correo.
Una llamada, otra y otra más. Se facilitan todos los datos y a esperar y esperar…no hay respuesta y el tiempo pasa.


La paciencia se agota. Son más de las tres y media y el documento no llega. Pensamos que en Johannesburgo nos están dado largas. Recordemos que en media hora la frontera cerraba.
El policía al ver que no llega ese documento decide intervenir y se pone en contacto con la oficina y presione para que llegue lo antes posible, de lo contrario nos vemos pernoctando en los coches y en la misa frontera.
La presión del policía hace efecto y cuando solo faltaban diez minutos para el cierre envían el documento. Por fin, abren la barrera y podemos pasar.


Avanzamos por la carretera unos 200 metros hasta alcanzar el paso fronterizo de Esuatini. Sello en el pasaporte, registrar los coches y pagar una pequeña tasa de frontera. Y a las cuatro en punto entramos en territorio de Esuatini.

La primera impresión fue como entrar en otro mundo, retroceder ciento de años. En los próximos 18 kilómetros el camino es infernal, una pista sin asfaltar y llena de baches y agujeros.



Frente a nosotros en la ladera del monte las casas apiñadas sin apariencia de muchas comodidades.

Al poco vemos un control con una barrera, la pasamos sin problemas.



En el camino de tierra, los críos van y vienen de la escuela, nos saludan a nuestro paso, aunque cuando bajamos las ventanillas para devolver el saludo toda la arenilla y el polvo del camino penetran en el coche.


Hay tramos que son mortales, tenemos que reducir la velocidad a unos escasos 10 km/h. Lo peor cuando de frente tenemos una cuesta en donde las ruedas de los coches se quedan frenado con tanta arena. Habrá que pegar un acelerón.

Tenemos que retirarnos del coche delantero, no vemos nada con tanto polvo. Es difícil entender como una pista puede estar en tal mal estado.

Con los walkies, el coche delantero nos avisa que tenemos de nuevo que pegar un acelerón en la cuesta, de lo contrario nos quedamos clavados. Allá vamos…

En el fondo de la pista, allá a lo lejos hermosas vistas de una pequeñas montañas repletas de bosques cargados de árboles.

Seguimos avanzando poco a poco por este ambiente polvoriento.

El cuenta kilómetros lo vamos controlando, ya solo nos queda un par de kilómetros para acabar con este suplicio de pista de 18 kilómetros. Esperemos que la carretera después esté bien.

Por fin, carretera asfaltada. La noche ha caído y ya con bastante obscuridad nos vamos siguiendo por las indicaciones de nuestro google mapa para llegar a nuestro destino “Mlilwane game sanctuary”. En la carretera nos desvía hacia una pista de tierra y tras avanzar varios kilómetros nos encontramos con el paso prohibido, una verja cerrada y un cartel que nos avisa que para llegar a nuestra dirección tenemos que colocar unas nuevas coordenadas para llegar. No entendemos nada. Tras pensar entre todos que hacemos, vemos unos chicos que pasan por detrás de la verja. Kiko les pregunta o al menos intenta entender como llegar a nuestro alojamiento. Los chavales parecen que le dan una buena indicación y hacia allí nos dirigimos.
Parece ser que esa puerta la habían cerrado y había que entrar por otra que teníamos a unos cinco kilómetros de forma paralela.


Nuestro recorrido por Esuatini

Esuatini es un pequeño reino junto a la frontera con Mozambique de poco más de 17.000 kilómetros cuadrados. Para que nos hagamos una idea de su tamaño, es igual que la provincia de Zaragoza. Antiguamente su nombre era Suazilandia, en 2018 cambió el nombre. Su población total tiene poco más de un millón de habitantes.
 
Ruta por La Reserva de Rest Camp


Tras alojarnos en la noche anterior, hoy haremos una ruta por una Reserva situada junto a nuestro alojamiento. Ya por la mañana y después de desayunar doy un paseo por la zona para curiosear, ya que ayer por la noche no vimos nada.



El recinto está totalmente  protegido con una alambrada y en la puerta de acceso siempre hay un par de guardas con escopetas vigilando la zona, sobre todo por el tema de alguna fiera. 



Tras el desayuno nos trasladamos con los coches hasta el complejo de Mlilwane, a un kilómetro aproximadamente en donde varios tipos de alojamientos, restaurante y otros dar servicio.



Es un lugar ideal para críos sobre todo porque hay muchos animales sueltos en libertad en el mismo entorno con un tipo cabañas muy originales. Nosotros echamos un vistazo por aquí y nos pusimos en marcha para realizar una ruta desde Rest Camp de unos 7 km y un par de horas.


Nyala macho


Nyala hembra

Iniciamos nuestra ruta justo desde este campamento siguiendo las indicaciones que hay marcadas por el camino con el dibujo del hipopótamo (Hipo trail) y los números sucesivos del 1 hacia adelante: H1, H2, H3…
El sendero no tiene dificultad siendo un paseo agradable en el que se veían algunos impalas y cebras pastando por el camino. Además el desnivel prácticamente nulo.



A continuación pusimos rumbo hacia una laguna que vimos marcada en el mapa y justo cuando estábamos en ella y paseando por su orilla que quedaba un poco en alto, nos sorprendió ver a un cocodrilo recostado muy cerca de nosotros, menos mal que lo vimos. ¡Qué susto!



En caso de ir un poco despistado te lo pegas de frente, quedó de nosotros a escasos metros.


Esta reserva fue creada en la década de 1950 por el conservacionista Ted Reilly y fue la primea del país. Mlilwane significa “fuego pequeño” y debe su nombre a los numerosos incendios provocados aquí por efecto de los rayos.
Su terreno está dominado por el escarpado pico Nyonyane (pájaro pequeño).


En el camino de vuelta hacia los coches volvemos a ver algunos antílopes y ñus. Parecen estar bastante domesticado ya que ni se alteran a nuestro paso.
El lugar en general es agradable para echar un día, aunque no resulta tan salvaje como kruger y otros espacios que vimos posteriormente.
Una vez en los coches, nos acercamos al bar que se encontraba junto a una charca con pasarelas y tomamos unos cafés y algún que otro aperitivo y, ponemos rumbo hacia nuestro siguiente destino dentro del país a unos 120 km de distancia, Nsoko, “kamsholo Bushvels safaris” en kamsholo game reserve.



Sobre las 13:30 llegamos a nuestro alojamiento. Un buen alojamiento dicho de paso. Nuestras cabañas estaban retiradas del centro de recepción y restaurante, en medio de un bosquete. 


De hecho teníamos que ir con el coche. Cada cabaña con dos plantas y una pequeña cocina y baño. Muy coqueto todo.




Aquí me toco compartir con Pepe, Kiko y Miquel.

Bueno, vamos a comer porque a las 15:30 hemos quedado con un guía para realizar una ruta por esta zona de la reserva. A ver qué animales vemos.


Buena comida con unas buenas cervezas y un buen café. Y ahora a presentarnos a nuestra guía, a ver que nos cuenta y que animales y lugares veremos.


En esta pequeña reserva ubicada al pie de las montañas de Lubombo en Nsoko, se pueden ver ñus, jirafas, cebras, antílopes, avestruces pero ningún animal que sea carnívoro, y sobre todo aves.
Bueno esto es en teoría lo que se podría ver, aunque nosotros vimos bien poco en cuanto a animales se refiere.
Se quedaría simplemente como un paseo agradable de dos horas y media (pagamos unos 9 € cada uno) por la reserva y con un bonito atardecer en la sabana.
Bueno pues allá vamos. Según mi track para ver la distancia que hicimos marcaba 5 kilómetros de ruta.
Todo el tiempo íbamos el grupo junto, no nos podíamos separar ni un metro, de lo contrario nuestro guía miraba con cara rara.



En nuestro recorrido, la verdad fue un poco descafeinado, solo vimos un avestruz a lo lejos y un antílope y muchas explicaciones sobre algunas plantas y árboles.


Al llegar a una pequeña laguna con agua vimos una caseta de observación para ver aves y reptiles. Entramos, sacamos la cabeza por la ventanilla y a los cinco minutos nos fuimos. ¡Como para ver algún animal! Junto a esta se encontraban unas casetas, quizás también serían alojamientos para pernoctar.



Y poco más que contar. Nuestro guía tenía perfectamente cronometrado la ruta, la puesta de sol y el regreso al campamento. Por la noche cena en alojamiento, pernoctar y mañana salimos de regreso a Sudáfrica, a la costa, concretamente a Santa Lucía

Rumbo a Isimangaliso


Tras un buen desayuno sobre las 7 de la mañana pusimos rumbo hacia Isimangaliso que se encuentra junto a Santa Lucia. Por delante 190 km y casi tres horas de carretera.


Cuando llegamos a las puertas del parque, tendremos que registrarnos, mostrar los pasaportes y pagar una pequeña entrada.

Isimangaliso es un Parque del Humedad declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1999.


Es la tercera área protegida de Sudáfrica en extensión, ocupando 280 km de costa desde la frontera con Mozambique al norte hasta Mapelane al sur del estuario de Santa Lucía con una anchura de 1 a 24 km.


A su vez este parque Humedal está compuesto por 13 unidades de conservación. En nuestro caso una de esas unidades que recorreremos será la Reserva Natural de Mapelane, junto a Santa Lucía, que lo haremos en barco. Otra será la costa de Santa Lucía y otra las lagunas de Santa Lucía.


Entraremos por la puerta Nhlozi  situada más al norte del parque, saliendo por la que está más al sur, ya cerca de Santa Lucía. Con mapa en mano nos vamos situando y nos dirigimos hacia unas lagunas que hay en la misma costa. Conducimos despacio para no espantar a algún animal que estuviese por la zona. De momento no vemos ninguno, salvo alguna cebra allí a lo lejos cerca de los gigantescos bosques de eucaliptos.


Pasamos otra casetilla de control, aunque vemos que esta está abandonada, posiblemente hace tiempo esta sería la entrada al Parque del Humedal. Continuamos hacia la misma costa…



En un principio, como siempre en estos espacios protegidos está prohibido bajar del coche (o al menos no recomendable) así que esperamos hasta llegar a la misma costa que hay una zona de picnic, aquí dejaremos el coche.

Junto a este, unas pasarelas de madera en la misma orilla, rodeada de mucha vegetación tipo charca. Nos quedamos en silencio por si vemos algún animal, bien sea  hipopótamo, reptil o algún ave. Nada, no vemos ni uno. Así que subiremos con cuidado a esta pasarela y disfrutaremos de las vistas.


De nuevo cogemos el coche y seguimos por la carretera con dirección a la puerta sur, atravesando algunas zonas pantanosas y campos abiertos.
A lo lejos podemos ver un ñu y un antílope de agua.

Y llegamos a Santa Lucía que no quedaba lejos. Al día siguiente hicimos una ruta en barco por la Reserva Natural de Mapelane.


Reserva Natural de Mapelane.


Hicimos la reserva para las diez de la mañana. La travesía duraría un par de horas en donde vimos bastantes hipopótamos y algún que otro cocodrilo. Ah, y un reptil bastante grande adosado a la rama de un árbol, además de algunas aves de río que ya fotografié y que incluí en el apartado de Kruger. Llegamos pronto, así que nos dio tiempo de tumbarnos en la parte trasera del barco y tomar el sol.
Va todo completo, creo recordar que unas veinte plazas. 


Con una pareja de holandeses afincados en Alicante intercambiamos algunas palabras en lo que salía el barco.
Al final coincidimos con ellos una semana después en el cabo Buena Esperanza.


Empezamos a navegar y al poco ya vimos un cocodrilo con unas buenas dimensiones.


Incluye catorce especies actuales, siendo el mayor réptil semiacuático que vive en las tropicales de África, Asia, América y Australia.
Son excelentes nadadores gracias a que tienen piel entre los dedos de las patas traseras para ayudarlos a nadar con mayor rapidez. Su apariencia es parecida a la de las aletas de buceo.





Suele vivir en ríos de corriente lenta y se alimentan de una amplia variedad de animales, preferentemente vivos.


Seguimos navegando y ahora son varios grupos de hipopótamos los que vamos viendo.



Es junto a los hipopótamos pigmeos las dos únicas especies que pertenecen a esta familia.
Solo viven el África subsahariano.
A pesar de su parecido físico con los cerdos y otros ungulados terrestres, sus parientes vivos más cercanos son los cetáceos, ballenas y marsopas.



Se estima que hay de ciento veinte mil a ciento cincuenta mil hipopótamos en toda el África subsahariana.



Pueden vivir en el agua o desplazarse por tierra y su densidad relativa les permite hundirse y andar o correr bajo el agua por el fondo de los ríos.
Debido a su gran tamaño, los hipopótamos son difíciles de pesar en la naturaleza. Se estima que su peso ronda los 1500-1800 kg en machos y en hembras 1300-1500 kg.
Los machos más viejos llegan a pesos mayores, alcanzando al menos los 3200 kg y en ocasiones hasta 4500 kg

Los machos parece que crecen durante toda su vida, mientras que las hembras alcanzan su peso máximo a los veinticinco años. Miden entre 3,3 y 5,2 metros de largo incluido la cola.

Reptil adosado sin reconocer

Santa Lucía


Con tanto animal, Reservas Naturales, Humedales y Parques Nacionales, había ganas de un poco de ambiente local africano así que aquí lo vamos a descubrir, comiendo, bebiendo, paseando y durmiendo y como no madrugando para ver el amanecer en una playa salvaje, bravía, solitaria justo en frente de la lejana isla de Madagascar.


Nos alojamos dos noches en un buen alojamiento en “Chonalanga”, con apartamentos a compartir en el mismo centro de Santa Lucía.


Y desde aquí haremos todas las actividades en Isimanganiso, Maphelane, Hluhluwe y playas de Santa Lucía.



Hoy nos vamos a pegar un homenaje de pescado y marisco, hoy si tocaba, así que vamos a comer justo al lado de nuestro alojamiento y una gasolinera. Unas buenas cervezas y una buena comida con ambiente de música. 

¡Qué rico estaba todo, rico, rico…!


Después de una buena comida y una agradable charla y otras tantas risas como siempre decidimos dar un paseo y dirigirnos hacia costa abierta, a la playa. 




Para ello tendremos que andar casi tres kilómetros, ya que Santa lucía está realmente en un estuario y desembocadura de un río.

A la ida disfrutaremos un poco de su ambiente y mercado local en donde podemos encontrar cualquier objeto típico africano de suvenir y poder regalar.

Nota importante: al ir hacia la costa se pasa por una zona de mucha vegetación densa y por lo tanto hay que tener precaución ya que según leí, es fácil tropezarse con hipopótamos ya que son mucho los que hay por la zona.


A nosotros no se nos atravesó ningún hipopótamo pero si algún que otro facoquero que salía corriendo entre la vegetación.


Y llegamos al final de esta carretera con un pequeño aparcamiento. Ahora habrá que tirar por una pasarela de madera a través de la zona pantanosa y que nos acercaría a la misma zona de dunas antes de llegar a la misma costa. Todavía queda unos quince minutos en llegar.
Por cierto, un cartel nos indica que cuidado con los cocodrilos en esa paralela.


Justo antes de iniciar la pasarela, un tenderete de suvenir hace que nos detengamos a echar un vistazo y a jugar con el crío que hay junto a él. Es el hijo de la pareja vendedora.



Mientras que nuestros compañeros avanzan por la pasarela, María y yo nos hemos quedado rezagados jugando con el crío. No deja de correr y reír a nuestro lado y nos provoca a que juguemos con él a correr. ¡Corre para allá, corre para acá! Y a todo esto, con ese cartel de ¡peligro, cocodrilos! A sus espaldas.
Cuanta diferencia de estos críos con los que tenemos allá en España en los parques infantiles.


Seguimos hacia la costa…


¡Qué costa tan salvaje! ¡Qué solitaria!
Mirando al horizonte me quedo ensimismado viendo el golpear de las olas atrapadas por el fuerte viento, y más allá, donde mi mirada no llego alcanzar, la isla de Madagascar, otro mundo mágico y seguro que en otro momento alcanzaré. ¡Cuántos maravillosos lugares por descubrir!



Y a la mañana siguiente, madrugón para ver el amanecer. Un bello amanecer. Solo Joana, Silvia, Pepe y yo nos animamos a venir y lo disfrutamos, ya lo creo…



Parque Hluhluwe-Imfolozi


Hoy dedicaremos toda la tarde para visitar el Parque más antiguo de África con una topografía muy montañosa conocida por su rica vida salvaje y sus esfuerzos de conservación animal. 



A unos 60 kilómetros de Santa lucía y a una hora aproximadamente de camino, llegaremos a Hluhluwe.
La zona por la que pasaremos antes de llegar es muy local y tradicional, por lo que no dejo ni un solo momento de inmortalizar estas imágenes a través de mi objetivo.



En las orillas de la carretera la vida fluye como un día más para todos los locales que veo caminar por el borde de esta tortuosa carretera llena de baches y que intentan arreglar.


Solo hay un carril de ida, el mismo que el de vuelta, y para que los coches no puedan circular por el carril que están arreglando, lo inundan de piedras de diferentes tamaños.
Mientras tanto, la velocidad de nuestro vehículo queda reducida a la cola de coches que hay para pasar, así que aprovecho esta lentitud para bajar la ventanilla del vehículo y, clic, inmortalizo lo que veo, esta zona rural.

Y casi hora y media después llegamos a la entrada del Parque Hluhluwe.



En el P.N Kuger no llegamos a ver ningún rinoceronte, esperemos que aquí lo podamos ver, de hecho este parque es popular por ser el lugar ideal en donde divisar a estas fieras.


Según pude leer antes de entrar aquí, este parque cuenta actualmente con la mayor población de rinocerontes blancos del mundo. ¡Esperemos tener suerte!
Al principio empezamos a circular por las pistas y carreteras y solo veíamos animales que ya habíamos visto en Kruger: elefantes, cebras, búfalos, impalas…pero ningún rinoceronte.


Seguimos circulando pista arriba, pista abajo y nada, seguimos sin ver ninguno. Empezamos a dudar de que lo vayamos a ver, pero bueno seguiremos intentándolo.


A nuestro paso vemos a un enorme elefante muy cerca de nosotros. Habrá que controlar por si se acerca demasiado…


Y un poco más adelante un búfalo.


Y cuando ya pensábamos que no veríamos ninguno, allá a lo lejos y junto a un árbol vemos a un grupo de ellos que estaban descansando.



¡Guau, no nos los podíamos creer, allí están, son inmensos, parecen que están medio dormidos!


Esperemos un poco a ver si se levantan y empiezan a caminar. Tras un rato de espera decidimos avanzar carretera arriba a ver si vemos más.
Avanzamos y avanzamos y nada, decidimos volver. 



Cuando llegamos al lugar donde lo vimos antes, allí estaba ellos y habían muchos más caminando y además hacia nosotros, lo tenemos a un par de metros ¡Vaya espectáculo en directo!


Actualmente existen especies de rinocerontes: blanco y negro en África, el rinoceronte de Java, de India y de Sumatra en Asia.
Los rinocerontes tienen un agudo sentido del olfato y un oído sensible, pero muy mala vista. Su esperanza d vida está en torno a los 60 años.
Su longitud es 240 a 315 cm en el rinoceronte de Sumatra y de 335 a 420 el rinoceronte blanco, siendo el peso de unos 800 kg el de Sumatra y 3600 el rinoceronte blanco que es el que tenemos de frente.
¡Satisfechos estamos y así nos vamos!

Parque Nacional Royal Natal-Drakensberg


Hoy nos trasladaremos hacia una zona montañosa, una zona de una belleza paisajística brutal, las montañas de Drakensberg haciendo frontera con Lesoto y declarado como Parque Nacional.


Por delante serán muchas horas de camino y unos 550 kilómetros, así que haremos una parada intermedia para visitar la cascada de Howick, más o menos quedando a mitad de camino.  


La cascada tiene aproximadamente una caída de 95 metros y se encuentra en el río Umgemi. El pueblo zulú la llamaba Kwanogqaza “lugar del Alto”.

Según la leyenda local, el estanque al pie de las cataratas es la residencia del Inkanyamba, una criatura gigante con forma de serpiente. Según la tradición, solo los sangomas pueden acercarse con seguridad a las cataratas y solo ofrecer oraciones y otros actos de adoración a los Inkanyamba, espíritus ancestrales y al “Gran Dios”.

Continuamos carretera hacia Drakensberg, por delante unos 200 kilómetros. 


Y sobre las 15:30 llegamos a nuestro alojamiento situado en un bonito enclave, el “Amphitheatre backpackers”.


¡Me encanta el sitio! Empiezo a dar vuelta por el recinto e inspeccionarlo, a la vez que me voy comiendo el sándwich que ya traía preparado y que al ir conduciendo no me lo he podido comer. 



Chulas son las cabañas para pernoctar, pero la nuestra sin lugar a dudas las más guapas. En la planta de arriba dormiremos los chicos y en la planta baja las chicas.


Nos recibe la dueña o gerente del establecimiento y nos cita para explicarnos el tema de actividades, comidas, bar etc…



Para esta tarde parece que no hay ningún plan, así que yo solo me voy a realizar una rutita, con tanto coche tengo ganas de andar. 


No muy lejos de nuestro alojamiento veo un pequeño monte con un lago detrás y las montañas al fondo, me gusta, hacia allí me voy. 5 km I/V.
Se lo comento a Kiko para que lo sepa y pongo en marcha mi track, por si acaso.



Voy dejando atrás nuestro alojamiento cuando veo que el recinto esta vallado, tendré que buscar algún lugar por donde pasar para llegar al monte.


En una de las partes bajas de la alambrada veo que hay un poco de hueco para pasar, este será mi camino. A la vuelta el track me dirá por dónde venir. 
Según avanzo veo que la zona está encharcada, al final me tendré que meteré en el agua, el salto que tengo que dar es demasiado grande

¡Guau, que sensación de libertad, yo solo en este rincón del mundo tan apartado de todo!

Según voy avanzando, escucho un ruido y al instante veo especie de un ciervo (o similar) que sale huyendo escondido entre los matorrales´.


Ruta a la cascada de Tugela


Hoy haremos una de las rutas más bonitas del viaje y uno de mis grandes objetivos en el mismo.
A ser una ruta con cierta dificultad y añadiendo el paso de una escalerilla vertical de bastantes metros solo decidimos realizar la ruta 6 compañeros, los otros restantes hicieron un sendero adentrándose en tierra de Lesoto.


María, Silvia, Félix, Kiko, Pepe y el que escribe nos ponemos en marcha, por delante tendremos una ruta de unos 14 km, 550 metros de desnivel y 6 horas de duración, incrementando la dificultad de la escalerilla para los que no estén acostumbrados a estos pasos vertiginosos.



Esta ruta está considerada la gran corona de Drakensberg a su paso para alcanzar la cascada más alta del mundo (hay discrepancia con la del Salto del Ángel en Venezuela). 


A las 7 de la mañana nos recogieron a los seis participantes con una furgoneta para llevarnos a la entrada del Parque Nacional Royal Natal, siendo esta una Reserva Natural privada por la que hay que pagar una tasa de conservación, además de rellenar un formulario de inscripción que se descarga directamente por internet y se envía. Hasta allí tardamos una hora y media aproximadamente.



Poco antes de llegar a nuestro destino, el trasiego de personas locales andando por la carretera era constante. Las chabolas a ambos lados de la carretera, los niños correteando y las señoras cargando los víveres para sus hogares.


Una vez efectuado el control nos recogió una pick up, nos subimos a ella en la parte trasera y todos de pie hicimos el recorrido por una pista infernal pegando botes la media hora que duró el trayecto.



Además de nosotros seis nos acompaña un guía que portará unas cuerdas por si alguno de nosotros necesitara de ayuda a la hora de subir esa vertical y vertiginosa escalerilla.

¡Allá vamos, aventura total!



El vehículo nos deja junto a un refugio situado a 2500 metros de altitud, la temperatura ideal, sin apenas correr viento. Tiempo perfecto para empezar la ruta. Son las diez de la mañana.


La primera parte con el pico Sentinel (unos 2900 m)  presidiendo el paisaje es fácil, simplemente seguir el sendero perfectamente señalizado. Tras un kilómetro aproximadamente, la subida se pone más empinada y así con unos 300 metros más verticales y que habrá que mantener el ritmo, cada uno el suyo. Parte del sendero 
lo han enlosado, sobre todo la parte más vertical.


De vez en cuando echamos la mirada hacia atrás para disfrutar de las vistas tan espectaculares, quedando el refugio allá a lo lejos.


De momento el ritmo de subida es bueno con alguna parada para resoplar.


El desnivel ahora es progresivo, la parte más vertical ya se ha pasado.


En las rocas hay algunas cadenas instaladas y algunos escalones para progresar. Sin dificultad alguna vamos avanzando.
El paisajes es espectacular y las vistas panorámicas son para inmortalizar en la retina y en nuestra cámara.



Y llegamos a la pared en donde se encuentran las famosas chain ladders, unas vertiginosas escalerillas semienganchadas en la pared.


Realmente las escaleras no están ancladas a la pared, están extendidas en ella. Yo las vi bastante segura. 



Pero entiendo que esto impone para unos que jamás haya hecho alguna vía ferrata o experiencia similar, por tal motivo, María, Félix y Kiko pidieron a nuestro guía que le pusieran las cuerdas. Es normal pedírselo, de lo contrario se podían haber quedado bloqueado en la subida. 



Yo bastante acostumbrado a estos menesteres, lo subí rápidamente y desde arriba a inmortalizar a mis compañeros en la subida.
Hay algún tramo en donde la verticalidad de la escalera te desplaza lateralmente y esto para el que no esté acostumbrado incrementa la inseguridad.



Pasado esta vertical, más arriba hay otra escalera, pero de más corta, impone menos.

Una vez arriba y superado los dos tramos de escalera, tocaba respirar, y disfrutar de las vistas, estamos a una altitud de 3000 metros y las panorámicas son alucinantemente bellas. 



Aquí en esta planicie recorreremos casi los dos kilómetros hasta llegar a la cascada (que va sin agua) de Tugela.


El salto de Tugela se localiza en el río Tugela y es la segunda cascada más alta del mundo (aquí un cartel nos dice que es la primera) con 947 metros, pasando por cinco caídas.


Es una pena que la pillemos seca, con agua tiene que ser realmente alucinante, pero incluso así, es uno de los paisajes más fascinantes que he visto.



Aprovecharemos para comer aquí con estas vistas y después daremos un paseo para ver estos acantilados desde diferentes ángulos.
Por cierto aquí tan alejados de España vimos a cuatro compatriotas zaragozanos, estaban recorriendo varios países de África del sur.



 Y ya de regreso (a las 16 h), bajando la escalerilla, disfrutando de las vistas en la bajada, y relajados hasta que llegamos a nuestro vehículo y a pegar botes de nuevo. Ya de noche llegamos a nuestro alojamiento y mañana a Lesoto.



Lesoto



Ponemos rumbo hacia otro pequeño país, rodeado completamente por Sudáfrica, presume de ser el único país de mundo cuyo territorio entero sobrepasa de los 1500 metros de altitud y, así se le conoce a Lesoto, el reino de los cielos. Una isla sin mar.


Son las siete de la mañana y ponemos rumbo hacia el puesto fronterizo de Maseru, ya en Lesoto, a unos 300 kilómetros aproximadamente, a las 12:30 ya pisamos suelo en uno de los países más pobres de África.


Durante todo este recorrido fuimos avanzando paralelo a la frontera con Lesoto. A nuestro paso, aldeas polvorientas entre los montes del macizo montañoso de Drakensberg.


Y llegamos a la frontera de Sudáfrica primero. Tuvimos que aparcar el coche, bajarnos y dirigirnos al control de pasaportes. Fue rápido, simplemente entregar y estampar.


No desplazamos por la carretera que une a los dos puestos fronterizos, unos 200 metros, los que hace de frontera natural el río que por aquí pasa. Atravesamos el puente, control fronterizo de lesoto sin ni tan siquiera bajar del coche. Desde la ventanilla facilitamos nuestro pasaporte, y ya estamos en Lesoto.


Cuanta diferencia, esto sí que es el África profunda. Según atravesamos, se acercan varios locales para ofrecernos tarjetas sim para el móvil. Esto parece un mercadillo ambulante de vendedores aprovechando el paso fronterizo.



Paramos un buen rato, mientras uno de los vendedores nos facilita alguna de esas tarjetas, que por cierto no llegó a funcionar.
Y yo me dispongo a curiosear e inmortalizar con mi cámara.


La pobreza se palpa aquí por cada rincón al que miro. Una mezcla rara de africanos de religión musulmana con otros tantos que simplemente visten con unas mantas colgando por sus cuerpos. 


Esto es Lesoto, y por lo que estoy viendo, esto me va a encantar. Tras un rato con el vendedor de las tarjetas, reanudamos la marcha.


El 20% de la población es extremadamente pobre y otro 40% roza el umbral de la pobreza. Actualmente, de los 193 países del mundo, Lesoto ocupa el puesto 192 en la esperanza de vida, situándose en los 53 años.


Lesoto es un país pintoresco de altas montañas y estrechos valles, debe su larga historia de autonomía política a las montañas que las rodean y lo protegen de la invasión.
Nuestro destino será Malealea a unos 80 kilómetros, tardaremos una hora y media en llegar.


Durante todo nuestro recorrido, el pastoreo de veía de forma permanente.


Cuando estamos llegando a nuestro destino, la carretera desaparece y da paso a una pista de tierra. Nos adentramos en el corazón de Lesoto y a la vez de África. 

En el camino, los pastores siguen con su faena y son muchos locales que vemos andando por esta pista polvorienta y allá, ya vemos Malealea, como un oasis de vida en medio de la nada, rodeado de montañas. 


Las cabañas como la de hace siglos son las construcciones que vemos aquí. A nuestro paso con los coches, los críos salen a nuestro encuentro para saludarnos.
Y llegamos a nuestro alojamiento, “Malealea lodge” cercado y protegido por un guarda en la puerta.
Un bonito lugar.
 

Es un gran recinto arbolado en donde los alojamientos están repartidos por cabañas de diferentes tipos y estilos, pero siempre haciendo juego con el entorno. Repartimos las habitaciones a compartir, unos sandwish para comer y antes de dar un paseo por la aldea de Malealea, yo doy una vuelta por el recinto, porque veo una serie de imágenes que quiero inmortalizar con mi cámara.
Me dirijo a una de las cabañas en donde están trabajando y acondicionando una de ellas. A contiuación me pierdo entre el bosquete subiendo y bajando para ver cada uno de los rincones de este complejo ¡Me gusta, es coqueto! 


Aquí para el que quiera puede realizar una serie de actividades, desde montar a caballo por la zona, ir en bicicleta, guía cultural para visitar el pueblo y excursión más larga para visitar la cascada de Botsoela y las aldeas repartidas por la montaña. Esta la reservamos nosotros para el día siguiente.




Igualmente teníamos la pensión completa, es decir alojamiento, desayuno, cena y un picnic para llevar el día de la excursión.
Pero eso será mañana, de momento nos vamos a recorrer Malalea que se guró me perdere en medio del campo y las cabañas.


Malealea se encuentra en el valle de makhangleng a tres kilómetros de la desembocadura del río Botsoela, con una población de unos 600 habitantes y se encuentra en un lugar remoto al sur de Lesoto. Un pequeño paraiso perdido en el corazón de África. Ademá tengo que decir que nuestra aportación al alojarnos en el Malealea lodge, comer y las actividades revierten directamente en la población local a través del Malealea Development Trust, una organización local que trabaja con diferentes proyectos sociales para mejorar la comunidad, la salud y el bienestar y el cuidado d niños vulnerables de la zona.



Los sotho, son el pueblo cuyo territorio se encuentra en Lesoto. Su lengua es el sesotho y está organizado en tres clanes o tribus principales: bakoena, bataung y batlokwa. Constituyen prácticamente la totalidad de los habitantes de Lesoto.


Sigo por la aldea, moviéndose por aquí y por allá. A la vuelta de unas cabañas, los críos salen detrás de mí, me cogen la cámara y me insisten a que los fotografie. Cada uno posa a su estilo, como todos los crios del mundo, haciendo el golfete.
  

Se me olvidó comentar. La montaña más alta de Lesoto es el Thabana-Ntleyana de 3481 metros de altitud, cuya imponente mole domina un reino cuyos habitantes han vivido siempre con los pies en el cielo.
El país nació en 1820, cuando el rey Moshoeshoe I unió a las tribus basotos para defenderse de los ataques de los zulúes (la otra etnia de Lesoto). Los basotos se hicieron fuertes en una altiplanicie y que recibió el nombre de la Montaña de la Noche. Hoy es un lugar de peregrinación, pues allí están enterrados todos los reyes de Lesoto.




Tras un buen rato visitando el pueblo y adentrándome en las entrañas de su cultura y su gente regreso a nuestro alojamiento en donde nos han dicho que a las seis de la tarde actúa un grupo de cantantes con canciones africanas y después actuaran un grupo de músicos con unos curiosos instrumentos musicales hechos con objetos reciclables como recipientes de gasolina u otros latones.





Como ya comenté, estos músicos forman parte de la comunidad y todo lo que recaudan se reparte para acometer los temas culturales, de educación de salud, etc.



 Aquí nosotros, todo el dinero que aportamos queda en la comunidad y ellos mismos lo gestionan, con lo que aquí de empresas exteriores nada de nada y menos multinacionales que vengan a explotar el pueblo de Malealea.




Ruta a la cascada de Botsoela



Hoy dedicaremos el día a realizar una de las rutas más famosas de la zona, la que nos acerca para ver la cascada de Botsoela y las pinturas rupestres.


Por delante tenderemos unos 16 km, 450 metros de desnivel y unas seis horas.
A las 8:30 nos pusimos en marcha, iremos todos nosotros excepto Olga que se queda, además tres guías acompañantes.
Estos guías, al igual que los músicos forman parte de la comunidad y nuestro pago realizado por la ruta también beneficiará al resto de la comunidad.



La ruta pasará por caminos de tierra, río, montaña, en donde podremos disfrutar de un bello paisaje además de aldeas basotho y pinturas rupestres.


La primera parte de la ruta será en bajada, buscando el desfiladero de Pitseng para llegar al río Makhaleng, pero antes pasaremos por algunas aldeas de basothos, en donde su población la vemos con sus quehaceres del día a día, y nosotros por aquí como simples observadores intentando inmortalizar estos momentos con nuestra retina y nuestro objetivo.


En este punto nos seguimos hacia el río sino que nos desviamos hasta la zona acantilada del desfiladero para contemplar las pinturas rupestres que hay pintadas en varias cuevas de la zona.


De repente, tres crías muy pequeñas una descalza, y los otros con un calzado medio abrochar con cordones sueltos (y ni se caen, igualito que los niños de occidente) salen a nuestro encuentro.


Nos adelantan y empiezan a bajar rápidamente por el desfiladero saltando de roca en roca como si se tratasen de tres cabritas en su propio entorno. Van hacia una cueva y allá irán a cantar, son algunos cantos rituales, según nos explicó nuestro guía. Allá abajo el río sigue fluyendo, nosotros tiraremos después en sentido contrario, una vez que hayamos visto las pinturas y subamos hacia la aldea.


Cantando bajo la gran cueva


Y allí estaban ellas, alzando la voz con su canto. Bonito momento en este tan remoto lugar de África.

Y a algunos metros bajando por las rocas nos encontramos las cuevas con las pinturas rupestres Tohlong.



La bajada se hace por un terreno con pendiente hasta llegar a unos riscos de roca y junto a estos, las pinturas..
Estas cuevas se encuentran situadas en tres cuevas colgadas en medio del desfiladero de Pitseng. Stas pinturas datan de hace más de 1000 años atrás, aunque nos se sabe exactamente el periodo, y están hechas por el pueblo.



Las pinturas rupestres representan la caza, la vida cotidiana y los animales que podían verse en la zona durante la época de estas primeras civilizaciones que habitaron allí.


Regresamos de nuevo por los riscos de roca con dirección ahora hacia la cascada de Botsoela.
Poco antes de de llegar a la aldea por la que pasamos antes, tendremos que atravesar el río y subir un buen repecho. Llegando arriba tocaba respirar un poco.


Tras avanzar un buen rato a campo abierto y en una gran planicie, llegamos a otra aldea basotho. Allá abajo vemos el río, hacia allí nos dirigimos siguiendo hasta el final del cauce en donde encontraremos la cascada. Pero antes tendremos que atravesar el río en varias ocasiones en una zona muy bonita donde el agua a través de los siglos ha horadado la roca dándole unas coquetas formas.


El río ahora se encajona con pequeñas paredes a ambos lados del cauce. Ya estamos muy cerca, podemos ir el agua de la cascada al caer.



Esta cascada tiene una altura de unos 40 metros. Cuando llegamos era el momento de disfrutarla. Aquí sacamos el picnic que nos habían preparado y a comer contemplando esta bonita cascada.





Tras un rato inmortalizándonos en imágenes con el fondo de esta cascada, regresamos hasta el pueblo de Malaelea, haciendo una pequeña circular en la parte final de la ruta.




Y antes de entrar en el pueblo hicimos una parada en la escuela, en donde nos estuvieron explicando el sistema de enseñanza de estos chavales. Había mucho interés, ya que parte de este grupo eramos docentes. 


Parque Nacional Mountain Zebra

 
Hoy teníamos un día largo hasta llegar a nuestro siguiente destino, Cradock a unos 500 kilómetros de distancia, en donde pasaremos la noche, llegando ya sobre las 18:45. Justo el tiempo que comprar comida en el super y hacerla en la barbacoa que disponía nuestro alojamiento. 


Una casa completa para nosotros con un laberinto de varias habitaciones, muy espaciadas todas.


A la mañana siguiente recogimos todas nuestras mochilas y nos trasladamos al parque Nacional Zebra que lo teníamos a pocos kilómetros.

En este espacio protegido es donde podremos ver a otra especie de zebra, la zebra de montaña, diferente a la común por sus rayas negras.




Ademas, igualmente se pueden ver guepardos. Para ello lo recomendable es adherirse a un grupo de las rutas organizadas por el propio personal del parque. Asi lo hicimos parte de nosotros, y no todos porque solo habían disponibles cinco plazas. Así que se hecho a suerte, a ver quien iba.


Así que todas estas fotos de guepardos las hizo Pepe. Agradecido por habérnosla mostrado y aquí incluidas.

 
Este felino caza gracias a su vista y a su gran velocidad. Es el animal terrestre más veloz, ya que alcanza una velocidad de 104 km/h a lo largo de un recorrido de 200 metros. Las hembras pueden tener hasta cinco cachorros por camada, siendo su presa principal la gacela de Thomson.


Mide entre 110 y 150 cm de longitud y pesa entre 35 y 60 kg. El guepardo posee una anatomia especializada para la carrera, además posee una larga cola que puede alcanzar la mitad de la longitud de su cuerpo, lo cual le da estabilidad en la persecución.



La diferencia de las demás cebras es que estas presentan una papada o pliegue colgante de piel bajo su garganta. También es diferente su patrón de manchas, con una serie de franjas cortas transversales perpendiculares a la línea dorsal en su grupa y patas rayadas hasta los cascos. Además estas rayas son más estrechas y más próximas entre sí.


Este Parque Nacional fue proclamado en julio de 1937 con el propósito de proporcionar una Reserva Natural para la cebra de montaña del Cabo en peligro de extinción.
Además de estos dos animales anteriormente descritos: cebra y guepardo, pudimos ver otros tantos que ya vimos en otros parques nacionales como el fúfalo africano, el kudú, el elefante, el impala, el facóquero y otros tantos.


En el año 2007 se reintrodujeron en la zona guepardos sudafricanos y en el 2013 se libraron tres leones.
Una valla a prueba de depredadores impide que los grandes depredadores entre en las tierras agrícolas vecinas. Los campamentos del parque también han sido vallados. 


Este parque se caracteriza por tener una orografia más montañosa con respecto a los otros y al igual, existen enclaves en donde podemos bajar del coche con cierta seguridad y precaución y así nos lo advierte algunos carteles que podemos ver.

En 1964 solo quedaban 25 cebras en el parque pero en la actualidad se estima que habrán más de 700 ejemplares, gracias a la donación en origen de algunos conservacionistas como Paul Michau que fueron donando estas cebras y que con los años dicha población ha ido aumentando. 
Actualmente este parque es uno de los cinco más visitados de toda Sudáfrica.
En la entrada al parque nos dan información y mapa del mismo, al igual que una ilustración en donde aparecen todos los animales que podemos ver e ir marcando.

Sobre las 13:30 abandonamos el parque y ponemos rumbo hacia otro Parque Nacional, el Addo Elephant que se encuentra a unos 250 kilómetros, allí nos quedaremos a dormir en un curioso pero encantador lugar. Son las 18.30, llegamos.


Parque Nacional, el Addo Elephant


El Addo Dung Beetle Guest Farm, situado a 10 km del Parque Nacional Addo. Un alojamiento enclavado en plena naturaleza sobre una pequeña colina.


Cuando llegamos, el sitio nos impactó para bien. Ya estaba refrescando y el encargado nos recibió. Nos llevó a unas de las estancias más grande junto a la recepción y mientras que nosotros esperábamos, kiko y ese señor se fue para enseñarle las habitaciones en donde íbamos a dormir.



Y el tiempo pasó, y pasó, y pasó…que raro, cuanto tarda kiko en venir.
Por fin, aparece con la cara un poco desencajada (después lo entendimos), y nos dice donde tenemos que dormir (casi que no se acordaba con tanto laberinto). Nos da las llaves, nos repartimos las habitaciones (a mi me tocó con David) y nos ponemos en marcha. Cogemos los coches para acercarnos con las mochilas. ¿Pero a dónde?.


Cojo el coche y lo llevo hasta la zona en donde empiezan los caminos para llegar al alojamiento. Mi llave, no era la mía era la de joana, diciendome que mi alojamiento era el “XXX” ni me acuerdo del nombre. Y aquí empieza la travesía por un laberinto sin indicar. Camino a la derecha, camino a la izquierda y sigo sin ver el nombre de nuestro alojamiento. ¡no me lo puedo creer!


¡Aquí me pierdo pero fijo!
Y de casualidad llegué a nuestro alojamiento en medio de la selva.


Y allí esta David, mostrándome nuestros aposentos para esta noche.
La cabaña, que no cerraba la puerta, con todo lo necesario para un buen desayuno en un pequeño porche con vistas a la selva.


Aquí esta el servicio para hacer pis por la noche, un poco alejado de la cabaña y al aire libre o mejor, al frío de la noche. Por cierto menos mal que la vi, una araña gigante junto a la tapa del váter.

Y aquí la ducha, también a la intemperie, para que las partes medias se queden encogidas.


En definitiva, un exótico lugar para venir en pareja, en verano y sumergiéndose en plena naturaleza selvática.
Bueno, bueno, bueno…y ya para llegar al coche que me decís, imposible dar con el camino. ¡Increible!, el cartel del parking se encuentra prácticamente cuando estamos en el parking y ¿hasta allí como llegamos?
Un poco más tarde quedamos para comer en la cabaña de los otros compañeros y cuando llegué, tuve que abrir los ojos bien. Pero bueno, que lujo, hasta calentito con el aparato puesto, baño en el interior…¡Que diferencia, pensé!
A comer, a charlar y a reir…

Mañana visitaremos el P.N Addo.


Hoy tendríamos que coger el avión en Port Elizabeth que nos llevaría hasta Cape Town (Ciudad del Cabo) a las 18:40, con lo que los horarios de visitas y trayectos los tenemos que controlar bien, además tenemos que dejar los coches de alquiler.


Ubicado a unos 90 kilómetros de Port Elizabeth, es el tercer parque nacional más grande de Sudáfrica. Aquí se conserva una amplia gama de biodiversidad: paisajes, fauna y flora. Y sobre todo es reconocida su labor como santuario de elefantes ya que en el año 1931 cuando se creó, solo se conservaban 11 elefantes y a dia de hoy cuenta ya con más de 600 ejemplares que pueden vivir en su habitat natural.


Nos inscribimos presentando el pasaporte, conductores, coches…todo en regla, entremos. Cogemos un mapa, nos orientamos hacia donde tenemos que ir y, en busca de los elefantes.
Aquí vimos también bastantes animales, pero con los que realmente disfrutamos fueron con la cantidad de elefantes en su estado más natural y salvaje.

Y volvimos a ver:






Pero sin lugar a dudas el momento más magico fue cuando vimos varias manadas de elefantes en la laguna.


Nos situamos en la laguna y vemos como gran cantidad de animales se acercan a la charca para beber: cebras, facóqueros, chacales, Búfalo…y elefantes, una manada de elefante con algún imponente macho, varias hembras y otras crías. Cuando ellos se acercan el resto huye, son los que tienen prioridad absoluta para beber.
 

Cuando ellos se mueven, nosotros movemos el coche para coger mejor posición y poderlos observar.


De momento, todo un espectáculo y bien cerca, y lo mejor está por venir…


A lo lejos vemos una manada de elefantes que se acerca a gran velocidad. Sus enormes pisadas hacen que el polvo del camino suba y se entremezclan con ellos. ¡Que imagen tan espectacular!
En la charca se enfrenten a la otra manada de elefantes que tranquilamente bebían placenteramente. Sus grandes orejas se disparan hacia adelante y su enorme trompa se levanta buscando las grandes cabezas de los otros.



Seguimos por aquí parados, contemplando este espectáculo en vivo y en directo. Cuando los elefantes se retiran de la charca ya los otros animales se acercan y beben, ahora si, es su turno, cuando los elefantes se lo han permitido.


Abandonamos el parque y ponemos rumbo hacia nuestro siguiente destino, Port Elizabeth en donde dejaremos los coches y cogeremos el vuelo.


Llegada a Port Elizabeth


Sobre las 12:30 nos pusimos en marcha en la carretera y una hora después llegamos a Port Elizabeth, yendo directamente hacia el aeropuerto. Aquí teníamos que llenar los depósitos de gasolina, lavar los coches, dejarlos en la oficina d alquiler y coger el vuelo que saldría a las 18:40 hacia Cape Town.

¡Vaya servicio completo de los coches en el lavado por dentro y por fuera, como estaban de polvo y suciedad! 

Mientras tanto, aquí estamos esperando a que estén listo y dejar los coches, que por cierto tuvimos que preguntar varias veces porque no dábamos con el lugar correcto en donde dejarlo. Al final fue en el mismo sitio del lavado de coches, junto a la gasolinera.

Ahora sí entramos al aeropuerto. Control de equipajes y facturación.




Cape Town (Ciudad del Cabo)



Con puntualidad, nuestro vuelo salió a su hora y una hora y media después aterrizamos en Cape Town. Aquí estaremos cinco noches.
Tras negociar con unos taxistas, cogimos tres vehículos que nos llevaron hasta nuestro alojamiento en en el mismo centro de la ciudad, muy bien ubicado.


Nuestro hostel el “91 Loop” con muy buena calidad precio, además con el desayuno incluido.
Nuestra habitación compuesta por 20 literas tipo cabina individual muy bien acondicionada, teniendo en cuenta que hablamos de una cabina con el justo espacio para dormir y poco más.


Son varias las habitaciones que hay dentro del edificio, cada una con otras tantas cabinas, y cada habitación con los baños correspondientes: ducha, aseo y servicio.


Esta noche ya cenaremos en el mismo hostel, son las 21:00.
Cape Town comparte capital con Pretoria y Bloemfontein además de ser la segunda ciudad más poblada de Sudámerica, después de Jonhannesburgo. 


Es la capital de la provincia Occidental del Cabo, así como la capital legislativa de Sudáfrica, donde se ubican tanto el Parlamento Nacional como muchas otras sedes gubernamentales.
Ciudad del Cabo es famosa por su puerto, así como su hermosa ubicación bajo la imponente Montaña de la Mesa, situada en la misma bahía de la Mesa.


Tiene una población de unos 3,5 millones de habitantes. El Robben Island “isla de las focas” es donde Nelson Mandela estuvo preso durante 27 años que al final nosotros no pudimos ir por mal tiempo. 


De los cuatro días completos que estaremos aquí, dos los dedicaremos a la ciudad, otro a recorrer el Cabo de Buena Esperanza y otro a toda la costa cercana al Cabo de Buena Esperanza.

Desde que llegamos, el mal tiempo siempre nos acompañó. Todos los días amanecíamos con lluvia y viento, incluso aún así todos los días salimos, simplemente llevando la ropa adecuada para estas adversidades climáticas.
Ahora bien, no pudimos realizar tres actividades que teníamos en mente: subir a pie a la Montaña de la Mesa, bajar al mar para contemplar los tiburones y como ya dije ir a la isla en donde estuvo preso Nelson Mandela.

Me llamó la atención la gran cantidad de gente que se ven por las calles mendigando e incluso muy colgados, o bien por alcohol u otras sustancias. Son muchos los vigilantes de seguridad que se ven por las calles, además de los propios policías. Los carteles de cámaras de vigilancia avisan.


Por algunas zonas de la ciudad y, donde nosotros estamos parando, cerca del barrio de Bo-Kaap el ambiente se ve muy enrarecido, con bastantes prostitutas y los chulos correspondiente.
Esta ciudad genera poca seguridad una vez entrada la noche. Las disputas se ven con frecuencia.

Esto no quiere decir que aquí no se puede venir, ni mucho menos, sino que el sentido común en esta gran metrópoli habra que acentuar mucho más.

Barrio de Bo-kaap
(las casas de colores de la ciudad)


En el barrio de Boo-kaap pudimos estar dos veces, una el primer día, con mal tiempo y otra el último día cuando ya abandonábamos Sudáfrica, y por suerte esa mañana se pudo despejar y por fin pudimos contemplar la Montaña de la Mesa.


Y esta imagen corresponde al primer día.


Como en muchas grandes ciudades el centro histórico de éstas es una mezcla de diferentes culturas interconectadas. Ciudad del Cabo no es una excepción, aquí se encuentra el barrio malayo de Bo-Kaap y además con mucho apoyo al pueblo palestino por todas las pintadas que estamos viendo al respecto.


 Son muchos los musulmanes que podemos ver, incluso una pequeña mezquita.


Un barrio pintoresco y lleno de vida, repleto de fachadas con los colores más vivos que hemos visto jamás. Un lugar multicultural.


Básicamente es un barrio en donde viven muchos inmigrantes y según leí antes de venir aquí, habrá que tener cuidado con nuestras pertenencias al pasear por sus calles, ya que es un lugar muy turístico y ronda aquellos que desean lo que no es suyo. De hecho pasó un coche de policía y nos advirtió de esto. Yo francamente cuando pasé por sus calles no note nada y en ningún momento me sentí inseguro. Pero lo que yo digo siempre, el sentido comun de donde estamos, con quien estamos y que hora del día es, lo debemos siempre tener presente en cualquier parte del mundo, incluso en España


Este barrio se encuentra a los pies del Signal Hill, a poca distancia del Parlamento. Es uno de los rincones más llamativos de la ciudad.
No solo llama la atención el color de sus fachadas sino también sus calles empedradas.


Casi toda la población que aquí vive es de origen musulmán. Toda esta mezcla lo hace quizás más interesante.


Historia de Bo-Kaap Una red de callejuelas flanqueadas por casas de atractivos colores te adentran en un barrio habitado por los descendientes de aquellos esclavos que llegaron a Ciudad del Cabo durante los siglos XV y XVI.


Los colonos holandeses prohibieron esclavizar a los negros locales y por ello la Dutch East Indian Trading Company trajo esclavos de diversos puntos de Asia tal como Malasia, Indonesia, India, Sri Lanka para trabajar a la Ciudad del Cabo.
En esa época numerosas “huisjes huur” (casas de alquiler) fueron construidas y arrendadas por esclavos.



¿Por qué son las casas de colores? Nadie sabe exactamente cuándo y por qué se comenzaron a pintar las casas de diferentes colores.


Antiguamente, las casas en Ciudad del Cabo eran de color blanco, sin embargo se cree que los residentes de Bo-Kaap decidieron pintar sus casas durante una de las preparaciones del Eid (fin del Ramadán). Fue así como el barrio comenzó a engalanarse con casas de llamativos colores, y la siguen manteniendo así.




Damos por finalizada nuestra visita al barrio de Bo-Kaap y ponemos rumbo ahora hacia la zona del puerto, el Victoria & Alfred Waterfront.

 
Zona del puerto, Waterfront




Este es el lugar de ocio por excelencia de la ciudad, ubicado en el antiguo muelle reconstruido en una zona comercial, con todo tipo de restaurantes, bares, tiendas de regalos, ropas, etc.
Desde este mismo sitio salen muchas excursiones en barco.
Con más de 450 tiendas y una nave gigantesca en donde podemos degustar todo tipo de comida, además de beber todo aquello que queramos y en el centro de la nave, decenas de mesas donde podemos sentarnos a comer.


Aprovecharemos para comer aquí, dos los veces lo pudimos hacer y muy bien.



Contiguo a la nave de restauración hay otra en donde podemos comprar todo tipo de objetos, ya sean productos de lujo como artesanía o moda africana. Además de este, saliendo fuera junto al puerto podemos encontrar otras tantas tiendas de artesanía, algunas realmente gigantesca. Aquí tranquilamente se puede echar el día completo de ocio, entre comida, compras y entretenimiento.



En el mismo puerto podemos ver las focas descansando en el embarcadero. Se nota que este sitio, y a lo más al sur de África, es un lugar frío en el que ellas se sienten bien agusto.


De hecho, hoy aquí se nota el frío y las nubes negras no dejan de amenazar agua. De vez en cuando corre bastante viento.
Esta semana lleva todo el tiempo con tormentas, lluvia y más lluvia. De hecho se han cancelado todas las actividades que requieren de agua hasta primeros de septiembre.
Aquí si estamos notando el invierno, a diferencia de lo anterior vivido por el norte del país en los Parques Nacionales.



Sin lugar a dudas Waterfront es uno de de esos lugares que si venimos a Cape Town tenemos que visitar, con media jornada puede ser suficiente para visitarlo y, por supuesto comer en uno de los muchos lugares que aquí podemos encontrar.



El Acuario de Waterfront



De nuevo tuvimos que venir otro día al Waterfront porque aquí es de donde salían los barcos para visitar la isla en donde estuvo preso Nelsol Mandela, el Robben Island, pero al llegar nos dijeron que se había suspendido la visita ya que el mar no estaba en condiciones como para navegar, y ya lo teníamos reservado y pagado, y no era barato. Ya después devolverían el importe.


Así que visto lo visto echamos la tarde por aquí y aprovechamos para entrar en el acuario que ya habíamos leído que estaba bastante bien.


Este acuario abrió sus puertas en noviembre de 1995 y está compuesto por siete salas de exposición con grandes ventanas de exhibición.


El nombre de este acuario es el de los Dos Océanos y su encanto particular se debe a su ubicación, donde el océano Atlántico y el océano Índico se encuentran.


Abandonamos la zona del puerto e iremos a visitar otros tantos lugares de interés que tiene esta ciudad.


Muy cerca de aquí está la zona financiera, con muchos altos edificios y algunos grandes hoteles de lujo.


Empezamos a escuchar una musiquilla con un ritmo africano muy acelerado. Pues, allá vamos...


Un grupo de jóvenes y ataviados con prendas africanas bailaban al ritmo de la atrayente música africana. Quizás era la danza Gumboot, concebida por los mineros negros como una alternativa a los tambores que las autoridades restringieron, utilizaba los objetos disponibles, tales como botas de agua, latas y tapones de botellas. En este caso veo que los jóvenes llevan en sus pies unos platillos que al movimiento de los mismos suenan en un ligero tintineo al ritmo de sus cuerpos. 



Seguimos avanzando por la ciudad descubriendo sus muchos rincones.
Uno de los días contratamos un free tour de un par de horas, sobre todo para que nos explicaran la historia de Sudáfrica con algunos puntos emblemáticos sobre todo en el triste periodo de la esclavitud. Todo en inglés, al menos yo me quedaba en la mitad o antes.



Palacio Consistorial


Este edificio fue construido en 1905 con arquitectura barroca eduardiana y se encuentra en la gran plaza de Grand Parade junto al castillo de Buena Esperanza, construido con piedra caliza monolítica de color miel importada de Inglaterra.



Este edificio ya no alberga las oficinas del ayuntamiento de Ciudad del Cabo. Entre 1982 y 2008 fue cede de la biblioteca central. Ahora alberga eventos creativos y culturales como exposiciones de arte y conciertos.
El 24 de julio de 2018, se inauguró una estatua de Nelson Mandela en el balcón con vistas al gran desfile. Fue el mismo lugar donde pronunció su discurso cuando salió de la cárcel el 11 de febrero de 1990. 


Castillo de Buena Esperanza


Es un fuerte de traza italiana construido en el siglo XVII. Originalmente ubicado en la costa de la bahía de la Mesa, a raiz de las tierras ganadas al mar, la fortaleza está en el interior. En 1936 el castillo fue declarado Monumento Nacional y después de las restauraciones en la década de 1980 es considerado el ejemplo mejor conservado de una fortaleza de la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales.


Pero ojo, observemos lo que tenemos junto a este castillo y muy cerca del Palacio Consistorial. 
La otra cara de Sudáfrica, la cara más triste y pobre de la ciudad. Una gran metrópoli donde se dan cita la opulencia y la pobreza. Muchos sudafricanos viven sin nada y prácticamente todos son de raza negra.


Muy  cerca de aquí nos vamos a tomar café, a una cafetería famosa con unos curiosos pastelitos de colores.



Esta panaderia, pasteleria y cafeteria fue fundada en 1989, siendo una empresa familiar. Con el paso de los años el negocio creció y sus tres hijas se han unido a ellos para crear un mundo loco, mágico y lleno fantasias, y todo esto lo hacen relucir en la decoración de sus pasteles.


Junto a esta pastelería tenemos unas hermosas vistas de la Montaña de la Mesa, si está despejado, claro está.

Mañana regresaremos a España, pero todavía tendremos suerte y el último día el cielo estará despejado.



Esta mañana, la última de nuestro viaje, cuatro compañeros: Silvia, Pepe, Félix y yo decidimos subir todo lo que podamos y que el tiempo nos permita con dirección al Signal Hill al que obviamente no llegaremos, pero que al menos podremos disfrutar de unas hermosas vistas de la ciudad.


Allá vamos. Lo hacemos desde el barrio de Bo-Kaap, y pasado este empezamos a subir monte arriba por un pequeño senderillo. Las vistas desde aquí ya van siendo espectaculares.



Hasta el Sign Hill, una hora y media, nosotros llegaremos hasta aquí.



Cabo de Buena Esperanza


Hoy dedicaremos todo el día para visitar lo más al sur de África, el cabo de Buena Esperanza. Para ello alquilaremos tres coches y ponemos rumbo hacia nuestro primer destino, la pequeña ciudad costera de Simon’s town a unos 45 kilómetros, pero antes haremos varias paradas por el camino para ir disfrutando de un paisaje espectacular.


Las distancias entre los puntos de interés no son muy grandes y las carreteras están en estado.



En 1488, cuando el portugués Bartolome Dias se erigió como el primer europeo en alcanzar el Cabo, lo bautizó con el nombre de Cabo de las Tormentas, por la furia con la que el oleaje y los vientos soplan en la zona. Somos testigos a día de hoy de ello.
Expediciones posteriores como las de Vasco de Gama descubrieron que pasado este punto se podría seguir navegando hacia el Este para llegar a las Indias.

 
La península del cabo, se extiende a lo largo de más de 60 kilómetros desde Ciudad del Cabo y aunque cuenta con innumerables atractivos se puede visitar en un solo día, y así lo hicimos nosotros.


Entramos en la carretera de la costa la Chapman’s Peak Drive, una de las carreteras escénicas costeras más bonitas del mundo. Conducimos al borde de la montaña, con el mar al otro lado y unas impresionantes vistas sobre la bahía de Hout. Existen muchos miradores y zonas acondicionadas para parar y disfrutar de su salvaje belleza.


Era irremediable, teníamos que hacer una parada en cada uno de ellos. No nos cansamos de mirar esta costa, esta bella costa tan salvaje y bravía en lo más remoto y alejado de nuestro país, y aquí estamos nosotros.


Y así poco a poco llegamos al pueblo costero de Simon’s Town, en donde el café y unos dulces estaban garantizados.


La ciudad preserva numerosos edificios y monumentos coloniales, como la casa del Almirantazgo (1814) y la capilla Wesleyan (1828) y el hospital de campaña neerlandesa de las indias orientales (1764).


Muy cerca de aquí se encuentra la playa de Boulderstrand, a la que iremos después, en donde se encuentran los pingüinos.


Nos trasladamos a dicha playa que se encuentra a un par de kilómetros. Desde el año 1985 aquí se acoge a una colonia de pingüinos salvajes del Cabo. Una vez que llegamos y aparcamos los coches en un gran aparcamiento, seguimos por una pasarela de madera en donde ya se ven algunos pingüinos entre la maleza.
Son dos lugares a los que podemos entrar, obviamente pagando y a las entramos nosotros: la playa de los pingüinos y la playa de los boulders o rocas redondeadas en la costa.

Playa de los boulders


Una verdadera joya paisajística esta playa formada por enormes rocas redondeadas y salpicada de diferentes formas repartidas en medio de la arena.


Todo este entorno está formado por tres calas vírgenes protegidas del viento que siempre azota fuertemente por estos lares, allá en donde se unen las frías aguas del océano Atlántico con las del Índico.


Bajamos hacia la arena y  nos adentramos en este laberinto de rocas que tanto embellecen a la costa. En algún momento para progresar habrá que trepar algunas rocas, o bien pasar por debajo de ellas que, entre unas y otras han formado un estrecho pasadizo. Y así alcanzamos el otro extremo de la playa en donde nos encontramos un cartel que nos avisa de que no podemos pasar. Justo detrás está la otra cala la de los pingüinos.



Playa de los pinguinos

Salimos de nuevo de esta playa y por la pasarela de madera nos trasladamos hasta la de los pingüinos, 
en donde habrá un control de entrada y que nos pedirán los tickets.


Ahora y a poca distancia bajamos por otra pasarela de madera que nos llevará hasta la mima playa y, en especie de un pequeño mirador podremos disfrutar de todos estos pingüinos muy cerca, casi que al ancance de nuestras manos. Es el momento de sacar el objetivo e intentar inmortalizar. Unos corretea, otros se bañan en el mar, otros descasan…


Aunque esta está situada en medio de una zona residencial, es uno de los pocos sitios donde pueden ser observadas en su entorno natural protegido, vagando a menudo en libertad.


Además de los propios pingüinos,  junto a estas pasarelas, se encuentran muchas de las madrigueras del damán, otro rodeor que habita por esta zona.




Punta del Cabo de Buena Esperanza



Y llegamos al final, a la punta del cabo en donde se encuentra el faro del Cabo de Buena Esperanza. Toda esta zona pertenece al Parque Nacional del Mountain Table, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO gracias a la gran variedad de flora y fauna que aquí se encuentra.
 

Al pasar el puesto de control al Parque Nacional y pagar la correspondiente tasa nos facilitan un mapa de las rutas o senderos que se pueden hacer. Nosotros iremos directamente hasta el faro, en donde hay un funicular que sube hasta el faro, para aquellas personas que no quieran subir la cuesta.


El paisaje cada vez más salvaje, más inhóspito, posee una belleza indescriptible. Un lugar sobrecogedor, mágico, remoto...




Bajamos y nos dirigimos hacia la parte sur más meridional, en donde podemos ver algunas focas en las rocas mezclándose con las olas.




Y con el sol cayendo, volvemos a Cape Town ya de noche…



Bahía del cabo de Buena Esperanza


Hoy de nuevo alquilaremos coches, solo dos, algunos compañeros no se han apuntado en el día de hoy.


El pronóstico del tiempo no es bueno, mucho viento, muchísimo y lluvia, pero incluso aun así nos vamos. Nuestro destino primero será Hermanus y después bajaremos por la costa.



Aquí intentaremos divisar ballenas, tras un rato y con fuerte viento, vimos una saltar ligeramente, fue muy rápido, solo vimos parte del lomo.


El mar esta furioso, salvaje. El viento es intenso, muy fuerte, a veces nos desplaza lateralmente entre las rocas. Y aquí aguantando este temporal a la espera de ver alguna ballena saltar.


El paisaje es espectacular. La costa entrecortada y las olas que pegan fuertemente en sus playas. 


El día es ideal para estar en casa y bajo la mesa de camillas jugando al parchís, pero no, nosotros estamos aquí, disfrutando de este paisaje a pesar del mal tiempo.

Tras un rato, tenemos que hacer una parada y entrar en calor. Es la hora de tomar un cafelito bien caliente. Seguimos nuestra ruta, ponemos rumbo hacia la playa de Betty’s Bay en busca de otra pequeña reserva natural en donde podremos ver más pingüinos pero de forma mucho más salvaje, el día nos acompañará para tener esta sensación.


Aparcamos los coches y un camino indicado nos lleva hasta la casetilla en donde tendremos que abonar la entrada, un precio simbólico.


Una vez dentro una pasarela de madera de unos 150 metros nos llevará hasta el final del camino y a ambos lados del mismo podremos ir viendo los pingüinos, algunos junto a sus madrigueras, otros en el agua.


Nosotros estamos solo, con los estos animalitos, con el mal tiempo y con un paisaje a recordar, siempre.





Tras disfrutar un rato observando y fotografiando a estos animalitos, es la hora de comer ro ¿dónde?
Justo aquí al lado hay un restaurante, preguntemos. Perfecto, está abierto y tienen pescado, pues allá vamos.





Un buen plato de pescado y algo de mariscos: gambas y calamares. Los mejillones se le han acabado.

Y ponemos rumbo hacia nuestro último destino, la playa de Muizemburg, en donde veremos las casas de colores.






Y de vuelta a España