lunes, 9 de febrero de 2009

Subida al Cisne (S.Almijara-1484 m) Mayo/07


SUBIDA AL PICO DEL CISNE (P.N.ALMIJARA Y TEJADA)

TRAS LOS PASOS DE RÍO HIGUERÓN



Un estrecho cauce formado por el río higuerón, en algunos tramos, con altas paredes, otros el agua simplemente acaricia sus márgenes. El cauce del río higuerón, a veces con agua, otras seca y otras húmeda. Sí, es este río, el que poco a poco nos adentra en un lugar mágico, cubierto por una frondosa vegetación, donde en el fondo del valle, grandes picos destacan de forma exuberante en la lejanía. El cisne, con una forma picuda, nos seduce, y se resiste a que lo pisemos. Su camino es largo, difícil y con un terreno inestable. Son unos buenos ingredientes para anhelar con más ansía este reto.
Tranquilo Cisne; te alcanzaremos, te pisaremos te sentiremos.


Datos de interés:

Ubicación: P.N Sierra Almijara y Tejada, frigiliana (Málaga)
Dificultad: Muy alta
Recorrido: 13 horas
Longitud: 21 km.
Desnivel acumulado: 1300 m
Altura pico Cisne: 1484 m
Grupo-de-montañismo: www.senalycamino.es

Son la 9:00 a.m y empezamos a andar. Desde el bello pueblo de Frigiliana, y junto a la oficina de turismo, detrás de una casa, sale una pequeña senda por la que tendremos que tirar. El camino va de forma serpenteante buscando una pista, a la que tendremos que llegar después de una pequeña bajada. Detrás, Frigiliana, colgada en un pequeño cerro y de forma elegante la vamos perdiendo.

Al principio, la pista atraviesa una arbolada, donde en tramos y de forma tímida, aparecen las aguas del río Higuerón casi por sorpresa.
Una parada en un espacio habilitado para picnic, nos vendría bien. Aquí aprovechamos para ojear nuestros mapas y trazar bien el difícil recorrido que nos espera para recorrer.
Ahora si, el agua es nuestra fiel acompañante, cada vez con mayor caudal hasta llegar a una pequeña acequia.

Desde aquí, este río no tiene secreto; de forma sincera nos muestra sus grandes maravillas. El río se va encañonando, formando los cahorros del río Higuerón.
Nosotros casi de forma obligada entre salto y salto, y con piedras salpicadas por el cauce, vamos atravesando de una, a la otra orilla de forma permanente, pero claro, hay veces que nuestros pies van directamente al agua, no hay otra alternativa.


Ya en su parte más intima, el río no nos deja pasar. Estrechado por un cañón, una gran cascada nos impide el paso, y aquí tenemos que volver.
Unos 200 o 300 metros atrás por donde hemos venido, un pequeño hito nos marca el camino a seguir, ahora hay que subir, y además con una fuerte pendiente (200 metros).
El camino ahora por arriba, divisa los grandes picos, las grandes paredes, y el cañón, donde el río Higuerón fluye orgulloso a su paso, dejando un sonido agradable con sus aguas al caer.

El río nos atrae, y el camino de nuevo nos lleva hasta aquí, hasta el agua, hasta el río Higuerón.
Tras una hora más de recorrido, y siempre siguiendo el cauce llegamos al Helipuerto. Ya son las 12:30, y un merecido descanso junto con un pequeño refrigerio nos vamos a tomar.

Tras media hora, reanudamos la marcha. Ahora si empezamos a subir, pero de momento unos 400 metros por una pista cómoda hasta llegar a una caída de agua, que en forma de fuente nos repondrá nuestras botellas y cantimploras para la fuerte subida. Allí arriba, muy arriba el pico Cisne nos desafía, lo vemos, y a él tendremos que llegar.

En la parte izquierda de la pista, un hito, junto a una torrentera, nos marcará el camino de subida. Pero que subida!!. Hace un calor achicharrante, son las 14:00, no hablamos, es más no podemos hablar, solo pensamos en subir.

Asfixiados, agotados, destrozados seguimos subiendo. Las piedras son arrastradas por un suelo inestable, se desprenden fácilmente, ya no podemos más tenemos que parar. Allí donde la
sombra casi no existe, un pequeño pino nos cobija, los diez, casi codo con codo encontramos un poco de sombra.

Buscamos casi de forma desesperada “la puerta”, un par de pequeños hitos, a izquierda y derecha, que nos subirá hasta el collado.

Aquí el terreno se desmorona, las caídas son permanentes, y la fuerte subida sigue acompañando a un calor infernal. No tenemos más remedio, tenemos que seguir subiendo, ¿por dónde?, ¿donde pisamos?, ¿A dónde nos agarramos?. El Cisne está allí arriba, y hasta él tenemos que llegar.
Por fin, ya casi hemos llegado, estamos en el collado. Un grupo de árboles nos dejarán su sombra, y desde allí, a unos diez minutos el pico Cisne, donde en la lejanía un pequeño buzón se divisa vagamente.

Salteando por grandes rocas fáciles de subir, el pico Cisne, y nunca mejor dicho, “el pico”. No entramos más de dos en el mismo sitio. Un lugar estrecho, donde las vistas son espectaculares: el mar, el pico Lucero, La Maroma y muy abajo el lugar de donde venimos, un desnivel total de 1300 metros.
Aquí el calor es aún mayor, pero una pequeña brisa nos refresca para disfrutar de nuestro esfuerzo.

Esfuerzo sin lugar a dudas recompensado por estas vistas y que tanto a Paco, Carmen, Manolo, Josefa, Rafael, Julio, Irene, Juan, Rosa y un servidor, que como locos montañeros buscamos esto, nos satisface, y nos complace junto al cisne disfrutar de esta paz y de esta libertad, y aunque la vida rueda y sigue, desde aquí se ve mejor, se vive mejor.

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