Marruecos, un gran país de contrastes.
Cumbres nevadas en
las montañas del Atlas, un desierto
extendido que tira hacia el sur, profundas gargantas en un paisaje inhóspito,
grandes oasis de palmerales y vida donde solo hay arena y piedras, una
larguísima y entrecortada costa. Y en
todo este variopinto paisaje, el colorido de su gente, la mezcla de olores y
sabores, el bullicio de sus medinas, el rezo del muecín, sus zocos repletos de
tenderetes… su regateo.
A cada paso que damos
su paisaje cambia; las grandes dunas del desierto del Erg Chebi cambian de
color. A la caída del sol, los colores rojizos y ocres resaltan entre sombras,
por la mañana, el sol recién salido las ilumina suavemente. Según subimos hacia
las altas montañas del Atlas, los ríos abren la tierra formando profundas
gargantas, y a ambos lado se forman extensos vergeles con la aparición de
milagrosos oasis repletos de palmerales.
En lo más alto de las
montañas del Atlas, el rey es el Djebel Toubkal, que con sus 4167 metros domina todo el paisaje desde arriba. Y por
último, los montes del Rif, que sin ser tan altos como los otros, pueden
presumir de ser los más fértiles.
Era mi quinto viaje a
Marruecos, pero en esta ocasión sería una ruta más larga (11 días).
Serán unos 2800 km
los que recorreremos, en el que durante este tiempo pasearemos por el desierto,
por bosques, por montañas. Nos perderemos por grandes capitales imperiales,
donde algunas de ellas están declaradas como patrimonio de la humanidad por la
Unesco. Saborearemos el ambiente local de algunos pequeños rincones bereberes.
Y como no, un buen
baño en la costa atlántica, enmarcada por unos bellos pueblos de colores azules
y verdes.
Sería mi primer viaje
organizado, sí, el primero en 35 años de viajes (siempre he viajado por libre).
La programación del mismo se ajustaba a algunos destinos que yo tenía
pendiente, y que por lo tanto me inscribí. Nuestra agencia era Alventus, ya la
conocía sobradamente, y tenía buenas referencias de ella. Así que un grupo de
13 viajeros procedentes de distintos puntos de España, Sonia nuestra guía
española, Alí nuestro guía local marroquí, y Mustafá nuestro conductor, sería
nuestro grupo expedicionario.
Al final salió un
buen grupo compacto, en el que cubrimos el objetivo de nuestro viaje.
Algunos datos de interés a fecha de Agosto/13
Moneda: podemos cambiar en el mismo puerto de Tánger Med, 1 € =
10,88 Dírham.
Horario: A fecha de 5 de Agosto, dos horas menos en Marruecos, como
el cambio de horario se hace cuando finaliza el ramadán, y a nosotros nos pilló
allí. A partir del 9 agosto solo una hora menos.
Cuando ir: Lo suyo es en primavera u otoño, en nuestro caso fue en
verano, siendo consciente de ello no hay problema, pero sabemos que tenemos que
soportar en muchos tramos del viaje, temperaturas de más de 50º sobre todo en
Marrakech, y zona del desierto.
Compras y regateo: Todos sabemos que comprar en Marruecos significa
regatear, forma parte de la cultura comercial marroquí, y siempre hay que
regatear. No hay una teoría perfecta sobre el regateo, pero si varias pistas. A saber, solo regatear si
verdaderamente estáis dispuestos a comprar. Teniendo en cuenta lo que tú
estarías dispuesto a pagar por ese producto, de lo que ellos pidan tú podrás
regatear hasta llegar a la mitad o una tercera parte de lo que pidieron, eso
dependerá de tu destreza, de la paciencia,
del interés real por el producto, y del valor de lo que estamos
comprando. Si el pide 100, al final ese producto te lo podrías llevar entre 35
y 50. Claves del regateo, ellos te
dirán un precio (por ejemplo 100), tu le contestas que es carísimo, muchísimo
dinero, haz como que no tienes interés y te vas. Ellos rápidamente te dirán que
cuanto quieres o puedes pagar. Es tu momento, tienes que decir 35, y a partir
de ahí un sube y baja hasta llegar a la cantidad que tu realmente quiere pagar.
Si te vas de la tienda porque crees que el precio es todavía caro y el te
persigue, eso es buena señal, está dispuesto a bajar el precio.
Precauciones alimenticia: Tomar siempre el agua embotellada, evitar
comer frutas sin pelar, o en su caso lavar bien. Cuando tomamos alguna bebida,
no echar cubitos de hielo, su procedencia puede ser incierto, al igual evitar
algunas verduras como por ejemplo las lechugas. Es importante a la hora de
comer evitar los puestos callejeros que parezcan ser dudosos en cuanto a su
salubridad.
Día 1. Sevilla-Algeciras-Tánger-Xauen. (350 km). Dormir en Xauen, hotel Loubar.
Día 2. Xauen-Volúbilis-Fez (250 km). Dormir en Fez, hotel Ibis.
Día 3. Fez, Dormir
en Fez, hotel Ibis
Día 4. Fez-Ifrane-paseo por el bosque
cedros-Midelt-Errachidia-Erfoud-desierto
Erg Chebi (520 km). Dormir en Erg Chebi,
albergue kasba les dunes d’or
Día 5 Erg Chebi-ruta a pie por el oasis de Todra-gargantas del
Todra-Gargantas del Dades (230 km). Dormir en Dades
Día 6. Gargantas del Dades-Ourzazate-Kasba AÏT Benhaddou-Inmil
(420 km). Dormir en Imnil,
Riad Imnil
Día 7 Imnil-ruta
a pie al Morabito de Sidi Chamarouch-Imnil-Marrakech (80 km). Dormir en Marrakech, hotel Imilchil.
Día 8 Marrakech
Dormir en Marrakech, hotel
Imilchil.
Día 9 Marrakech-Rabat-Moulay
Bouselhan-Asilah (550 km). Dormir
en Asilah, hotel Zelis
Día 10 Asilah Dormir en Asilah, hotel Zelis
Día 11 Asilah-Tánger-Algeciras-Sevilla
(250 km)
Día
1. Sevilla-Algeciras-Tánger-Xauen.
Son las 7,15 de la mañana, y
partimos para Marruecos, aunque primero haremos una parada en Jerez para
recoger a otros cuatro compañeros. Lo primero, la presentación del grupo. Lo
típico ¿tú de dónde eres?, ¿has estado más veces en Marruecos?, bla, bla, bla,
y ya no parar en todo el viaje.
A las 10,30 horas llegamos a
Algeciras, pero no salimos con el ferri hasta las 15 horas. Es principio de
agosto y hay mucho marroquí atravesando la frontera. Tras casi 2 horas de travesía, por fin
llegamos a Tánger Med. Cambiamos algo de dinero, y en el puerto nos estaban
esperando Alí y Mustafá, y que ya serían nuestros acompañantes durante todo el
viaje.
Tras unos 150 km de recorrido por
las montañas del Rif, llegamos a Xauen sobre las 18 horas (ya hablamos de
local, hemos retrasado nuestros relojes dos horas).
Xauen (Chefchaouen)
Ya estuve en Xauen en el año
2008, y en el que además hicimos una ruta por el Parque Nacional de
Talassamtane.
Xauen, es una encantadora ciudad,
situada en un amplio valle del Rif. Quizás una de las que más encanto tiene de
todo Marruecos. Sus estrechas calles pintadas de un color azul, le dan aún más
belleza.
Su medina es pequeña, y fácil de
manejar. Sus callejuelas suben por empinadas cuestas hasta alcanzar lo más
alto, y desde donde podemos disfrutar de unas excelentes vistas de toda la
ciudad y el valle.
Xauen ha sido históricamente un
destino de mochileros, y que buscaban el placer para fumar en los famosos Kif.
Hoy en día es un destino para todo tipo de viajeros, ya que su enorme atractivo
hace que sea un reclamo importante para turistas.
Chaouen, que significa “cumbres”
y alude a las montañas del Rif. Bajo la ocupación española la pronunciación
cambió a Xauen y en 1975 la ciudad fue rebautizada por Chefchauen “mira las
cumbres”.
El color azul claro que hoy es
tan típico fue introducido en la década de 1930 por los refugiados judíos,
antes las ventanas y puertas se pintaban de verde, color tradicional musulmán.
La ciudad permaneció aislada y cerrada hasta
que fue ocupada por tropas españolas en 1920. De hecho, antes de la ocupación,
los cristianos tenían prohibida la entrada bajo pena de
muerte.
La plaza principal de la medina
es la adoquinada y sombreada plaza Uta el Hammam dominada por los muros rojizos
de la Kasba y la impresionante grande Mosquee.
Desde la plaza el-Majzen, todas
las calles hacia el nordeste conducen a Bab al-Ansar la puerta de la medina, el
camino sigue por la ladera unos 200
metros hasta una fuente donde el río Ras el-Maa brota de una roca. Junto a esta
los lavaderos, en donde vemos todavía muchas mujeres lavando la ropa, y algunos
pequeños pegándose un chapuzón en el agua.
Su encantadora y vieja medina es
un lugar ideal para disfrutar de todos nuestros sentidos. Cuando sus nativos
pasean por las estrechas callejuelas, ataviados con sus coloridas
indumentarias, y vemos las paredes con ese intenso azul, la cámara no deja de
disparar e inmortalizar estas bellas imágenes.
Las calles se convierten en un
ajetreo permanente de gente que viene y va hacia sus hogares, o a realizar
alguna compra en las muchas tiendas allí existentes.
La tarde empieza a caer, y la
muchedumbre se empieza a dispersar y buscar alguna terraza donde saborear un
buen te, o simplemente sentarse al fresco de la tarde y charlar un buen rato.
Nosotros aprovechamos para
dirigirnos a comer a un excelente Riad, casa Hassan cercano a la plaza Uta el
Hammam.
Ya comí aquí la otra vez que
estuve, y me pareció excelente lugar, buen servicio y una estupenda comida.
Exquisito manjar, Cuscús y tajín de cordero y ternera, y de postre macedonia de
frutas y flan, y como no, para digerir todo esto, un té de yerbabuena.
Día
2. Xauen-Volúbilis-Fez
Ruinas de Volúbilis
Una de las zonas más
espectaculares es la que se localiza en el capitolio, la basílica y el foro de
1300 metros cuadrados, estos construidos en la parte más alta.
Fez
Una vez desayunados en el hotel
Loubar, y después de pasar una noche de muchísimo calor, a las 9 de la mañana
partimos hacia las ruinas de Volúbilis, ya cercana a la ciudad de Fez, y en el
Medio Atlas.
En medio de una fértil llanura y
a unos 33 kilómetros al norte de Mekines, Volúbilis alberga las ruinas más
impresionantes y mejor conservadas de todo Marruecos, declarado como patrimonio
de la humanidad en 1997.
La historia de este lugar se
remonta al siglo III A.C, donde parece ser que los primeros ocupantes fueron
comerciantes cartagineses.
Fue uno de los puestos
fronterizos más remotos del Imperio Romano, y fue incorporado al éste alrededor
del año 40 D.C.
Para verlo bien y con las
explicaciones de un guía experto, debemos echar una hora y media. Aunque hay
zonas que están acotadas para el público, nos podemos mover libremente por el
recinto.
Muchos de sus mosaicos se
encuentran milagrosamente bien conservados.
Excelente las explicaciones de
nuestro guía. Son las 12,30 y hace un calor infernal, así que antes de irnos
unas bebidas refrescantes en un pequeño bar que hay ubicado en la misa entrada,
y de nuevo el microbús con dirección a Fez.
Actualmente muchos de los restos
de esta ciudad se encuentran en los museos de Rabat
y Fez. Pero se está construyendo en estas mismas
instalaciones un edificio que servirá de museo para albergar todos sus restos.
Fez, es el corazón simbólico y
espiritual de Marruecos, y quizás aquí es donde se respira más fuertemente su
fe musulmana.
Además, en nuestro caso, llegamos
en fecha del ramadán, esto quiere decir que para todos los practicantes, y que
son la mayoría, no pueden beber ni comer nada desde las 3,30 de la madrugada
hasta las 19,30, en la que dan por finalizado el ayuno.
A partir de esa hora la ciudad se
convierte en un caos de fieles sedientos y hambrientos, y la ciuda parece hervir.
La ciudad imperial de Fez se divide en tres zonas bien diferenciadas: Fez el-bali (el centro de la medina); Fez el-jdid (con el mellah o barrio judío, y el Palacio Real), y la ville Nouvelle, el barrio administrativo construido por los franceses.
Continua en Parte II
2 comentarios:
Fantástico Antonio!! Cuántos buenos recuerdos!!! Un abrazo!
Guauuuu es genial este blog!!!
Acabpo de descurbirlo!!!
Cuantas cosas que contais!! ya mismo me lo leo todooo
Es genial cada foto tomada
Felicitaciones, un placer ver este blog!
besosss
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