Pues allá
vamos empezamos con los caballos. Nuestros dos guías irán eligiendo el caballo
que mejor nos irá a cada uno de nosotros,
sobre todo por la envergadura que tengamos.
Una vez
todos asignados con los caballos, y tras unas breves explicaciones nos pusimos
en marcha…
Allá vamos...
Por delante
tendremos unos 17 kilómetros de recorrido hasta llegar a Kilemche, en los que
tardaremos unas cinco horas, haciendo una parada junto a un río tras dos horas
de cabalgar, y descansar una hora aproximadamente para los caballos y para
nuestros traseros.
Durante todo
nuestro recorrido nos estaremos moviendo en altitudes entre los 2500 y 3000
metros, y con unas espectaculares vistas hacia todas las montañas nevadas en sus cumbres.
Una
vez controlados nuestros caballos, algunos nos animamos incluso a trotar un
poco más rápido por estas bellas llanuras.
Eso sí,
teníamos que controlar, porque cuando un caballo empezaba a trotar, todos los
seguían, algunos intentando coger velocidad, si no lo parábamos…
¡Madre mía
como sufren nuestros culetes, deseando ya
de parar!
Alcanzando
la cota más alta (3050 metros) tendríamos que bajar por una larga y empinada
cuesta, y aquí sí que había que controlar al caballo, ya que un mal movimiento, y al suelo. Algunos se quedaban frenado, al parecer según nos comentó nuestro
guía, sienten miedo en esta bajada muy pronunciada…
Tras dos
horas de marcha y justo después de pasar un río, hicimos una parada para
descansar…¡Nuestros
traseros lo necesitaban…!
Los
caballos también necesitan parar para comer y relajarse de nosotros pegando
botes sobre su lomo…
Al ataque de
nuevo, a montar y rumbo hacia kilemche…
A partir de
aquí son muchos los caballos salvajes que vamos viendo por el camino,
embelleciendo aún más, si cabe, este paisaje con campamentos de yurtas blancas que, adornan verdes praderas.
Y tras otras
dos horas cabalgando llegamos a nuestro campamento de yurtas…
Aquí nos
recibe la familia de varios miembros, mostrándonos cada uno de los espacios:
yurta-cocina y las yurtas que harán de habitaciones compartidas...
Un té
calentito y una gran
merendola de dulces y golosinas varias…¡una delicia de mesa bien cargada de
comida!
Nos disponemos a estirar las piernas subiendo hasta lo más alto de una peña cercana, sobre el campamento. Al principio tiramos todos hacia arriba, pero la pendiente es muy pronunciada, así que solo Sonia, Antonio y yo seguimos hacia arriba.
Subiendo,
subiendo, al final sin darnos cuenta los tres llegamos hasta la misma cumbre de
la peña más alta. Hermosas vistas alrededor y viendo el campamento de yurtas
allí abajo, muy abajo...
Y de nuevo
para abajo…
Cena, reparto de habitaciones y a dormir...
Día 4. Kilemche-(caballos)-Kyzart-Kochkor-Dormir en Kochkor Nomad guest house
Madrugamos
y junto con Marc damos un pequeño paseo por la zona…antes de
desayunar.
¡Y un poco de meditación!
A pesar de
estar a una altitud de unos 2500 metros y rodeado de montañas nevadas no se
nota tanto el frío, así que seguimos paseando y disfrutando de este paisaje
dantesco.
Poco a poco
los compañeros van despertando y saliendo de las yurtas, y nuestra familia
anfitriona nos van preparando el desayuno.
Ya con los
estómagos hambrientos satisfechos por el exquisito desayuno, nos vamos
despidiendo de toda la familia, y como no, foto del grupo para inmortalizar el
momento y el lugar.
Preparamos nuestras
mochilas y de nuevo a montar a los caballos, por delante tenemos unos 20 km,
hasta subir al mirador del lago Song Kol y después regresar a Kyzart.
El cielo
está gris y muy encapotado, el pronóstico es de lluvia, y a esa altitud de 3200
metros igualmente nos cae nieve. Así que
tendremos que ir bien preparado para lo que pueda venir
Y nos
ponemos en marcha…
No llevábamos ni quince minutos cuando, cabalgando todos con
nuestros caballos, veo a Ernesto a gran velocidad que pasa como una bala por mi
derecha, de inmediato veo como el resbala del caballo y cae al suelo y, encima
de él, impacta el caballo, levantándose rápidamente, dejando a Ernesto tumbado
en el suelo…con un fuerte golpe.
Momentos de
incertidumbre…
Rápido,
nuestros guías y Sonia (nuestra coordinadora) saltan de los caballos, y salen a
su encuentro, y empiezan a levantarlo y movilizarlo para ver cómo responde…
Sigue los
momentos de incertidumbre…
A primera
vista no parece ser tan grave como ha sido la caída, aunque él se siente
dolorido por todo el cuerpo, ¡normal, con ese golpe!
A partir de
aquí tenemos que decidir qué hacer el grupo con respecto al plan de hoy.
Él se niega
a montar a caballos (normal), y lo suyo es que lo viera un médico.
Lo que estaba
claro es que viendo el pronóstico del tiempo y después del accidente, lo más
prudente era volver cabalgando hasta Kyzart, pero y Ernesto ¿Cómo va? La suerte
parecía (después de todo) estar con nosotros. Un coche de la familia de
nuestros anfitriones aparece por el horizonte allá a lo lejos por una pista
algo desdibujada. Paramos el coche y le explicamos lo sucedido. Ellos
rápidamente se ofrecen para llevar a Ernesto y Sonia (nuestra coordinadora)
para que vaya moviendo el tema de nuestro seguro, y algún médico que lo pudiera
ver en algún hospital cercano.
Nosotros seguiríamos
cinco horas más cabalgando hasta llegar a Kyzar, y en la última media hora con
una fuerte caída de agua…pues sí, llegamos empapados. Ni una sola foto tenemos con tanta lluvia.
Allí estaban
los dos gestionando el tema del médico. Ernesto dolorido, arropado y bien
mimado por parte de la familia de Kyzart. Besitos, abrazos hacia nuestro
compañero…
Con toda la
ropa empapada, empezamos a cambiarnos con prendas secas, mientras yo miraba por
unas de las ventanas, el cielo seguía ennegrecido y descargando agua. Por
suerte ya estamos aquí, bajo techo y de nuevo a comer…
Nuestro
siguiente destino en un principio era Naryn, pero con el tema del accidente
volveremos Kochkor puesto que allí, en
el hospital, verán a Ernesto, y allí dormiremos, y al día siguiente retomaremos
nuestro plan de ruta con dirección a Naryn.
A las seis
de la tarde nos recogerán para llevarnos a Kochkor, mientras tanto, y viendo
que se ha despejado, Antonio, Marc y yo nos vamos a pasear un poco por el
pueblo y disfrutar del ambiente local.
Seis de la
tarde, como un reloj suizo, nos recoge nuestra mini van y nos llevan con
dirección hasta Kochkor, pero justo antes de llegar al hospital se empieza a
escuchar un ruido en los bajos de la furgoneta. Paramos y el conductor abre el
capo, y nada, mira en los bajos del coche y ve como el tubo de escape se ha
descolgado y rozaba en el suelo.
Solucionado,
partimos hacia el hospital que lo tenemos ya muy cerca. Mientras Sonia, Ernesto
y Sam (nuestro guía) entran al médico, nosotros esperamos, a ver que le han
dicho.
Le han hecho
una placa y no aparece nada roto, aunque con muchos dolores, así que analgésico
y a mimarlo durante el resto del viaje. Ya a la vuelta a España, le hicieron
otra placa y tenía dañada la costilla derecha número 9.
Día largo,
así que ya en Kochkor (en el mismo alojamiento que ya dormimos) cena calentita,
reparto de habitaciones y a dormir.
Día 5. Kochkor-Naryn-lago Chatyr kol-Tash Rabat Dormir en Tash Rabat Yurtas
El día ha
amanecido con una tromba de agua, miramos el pronóstico del tiempo y da lluvia
toda la semana y en todas partes, al menos en la zona norte en donde nos íbamos
a mover. Sonia por momentos lo ve todo negro, pero hay que ir poco a poco, de
momento en el día de hoy, iríamos en coche todo el tiempo hasta el lago Chatyr
kul (en la misma frontera con China) con lo que tampoco nos teníamos que
preocupar. Por momentos
incluso se plantea tirar hacia otras zonas del país que haga bueno, opción que
descartamos y seguimos con nuestro plan inicial.
Ponemos rumbo hacia Naryn que se encuentra a 120 kilómetros, teniendo que pasar por el puerto de Pereval Dolonsky que se encuentra a una altitud de 3030 metros.
Según vamos subiendo el puerto, la nieve la vemos más de cerca, hasta que ya en el puerto nos empieza a nevar levemente, así que el conductor nos hace una parada para disfrutar del paisaje y del entorno.
Continuamos
nuestra ruta y, ya acercándonos a Naryn haremos una parada en un curioso lugar…en Ornok
MAMAKE WONOK
Y llegamos a Naryn
Desde
nuestro vehículo contemplamos una bonita mezquita, la mezquita Azreti Alí,
también conocida como la mezquita azul, construida en 1995 por un diputado
local. Es la mezquita central de Naryn, situada a unos 2000 metros de altitud.
La
ciudad de Naryn tiene la menor población
no kirguisa del país, con lo que estamos hablando de una ciudad donde se
respira un fuerte ambiente local. Los adornos de la mezquita son bordados nómadas
tradicionales llamados oymos.
Foto cedida por los archivos de internet
El color azul
del edificio también puede indicar el trasfondo chamánico del pueblo kirguis. El azul era considerado el
color del cielo en el tengrianismo (religión tradicional de pueblos
túrquico-mongol).
Aquí ya habíamos
quedado con tres 4x4 para realizar varias rutas por la zona: lago Chatyr Kul,
Carvansaray Tash Rabat y trekking hacia el lago Kel Suu.Organizamos el
tema de las mochilas, ya que algunas se quedarán en nuestro alojamiento, solo
llevaremos lo necesario para estas dos jornadas.
Lo primero
que teníamos que hacer era abastecernos de comida para los picnic del mediodía,
ya que nos pillería de ruta. Así que allá
vamos, a la zona del mercado a comprar todo lo necesario.
El ambiente local, muy local estaba servido, así que aproveché para sacar unas instantáneas de algunos detalles y algunos rostros.
Una vez
realizada las compras y haber respirado el ambiente local del mercado, nos
trasladamos a nuestro alojamiento para dejar todas las cosas y preparar las
mochilas para llevar.
Aquí nos recibe, al igual que en los otros poblados, nuestra
familia anfitriona…
Nos
distribuimos en los tres 4x4 y ponemos rumbo hacia el lago Chatyr Kul, en las
mismas frontera de China situado a unos 120 kilómetros aproximadamente.
Para poder
acceder al lago Chatyr Kul tuvimos que tramitar unos permisos fronterizos, ya
que al estar en los mismos límites con China nos lo pedían. Así que desde
España ya los tramitamos. Cosa que no llegue a entender, pues cuando pasamos
ese riguroso control, seguíamos en territorio de kirguistán.
Le preguntamos a nuestro guía, el motivo de ese control, contestándonos que es una zona de reserva protegida y necesitan saber los que entran en la zona. ¡Pues ahí sigue mi duda!.
Desde que
salimos del Naryn, el cielo ennegrecido amenazaba con una fuerte tromba de
agua, a ver si tenemos suerte…
Llegado al
mismo control, nuestro conductor nos dijo que no hiciéramos fotos, estaba
totalmente prohibido. Así que una vez en el paso fronterizo presentamos
nuestros pasaportes y a esperar. Una compañera, de forma muy sigilosa hizo
alguna foto con el móvil. Cinco minutos después se presentó un militar hasta
nosotros para obligarle a enseñarle los móviles, ya que aseguraba que se habían
hecho fotos. Menos mal que le dio tiempo a borrarla, porque igualmente todavía
podríamos estar allí.
Acercándonos
al lago, el frío se hace más intenso, y este lugar remoto y apartado parece
estar en el fin del mundo. ¡Es una sensación extraña, pero placentera a la vez!
Estamos rozando los 3500 metros d altitud, y las montañas nevadas parece que las podemos tocar con nuestras manos. Junto a la carretera vemos una alambrada y unas garitas con vigilancia permanente. ¿Estamos en China, estamos en Kirguistán?
¡No entiendo esa alambrada!
Detenemos
nuestros vehículos y nos disponemos a acercarnos hasta la misma orilla del lago.
Nos preparamos bien para el frío, una leve brisa helada nos azota los rostros.
Y empezamos
a andar, y andar, y andar y la orilla parecía cada vez más lejos..
El cielo
amenazaba agua o quizás nieve (estamos a una altitud de 3530 metros) así que a
darnos prisa hasta llegar al lago...
Poco a poco
los compañeros se iban quedando atrás, incluso algunos se daban la vuelta…
En el
horizonte se podía intuir la orilla del lago con un color blanquecino. Desde
aquí, parecía estar helado. Seguimos andando… hacia el.
Nuestros
compañeros, todos se han dado la vuelta al ver que nunca se llegaba a la misma
orilla. Antonio y yo seguimos avanzando con la firme intención de alcanzar el
lago. Aceleramos nuestra marcha, ya que el cielo cada vez amenazaba más la
lluvia.
Cuando
parecíamos estar cerca, un brazo de agua en forma de río nos impide el paso
hacia el lago. Imposible pasarlo, el agua helada. Por suerte, seguimos por la
margen derecha de este brazo de agua y tras 5 kilómetros recorridos alcanzamos
la orilla del lago Chatyr Kul.
El lago
estaba parcialmente helado por la parte central del mismo. Más allá de la otra
orilla, China que la teníamos allí de frente.
Retornamos
nuestros pasos, acelerando el ritmo para que nuestros compañeros no nos
esperasen mucho tiempo. A la vuelta lo inevitable, A Antonio y a mí nos cayó un
poco de agua nieve.
Al final,
una orilla que parecía estar cerca (el horizonte engañaba) recorrimos un total
de 10 kilómetros.
Y ponemos
rumbo hacia Tash Rabat, con dirección a Naryn, desviándonos por una pista de 15
kilómetros hasta alcanzar el caravansaray de Tash Rabat.
En nuestro trayecto podemos ver cientos de marmotas correteando libremente por el campo. Al acercarnos nosotros, huyen rápidamente hacia sus madrigueras.
Para
alcanzar este lejano lugar de Tash Rabat lo tendremos que hacer tras pasar el
puerto de montaña de Tougart (3752 metro de altitud). El paisaje
es dantesco y salvaje, y remoto, muy remoto.
Continúa cayendo
agua nieve, el cielo sigue ennegrecido y furioso para descargar…
El
paisaje nos invita a disfrutar, a pesar del mal tiempo…
Cuando nos
estamos acercando al Tash Rabat, el valle se encajona entre varias peñas
rocosas, dando aún más, si cabe, belleza al entorno…
La pista se adentra en forma de pasillo entre las formaciones rocosas…y los caballos parecen ser testigos de nuestra llegada a su hogar…
Y llegamos a
Tash Rabat (3105 metros de altitud), en donde se encuentra el carvansaray del
mismo nombre, y junto a este un campamento de yurtas. Este será nuestro alojamiento
para el día de hoy.
Estamos
situado a 80 kilómetros de Naryn, y el lago alpino de Chatyr Kul del que
venimos, y al otro lado de la alta cordillera, a 30 kilómetros.
El entorno
paisajístico es perfecto, por una parte las montañas nevadas, por otra el
rebaño de yaks pastando por los prados del valle, el contraste blanco de las
yurtas con el verde de los montes, y como no, lo que nos ha traído hasta aquí, el
caravansaray de Tash Rabat.
Cuando
llego, rápidamente empiezo a trotar por el monte subiendo y bajando e
inmortalizando con imágenes este bello lugar, aprovechando que se ha abierto
una ventana de buen tiempo.
El Tash
Rabat es un antiguo caravasar del siglo XV, en piedra y bien conservado, que
formaba parte de los alojamientos de los antiguos comerciantes de la ruta de la
seda. Significa “Posada de Piedra”.
En el año
1984, Tash Rabat fue renovado y reformado, formando parte en el día de hoy de
una atracción turística para los viajeros.
Nos
disponemos a entrar para visitarlo, pagando 150 Som, algo más de un euro.
El interior
está dividido en varias habitaciones y cámaras parcialmente conectadas entre sí
por un pasillo central y un contiguo abovedado con una cúpula, que tiene salas
agrupadas formando un antiguo espacio de oración.
En ambas
esquinas del frente de la edificación se alzan torres cilíndricas que solo
sobresalen un poco del edificio. El techo es plano y está rodeado por un antepecho.
Una vez
visitado este caranvasaray aún tenemos algo de tiempo para estar por la zona, y
disfrutar del entorno antes de irnos a
cenar.
Poco a poco
el día se va apagando y da paso a la noche, el cielo no está estrellado, está
totalmente encapotado, e intuyo, estando a 3100 metros de altitud que esta
noche nevará…
Hora de
comer. ¡Madre mía, cuanta comida!, pues nada a comer se ha dicho.
Esta noche
nos ha tocado compartir la yurta a Mar, Estefi, Marc, Antonio y yo.
Las risas
estaban servida, cuando Antonio intentaba recordar lo sucedido días atrás, ¿Qué
pasó…? ¿Cuándo fue eso…? ¡Ah, sí cuando estaba apoyado en la pared…! ¿Qué me
caí en las letrinas…?
El eco de las risas retumbaba en la noche obscura de las
montañas del Tash Rabat...
Por cierto,
Estefi se quedó dormida a los dos minutos de entrar en la yurta…
Sobre las
dos de la madrugada me levanté para hacer pis, y una fuerte nevada caía sobre
el campamento, y también sobre mí, acerté en la intuición.
Día 6. Tash Rabat-Lago Kel Suu (trekking)-Naryn Dormir
en Naryn Naryn hostel
Por la
mañana, veo que entra un poco de luz por uno de los huecos de la yurta, no lo puedo
evitar, me levanto ya…
Al abrir la puerta de la yurta parcialmente encajada, veo todo blanco de nieve, bajo un cielo totalmente azul…
Me dirijo al
pequeño lavabo improvisado que había en el exterior de una yurta y, echarme
agua en los ojos, y poder ver bien la maravilla de mañana que tenemos, en un
paisaje nevado totalmente blanco.
¡Imposible
echarme agua, no sale nada, el tubo se
ha quedado congelado!
Me pongo en
marcha y con mucho cuidado subo al monte que tenemos junto a nosotros poder
contemplar desde lo alto esta maravilla de paisaje…
En la
bajada, tengo que tener mucha precaución, puesto que hay algunas zonas con
hielo y el terreno es muy empinado, con lo que un resbalón voy directamente al
techo de una yurta.
Tras el copioso
desayuno, los conductores calientan motores con los 4x4 y con paciencia quitan
el hielo que durante la noche se ha impregnado sobre los vehículos.
Foto de
grupo para inmortalizar el lugar, y ponemos rumbo hacia uno de los lugares más
hermosos del viaje y a la vez más lejano, inaccesible y remoto en la misma
frontera de China y lindando con la cordillera del Tian Chan, montañas con
altitudes que superan los 7000 metros.
Nos vamos al lago Kel Suu
Por
delante tendremos un larguísimo trayecto hasta alcanzar el lago kel Suu, en
unos 150 kilómetros de distancia y para ello, echaremos unas seis horas, Además de
casi una hora para que el conductor comiese.
El paisaje
durante todo el trayecto es bestial, paisajes con grandes montañas por todas
partes…
Las
carreteras desiertas, solo para nosotros, y mejor así porque cuando tienen que
adelantar, vaya como adelantan…
Grupos y
grupos de caballos salvajes vamos viendo por el camino, además otras tantas
vacas y corderos, los yaks solo son visto en altitudes que superan los 3000
metros.
Dejamos la
carretera y a partir de aquí son las pistas de tierra, al principio en buen
estado, pero más adelante hay tramos en los que prácticamente hay que detener
el vehículo para poder avanzar.
En nuestro
trayecto son muchos los cementerios kirguis que podemos ver, y que con el fondo
de las impresionantes montañas nevadas, nos dan una bonita estampa.
Todavía esa
distancia…lo importante es que vamos disfrutando con su paisaje.
Al igual que
para acceder al lago Chatyr Kul, teníamos que haber tramitado el permiso (el
mismo que teníamos) para alcanzar este lago, ya que queda igualmente en la
misma frontera de China.
Aquí
teníamos dos controles, uno parecía más casero, en donde nuestro conductor
siempre aprovechaba para fumarse un cigarrillo con el colega del paso
fronterizo, y el otro que se encuentra más adelante cuando la carretera coge
bastante altura, y ese sí es más serio con garita en alto incluso.
Y metidos ya
totalmente en la cordillera del Tian Chan, nos movemos por encima de los 3200
metros de altitud, el paisaje nevado es fascinante.
Y casi
siete horas después llegamos, por fin aparcamos y empezamos a andar.
A esta
altitud, y teniendo en cuenta lo que tenemos
por delante tenemos que ir bien preparados para el frío, la lluvia, bien
de líquidos y de comida. Pues a la mochila todo.
Por delante, según el track que descargué y para asegurar la llegada y vuelta al lago, tendremos algo más de 13 kilómetros, casi 300 metros de desnivel y cinco horas pasadas..
Espectacular
ruta sin dificultad alguna y con unas vistas alucinantes de las montañas nevadas
que quedan por encima justo del lago kel Suu.
Durante todo
el recorrido iremos por la margen derecha del río, aunque en algún momento
dudamos si se tendría que pasar el mismo, ya que se veían unos senderillos por
la otra orilla. Aunque el río va muy crecido y el agua corre a gran velocidad
con lo que en todo momento descartamos esa opción. Consultando
el track seguiríamos por aquí.
Caminando
por la margen derecha llega un momento en el que no podemos seguir, así que un
senderillo nos marca la ruta para subir a una pequeña loma y de este modo
salvar el río.
Aprovechamos
para hacernos unas fotos de grupo en un marco inigualable.
Llegando al
último tramo de nuestra ruta, quizás la de mayor desnivel, pero antes tendremos
que pasar un pequeño brazo del río, y ya todo para arriba.
Con la
bajada de algunas zonas de arroyos, el suelo está totalmente mojado y
embarrado, con lo que es garantía plena de ponernos las botas perdidas de
barro, y más de un resbalón será lo habitual.
¡Y
alcanzamos el lago…sencillamente espectacular!
Estamos
exactamente a una altitud de 3520 metros.
Kel
Suu significa lago de agua, rodeado de coloridas montañas, acantilados de
granito, prados, picos helados y vertiginosos cañones.
Ubicado en el valle de Kurumduk (significa, “el valle preservado”) entre altos
acantilados se encuentra el pico Sary Beles con 4726 metros de altitud.
Este lago
tiene una longitud de 10 kilómetros y entre 100 y 800 metros de ancho, con tres
pasos que la unen con la vecina China, pero oficialmente cerrado.
Este lago,
el más remoto de Kirguistán, y rodeado de montañas se formó en la década de
1980 por un desprendimiento que creó una presa natural en el río Kurumduk. Esto
hace que su tamaño dependa en gran medida de la cantidad de agua o nieve que
haya recibido recientemente.
Con el
tiempo justo para picar algo y rápido para abajo. Algunos compañeros iban un
poco apresurado y necesitarían tiempo para llegar.
Yo me quedé
un poco por arriba disfrutando de este increíble lugar. Ya los alcanzaría en la
bajada…
Y poco a
poco y cada uno a su ritmo fuimos llegando a los vehículos, sin antes no dejar
de asombrarnos de los increíbles yaks muy peludos y que siempre se mueven en
estas altitudes.
A la vuelta
ya sabíamos que nos cogería la noche, pero lo que no sabíamos es que, por
ejemplo nuestro vehículo, no le funcionaban las luces, con lo que durante un
buen rato fuimos detrás de uno de los nuestros y dejándonos guiar por sus luces
delanteras.
Cuando
abandonamos las pistas en muy mal estado y con boquetes que podría entrar hasta
una rueda, llegamos a una carretera y allí pudimos parar y ver si lo podía
arreglar. Por cierto, cuando paramos, vimos el otro coche nuestro que también
paró porque los neumáticos iban muy bajos de presión, posiblemente habría
pinchado, pero aguantó hasta llegar a nuestro alojamiento. Y a nuestro vehículo
pudo al menos encenderle una luz, algo es algo.
Y sin decir
nada de los adelantamientos…seguimos vivos, de milagro.
Una vez en
nuestro alojamiento de Naryn, unas sopitas calentitas y a dormir, que mañana
tenemos más tute.
Día 7. Naryn-cañón Skazka-karakol
Dormir en Karakol Hostel Enirest
Ya en la
noche anterior, Sonia tuvo que estar gestionando el tema del transporte hacia
Karakol, puesto que de momento no teníamos nada concretado. La idea era tirar
hacia Karakol, pero antes hacer una parada y visitar el cañón de Skazka, en la
misma orilla del lago Issyk Kul. Para ello planteamos la opción de coger varios
taxis a compartir o una mini van. Así que con los contactos que se tenía, se
preguntó por precios y al final nos quedamos con dos mini van para todo el grupo
a buen precio. Allá vamos, por delante tenemos 185 kilómetros hasta el cañón de
Skazka y después otros 117 km hasta karakol.
Los dos
conductores que cogimos (creo, no creo, confirmo) es la primera vez que subían
hasta esta zona del país, puesto que durante todo el tiempo iban totalmente
despistados y desorientados, sin decir nada sobre los adelantamientos. Nosotros
con el maps y el google maps tuvimos que ir orientándolos hasta la misma entrada
del cañón de Skazka.
Una vez que
llegamos, de una casetilla sale un chico para cobrarnos la entrada, 50 Som, no
llega al medio euro. Nos dice que desde allí podemos empezar la ruta, pero veo
que ha entrado un coche, así que le decimos que iremos hasta adentro donde
había un aparcamiento y aparcar nuestros vehículos. No tenía sentido la
caminata por esa pista de algo más de un kilómetro.
Un mapa
indicativo nos marca la ruta a seguir. No hace falta, los caminos son muy
intuitivos, bajando y subiendo y recorriendo los senderillos que vamos
encontrando por el camino. Al final recorreremos un par de kilómetros y
estaremos hora y media.
Acostumbrado
hasta ahora a ver tantas montañas
nevadas, prados con un verde intenso, campamentos de yurtas…este paisaje árido,
si es un verdadero contraste.
Al pasear
por sus rocas areniscas de colores rojizos, ocres, amarillentos, y viendo esas
formaciones rocosas, la imaginación de cada uno hace que veamos figuras de
rostros, de animales. Es cuestión de dejar volar la imaginación.
Hay quien
dice que es una versión más pequeña del famoso Gran Cañón Americano, no lo
conozco, solo por fotos, pero me parece
una exageración.
Las
formaciones rocosas atípicas, los coloridos de sus barrancos, y algunos
pequeños valles de color verde entre tanta roca arenisca de color anaranjado y
amarillenta nos da un bonito contraste cromático.
Sin lugar a
dudas si se hace un viaje a Kirguistán, este es uno de los lugares que no
podemos dejar de ver, ya que contrasta de forma sobresaliente con el resto del
paisaje de este maravilloso país.
Tras hora y
media recorriéndolo, nos montamos de nuevo a nuestros vehículo y ponemos rumbo
a karakol, quizás uno de los lugares más turísticos del norte de Kirguistán, ya
que se utiliza como base para los muchos trekking de la zona.
karakol
Ya por la
tarde, en torno a la cinco llegamos a karakol. Fuimos directamente para nuestro
alojamiento, dejamos las mochilas, reparto de habitaciones y con mapa en mano
nos fuimos a visitar esta ciudad.
Karakol está
situada a unos 12 km de la costa de lago Issyk Kul a los pies de la majestuosa
cordillera de Terskey-Alatoo. Aunque no tiene demasiado atractivo, a diferencia
de su enclave rodeado de montañas nevadas, veremos algunas cosas sobre todo sus
templos, dos mezquitas y una iglesia ortodoxa.
Iglesia ortodoxa de la Santísima Trinidad
Iglesia ortodoxa
de la Santísima Trinidad, construida entre 1894 y 1895 es la única iglesia ortodoxa activa en Karakol.
Inicialmente, la forma del edificio fue concebida como una cruz equipotencial, que sería coronada por 5 cúpulas y un campanario.
Las paredes
de la iglesia contienen reliquias de los mártires sagrados Probo, Taraco y
Andrónico, así como el icono de nuestra Señora de Tijvin.
Después de
la revolución de los años 20 y 30 del siglo XX, la iglesia centenaria fue
cerrada y la propiedad fue saqueada.
Más tarde este edificio se abrió una escuela de deportes para niños. Durante la Segunda Guerra Mundial el edificio fue devuelto a los creyentes, quienes hicieron las reparaciones a sus expensas.Sin embargo en los años 60 del siglo XX el edificio pasó nuevamente a ser escuela deportiva. En 1982 el edificio fue abandonado y estuvo vacío hasta 1986, que fue cuando comenzaron los trabajos de restauración.
Y en 1993, el templo se convirtió nuevamente en un monasterio ortodoxo y adquirió su aspecto original.
Mezquita de
Dungan
En
1877, los refugiados Dungan de China se mudaron a Karrakol y fundaron una
comunidad aquí. Y en 1907 el arquitecto Chou-Si de Pekín fue invitado aquí,
quien con un grupo de construcción que contaba con unas 20 personas entre
techadores, albañiles y talladores de madera empezaron a preparar materiales
para construir una futura mezquita. El abeto de Tian-Chan. Y En 1910 se erigió
la Mezquita de Dungan construida por las mejores tradiciones chinas.
Esta
mezquita es un ejemplo vivido de la cultura china en territorio de Kirguistán.
Una permanencia centenaria, protegida por fuerzas sobrenaturales, trae paz y
tranquilidad a los corazones de los huéspedes y visitantes.
Y por último,
una mezquita construida en el año 2017 para que los fieles musulmanes tuvieran
un lugar en donde rezar.
Seguimos
paseando por karakol, unos crepes para degustar, una entrada a un parque, y poco
más.
Hora de
cenar. Sonia tenía referencia de un buen sitio donde comer, el restaurante Zadia food, un buen lugar, buena
comida, dos buenas jarras de cervezas y todo por un módico precio de 7,5 €.
Fin del día
de hoy, partimos hacia nuestro alojamiento y a dormir, que mañana tenemos una
fuerte caminata hasta el Antyl Arashan.
Día 8. Karakol-Ak Suu-Altyn Arashan (trekking) Dormir en Altyn Arahan Refugio de montaña Elza
Altyn Arashan (3000 m) Nuestro destino
de hoy.
Tras un buen
desayuno partimos temprano, preparamos nuestras mochilas con lo necesario para
trekking y la pernocta en el refugio de montaña en el Altyn Arashan. ¡Ah, que
no se olvide, comida y bebida para la larga caminata!
Nos
trasladaremos hasta el cercano pueblo de Ak-Suu (a 12 km de karakol) en donde empezará
nuestra caminata, pero primero teníamos que coger una furgoneta que nos
llevaría hacia allí (el número 350 Karakol-Ak Suu). Compramos en un súper y a
la montaña…
Ya había
descargado el track que nos llevaría hasta el alto de Altyn Arashan, por delante
teníamos algo más de 20 kilómetros, rozando los 1000 metros de desnivel, y el
tiempo estimado, 5 horas, aunque podrían ser más, dependiendo del ritmo y del
disfrute por el camino.
Los primeros
cuatro kilómetros transcurrirán por el mismo pueblo, viendo siempre de frente
las imponentes montañas nevadas al fondo.
Y como
siempre voy inmortalizando detalles que siempre van dejando huellas en todos
los viajes: personajes, templos…momentos.
Casi al
final del pueblo, y antes de encontrar el desvío hacia Altyn Arashan, una
familia nos indica (por mímica, claro está) que si queríamos subir con 4x4, a
lo que algunos compañeros se vieron convencidos, ya que no se verían con fuerza
como para realizar la caminata. De ese modo, Ernesto (que ya venía fastidiado
desde el accidente del caballo) Mar (iba mal con la espalda) y Natalia (que no
llevaba bien las piernas) se fueron en un vehículo tras intentar negociar con la
señora.
Al final se quedó en 75 €, caro me resultaba, pero la verdad, que la pista es infernal y el terreno está en muy mal estado, con decir que se tarda dos horas en recorrer los 20 kilómetros.
A partir del
desvío, y sin pérdida alguna, la pista nos llevará hasta el alto del valle, en
donde se encontrará nuestro alojamiento. En tramos más ascendentes, pero en
general muy progresivo. ¡Casi que ni se nota que vamos subiendo!
A nuestro
paso, venos una familia nómada con una caravana cargada de colmenas, y que de
un lugar a otro se van moviendo para recolectar la miel.
Según nos
vamos adentrando en la zona boscosa, el paisaje se hace más espectacular.
Grandes masas forestales vamos dejando a nuestro paso.
Entramos
en una zona de reserva con un valor paisajístico incalculable, inmensos bosques de abetos y pinares de alta montaña.
Cuando
llevamos un rato de ruta, aparece el 4x4 con nuestros compañeros de fatiga
(bueno, ahora de fatiga como que no, ellos van ahí bien cómodos)
¡Mira que contentos van, hacen bien!
Durante todo
el tiempo llevamos junto a nosotros el caudaloso río Arashan que furioso con
sus aguas bravas, lo deja caer en el pueblo de Ak-Suu y mucho más allá.
La mayor
parte de esta área es de investigación botánica y pertenece al Reserva natural
de Arashan.
El tiempo
está que no termina de decirse, tan pronto sale el sol, como que cae un poco de
llovizna. Las nubes corretean de un sitio para otro, como jugando entre ellas…
Ahora las nubes
si vienen más ennegrecidas y amenazan caída de agua, incluso pude ser hasta
agua nieve....en esta cota
a la que estamos
Junto a
nosotros tres jinetes cabalgan (dos en caballo y un crío en un burro), llevando
varias reses a las zonas altas para pastar …
Ahora sí que
está cayendo agua, sacamos nuestros chubasqueros y a cubrirnos bien, por
momento el aguacero es fuerte, y al poco escampa.
De frente,
un colega que también viene cabalgando hace una parada para intercambiar unas
charlas amigas con los otros, y todo esto bajo un apretón de la lluvia.
Ahora si
tenemos un fuerte repechón que nos hace resoplar en la subida, pues nada, poco
a poco…
Las vistas
que tenemos hacia delante de nosotros son espectaculares. Los miles de abetos
que suben por las laderas, se pierden allá en lo alto, en donde las nubes ya
las invaden.
Un cartel ya
nos indica que estamos cerca del valle del Altyn Arashan, solo nos queda un
kilómetro, pero que kilómetro, el de mayor desnivel, en una empinada cuesta que
parece no acabar nunca.
¡Guau, guau, guau!
¡Qué contraste de colores: el azul
del cielo, el blanco de las montañas nevadas, el color ocre de las montañas
peladas, y el verde, verde intenso de los miles de abetos que adornan todo este
paisaje, y yo allí abajo, en esta inmensidad de belleza!
Un último empujón y llegamos al
collado, desde donde tenemos unas vistas alucinantes con los campamentos de
yurtas allá abajo, y al fondo, totalmente nevado el pico Palatka de 5020 metros
de altitud en su parte sur.
Hasta aquí
llevamos unos 20 kilómetros y algo más de cinco horas. Todavía nos falta llegar
hasta el final del valle que es en donde se encuentra nuestro alojamiento.
Mires hacia donde mires, el paisaje
es alucinante.
Me detengo, y me giro lentamente los
360 grados como las agujas de un reloj mueven sus manillas, y en cada
movimiento, me digo lo mismo ¡cuánta belleza!
Y llegamos a
nuestro alojamiento, allí ya nos estaban esperando varios compañeros…
¡Vaya enclave, mejor imposible!
Una vez ya
todos en el refugio, unas buenas cervezas, unas sopitas calientes y un poco de
charlas y risas y cada uno contando su experiencia en la subida.
Después de un pequeño relax varios
compañeros querían ir a las termas que se encuentran junto al alojamiento,
otros decidimos pasear un poco valle hacia el fondo, acercándonos a las montañas
nevadas. ¡A elegir!
Los de las aguas
termales
El complejo de aguas termales cuenta
con varios cobertizos de madera que contiene piscinas sulfurosas calientes y
que curan diversas dolencias. Son tres grupos de manantiales termales nítricos en
el lado derecho del río Arashan.
Los del paseo por el
valle
Natalia,
Antonio y yo decidimos caminar un poco siguiendo el margen izquierdo del río
Arashan y continuando por el valle.
A nuestro paso, son muchos los caballos
salvajes que están pastando. Algunos potrillos corretean detrás de la madre
cuando nosotros nos acercamos a ellos.
Las vistas del valle y de sus
montañas nevadas al fondo son fantásticas…
Tras una hora de caminata decidimos
dar la vuelta, ya que sobre las ocho hemos quedado para comer.
Al final hemos recorrido casi cuatro
kilómetros en plan tranquilo, charlando y disfrutando de un maravilloso paisaje
alpino.
A la vuelta nos encontramos de frente
a otros compañeros iban también de paseo, ya todos juntos regresamos al alojamiento.
Día 9.Altyn Arashan-Karakol-Seven Bulls Rock-Tong Dormir en Tong Yurtas Almaluu
La mañana
amanece con un cielo encapotado y una leve llovizna en forma de agua nieve.
Desayunamos y esperamos que nos recoja el “tanque de la época soviética” y que
nos llevará hasta karakol.
Cualquier vehículo que haga esta bajada, deberá tener una buena potencia, unas buenas ruedas y un buen conductor. En algunos tramos, las rocas picudas y otras redondeadas se encuentran en la mima pista polvorienta. No es de extrañar que se tarde en bajar un par de horas, en tan solo 21 kilómetros.
A mitad de
camino hacemos una parada para relajar los cuerpos con tantos botes y además
para que el conductor se asegurase de que todo iba bien con el “tanque”.
Ya en
karakol nuestro conductor nos dejaría directamente en el mercado de animales
que se celebra allí todos los domingos y que se encuentra en las afueras de la
ciudad.
Estamos
sin lugar a dudas en uno de los mercados de animales mayores de toda la antigua
Unión Soviética y parte de Asia Central.
Es equivalente al más conocido mercado de los domingos de kasghar en el
otro lado de la frontera en China.
Aquí el
ambiente nómada se respira por cada rincón de este exótico mercado, que parte
de la población kirguisa aún vive del pastoreo. Muchos
vienen de puntos remotos del país para comprar y vender sus animales.
Podemos
encontrar todo tipo de animales, hombres vendiendo vacas, niños vendiendo
ovejas culonas, muy culonas y que jamás había visto antes. Caballos que se
venden y se compran, incluso algunos que solo vienen aquí para herrar a sus equinos.
Así es
la vida kirguisa, una vida nómada y de pastoreo, y aquí perdido varios
occidentales mezclados entre ellos, gente sencilla y humilde en este remoto
rincón de Asia central.
No solamente se venden y compran
animales, sino que también en varios tenderetes, todo tipo de accesorios para
los mismos.
Hora
de partir para nuestro alojamiento, recoger las mochilas y seguir nuestro viaje
hacia Tong, haciendo una parada primero en Seven Bulls Rock. Pero antes toca
negociar con varios taxistas para que nos lleven hasta nuestro hostel.
Seven Bulls Rock
Ya con todo preparado contactamos con
unas minivan oficiales con dirección a Bisket, negociamos el precio para
hacernos una parada en Seven Bulls Rock a solo 30 kilómetros de karakol.
El jeti-Ögüz
Rocks es un área geológica protegida (Monumento Natural) que se estableció como
formación geológica única en 1975 con el propósito de conservarla, con acantilados
escarpados compuestos de conglomerados rojos del Terciario.
El nombre
deriva del parecido de la formación rocosa con siete toros y una leyenda sobre
la esposa infiel de un khan (máximo
gobernante turco-mongol).
Seguimos nuestra marcha hacia
Bokonbayevo y junto a esta, la cercana localidad de Tong, en la misma orilla
del lago Issyk Kul, por delante tenemos 130 kilómetros y teniendo en cuenta que
la carretera está en obra, tardaremos más de tres horas en llegar.
Llegamos a nuestro alojamiento, un
campamento de yurtas, al estilo camping en España. Un bonito lugar junto al
lago Issyk kul. Repartimos las yurtas en donde íbamos a dormir y a pasear un
poco por la zona.
Este lugar está regentado por una
familia kirguisa, en donde los crío corretean entre las yurtas jugueteando como
cualquier niño del mundo. Y la abuela, allí bajo el sombrado de una yurta, y a
la que me acerco para poder sacarle una imagen.
La familia tiene también un pequeño
taller en donde confeccionan detalles para los viajeros que se quedan por aquí.
Tras un buen
duchazo y quedarnos en ropa casi de verano (hace bastante calor) y guardar ya
la de montaña, partimos hacia Bokanboyevo en donde comeríamos y después, en un
principio teníamos contratado una exhibición de águilas de caza.
Al estar
este lugar apartado de todo (está en medio de la nada) gestionamos varios taxis
para desplazarnos al cercano pueblo que estaba a unos 8 kilómetros.
Buena comida a base de cordero y de
platos típicos de la zona y varias cervezas que pudimos traer de una tienda que
estaba en la zona comercial, y que es bastante fácil de conseguir, a pesar de
ser un país musulmán, incluso en algunos restaurantes la sirven.
Y de nuevo regresamos a nuestro
alojamiento para disfrutar de la exhibición de cetrería...
Junto a nuestro
campamento y en pleno campo abierto con el fondo de las montañas nevadas,
presenciaremos como el águila ya adiestrada vuela en busca de la carne…
Cazar con
águilas es una costumbre muy arraigada en algunos países de Asia Central, como
en este caso es Kirguistán, y aquí junto al lago Issyk Kul, sin dudas es el
mejor.
Una
pareja compuesta por un hombre y un águila que se encuentran sumamente
conectados entre sí y funcionan como un equipo perfecto a la hora de conseguir
comida en forma de libres, zorros, linces, y otros.
Berkushi son
los kirguisis que cazan con las águilas, una tradición que se mantiene a día de
hoy para mantener el legado cultural de los pueblos nómadas.
El que tiene el águila es considerado
como una especie de héroe cuyo rol se transmite de generación en generación.
Hace tiempo la vida en Kirguistán era
completamente nómada, y su población empezó a utilizar esta forma de cazar
porque les parecía una forma de cazar más amigable con el ecosistema, evitando
de este modo utilizar armas.
Al águila le tapan los ojos con un casco para que esté más tranquilo y no esté permanentemente en estado de alerta, quitándoselo cuando va a casar.
Como curiosidad, estos animales
suelen vivir 40 años, pero a los 20 años las sueltan para que vivan los últimos
años en libertad. Dicen que durante los primeros años de libertad el águila sigue
volviendo a su “hogar humano”.
Tras la exhibición, varios compañeros
pudimos montar en el caballo y poder sostener el águila, pudiendo girar el
brazo hacia atrás y el águila alza las alas como si quisiera volar. ¡Bonita
experiencia!
Tras casi hora y media presenciando
la exhibición de cetrería, damos un paseo hasta la misma orilla del lago, que lo
tenemos a unos escasos cientos de metros.
Lago Issyk-Kul
Este lago es el segundo lago de montaña
más grande del mundo, detrás del lago Titicaca. Se encuentra a una altitud de
1607 metros de altitud y alcanza 668 metros de profundidad. Tiene una longitud
de 182 kilómetros y una anchura de 60 kilómetros.
Es una
inmensidad de lago, de hecho, cuando lo vemos da la sensación de estar en pleno
mar. No llega a alcanzarse con la vista la otra orilla.
La orilla
sur del lago está dominada por la escarpada y hermosa cordillera del Tian Chan,
con las montañas más altas del país, superando los 7000 metros de altura.
Como
curiosidad y aunque parezca increíble, aquí desembocan 118 ríos y arroyos,
siendo el más grande el Jyrgalang y el Tüp. Este lago se alimenta de
manantiales y del deshielo.
El día se va apagando y da paso a la
noche, pero antes contemplaremos un bello atardecer con los últimos rayos del
sol, escondiéndose en el horizonte, allá a lo lejos, en la otra orilla del lago
Issyk Kul.
Y en este momento me viene una frase
a la mente y que en muchas ocasiones quiero hacer mía:
“los viajes son como los
atardeceres, si esperas demasiado te lo pierdes”
Día 10. Tong-Biskek Dormir en Biskek Koisha hotel
Último día en Kirguistán. Salimos
temprano para aprovechar el día en la capital del país, por delante tenemos 270
kilómetros y gran parte del trayecto con la carretera arreglándose con lo que
las cinco horas no hay quien nos la quite.
Llegamos a nuestro hostel (por cierto
está muy bien, céntrico y buena ubicación) y como todavía no podíamos utilizar
las habitaciones dejamos las mochilas guardadas y a descubrir la capital de
Biskek.
Bishket es una gran capital y tiene en torno
a un millón de habitantes estando a una altitud de unos 800 metros. Se
encuentra situada en el Valle del río Chu, al pie de los montes Kirguises y a
muy poca distancia de la Frontera con Kazajistán.
Lo primero que haremos es visitar el
bazar Osh Bazaar que le tenemos aquí
muy cerca, a 10 minutos. Los bazares son siempre el lugar perfecto para ver la
cotidianidad de un pueblo y su cultura, así que allá vamos…
La fragancia del lipeshka, el pan recién
horneado en una arcilla cilíndrica, nos adentra a este mundillo y que tanto
siempre me ha atraído, en donde se pueden inmortalizar muchas imágenes del
quehacer diario de la población kirguisa.
La algarabía de este mercado bazar es
el que corresponde a cualquiera de este tipo en Asia central, pero no parece
serlo menos en el orden. Nada que ver con otros en donde los empujones y gritos
por parte de los comerciantes es lo habitual. Nuestro deambular por aquí parece
bastante discreto.
Prácticamente todo el personal que
vemos por aquí son autóctonos, no vemos muchos viajeros. Está claro que a
diferencia de otros mercados de este tipo el reclamo es menor.
Además de las tiendas de comidas:
frutas, verduras, dulces…hay otras que nos sorprende más, en donde venden los
curiosos sombreros que resulta ser algo así como la prenda nacional para los
kirguisis varones. Muchos de ellos lo siguen llevando este Ak-apak, no
solamente los mayores sino también los jóvenes. Muestra de la cultura kirgui
Salimos
del bazar y nos dirigimos hacia la zona de las universidades, el epicentro de
la ciudad en donde se encuentra la plaza Ala-Too.
La plaza de Ala-Too es el corazón de
la ciudad de Bishkek, es una enorme extensión con una fuente central adornada
con vistosas flores, junto a varias de las universidades.
Esta plaza fue construida en 1984
para celebrar el 60 aniversario de la RSS de Kirguistán, y más soviética no
puede ser.
Esta plaza solía tener una estatua de
Lenin que posteriormente fue reemplazada por uno de los Manas, el emblema del
país.
Cruzando la avenida Chui destaca la estatua del omnipresente Manas montando a caballo y muy cerquita de él, la bandera de Kirguistán a 45 metros del suelo.
La plaza está llena de fuentes y se
utiliza para eventos masivos y celebraciones. Incluso debajo de esta plaza hay
unos bunkers que quedaron de la época fría, aunque se pueden visitar, nosotros
no lo hicimos.
Manás es un poema épico del pueblo kirguís
y el nombre su héroe épico. El poema que es veinte veces más largo que la
Odisea de Homero, cuenta la historia patriota de Manás y de sus descendientes,
quienes pelearon contra los uigures en el siglo IX.
Se dice que Manás nació en las montañas de Ala Too en la provincia de Talas al
noroeste de Kirguistán, y se cree que un mausoleo que se encuentra a 60 km al
este de Talas contiene sus restos.
En el año 2009, el Manás fue inscrito en la lista
representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco
a propuesta de China.
Seguimos avanzando, y para ello
llevamos a Sam, (recordamos, el guía que tuvimos en
las rutas de caballo en Kyzar y Kilemche) que nos está haciendo de guía. Eso está bien, porque así vamos a
tiro hecho a los lugares más interesantes sin perder mucho tiempo.
Él es profesor de inglés y en nuestro
paseo nos acercó a la escuela en donde daba clases, y allí nos presentó a
varios compañeros, que como es natural no entendimos nada, hablaban en kirgui.
En nuestro paseo por la ciudad vemos
muchos puestos callejeros en donde venden una leche fermentada y algo salada
llamado Shoro. Muy popular en Kirguistán. De hecho Sam pidió un vaso y nos dio a
probar. Un sabor extraño para nosotros, pero para ellos debe estar muy buena
porque son muchos los tenderetes que vemos.
Tras seguir paseando por la ciudad y
ver algunos detalles de la misma, como el tipo de transporte, habiendo muchos
trolebuses aún funcionando, tocaba la hora de comer, yendo a un buen
restaurante, donde comimos buena comida kirguisa acompañado de unos mojitos de
fresa.
Una vez que comimos y tras nuestro correspondiente café y trozo de tarta nos trasladamos con dirección a la Gran Mezquita Central del Iman Sarakhsi pero en una de las calles fuimos reclamo para un grupo “viejetes” que estaban celebrando el 50 aniversario de algo. En su fiesta particular nos metimos.
Antes de llegar a la Mezquita Central
paramos en la Plaza de la Victoria para
ver El Memorial de la Segunda Guerra Mundial.
El monumento está dedicado al 40
aniversario de la victoria de las tropas soviéticas sobre los fascistas. Fue
erigido en 1985 en la plaza de la Victoria.
El memorial es externamente un arco que consta de tres líneas arqueadas curvas. La imagen central de la composición es una mujer madre que sostiene con cuidado la copa en sus manos y mira a los lejos, esperando el regreso del campo de batalla de su esposo e hijos.
Gran Mezquita Central del Iman Sarakhsi
La construcción de esta mezquita
comenzó en 2012 y se inauguró en 2018. Fue financiada por la Diyanet turca. Es
una de varias mezquitas financiadas por Turquía en todo el mundo.
Construido en un estilo renacentista otomana mezquita es una de las más grandes de Asia Central, con 7500 metros cuadrados. Tiene capacidad para 30000 fieles.
Construida
con cuatro minaretes de 68 metros de alto, cada uno con tres balcones. Su
diseño se asemeja a la mezquita de Kocatepe en Ankara. Tiene capacidad para
9000 personas en el espacio cerrado.
Junto con los cuartos de plegaria, la
mezquita tiene un gran estacionamiento, salones de clase, un salón de
conferencias para estudios islámicos y un comedor.
Dos enormes candelabros cuelgan de
los domos que han sido decorados con artesanía otomana. La mezquita tiene un
domo de 37 metros de alto. Se utilizó mármol blanco de Turquía para la
construcción.
A continuación dejo toda una serie de
imágenes del interior de la mezquita. Hay que recordar, al igual que siempre,
habrá que descalzarse, y no podemos llegar hasta la zona del mihrab que es
donde los musulmanes están rezando.
Este mihrab es un nicho semicircular
u hornacina en la pared indicando la alquibla, es decir, la dirección de la
Kabba en la Meca hacia donde debe dirigirse la oración musulmana, conociéndose
a esta pared como “pared de la alquibla”
Abandonamos la mezquita y salimos al
exterior. Damos por finalizada la visita a Bishkek. Estamos muy retirados de
nuestro alojamiento, así que Sam contacta con varios taxis para que nos lleve a
nuestro alojamiento. El día ha sido demasiado largo como para andar los más de
cuatro kilómetros que nos separa del alojamiento.
Ahora tocaba una buena ducha, cambio
de ropa y a cenar con unas buenas cervezas, que a la vez será nuestra comida de
despedida de este bello país.
Y pronto para dormir porque a las
2:30 nos sonará el despertador para partir hacia el aeropuerto.
Día 11. Bishkek-Estambul-Madrid-Sevilla Dormir en casa