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martes, 8 de marzo de 2022

Subida al Mulhacen invernal, techo de la península (3482 m) (Marzo/22)

 












Por fin, ahora sí. Aunque con bastante incertidumbre al principio.
A la cuarta va la vencida, tras tres años consecutivos teniendo que suspender esta subida invernal al Mulhacen, a causa de la entrada de varios temporales de nieve y viento del norte.

Estrenamos el mes de marzo, primer fin de semana, y nos vamos a Sierra Nevada. 
Tras debatir durante varios días si suspenderla de nuevo o no, ya que la previsión meteorológica no era buena. La cota de nieve la daba muy baja y se esperaban fuertes nevadas. Además la temperatura en la cumbre del Mulhacen el domingo alcanzaba los -14º.

Aquí las consultas de los días previos...




Así que tras consultas y consultas al refugio de Poqueira, que sería donde pasaríamos la noche, decidimos descartar la posibilidad de partir de Hoya del Portillo (2200 msnm) pista arriba desde Capileira, unos 10 km, ya que supondríamos que no se podría llegar a causa de la nieve caída, ya que la cota de nieve la daba 1500 metros de altitud. En un principio podríamos empezar a subir desde el mismo Capileira. Claro está, todo esto es lo que pensamos estando en Sevilla, pero cuando lleguemos allí ya lo veremos sobre la marcha.

Así que pusimos rumbo hacia esa localidad alpujarreña, ocho compañeros, en primera tanda y otros tres irían algo más tarde. Total de esta expedición invernal, once compañeros del club. 

En los tenderetes de Capileira

Cuando llegamos a Capileira, vimos que la cota de nieve estaba bastante mas alta, así que cogimos la pista que sale al final del pueblo y que nos asciende hasta Hoya del Portillo.


Una vez allí, y sin nada de nieve por la pista, nos cargamos bien las mochilas, y para arriba. Por delante tendremos unos 8,5 kilómetros y 500 metros de desnivel hasta que lleguemos al refugio de Poqueira. Son las 13:30 y estamos a 2200 metros de altitud, y unos 4º de temperatura.


Justo detrás de la caseta del guarda, un cartel  nos marcará el  PR-A-26 del sendero que tendremos que seguir, unos postes y marcas indicativos nos señalizan la ruta... 


Atravesaremos un pinar en un ligero ascenso que nos llevará hasta un cortafuegos en unos 30 minutos...


Unos carteles nos marcaran las distancias correspondientes al refugio de Poqueira y a Hoya del Portillo...


En el camino ya van apareciendo más zonas con nieve, poco a poco vamos ascendiendo en plan tranquilo y sin prisas...Es una suerte que no corra nada de viento, de hecho, las previsiones las dejaban en torno a lo 5-10 km/hora.


Haremos una pequeña parada para tomar algo de refrigerio y unas frutillas, hay que reponer fuerzas...


Un poco más adelante, y siguiendo las indicaciones que nos marcan los postes del PR, unas nubes bajas amenazan con descargar algo de agua, a esta altura sería ya nieve...de momento parece aguantar.



Otra indicación nos marca que cada vez estamos más cerca del refugio...
¡Pues nada, a seguir hacia adelante!


Ahora la temperatura está bajando, nos tenemos que abrigar un poco más, cosa que no hacen un rebaño de cabras salvajes, ellas ya están acostumbradas a estas temperaturas gélidas. 


Ya estamos cerca del refugio, a algo más de un kilómetro, ahora nos tocaba saltar con mucha precaución un pequeño arroyo que parcialmente estaba helado.


Y en un movimiento de ir y venir de las nubes, allá al fondo, ya vemos las siluetas del refugio de Poqueira, inmenso, se distingue cuando nos vamos acercando. 



Tocaba inmortalizarnos antes de llegar, estamos el primer grupo, Pedro es el que echa la foto.



¡Y llegamos, son las 17 horas!
Algo más de tres horas de caminata en plan tranquilo y disfrutando. En esta ocasión, sabíamos que no teníamos prisa, por delante quedaba toda la tarde para estar en el refugio, hasta las siete de la tarde que nos pondrían la cena.


Este refugio está ubicado a una altura de 2500 metros de altitud, en la ladera sur de Sierra Nevada, sobre el barranco de Poqueira, en la margen izquierda del río Mulhacen, encima de la confluencia de este río con río Seco en la Hoya de Peñón Negro.


En este refugio, al igual que otros tantos de alta montaña, es el lugar ideal para pernoctar, cuando el plan de ruta sabemos que no va a ser corto, y este fue nuestro caso.


Perfectamente equipado, con varias habitaciones de distintos tamaños y varias literas.
Un enorme comedor, buena cocina y un excelente ambiente montañero.
Ya teníamos la reserva para los once compañeros de esta ruta, 37 €, dormir, cenar y desayunar para los federados, que es nuestro caso.


Poco antes de la cena, vemos desde una de las ventanas del refugio como de forma intensa empieza a nevar. Había que salir y disfrutar un poco de la nieve, y de paso hacer el ganso.



A las siete de la tarde, hora de la cena: sopa tipo puchero, ensalada de pasta y muslos de pollo, y de postre, natillas.
¡Que harta de comer!


A todo esto, estábamos en contacto con los otros tres compañeros que venían de camino; Ana Mari, Jesús y Alejandro. En varias ocasiones intentamos contactar con ellos, pero la cobertura fallaba. 
¡Ahora sí!
Por fin, ya nos indican por donde van, todavía les queda la mitad de camino, cuando a esa hora empieza a nevar fuertemente, y la noche amenaza con acercarse.
Ya a las ocho de la tarde y totalmente de noche aparecieron por las puertas del refugio. 
¡Perfecto, todo bien, a comer!


Ahora tocaba hacer tiempo antes de ir a dormir: charlas, juegos y muchas risas...

Pero antes pudimos comprobar las condiciones meteorológicas para la ascensión del Mulhacen al día siguiente. Nada de viento, y se había abierto una ventana de unas cuatro horas de sol, totalmente despejado. ¡perfecto, ese sería nuestro margen para subir!

Hora de ir a la cama, 22:30. A intentar descansar...

Domingo

A las siete habíamos puesto el despertador para desayunar a las siete y media y empezar a andar a las ocho. Yo pasadas las cinco y media ya esta en planta, muchas horas para dormir yendo a la cama tan temprano. Pedro también bajo antes, así que a las siete ya estábamos desayunando un copioso y abundante desayuno.

Toda la noche estuvo nevando, con lo que todo el monte estaba totalmente cubierto de nieve con un buen manto y altura en algunas zonas.

Empezamos a andar. La temperatura ronda los -2º C. Son las 8:15.
Por delante tendremos un día largo y duro, muy duro, teniendo que pisar durante todo el recorrido una gran capa de nieve, que por cierto, nada de hielo, siempre nieve, eso ya fue una gran ventaja.
En el refugio dejamos todo aquello que no necesitaríamos para la ascensión, a la vuelta lo recogimos.


La ruta que tenemos por delante hasta que lleguemos a los coches serán de unas trece horas, unos 25 kilómetros y unos 1700 metros de desnivel acumulado. 


Nos dirigimos hasta el cauce del río Mulhacen, y desde ahí empezaremos a subir fuertemente...


A estas horas de la mañana, el frío por esta zona umbría era intenso, las manos heladas a pesar de llevar buenos guantes. En mi caso, tenía que quitármelo para poder fotografiar durante el recorrido.


En algunas zonas cercana al río, había que prestar mucha atención y no rodar hacia abajo...


Algunas zonas por aquí si estaban heladas, combinadas con otras de nieve, y la peor, donde se intercalaban pequeñas capas de hielo entre las rocas...


No hay otra, hay que seguir y cada uno a su ritmo...poco a poco.



Por fin abandonamos la umbría y salimos al sol. Avanzamos con dirección hacia la zona de la Caldera, todavía queda bastante desnivel...


El sol poco a poco nos va calentando...y aprovechamos para hacer un reagrupamiento e inmortalizarnos con unas fotillos...



Ya casi estamos en la pista que accede al refugio de la Caldera, hemos ascendido unos 500 metros...






Y ahora viene lo peor, el tramo más duro, y con diferencia, otros 500 metros de desnivel entre los 3000 y 3500 metros aproximadamente. Allá abajo dejamos la laguna y el refugio vivac de la Caldera. 


Aquí cada uno tiene que seguir su ritmo, no puede forzar. Si fuerza, casca a mitad de camino.


Yo, son muchas las veces que lo he subido, y siempre me agota este tramo, noto la altura, así que poco a poco, y más con la cantidad de nieve que tenemos por delante...
Y menos mal que no esta helado, porque si no piolet, crampones y casco...


Nuestro grupo se va distanciando y cada uno sube a su ritmo. Por delante van los que avanzan más rápidamente, por detrás nos quedamos Pepi, Víctor y yo, Sander un poco más arriba, que poco a poco nos unimos a otro grupito que también llevan un ritmo lento, haciendo muchas paradas y dando oxígeno a esta fuerte subida.


De vez en cuando echo la mirada hacia atrás y veo a Victor solo, ante esta majestuosa inmensidad de montañas...
¡Que espectacular resulta todo esto!


Las nubes corretean de aquí para allá, como si quisieran bailar al son de nuestra fatigada subida... 


Y ya en el último tramo, por fin llegamos.
Han sido solo 5,100 km y para ello hemos tardado casi las cinco horas en alcanzar la cumbre del Mulhacen, que con sus 3482 metros de altitud, es la más alta de Sierra Nevada y de la península. 
El desnivel subido rondan los 1000 metros.


De los once compañeros que íbamos, solo cuatro era la primera vez que lo subían.
 ¡Enhorabuena por ellos!.
 Yo intento recordar que sería mi séptima vez, pero sin lugar a dudas, esta ha sido una bella subida.


Un poco de disfrute, de las vistas cuando las nubes nos lo permitían y a calzarnos los crampones...




Y para abajo, por la loma, buscando el vértice del Mulhacen II


Tal como indicaba el pronóstico del tiempo, las nubes fueron nuestra fiel acompañante durante mucho tiempo en la bajada. Teníamos que ir muy pegados, ya que la visibilidad era muy escasa.


Seguía habiendo mucha cantidad de nieve y nada de hielo, con lo que al menos yo, le dije adiós a los crampones y fueron a parar a la mochila.



Y así seguimos avanzando hasta que alcanzamos el Mulhacen II (3360 msnm) y aproveché para inmortalizar a mis compañeros alzando sus bastones y sus piolets con gran alegría por el día que se estaba disfrutando.


Al poco, y siguiendo el track y la intuición y experiencia montañera por esta zona, el grupo se dividió en dos, por una parte Manuel y Víctor siguiendo el track, que aunque era más corto hasta llegar al refugio, el desnivel era mucho más pronunciado, y que con estas condiciones de nieve, quizás podría ser más peligroso. El resto seguimos camino abajo, que aunque mas largo, el desnivel se bajaba de forma más progresivo hasta llegar a la confluencia de los caminos que por una parte iría hasta Hoya del Portillo, Alto del Chorrillo y el refugio de Poqueira. 


Tras una buena caminata, ya vimos el gran hito que se encuentra por encima de esta confluencia de los caminos mencionados anteriormente...


Y ya, a poco más de un kilómetro, de nuevo en el refugio.
Una vez allí, ya hacia unos diez minutos que llegaron Manuel y Víctor, y tal como nos pudieron comentar, fue dura la bajada, por el gran desnivel. El nuestro, fue más progresivo, aunque hicimos casi cuatro kilómetros más. 


Eran casi las cinco de la tarde, y nueve horas de caminata.
Tocaba descansar un poco, picar algo y preparar de nuevo las mochilas, ya con todo lo que dejamos en el refugio, y 45 minutos después pusimos rumbo hacia Hoya del Portillo


Allá vamos, cansados, así que poco a poco, aunque ya intuimos que la noche nos caería...


Las nubes negras, muy negras amenazaban con descargar sobre nuestras cabezas. Poco a poco subían, deslizándose por las laderas...


Parece que están retenidas allá abajo...formando bellas imágenes, que como es natural, tengo que inmortalizar para el recuerdo.


Nos empieza a nevar ligeramente. Hay que darse prisa y llegar lo antes posible a los coches...


El cielo cada vez más negro, ya no solamente por las amenazantes nubes, sino también porque la noche estaba a punto de caer... 


Y llegó, cuando todavía faltaban un par de kilómetros por alcanzar nuestro destino. Hora de sacar los frontales y a iluminar el obscuro sendero que nos llevaría hasta Hoya del Portillo. 



Son las 20:45 de la noche, por fin, aquí estamos.
Vemos como aquí también ha llegado la nevada. Los coches y el camino aún tienen restos de nieve.
Esperemos que la pista hacia abajo no tenga mucho hielo...


Un espectacular fin de semana de montañas, de nieve, de aventura, de incertidumbre, de experiencias y de una estupenda compañía.

Pero todavía no hemos terminado, tenemos que llegar a Sevilla, otra peonada hasta que lleguemos.
Esto es lo que hay cuando queremos disfrutar de las montañas, y de sus paisajes...

Es la 1:50 A.M llegamos...

Hasta la próxima, que seguro, será muy, pero que muy pronto.