Hoy domingo 6 de Junio de 2009, nos vamos A Sierra nevada. Nueve compañeros del club:Julio,Rafael,Juan Angel, Chema, Carmen, Rosa, Antonio, y Paco e Irene que hicieron de coordinadores. Allí en la montaña, se uniría a nosotros Victor.
Partimos a las 5,30 h hacia Trevelez (1500 m), a las 10,30 iniciaremos la ruta de fin de semana. Ya en el pueblo dejamos los coches, y nos dirigimos hacia la parte alta del pueblo, donde nos encontramos con un poste indicándonos dirección a Siete lagunas y el Mulhacen.
El camino bien marcado y señalizado se va alzando fuertemente, en el que hay que superar distintos desniveles. Durante el camino, atravesamos unas acequias y varios torrentes y chorreras de agua (este año el deshielo está siendo abundante). Con dirección hacia el río culo Perro.
Poco a poco vamos ascendiendo, y en la primera hora ya hemos superado los 400 m de desnivel. A nuestras espaldas le decimos “adios” a Trevelez .
Las mochilas bien cargadas con todo lo necesario para pernoctar bajo las estrellas, hace que el ritmo baje en la segunda hora. Habíamos subido solo 300 m. Rosa, aquí se siente fatigada, y le cuesta subir, tenemos que parar para reponer líquidos, el mal de altura, y la falta de oxígeno se ceba con los cuerpos.
Sobre las 13,30 h estábamos en el cortijo de las Campiñuelas (2400 m). Las vistas frente anosotros empiezan a ser impactantes. El Alcazaba preside esta inmensidad cargado con
bastante nieve todavía. En esta zona grandes neveros salpicados por el suelo hacen de abrigo para muchos torrentes de agua.
Por el sendero nos dirigimos hasta en Vertedero (2550 m y las 14,15 h) después de atravesar varios neveros. En este lugar el agua cae con gran fuerza formando varias cascadas, a lo lejos las chorreras negras sorprenden en la lejanía. Aunque el camino se puede proseguir por el cauce derecho del
río Culo perro, nosotros atravesamos un pequeño puentecillo derruido, y empezamos a subir por la loma de la parte derecha del cauce.
El desnivel es muy fuerte, y Julio se encuentra mal. El grupo de divide en dos, por delante varios compañeros, y detrás junto a la recuperación de Julio; Irene, Rosa, Rafael y yo. No puede subir
más, se encuentra abatido. Así que decidimos parar a comer y reponer fuerzas (15 h y 2700 m).
Del otro grupo no sabemos nada (trás casi una hora). Pero ¡atención!, allí arriba en las chorreras negras alguién nos hace señales, era nuestro grupo. Con esfuerzo contactamos con ellos por el
móvil, y le comentamos que Julio no sube. Al poco Paco y Juan Angel bajan velozmente para
echar una mano. Paco, gustosamente le sube la mochila, y poco a poco vamos subiendo hasta cerca de las chorreras negras y la laguna hondera (2890 m, 16,30 h). Aquí nos reagrupamos
todos para descansar. Yo no conocía siete lagunas, así que me dirigí hacia ellas para visitar este espectacular circo. En media hora estaba de vuelta.
Sobre las 17 h emprendemos la marcha hacia el conocido como “Yunque”. Una roca de grandes dimensiones con una forma similar. Unas pequeñas nubecillas se adentran hacia nosotros,
dejando por momentos de ver dicha roca. El tiempo está fresquito, el aire amenaza lluvia.
A pocos metros, en la otra vertiente un pequeño circo, con la laguna del Goterón y las calderetas, y sus correspondientes grandes chorreras.de agua. Aquí la bajada (unos 200 m de desnivel ) es
algo delicada, ya que el terreno es inestable, y cada vez que apoyamos el pie nos deslizamos hacia abajo.
Como era previsible, ya empezó a llover. El lugar es espectacular, salvaje, solitario.
Las nubes cubren parcialmente los borreguiles, que en muchas zonas verdean, y en otras, grandes neveros abrigan los arroyuelos.
Sobre las 19,30 me meto en la tienda, me encuentro mal, muy cansado, estoy fatigado.
Trás una hora, la cabeza me da vueltas, el estómago revuelto, y llegó lo inevitable y a su vez esperable....... !Ahora me encuentro mejor¡
Aquí poco se puede hacer, el frío se acentúa, las temperaturas bajan bruscamente. Poco antes de la media noche, varias ráfagas de viento azotan fuertemente las tiendas, al poco una gran granizada salpica el lugar durante más de dos horas.
Siete de la mañana, hora de despertar. Los primeros rayos impactan sobre la mole del Alcazaba, desprendiendo un bonito color.
A las 9,30 h partimos para ascender a la cumbre del Puntal de Vacares (3145 m). Tomamos dirección (Sur), por una pronunciada loma hasta alcanzar unos grandes cortados (a esta hora de
la mañana, nos cuesta subir). Allí arriba ya vemos la cumbre solo tenemos que trepar por estas enormes rocas hasta alcanzar nuestro objetivo.
Son las 10,45 h, en poco más de una hora hemos superado estos 450 m.
Las vistas aquí son impresionantes: El Alcazaba, Puntal de la Caldera, y a lo lejos Los Machos y el Veleta, bajo nuestros pies la laguna de Vacares medio helada.
Tras 45 minutos de disfrutar de las vistas, tiramos hacia abajo, hacia la laguna, pero ¿por donde?. Estaba complicado, así que con muchísimo cuidado nos abrimos paso entre grandes cortados,
donde además habían varios neveros adosados.
A las 12,30 ya estábamos en la laguna. Ahora, con mapa en mano miramos la dirección que debemos tomar para el refugio del Horcajo. Después de un gran trayecto y una buena vuelta
esquivando el barranco llegamos al refugio (2000 m), que desde mucho tiempo atrás y muchos
kilómetros se está divisando junto a la orilla del río Trevelez, los restos del cortijo, y poco más arriba el regugio. Son las 15 horas, hora de comer, en un agradable “porche-jardincito”
sombreado del refugio.
A la 16 h partimos hacia Trevelez por el río del mismo nombre, donde el sendero ya está marcado perfectamente, y el cual cruza el río en un par de ocasiones por unos puentes. Unos 12 km será este último trayecto, por donde el agua en muchas ocasiones invade el camino. El ruido del agua ensordece en su bajada brusca y furiosa. Junto a nosotros es inseparable hasta
Trevelez. 19,30 h, ya hemos llegado. Cansado, si, muy cansado, pero muy satisfecho de esta espectacular ruta, donde durante 18 horas de marcha hemos podido disfrutar de nuevo de bellos rincones de esta Sierra, de Sierra Nevada.