El Parque Nacional de Cabañeros se encuentra situado en los Montes de Toledo, al noroeste de la provincia de Ciudad Real, ocupando también una zona del suroeste de la provincia de Toledo. limitado por los ríos Estena y Bullaque, abarcando los macizos del Chorrito y el Rocigalgo. En 1995 fue declarado Parque Nacional.
Dentro del parque podemos realizar varias rutas.
http://www.magrama.gob.es/es/red-parques-nacionales/nuestros-parques/cabaneros/
1)
Ruta del boquerón de Estena. Esta la realicé en en abril/08, es una ruta corta que transcurre por el río Estena y que dura aproximadamente 2-3 horas.
Ya son las 13,30 y nos vamos a
realizar la ruta del boquerón de Estena,
dentro del parque nacional de cabañeros. Para ello nos situamos en la localidad
de Navas de Estena. Aquí nos indica, mediante unas flechas la ruta a seguir.
Avanzamos por una pista durante un kilómetro, y al final en un pequeño
aparcamiento techado dejamos el coche.
Ya son las 14,30, de este modo
antes de empezar la ruta comimos en la orilla de un arroyo, justo donde se
encuentra un cartel que nos indica la
entrada al parque nacional de Cabañeros.
La ruta es fácil, de un par de
horas y media, y unos seis kilómetro. Avanzaremos junto al cauce de río Estena.
El Boquerón es un paraje
excepcional donde se reúnen gran cantidad de elementos naturales, pudiéndose
observar prácticamente todos los estratos geológicos de la Era Primaria, con
sus fósiles característicos y casi todas las especies vegetales y animales, incluidas
las más raras. El nombre Boquerón deriva de "boquera", y hace
referencia al profundo estrechamiento que ha labrado el río Estena, gracias a
su gran fuerza erosiva procedente del gran desnivel que salva desde su
nacimiento.
Texto original sacado de la guía
oficial del parque, y que lo he incluido, porque me parece de vital importancia
desde el punto de vista geológico y morfológico:
“”Continuamos al lado del arroyo, ahora por su margen
izquierda, poblado de fresnos, zarzas, juncos churreros y algunos brezos
coloraos, viendo grandes afloramientos de pizarras al otro lado del arroyo. Al
fondo asoman los impresionantes estratos cuarcíticos del Boquerón del Estena,
cortados por el río desde la base hasta la cumbre de la sierra. Madreselvas y
espinos crecen al lado del camino mientras el águila culebrera nos sobrevuela.
Los estratos geológicos van siendo más antiguos conforme descendemos. En el
Boquerón destacan los gruesos mantos de cuarcita armoricana del Ordovícico
(Areginiense), junto a otras capas de areniscas y conglomerados dispuestos
sobre los más modernos del Cámbrico que veremos más abajo.
Un poco antes de llegar a Las Torres (dos grandes picachos
de cuarcitas montmorilloníticas, resto de una antigua falla) el arroyo del
Chorrillo se une al río Estena. Este es un lugar óptimo para observar la flora
rupícola: líquenes, helechos de roca, clavenillas y dedaleras, entre otras.
Como el camino queda por encima del río, veremos pasar como un rayo de color
azul verdoso al martín pescador. Robles y fresnos crecen en la ladera por
encima del camino, mientras por debajo veremos algunos tejos y el escaso piorno
(Genista florida). Pasaremos
por una fuente y varias surgencias de agua responsables de la gran humedad de
esta ladera, lo que explica la presencia de estas plantas en lugares que no son
propios para ellas, así como la supervivencia en la zona de tres árboles
relícticos y protegidos en Castilla-La Mancha: el abedul, el acebo y el tejo.
Al llegar a Las Galleleras, otro estrechamiento, la pista se corta en el punto
en que debería estar proyectado otro puente, por lo que deberemos cruzar el río
Estena bajando por una senda.
En las piedras del río veremos con facilidad excrementos de
nutria y en el agua pececillos como el endémico jarabugo y abundantes cangrejos
americanos. Estaremos atentos al vuelo de aves rupícolas como la golondrina
daúrica, el avión roquero y el águila real. Continuando la senda entre estratos
de cuarcitas (areniscas y conglomerados de Arenigiense basal), con su
particular flora rupícola y numerosos piornos (Cytissus striatus), se sube al carreterín que está medio hundido
en algunos puntos, teniendo que sortearlos con habilidad o bajarnos si vamos en
bicicleta. En la ladera que ahora tenemos al otro lado del río podremos
observar buenos rodales de tejos y, poniendo atención, veremos una mancha de
abedules entre unos crestones cuarcíticos a media ladera que destacan por su
tronco blanquecino. Algo más adelante, frente a un quejigo cubierto de yedra,
veremos un gran acebo junto a un tejo, siempre en la otra ladera. La ribera
está poblada de fresnos y sauces, en general de pequeño tamaño.
En la gran pedriza que divisamos tras cruzar el segundo
hundimiento del camino sorprende la abundancia de fresnos, respondiendo a la
humedad existente bajo el suelo. La vegetación de la ladera en que estamos son
encinares con algún alcornoque y robles sueltos. En esta zona, a unos 250
metros antes de llegar al arroyo del Maillo, se aprecia claramente la
discordancia entre los estratos ordovícicos inclinados (capas intermedias de
cuarcitas) y las areniscas del Azorejo del Cámbrico que se situan por debajo
totalmente verticales. Esta discordancia nos indica que existió un plegamiento
y una fase de fuerte erosión previa al depósito de los materiales ordovícicos.
Estas areniscas poseen claras marcas de oleaje y abundantes huellas dejadas
presumiblemente por los extintos trilobites.
Al llegar a las vallas de una finca particular podemos
seguir río abajo y adentrarnos más aún en el Parque Nacional, o darnos la vuelta
hasta llegar de nuevo a las torres.””
2)
Subida al Rocigalgo, del Chorro y la Chorrera chica: siete horas haciendo la ruta completa. Realizada en Abril/08 y Noviembre/15
Subida al Rocigalgo Abril/08
http://antonio-bueno-todosmisviajes.blogspot.com/2008/12/subida-al-rocigalgo-techo-de-toledo.html
3)
Valle del Alcornocal y de la gargantilla: 4 horas haciendo la ruta completa circular.