Al igual que el año pasado, los cuatro compañeros que estamos en el proyecto de acabar con todas las ferratas de Andalucía; este año, de nuevo nos pegaremos una escapada de cuatro días.
Ahí estamos. Pepi, Víctor, Miguel Ángel y yo, Antonio.
La idea es combinar algunas vías de ferratas con otras rutas de barranco. A saber, este es el plan:
Día 1-Ferratas de falla del Camorro y el Tajo del Reloj, ambas en Cuevas de San Marcos (Málaga).
Día 2- ferratas de Almería: Barranco de Carcauz en Vícar y La Estrechura de Guainos en Adra.
Día 3-Barranco de Lentegí, entre Otívar y Lentegí (Granada).
Día 4-Integral de Río Verde, Otívar (Granada).
Para poder realizar estas rutas, localizamos un punto intermedio donde dormir, este fue Frigiliana, a solo cinco kilómetros de Nerja. Un apartamento que nos dio el avío, 261 € en total por las tres noches; dicho sea de paso, uno de los pueblos más bonitos de Andalucía.
Día 1-Ferratas de falla del Camorro y el Tajo del Reloj, ambas en Cuevas de San Marcos (Málaga)
Pues allá vamos, empezamos. A las 7:15 quedamos. Desayuno por el camino y dirección a Cuevas San Marcos, nuestro primer destino. La idea era, realizar la nueva vía ferrata, El Tajo del Reloj que se ha inaugurado hace algunos meses, pero como a Miguel Ángel le faltaba (para que todos tuviéramos las mismas ferratas ya hechas) la de fallas del Camorro, primero hicimos esta ya que las dos están juntas.
En esta primera, puesto que ya la hicimos, no me detendré en dar detalles, solo pondré un par de fotos, para si detenerme en la descripción de la segunda El Tajo del Reloj.
Dejo aquí la reseña de la primera:
Estamos situados en el Mirador de Cuevas San Marcos
(de aquí parte también la segunda vía, después daré más detalles).
Una vez finalizada esta vía, con bastante calor (y tras casi una hora en hacerla), empezamos a crestear (ya la conocíamos de otras dos ocasiones) intentando localizar donde terminaba la ferrata del Tajo del Reloj, no había todavía reseña alguna de esta vía. Solo una referencia de la pared.
Tras unos 20' cresteando, poniendo siempre la dirección hacia el paredón...
Ya pudimos ver los cables de los puentes de monos y el tibetano, junto con las grapas y el cable de vida. Hacia allá nos acercamos...
Buscando desesperadamente un poco de sombra (el sol está castigando) dimos con la puerta en la alambrada (ya la conocíamos). Aquí termina la ferrata.
Ahora teníamos el siguiente dilema: bajar y hacerla desde el principio (era un palizón) como debe ser, o intentarlo hacer desde arriba, pero sin saber si realmente lo podríamos conseguir (aunque ya teníamos experiencia de bajadas en ferratas).
Lo vamos a intentar...Me pongo en la cabeza y empezamos a bajar. Aunque queda pendiente venir otra vez y hacerla como se debe de hacer, de abajo hacia arriba.
Las características de la ferrata son las siguientes:
Dificultad: K3
Tiempo de acceso a la vía: 15 minutos
Tiempo de realización: 70 minutos
Tiempo de regreso: 40 minutos
Longitud total del recorrido: 250 metros
Desnivel total: 100 metros
Puentes de mono:2
Puentes tibetano:1
Para ir bajando con seguridad, mejor con una baga de la disipadora anclarla a una grapa, y la otra al cable de vida o a la grapa inferior de la anterior, y de este modo lo iremos haciendo para bajar con mayor fluidez y seguridad.
Una vez todos dispuestos, empezamos la vía. Lo primero que nos encontramos es un puente tibetano que pasamos sin mayor dificultad.
Una vez superado, viene la primera vertical, que sin zona desplomada, todos lo vamos bajando.
Yo, al ir el primero, me estaba quedando con la película de los distintos "pasos" por si tuviésemos que tirar para atrás...de momento la cosa va bien, aunque con muchísimo calor. En esta pared parece que nos vamos a freír.
Y llegamos al primer puente de monos bastante largo y muy pegado a la pared. Mejor hacerlo por el interior, los cables están un poco combados...
Lo vamos pasando, inmortalizando el momento...
Y de nuevo llegamos a otra vertical. Son varias las bajadas verticales con travesías horizontales, varias de ellas atravesadas por los puentes de monos, otras, hay que ir con cuidado ya que nos tendremos que ayudar con los pies apoyando en la roca, puesto que no hay grapa instalada.
Se está haciendo larga...cuando ya pensamos que la vertical nos bajaría hacia el bosquete que vemos allá abajo, otra travesía horizontal...
Y llegamos al primer puente de monos (en la subida) para nosotros el tercero y último, de no mucha longitud...
Y por fin llegamos a la última vertical bastante larga y ligeramente desplomada, tendremos que mantenerla bien con los brazos, en la bajada...
El calor es insoportable, todo el tiempo encarado al sol que nos ha castigado...
Por seguridad, en el último tramo han instalado las grapas desmontable y con bastante separación (se puede apreciar en la fotografía) para que nadie, no preparado, lo quiera intentar.
Una vez abajo, en el bosquete, un senderillo nos llevara a la senda principal de bajada del cresteo (5 minutos), protegida esta con unos pasamanos (ya lo recordábamos de la otra vez que estuvimos aquí).
Una vez en el sendero, dudamos si era para la derecha o izquierda, echamos mano del google maps (hacia al mirador), estábamos muy cerca, a la derecha.
En cinco minutos llegamos al mirador, en el que se encuentra "Cueva Nueva", a la que en un principio teníamos plan de bajar (Miguel Ángel era el único que no había bajado). Demasiado cansado, fatigado por la calor...pasamos de largo y empezamos a bajar hacia el coche. Miguel Ángel se había quedado rezagado, el motivo fue que se aventuró a bajar a la cueva...
Con bonitas vistas hacia el pantano de Iznájar poco a poco fuimos bajando...
Y ya en el coche, buscando desesperádamente la sombra, mucho líquido, y al pueblo a tomarnos las bien merecidas cervezonas...
Nuestro reloj marcaba, casi las 14:30 horas.
El pueblo estaba de fiesta, así que unas cervezas nos tomamos bajo la carpa en esta terraza.
Con unos chorritos de agua fresca que habían instalado en la carpa, estos nos iban refrescando por fuera y las cervezas por dentro.
¡Esto ya es otra cosa!
Con muchísimo calor, tras improvisar nuestro restaurante particular en la comida de bocatas, partimos hacia Frigiliana.
Una vez allí, buscamos nuestro apartamento.
Si antes hacía calor, ahora es mucho peor. Necesitamos un par de horas de descanso urgente fuera de esta solana. Y eso es lo que hicimos.
Sobre las 20:30 partimos hacia Nerja, que se encuentra a escasos kilómetros...
Unas vueltas por el pueblo, llevándonos hacia el Balcón del Mediterráneo, unas cervezas, y a comer.
De vuelta hacia Frigiliana, que mañana tendremos más.
VÍDEO DE LAS FERRATAS DE SAN MARCOS
Día 2- ferratas de Almería: Barranco de Carcauz en Vícar y La Estrechura de Guainos en Adra.
Hoy tocaba las ferratas de Almería, que aunque son tres, la del "Fondón" la dejaremos para otra escapada, ya que nos pilla muy lejos. Está en la Alpujarra almeriense, haremos las otras dos: Barranco de Carcauz y Estrechuras de Guainos.
Estamos en tierra de muchísimo calor, con lo que partimos bien temprano con dirección Vícar, ya cerca de Almería, para evitar que el calor no nos castigue.
Ferrata Barranco de Carcauz
Nos acercamos al fin del mundo, a un lugar semidesértico, árido, podríamos decir casi inhóspito.
Nos dirigimos hacia las Cantinas de Vícar junto a la A-7, Continuando por la carreterilla que pasa por varios invernaderos desembocamos en una pista de tierra que a través de una rambla y tras unos cuatro kilómetros de recorrido, pasando por una zona de canteras y de tratamientos de residuos, llegamos a un gran invernadero. Aquí aparcaremos el coche.
Solo algún rebaño de cabras, y un burrito que desesperadamente buscaba la sombra, eran nuestros acompañantes en este extraño lugar.
Un senderillo bien señalizado con hitos nos irá marcando el camino a seguir...
Atrás dejamos nuestro invernadero de referencia y la pista por donde hemos subido y aparcado...
Tras haber andado unos 10 minutos nos acercamos a una acequia, que la seguiremos durante algunos cientos de metros...
En la otra parte del barranco podemos ver uno de los acueductos romanos que en su época se construyó, en las mismas faldas de la Sierra de Gádor, llevando agua desde la localidad de Félix
(815 msnm) a Vícar. El acueducto más famoso de la zona es el Acueducto de los 20 Ojos.
El senderillo baja hacia el barranco, dejando atrás la construcción de una pequeña presa.
Siguiendo por el cauce seco del barranco pasamos bajo el Puente de los Poyos, embelleciendo de algún modo esta zona árida.
A nuestra izquierda vemos un cable de vida que nos ayudará para superar una zona rocosa, y sobre todo si el barranco viene cargado de ¡agua!
Y a los pocos metros a la derecha tenemos el inicio de la ferrata.
En total hemos tardado unos 45' en llegar hasta aquí, calculo entre dos y tres kilómetros.
Un cartel nos indica de la responsabilidad a tener en cuenta.
Las características de la ferrata son las siguientes:
Dificultad: K3, con rapel de bajada al final, aunque se puede hacer destrepe si se tiene experiencia.
Tiempo de acceso a la vía: 45 minutos
Tiempo de realización: 110 minutos
Tiempo de regreso: 45 minutos
Longitud total del recorrido: 120 metros
Desnivel total: 65 metros
Desplomes: 1, uno con tendencia hacia la izquierda.
Puente tibetano: 1 de 20 metros
¡Tenemos suerte, haremos la ferrata todo el tiempo en la sombra!
Nos reponemos un poco y para arriba.
Al principio un ligero desplome, que con poco esfuerzo se supera.
Y llega la zona más exigente de esta vía. Un tramo vertical de unos 5-7 metros, extraplomado hacia la izquierda, lo que nos hace mantener el equilibrio buscando apoyo con los pies en las rocas.
En alguna grapa tendremos que colocar la baga de reposo, ya que el esfuerzo se nota puesto que el cuerpo te tira para la izquierda.
Superado este tramo de la pared, tenemos que saltar esquivando una brecha entre las dos paredes...
Una pequeña travesía horizontal, una trepada hacia arriba y llegamos al puente tibetano de unos 20 metros d longitud, que vamos pasando sin mayor dificultad...
La vía ahora nos lleva hacia la izquierda, buscando la pared con cadenas...
Es quizás una de las zonas más bonitas, por la forma de la pared, cóncava hacia su interior...
Hacía tiempo, en algunos reportajes, vídeos y fotos que había visto parecía más difícil, una vez aquí y haberla superado no tiene dificultad, casi.
Se puede superar, agachándose y pasando por su interior, caso de ser una persona baja, o ir tirando de la cadena hacia afuera e ir pasándola...a gusto de cada uno.
Y de nuevo hacia la izquierda algunos metros, llegando a una repisa en donde se podrá preparar para hacer los rápeles en la reunión.
Aquí hay dos opciones de bajada:
-Haciendo los dos rápeles disponibles, bajando unos 70 metros, aunque lo normal es que se haga el primero de unos 35 metros y después se baje a pie con un pequeño destrepe.
-Que se destrepe con mucha precaución, teniendo experiencia, desde un poco antes de llegar a esa repisa.
Al tirar la cuerda no se ve desde arriba hasta donde ha llegado, con lo que, yo, que tampoco estaba demasiado interesado en hacer este rapel, opto por destrepar por la roca hacia abajo, y avisar si la cuerda ha llegado, además así los podía fotografiar desde abajo. Así lo acordamos, de este modo a destrepar con mucho cuidado ya que la zona es muy vertical, y una caída traería fatales consecuencias.
Una vez abajo veo que la cuerda se había enganchado en una roca, con lo que tuve que tirar un poco hacia arriba y desenganchara.
¡Ahí va, ya os podéis tirar...!
Primero lo hace Miguel Ángel...
Después Pepi, y por último Víctor...
¡Inmortalizados están!
Una vez todos abajo, destrepamos por el otro tramo sin mayor dificultad, y de regreso al coche por el mismo camino de ida.
Cogemos el coche, y con el intenso calor que sigue haciendo, ponemos rumbo hacia nuestro siguiente destino, Guainos Altos, buscando antes algo sitio en donde podernos tomar unas cervezas y comer los bocatas, algo que fue difícil...
Ferrata Estrechuras de Guainos
Guainos Alto (interior) y Guainos Bajo (costa) son unas pedanías de la localidad de Adra situada a unos 50 kilómetros de Vícar. Una vez localizada la pequeña carretera que nos acerca a Guainos Alto entre muchos invernaderos, plásticos revoloteando y una zona algo deprimida y descuidada, llegaríamos sobre las cuatro de la tarde, en un clima algo desapacible, como lejos de cualquier parte del mundo, un lugar extraño. Bajamos del coche con el aire acondicionado, y un bofetón de calor notamos en nuestros cuerpos. Nos miramos los cuatro y pensamos:
¡imposible hacer la ferrata a esta hora!, además, nos habíamos quedado casi sin agua. Cogimos el coche y tiramos hacia Guainos Bajo, a unos 5 kilómetros, en el que pasaríamos unas tres horas refrescándonos en el mar.
¡Esto ya es otra cosa!
Un paseo por esta coqueta playa, en donde todos sus bañistas son gente de la zona...contemplando una curiosa parcela repleta de esculturas de conchas, con reivindicaciones y gritos de aquella famosa frase de los años 60; paz, amor y libertad.
Aquí nosotros, para que no se diga que no estuvimos...
Ahora si, son las 18:30 pasadas, no vamos hacer la ferrata.
Una vez que nos situamos en la aldea, bajamos por la única calle del pueblo, con bastante pendiente, en busca de la rambla, que en cinco minutos llegamos.
Aquí nos encontramos a otros dos chavales de Adra que también la iban a hacer. le preguntamos y nos confirmaron que siguiendo esa pista de la rambla, en quince minutos llegamos.
Efectivamente, un cartel ya nos mostraba las características de dicha ferrata con un puente de mono, otro tibetano, una tirolina y un pequeño rapel...
Seguimos avanzando un poco hasta que la pista se adentra en un estrechamiento del barranco, de ahí el nombre de "Estrechuras de Guainos". Incluso tuvimos ocasión de ver una cabra montesa...
Seguimos avanzando por este estrechamiento totalmente seco...
Y a los pocos metros llegamos al inicio de la ferrata, tras andar unos 20' desde que salimos de la aldea...
Las características de la ferrata son las siguientes:
Dificultad: K2, con un pequeño rapel de 5 metros.
Tiempo de acceso a la vía: 20 minutos
Tiempo de realización: 45 minutos
Tiempo de regreso: 20 minutos
Longitud total del recorrido: 145 metros
Desnivel total: 10 metros
Desplomes: 0.
Puentes: uno tibetano de 25 metros y otro de mono de 15 metros
Tirolina: 1 de 30 metros
Es una ferraata facilona y entretenida ya que son varios los elementos instalados, aunque siempre a muy poca altura. unos 10 metros.
Se comienza con una subida vertical que nos accede directamente al puente tibetano de 25 metros...
Una vez superado sin mayor dificultad, andaremos unos metros junto al borde del mismo barranco, pudiendo contemplar la vista de los distintos elementos...
Atravesamos el puente de mono de unos 15 metros...
Y al final del mismo nos encontramos la reunión para realizar el rapel...
Pepi y yo nos damos la vuelta, no hay espacio...
Y quedan Víctor y el otro muchacho en la repisa...
El otro compañero se había tirado y veíamos como a mitad del recorrido le tocaba tirar de brazos, no llegaba hasta el final...
Lo intenta el otro...y más de lo mismo, aunque parece que ha avanzado algo más....
De nosotros, Víctor solamente es el que se tira, Miguel Ángel también da marcha atrás...
Y en el último tramo de la vía con un péndulo de cadena para poder progresar, dimos por finalizada esta entretenida ferrata...
Foto de grupo...y con nuestros compañeros ese día...
Y de vuelta al coche...
Ya en la carretera hicimos una parada en Motril para tomar unas cervezas y picar algo.
Día 3-Barranco de Lentegí, entre Otívar y Lentegí (Granada)
Hoy tocaba ir de barrancos, a uno de los más impactantes de Andalucía, Barranco de Lentegí, con una caída máxima vertical y cascada de agua de 25 metros (casi nada) que tendremos que rapelar.
Eso es lo que nos esperaba, y mucho más.
Víctor, que era el experto se encargó de toda la cuestión técnica y de material, el ya lo había hecho cuando participó en un curso de "monitor de turismo activo y deportes de aventuras".
Como en todas las rutas de barrancos, hay que estar "con coches para arriba y para abajo" ya que entre la cabecera y el final del barranco por carretera suele haber muchos kilómetros.
La gran mayoría de grupos que lo hacen, van con una empresa, y ella es la que se encarga de llevar y recoger a los barranquistas, una vez terminada la ruta.
Para situarnos en el mapa
Nosotros quedamos para hacer "el tranfer" (acercarnos en coche a la cabecera del barranco), con Fernando, el dueño del mesón Los Olivos, en Otívar. 5 €/persona. Una vez finalizada la ruta en el Puente de la Vegueta, solo tendremos que andar un kilómetro hasta llegar a Otivar, en el mesón Los Olivos, que es donde dejamos nuestro coche.
A las 9:30 quedamos para acercarnos a la cabecera del barranco que se encuentra pasado Lentegí, a escasos kilómetros. Subiendo hasta el final del pueblo, seguimos por una pista de tierra durante unos 2,5 kilómetros hasta llegar a la zona en donde nos dejó el coche, cerca del cerro Panderón, en donde se inicia la ruta de Los Brrancones.
Se desciende por un senderillo, conocido como la "Cuesta de la Olla", un antiguo camino de herradura, dejando a nuestra derecha, en la bajada, el barranco del río Guardajamás (normalmente seco), por el que también se podría empezar a realizar algunos rapeles hasta desembocar en el cauce del río Lentegil, que es a donde nosotros nos dirigimos.
Tras una media hora de bajada, llegamos al cauce del río Lentegí, conectando en el último tramo con el barranco de Guardajamás.
Una vez aquí, a colocarnos los neoprenos y a empezar la ruta, son las 10:15 aproximadamente.
Este barranco, se puede considerar como de dificultad media/alta ya que son muchos los rapeles técnicos que hay que descender, y uno de ellos de 25 metros.
Yo no soy experto barranquista, ni tan siquiera llego a ser aprendiz de novato. Era toda una experiencia, solo habíamos hecho cuatro o cinco barrancos anteriormente, pero sin tener esta dificultad, por lo que desde el principio íbamos un poco entensionados, al menos yo.
Tendremos un desnivel de barranco de unos 300 metros, en dos kilómetros, y para ello tardaremos casi cinco horas en realizarlo. Depende un poco de los grupos (hay varios, organizados por empresas) que haya en la ruta, se tardará más o menos.
En cuanto el total de rápeles, hemos contabilizado unos 10, añadiendo algún que otro pequeño tobogán y algún salto. Los dos últimos los evitamos, abandonando ya el barranco por las acequias. Marcado en rojo en el croquis.
Empezamos
En el primer tramo caminaremos por el cauce del río hasta llegar al primer rapel, haciéndonos con el agua, con los neoprenos, algún que otro chapuzón y algo de divertimento en las oquedades que forman las rocas. Hay bastante agua...
Primer rápel
Cuando llegamos al primer rápel, un grupo de empresa formado por unos 10 miembros iban delante, pero al ver que nosotros éramos cuatro, nos hicieron el favor de dejarnos pasar.
Este rapel tiene una caída de unos 6 metros de altura, que pasamos rápido sin mayor dificultad.
Segundo rápel
Tras avanzar un ratillo por el cauce, llegamos al siguiente rapel de unos 7 metros de caída.
En este, pegué un pequeño resbalón...y un pequeño sustillo ...
Tercer rápel
Cuarto rápel
Este otro lo bajaremos directamente como un tobogán...
¡Que divertido!
Quinto rápel
Llegamos a este otro rápel con bastante vegetación a ambos lados de la caída, de unos 8 metros.
Sexto rápel
A partir de aquí, vemos que las paredes del barranco, cada vez más cerca una de la otra. El barranco se está estrechando y encajonando, eso quiere decir que cerca está la famosa caída vertical de 25 metros, con la que, estábamos soñando desde que empezamos la ruta.
Efectivamente, aquí está
Septimo rápel
Nos asomamos...y ya visto desde arriba imponía.
¡Madre mía!
a_de acojonado, a_de acobardado, a_de alucinado...
No hay otra, no hay marcha atrás. O se hace, o se hace...pues adelante. A echarle valor.
Primero bajó Víctor, el de mayor experiencia y desde abajo poder asegurarnos, caso de que la cosa vaya mal. A continuación se tiro Pepi, que ya cuando llegó abajo, pegó un salto de alegría, incluso en el agua. No se lo podía creer.
Y ahora voy yo, con paso firme, seguro y acojonado...
Poquito a poco..
Llegando casi al último tramo hay que pegar un saltito a la derecha para esquivar una oquedad.
Prueba superada, por fin puedo respirar...aunque esto todavía no ha terminado, hay más...pero el peor ya ha pasado...
Y por último baja Miguel Ángel.
Visto desde aquí abajo, impresiona...al igual que desde arriba.
Seguimos, tras hacer una pequeña pausa para picar algo
Avanzamos por la estrechez del barranco, y un tobogán, y otro, y un saltito...
VÍDEO DE LA RUTA
Día 4-Integral de Río Verde, Otívar (Granada).
Al igual que ayer, ponemos rumbo hacia Otívar, pero en este caso seguimos carretera arriba, 3 kilómetros más, desviándonos por el carril que encontramos a la izquierda: "Junta de los ríos", habrá una casetilla de control en donde tendremos que pagar 5 €/persona y 5 €/coche. Importante, se necesita autorización previa por parte de la Consejería de Medio Ambiente.
Una vez pasado esta, un pista de tierra, en regular estado en algunos tramos, nos llevará hasta el mismo parking del barranco pasados unos 6 kilómetros.
Son varios los grupos que ya están saliendo, todos de empresas. Ellos irán hasta la conocida como cascada en forma de "Y", la de la foto, regresando posteriormente por el barranco haciendo un par de rápeles, toboganes, saltos y un día estupendo de aguas. Otros, incluso sin venir preparados con material de barranco, vienen a disfrutar de un día de baño, regresando por el mismo senderillo de ida.
Nosotros que haremos la integral, por delante tenemos todavía una buena caminata de algo más de dos horas, cerca de 8 kilómetros y un desnivel que casi llega a los 400 metros hasta llegar a la cabecera del barranco.
Salimos de la pista del parking con el camino perfectamente señalizado, cuando al poco ya encontramos algunas pozas, en donde algunos "refrescantes se quedarán aquí". Nosotros seguimos...vamos alcanzando a un grupo, a otro...cuando atravesamos un puente colgante.
Vemos como los distintos grupos se van quedando, y a uno de los guías le preguntamos para llegar a la cabecera. ¡Uf! se echa la mano a la cabeza, os queda mas de una hora todavía, y con una fuerte subida..
Bajo nuestros pies vemos el barranco por donde tendremos que pasar dentro de un buen rato...
Y cuando llegamos a la poza en donde se encuentra la cascada de la "Y", aquí se quedan todos los grupos. Nosotros por delante, ahora tenemos un buen subidón.
El senderillo sube y sube, tenemos que resoplar de vez en cuando.
Las vistas del barranco son alucinantes.
Cuando el senderillo sale del bosquete a cielo abierto, allí vemos nuestro barranco...
Y por fin el senderillo baja hasta coincidir con una pista que empieza a subir.
Ya hemos llegado, aquí está la cabecera del barranco. Dos horas y cuarto de pateo
Aprovechamos a una pareja de bañistas que habían venido hasta aquí para que nos inmortalizasen...foto al canto.
Nos apañamos con todos nuestro equipaje: neoprenos, arneses, ochos, cuerdas...
¡A empezar, cuando ya llevamos una peonada en nuestros cuerpos!
Vemos que otro grupo viene río arriba (se ven muy preparados) y le preguntamos, dicen que hay un par de rapeles, pero que no merece la pena. Lo suyo es empezar desde aquí.
Son las doce y media pasadas cuando iniciamos el barranco, por delante tendremos unas cinco horas y media hasta que finalicemos, 400 metros de desnivel y unos cinco kilómetros de recorrido. En total serán unos 7 u 8 rápeles, siendo la altura máxima de 12 metros. Muchos toboganes y saltos (entre 3 y 5 metros) y gran cantidad de agua, limpia y cristalina. En muchas pozas habrá que salir nadando. El fondo de las pozas siempre se ve, al estar el agua muy limpia, pero ante la duda de la profundidad mejor rapelar que saltar.
Ahí va el Miguel Ángel y la Pepi...
Seguimos avanzando, siempre por mucha cantidad de agua que fluye bajo nuestros pies. Debe de estar muy fría, pero con los neoprenos, vamos de lujo, no notamos el frío.
Ahí esta la Pepi, explayándose...
Y Miguel Ángel dispuesto a saltar...
Como disfruta en el agua...como los patitos...
Y ahí va el Víctor por el tobogán...
¡Que pecha de agua!
El Víctor estaría aquí toda la vida...
Y a mi que el agua se me hace larga...buscando rápido la salida...
¡Preparados, listos...ya!
Ahora Pepi...
¡Toma ya, al agua pato!
¡Y ahí voy yo...que estilo...!
Mas toboganes...¡Para abajo Pepiiii!
¡Aquí hay que nadar un ratillo, cubre bastante eh!
Parece que nunca voy a llegar a la orilla. ¡Ofu, que cansado!
Estas son divertidas porque tu puedes ir controlando la velocidad a la que bajas...
Ahí estoy yo bajando y poco a poco buscando esa oquedad para evitar la cascada.
¡Se consiguió a través de ese pequeño canalón...!
Por aquí hay más gente, eso quiere decir que ya casi hemos terminado...
Por fin, salimos del agua y el senderillo que ya trajimos esta mañana nos llevará directamente al aparcamiento tras quince minutos de pateo. Son las 18:30, casi 8 horas de ruta.
La ruta integral, al menos para nosotros se ha hecho dura, venimos reventados.
Posiblemente influirá que es el cuarto día que llevamos de tute, y el cansancio lo vamos notando. Además, el palizón hasta llegar a la cabecera ha sido otro ingrediente a tener en cuenta.
A cambiarse de ropa, y a salir pitando, somos el último coche que queda aquí. Pasadas las siete de la tarde pasamos por la casetilla del control y al bar Los Olivos de Otívar a refrescarnos con unas cervezas y para Sevilla, a la que llegaríamos a las 12 de la noche.
VÍDEO DE LA RUTA
Sin lugar a dudas, ha merecido la pena estos cuatro días de escapada: cuatro ferratas y dos señores barrancos, más no se puede pedir.
¡Pedazo de compañía, competente!
Una vez aquí, a colocarnos los neoprenos y a empezar la ruta, son las 10:15 aproximadamente.
Este barranco, se puede considerar como de dificultad media/alta ya que son muchos los rapeles técnicos que hay que descender, y uno de ellos de 25 metros.
Yo no soy experto barranquista, ni tan siquiera llego a ser aprendiz de novato. Era toda una experiencia, solo habíamos hecho cuatro o cinco barrancos anteriormente, pero sin tener esta dificultad, por lo que desde el principio íbamos un poco entensionados, al menos yo.
Tendremos un desnivel de barranco de unos 300 metros, en dos kilómetros, y para ello tardaremos casi cinco horas en realizarlo. Depende un poco de los grupos (hay varios, organizados por empresas) que haya en la ruta, se tardará más o menos.
En cuanto el total de rápeles, hemos contabilizado unos 10, añadiendo algún que otro pequeño tobogán y algún salto. Los dos últimos los evitamos, abandonando ya el barranco por las acequias. Marcado en rojo en el croquis.
Empezamos
En el primer tramo caminaremos por el cauce del río hasta llegar al primer rapel, haciéndonos con el agua, con los neoprenos, algún que otro chapuzón y algo de divertimento en las oquedades que forman las rocas. Hay bastante agua...
Primer rápel
Cuando llegamos al primer rápel, un grupo de empresa formado por unos 10 miembros iban delante, pero al ver que nosotros éramos cuatro, nos hicieron el favor de dejarnos pasar.
Este rapel tiene una caída de unos 6 metros de altura, que pasamos rápido sin mayor dificultad.
Segundo rápel
Tras avanzar un ratillo por el cauce, llegamos al siguiente rapel de unos 7 metros de caída.
En este, pegué un pequeño resbalón...y un pequeño sustillo ...
Tercer rápel
Este otro rapel se puede hacer pero en forma de tobogán, es decir, tumbado en la roca con la cuerda e ir frenando a la vez que nos vamos deslizando. También de unos 7 metros.
Un poco andando por las pozas y por la estrechez del barranco y llegamos al siguiente rápel.
Cuarto rápel
Este, hay quien lo hace deslizándose en forma de tobogán, incluso quien prefiere pegar el salto. Nosotros por seguridad preferimos bajarlo, rapelando. Tiene unos 5 metros.
Cuando se está llegando a la poza, lo normal es tirarse para atrás y, ¡agua...!
Este otro lo bajaremos directamente como un tobogán...
¡Que divertido!
Quinto rápel
Llegamos a este otro rápel con bastante vegetación a ambos lados de la caída, de unos 8 metros.
Sexto rápel
Y a continuación, este otro, que con algo más de altura cae directamente en una poza, en la que aprovechamos para refrescarnos un poco.
A partir de aquí, vemos que las paredes del barranco, cada vez más cerca una de la otra. El barranco se está estrechando y encajonando, eso quiere decir que cerca está la famosa caída vertical de 25 metros, con la que, estábamos soñando desde que empezamos la ruta.
Efectivamente, aquí está
Septimo rápel
Nos asomamos...y ya visto desde arriba imponía.
¡Madre mía!
a_de acojonado, a_de acobardado, a_de alucinado...
No hay otra, no hay marcha atrás. O se hace, o se hace...pues adelante. A echarle valor.
Primero bajó Víctor, el de mayor experiencia y desde abajo poder asegurarnos, caso de que la cosa vaya mal. A continuación se tiro Pepi, que ya cuando llegó abajo, pegó un salto de alegría, incluso en el agua. No se lo podía creer.
Y ahora voy yo, con paso firme, seguro y acojonado...
Poquito a poco..
Llegando casi al último tramo hay que pegar un saltito a la derecha para esquivar una oquedad.
Prueba superada, por fin puedo respirar...aunque esto todavía no ha terminado, hay más...pero el peor ya ha pasado...
Y por último baja Miguel Ángel.
Visto desde aquí abajo, impresiona...al igual que desde arriba.
Seguimos, tras hacer una pequeña pausa para picar algo
Avanzamos por la estrechez del barranco, y un tobogán, y otro, y un saltito...
A partir de aquí ya no tenemos fotos, si en el vídeo.
El siguiente rápel de unos 6 metros de altura se encuentra junto a una higuera cruzada en el mismo salto, lo pasamos sin mayor complicación.
A continuación un pequeño tobogán de unos 2 metros que se adentra en una pequeña oquedad en forma de túnel.
Y pasado este, cuando faltan 2 o 3 rápeles (no lo podemos asegurar), a la izquierda del barranco vemos unas acequias a las que nos dirigimos y la seguimos. Hay quien se vuelve a meter en el barranco, nosotros no lo hacemos, seguimos por la acequia, y un senderillo junto a una zona arbolada por encima del barranco y paralelo a este, nos llevará de nuevo al río, pero ya junto al puente de la Vegueta, en donde aquí termina nuestra ruta.
Ya desde el puente subimos por la carretera hasta el pueblo de Otívar, a un kilómetro.
Son las cuatro de la tarde, 6 horas de ruta, unas 5 de barranco. Hora de la cervezona con las tapas que nos ponen. Por cierto, Fernando nos invita a la primera ronda.
Felicitaciones, y a comentar anécdotas de la ruta.
Una bonita experiencia..
De vuelta para Frigiliana, un descanso y a dar una vuelta por el pueblo, a ver si vemos algo para picar.
VÍDEO DE LA RUTA
Día 4-Integral de Río Verde, Otívar (Granada).
Hoy haremos la ruta reina del barranquismos, no tanto por su dificultad (excepto si hacemos la integral, que fue nuestro caso) sino por su popularidad, por sus baños...por su fama.
Muchas son las empresas que organizan rutas por la zona: guiris venidos de la costa del sol, familias con chavales jóvenes...aquello se pone a reventar de gente. Por eso nosotros evitamos el domingo, fuimos el lunes, incluso así había gente, pero esto es cierto si se hace la ruta clásica y no la integral. Prácticamente todas las empresas llevan a grupos para echar el día y no sufrir como es el caso de hacer la integral, sobre todo si no hay combinación de coches, como fue nuestro caso.
Nos situamos...
Al igual que ayer, ponemos rumbo hacia Otívar, pero en este caso seguimos carretera arriba, 3 kilómetros más, desviándonos por el carril que encontramos a la izquierda: "Junta de los ríos", habrá una casetilla de control en donde tendremos que pagar 5 €/persona y 5 €/coche. Importante, se necesita autorización previa por parte de la Consejería de Medio Ambiente.
Una vez pasado esta, un pista de tierra, en regular estado en algunos tramos, nos llevará hasta el mismo parking del barranco pasados unos 6 kilómetros.
Son varios los grupos que ya están saliendo, todos de empresas. Ellos irán hasta la conocida como cascada en forma de "Y", la de la foto, regresando posteriormente por el barranco haciendo un par de rápeles, toboganes, saltos y un día estupendo de aguas. Otros, incluso sin venir preparados con material de barranco, vienen a disfrutar de un día de baño, regresando por el mismo senderillo de ida.
Salimos de la pista del parking con el camino perfectamente señalizado, cuando al poco ya encontramos algunas pozas, en donde algunos "refrescantes se quedarán aquí". Nosotros seguimos...vamos alcanzando a un grupo, a otro...cuando atravesamos un puente colgante.
Vemos como los distintos grupos se van quedando, y a uno de los guías le preguntamos para llegar a la cabecera. ¡Uf! se echa la mano a la cabeza, os queda mas de una hora todavía, y con una fuerte subida..
Bajo nuestros pies vemos el barranco por donde tendremos que pasar dentro de un buen rato...
Y cuando llegamos a la poza en donde se encuentra la cascada de la "Y", aquí se quedan todos los grupos. Nosotros por delante, ahora tenemos un buen subidón.
El senderillo sube y sube, tenemos que resoplar de vez en cuando.
Las vistas del barranco son alucinantes.
Víctor va ya que no sabe ni donde está "va cascado".
Cuando el senderillo sale del bosquete a cielo abierto, allí vemos nuestro barranco...
Y por fin el senderillo baja hasta coincidir con una pista que empieza a subir.
Ya hemos llegado, aquí está la cabecera del barranco. Dos horas y cuarto de pateo
Aprovechamos a una pareja de bañistas que habían venido hasta aquí para que nos inmortalizasen...foto al canto.
Nos apañamos con todos nuestro equipaje: neoprenos, arneses, ochos, cuerdas...
¡A empezar, cuando ya llevamos una peonada en nuestros cuerpos!
Vemos que otro grupo viene río arriba (se ven muy preparados) y le preguntamos, dicen que hay un par de rapeles, pero que no merece la pena. Lo suyo es empezar desde aquí.
Son las doce y media pasadas cuando iniciamos el barranco, por delante tendremos unas cinco horas y media hasta que finalicemos, 400 metros de desnivel y unos cinco kilómetros de recorrido. En total serán unos 7 u 8 rápeles, siendo la altura máxima de 12 metros. Muchos toboganes y saltos (entre 3 y 5 metros) y gran cantidad de agua, limpia y cristalina. En muchas pozas habrá que salir nadando. El fondo de las pozas siempre se ve, al estar el agua muy limpia, pero ante la duda de la profundidad mejor rapelar que saltar.
Empezamos...
Avanzamos por las aguas del cauce durante algunos metros cuando llegamos a nuestro primer rapel, uno de unos 8 metros. ¡Empieza la juerga!
Ahí va el Miguel Ángel y la Pepi...
Seguimos avanzando, siempre por mucha cantidad de agua que fluye bajo nuestros pies. Debe de estar muy fría, pero con los neoprenos, vamos de lujo, no notamos el frío.
Ahí esta la Pepi, explayándose...
Y Miguel Ángel dispuesto a saltar...
Como disfruta en el agua...como los patitos...
Y ahí va el Víctor por el tobogán...
¡Que pecha de agua!
El Víctor estaría aquí toda la vida...
Y a mi que el agua se me hace larga...buscando rápido la salida...
¡Preparados, listos...ya!
Ahora Pepi...
¡Toma ya, al agua pato!
¡Y ahí voy yo...que estilo...!
Mas toboganes...¡Para abajo Pepiiii!
Parece que nunca voy a llegar a la orilla. ¡Ofu, que cansado!
En esta se monta un rapel, para ir bajando con cuerda y en tobogán...
Estas son divertidas porque tu puedes ir controlando la velocidad a la que bajas...
Y llegamos a la famosa cascada de la "Y" o de los caños cruzados (12 metros), cayendo el agua en la conocida como poza central.
Recuerdo que aquí es donde ya está todo el público, de hecho vamos a tener mucha expectación cuando hagamos la bajada en rapel, incluso con aplauso incluido.
Esta bajada hay que controlarla muy bien. Mejor evitar, si es posible la caída del agua, introduciéndose en una cueva que hay pegado a la pared...
¡Se consiguió a través de ese pequeño canalón...!
Inmortalizamos con un selfie la cascada...
Y seguimos avanzando con mochilas a cuestas, y más agua...
¡El cansancio se va ya notando, llevamos cuatro horas y media de ruta...
Siempre que se puede, intentamos evitar más toboganes y saltos, si encontramos un senderillo lateral.
Y cuando ya pensábamos que íbamos a terminar, nos encontramos con un último rapel, en el que si o si hay que meterse en la caída dela agua. Aquí Pepi lo pasó algo mal...se tragó casi toda la cascada.
Junto a la poza, una cueva que se comunica con otra, algunos metros más allá.
De hecho, de repente y de forma inesperada vimos a una muchacha debajo de la cascada, una vez que bajamos el rapel. Había accedido desde la otra cueva.
Por fin, salimos del agua y el senderillo que ya trajimos esta mañana nos llevará directamente al aparcamiento tras quince minutos de pateo. Son las 18:30, casi 8 horas de ruta.
La ruta integral, al menos para nosotros se ha hecho dura, venimos reventados.
Posiblemente influirá que es el cuarto día que llevamos de tute, y el cansancio lo vamos notando. Además, el palizón hasta llegar a la cabecera ha sido otro ingrediente a tener en cuenta.
A cambiarse de ropa, y a salir pitando, somos el último coche que queda aquí. Pasadas las siete de la tarde pasamos por la casetilla del control y al bar Los Olivos de Otívar a refrescarnos con unas cervezas y para Sevilla, a la que llegaríamos a las 12 de la noche.
VÍDEO DE LA RUTA
Sin lugar a dudas, ha merecido la pena estos cuatro días de escapada: cuatro ferratas y dos señores barrancos, más no se puede pedir.
¡Pedazo de compañía, competente!