Antes de empezar con este trepidante recorrido por tierras de Kirguistán, una breve mirada a través de varias imágenes para que, poco a poco nos vayamos adentrándonos en este maravilloso mundo de más allá de las fronteras de Asia...
Cuando me retiro y me alejo de la casa para seguir callejeando, veo como la cría me sigue, y de nuevo me pide que la fotografíe y después le muestra la imagen. ¡Su rostro sonríe, orgullosa de esa imagen!
Una vez que llego al final del pueblo, a lo lejos veo un esbelto minarete de color marfil, y justo a esa hora la llamada al rezo por parte del muecín está sonando, hacia allí voy…
Una vez
allí, no tengo buena perspectiva para pillar bien la mezquita, así que me
dirijo a la puerta de un solar en donde un chaval está entrando, y ahí estoy
dentro, de su solar, y con buena vista de la mezquita.
De regreso, y antes de partir en la ruta a caballo, nos tenían preparado un exquisito almuerzo para reponer fuerzas…e ir bien preparado para nuestra particular aventurilla ecuestre.
Pues allá
vamos empezamos con los caballos. Nuestros dos guías irán eligiendo el caballo
que mejor nos irá a cada uno de nosotros,
sobre todo por la envergadura que tengamos.
Una vez
todos asignados con los caballos, y tras unas breves explicaciones nos pusimos
en marcha…
Allá vamos...
Por delante
tendremos unos 17 kilómetros de recorrido hasta llegar a Kilemche, en los que
tardaremos unas cinco horas, haciendo una parada junto a un río tras dos horas
de cabalgar, y descansar una hora aproximadamente para los caballos y para
nuestros traseros.
Durante todo nuestro recorrido nos estaremos moviendo en altitudes entre los 2500 y 3000 metros, y con unas espectaculares vistas hacia todas las montañas nevadas en sus cumbres.
Una vez controlados nuestros caballos, algunos nos animamos incluso a trotar un poco más rápido por estas bellas llanuras.
Eso sí, teníamos que controlar, porque cuando un caballo empezaba a trotar, todos los seguían, algunos intentando coger velocidad, si no lo parábamos…
¡Madre mía como sufren nuestros culetes, deseando ya de parar!
Los caballos también necesitan parar para comer y relajarse de nosotros pegando botes sobre su lomo…
Al ataque de
nuevo, a montar y rumbo hacia kilemche…
Y tras otras
dos horas cabalgando llegamos a nuestro campamento de yurtas…
Aquí nos recibe la familia de varios miembros, mostrándonos cada uno de los espacios: yurta-cocina y las yurtas que harán de habitaciones compartidas...
Un té calentito y una gran merendola de dulces y golosinas varias…¡una delicia de mesa bien cargada de comida!
Subiendo,
subiendo, al final sin darnos cuenta los tres llegamos hasta la misma cumbre de
la peña más alta. Hermosas vistas alrededor y viendo el campamento de yurtas
allí abajo, muy abajo...
Y de nuevo
para abajo…
Cena, reparto de habitaciones y a dormir...
Día 4. Kilemche-(caballos)-Kyzart-Kochkor-Dormir en Kochkor Nomad guest house
Madrugamos y junto con Marc damos un pequeño paseo por la zona…antes de desayunar.
¡Y un poco de meditación!
Poco a poco los compañeros van despertando y saliendo de las yurtas, y nuestra familia anfitriona nos van preparando el desayuno.
Ya con los estómagos hambrientos satisfechos por el exquisito desayuno, nos vamos despidiendo de toda la familia, y como no, foto del grupo para inmortalizar el momento y el lugar.
Preparamos nuestras
mochilas y de nuevo a montar a los caballos, por delante tenemos unos 20 km,
hasta subir al mirador del lago Song Kol y después regresar a Kyzart.
El cielo
está gris y muy encapotado, el pronóstico es de lluvia, y a esa altitud de 3200
metros igualmente nos cae nieve.
Y nos
ponemos en marcha…
No llevábamos ni quince minutos cuando, cabalgando todos con
nuestros caballos, veo a Ernesto a gran velocidad que pasa como una bala por mi
derecha, de inmediato veo como el resbala del caballo y cae al suelo y, encima
de él, impacta el caballo, levantándose rápidamente, dejando a Ernesto tumbado
en el suelo…con un fuerte golpe.
Momentos de
incertidumbre…
Rápido,
nuestros guías y Sonia (nuestra coordinadora) saltan de los caballos, y salen a
su encuentro, y empiezan a levantarlo y movilizarlo para ver cómo responde…
Sigue los
momentos de incertidumbre…
A primera
vista no parece ser tan grave como ha sido la caída, aunque él se siente
dolorido por todo el cuerpo, ¡normal, con ese golpe!
A partir de
aquí tenemos que decidir qué hacer el grupo con respecto al plan de hoy.
Él se niega
a montar a caballos (normal), y lo suyo es que lo viera un médico.
Lo que estaba
claro es que viendo el pronóstico del tiempo y después del accidente, lo más
prudente era volver cabalgando hasta Kyzart, pero y Ernesto ¿Cómo va? La suerte
parecía (después de todo) estar con nosotros. Un coche de la familia de
nuestros anfitriones aparece por el horizonte allá a lo lejos por una pista
algo desdibujada. Paramos el coche y le explicamos lo sucedido. Ellos
rápidamente se ofrecen para llevar a Ernesto y Sonia (nuestra coordinadora)
para que vaya moviendo el tema de nuestro seguro, y algún médico que lo pudiera
ver en algún hospital cercano.
Nosotros seguiríamos
cinco horas más cabalgando hasta llegar a Kyzar, y en la última media hora con
una fuerte caída de agua…pues sí, llegamos empapados. Ni una sola foto tenemos con tanta lluvia.
Allí estaban
los dos gestionando el tema del médico. Ernesto dolorido, arropado y bien
mimado por parte de la familia de Kyzart. Besitos, abrazos hacia nuestro
compañero…
Con toda la
ropa empapada, empezamos a cambiarnos con prendas secas, mientras yo miraba por
unas de las ventanas, el cielo seguía ennegrecido y descargando agua. Por
suerte ya estamos aquí, bajo techo y de nuevo a comer…
A las seis
de la tarde nos recogerán para llevarnos a Kochkor, mientras tanto, y viendo
que se ha despejado, Antonio, Marc y yo nos vamos a pasear un poco por el
pueblo y disfrutar del ambiente local.
Solucionado,
partimos hacia el hospital que lo tenemos ya muy cerca. Mientras Sonia, Ernesto
y Sam (nuestro guía) entran al médico, nosotros esperamos, a ver que le han
dicho.
Le han hecho
una placa y no aparece nada roto, aunque con muchos dolores, así que analgésico
y a mimarlo durante el resto del viaje. Ya a la vuelta a España, le hicieron
otra placa y tenía dañada la costilla derecha número 9.
Día largo,
así que ya en Kochkor (en el mismo alojamiento que ya dormimos) cena calentita,
reparto de habitaciones y a dormir.
Día 5. Kochkor-Naryn-lago Chatyr kol-Tash Rabat Dormir en Tash Rabat Yurtas
El día ha
amanecido con una tromba de agua, miramos el pronóstico del tiempo y da lluvia
toda la semana y en todas partes, al menos en la zona norte en donde nos íbamos
a mover. Sonia por momentos lo ve todo negro, pero hay que ir poco a poco, de
momento en el día de hoy, iríamos en coche todo el tiempo hasta el lago Chatyr
kul (en la misma frontera con China) con lo que tampoco nos teníamos que
preocupar.
Según vamos subiendo el puerto, la nieve la vemos más de cerca, hasta que ya en el puerto nos empieza a nevar levemente, así que el conductor nos hace una parada para disfrutar del paisaje y del entorno.
Continuamos
nuestra ruta y, ya acercándonos a Naryn haremos una parada en un curioso lugar…en Ornok
MAMAKE WONOK
Desde nuestro vehículo contemplamos una bonita mezquita, la mezquita Azreti Alí, también conocida como la mezquita azul, construida en 1995 por un diputado local. Es la mezquita central de Naryn, situada a unos 2000 metros de altitud.
Foto cedida por los archivos de internet
El color azul
del edificio también puede indicar el trasfondo chamánico del pueblo kirguis. El azul era considerado el
color del cielo en el tengrianismo (religión tradicional de pueblos
túrquico-mongol).
El ambiente local, muy local estaba servido, así que aproveché para sacar unas instantáneas de algunos detalles y algunos rostros.
Aquí nos recibe, al igual que en los otros poblados, nuestra familia anfitriona…
Nos distribuimos en los tres 4x4 y ponemos rumbo hacia el lago Chatyr Kul, en las mismas frontera de China situado a unos 120 kilómetros aproximadamente.
Para poder
acceder al lago Chatyr Kul tuvimos que tramitar unos permisos fronterizos, ya
que al estar en los mismos límites con China nos lo pedían. Así que desde
España ya los tramitamos. Cosa que no llegue a entender, pues cuando pasamos
ese riguroso control, seguíamos en territorio de kirguistán.
Le preguntamos a nuestro guía, el motivo de ese control, contestándonos que es una zona de reserva protegida y necesitan saber los que entran en la zona. ¡Pues ahí sigue mi duda!.
Desde que salimos del Naryn, el cielo ennegrecido amenazaba con una fuerte tromba de agua, a ver si tenemos suerte…
Llegado al
mismo control, nuestro conductor nos dijo que no hiciéramos fotos, estaba
totalmente prohibido. Así que una vez en el paso fronterizo presentamos
nuestros pasaportes y a esperar. Una compañera, de forma muy sigilosa hizo
alguna foto con el móvil. Cinco minutos después se presentó un militar hasta
nosotros para obligarle a enseñarle los móviles, ya que aseguraba que se habían
hecho fotos. Menos mal que le dio tiempo a borrarla, porque igualmente todavía
podríamos estar allí.
Acercándonos
al lago, el frío se hace más intenso, y este lugar remoto y apartado parece
estar en el fin del mundo. ¡Es una sensación extraña, pero placentera a la vez!
Estamos rozando los 3500 metros d altitud, y las montañas nevadas parece que las podemos tocar con nuestras manos. Junto a la carretera vemos una alambrada y unas garitas con vigilancia permanente. ¿Estamos en China, estamos en Kirguistán?
¡No entiendo esa alambrada!
Detenemos nuestros vehículos y nos disponemos a acercarnos hasta la misma orilla del lago. Nos preparamos bien para el frío, una leve brisa helada nos azota los rostros.
Y empezamos a andar, y andar, y andar y la orilla parecía cada vez más lejos..
El cielo
amenazaba agua o quizás nieve (estamos a una altitud de 3530 metros) así que a
darnos prisa hasta llegar al lago...
Poco a poco
los compañeros se iban quedando atrás, incluso algunos se daban la vuelta…
Cuando parecíamos estar cerca, un brazo de agua en forma de río nos impide el paso hacia el lago. Imposible pasarlo, el agua helada. Por suerte, seguimos por la margen derecha de este brazo de agua y tras 5 kilómetros recorridos alcanzamos la orilla del lago Chatyr Kul.
El lago
estaba parcialmente helado por la parte central del mismo. Más allá de la otra
orilla, China que la teníamos allí de frente.
Retornamos nuestros pasos, acelerando el ritmo para que nuestros compañeros no nos esperasen mucho tiempo. A la vuelta lo inevitable, A Antonio y a mí nos cayó un poco de agua nieve.
Al final,
una orilla que parecía estar cerca (el horizonte engañaba) recorrimos un total
de 10 kilómetros.
Y ponemos
rumbo hacia Tash Rabat, con dirección a Naryn, desviándonos por una pista de 15
kilómetros hasta alcanzar el caravansaray de Tash Rabat.
En nuestro trayecto podemos ver cientos de marmotas correteando libremente por el campo. Al acercarnos nosotros, huyen rápidamente hacia sus madrigueras.
Para
alcanzar este lejano lugar de Tash Rabat lo tendremos que hacer tras pasar el
puerto de montaña de Tougart (3752 metro de altitud).
Continúa cayendo
agua nieve, el cielo sigue ennegrecido y furioso para descargar…
El paisaje nos invita a disfrutar, a pesar del mal tiempo…
Cuando nos estamos acercando al Tash Rabat, el valle se encajona entre varias peñas rocosas, dando aún más, si cabe, belleza al entorno…
La pista se adentra en forma de pasillo entre las formaciones rocosas…y los caballos parecen ser testigos de nuestra llegada a su hogar…
Y llegamos a
Tash Rabat (3105 metros de altitud), en donde se encuentra el carvansaray del
mismo nombre, y junto a este un campamento de yurtas. Este será nuestro alojamiento
para el día de hoy.
En ambas
esquinas del frente de la edificación se alzan torres cilíndricas que solo
sobresalen un poco del edificio. El techo es plano y está rodeado por un antepecho.
Hora de
comer. ¡Madre mía, cuanta comida!, pues nada a comer se ha dicho.
Esta noche
nos ha tocado compartir la yurta a Mar, Estefi, Marc, Antonio y yo.
Las risas estaban servida, cuando Antonio intentaba recordar lo sucedido días atrás, ¿Qué pasó…? ¿Cuándo fue eso…? ¡Ah, sí cuando estaba apoyado en la pared…! ¿Qué me caí en las letrinas…?
El eco de las risas retumbaba en la noche obscura de las
montañas del Tash Rabat...
Por cierto,
Estefi se quedó dormida a los dos minutos de entrar en la yurta…
Sobre las
dos de la madrugada me levanté para hacer pis, y una fuerte nevada caía sobre
el campamento, y también sobre mí, acerté en la intuición.
Día 6. Tash Rabat-Lago Kel Suu (trekking)-Naryn Dormir
en Naryn Naryn hostel
Por la mañana, veo que entra un poco de luz por uno de los huecos de la yurta, no lo puedo evitar, me levanto ya…
Al abrir la puerta de la yurta parcialmente encajada, veo todo blanco de nieve, bajo un cielo totalmente azul…
Me dirijo al
pequeño lavabo improvisado que había en el exterior de una yurta y, echarme
agua en los ojos, y poder ver bien la maravilla de mañana que tenemos, en un
paisaje nevado totalmente blanco.
¡Imposible
echarme agua, no sale nada, el tubo se
ha quedado congelado!
Me pongo en
marcha y con mucho cuidado subo al monte que tenemos junto a nosotros poder
contemplar desde lo alto esta maravilla de paisaje…
En la bajada, tengo que tener mucha precaución, puesto que hay algunas zonas con hielo y el terreno es muy empinado, con lo que un resbalón voy directamente al techo de una yurta.
Tras el copioso
desayuno, los conductores calientan motores con los 4x4 y con paciencia quitan
el hielo que durante la noche se ha impregnado sobre los vehículos.
Foto de grupo para inmortalizar el lugar, y ponemos rumbo hacia uno de los lugares más hermosos del viaje y a la vez más lejano, inaccesible y remoto en la misma frontera de China y lindando con la cordillera del Tian Chan, montañas con altitudes que superan los 7000 metros.
Nos vamos al lago Kel Suu
Las carreteras desiertas, solo para nosotros, y mejor así porque cuando tienen que adelantar, vaya como adelantan…
Dejamos la carretera y a partir de aquí son las pistas de tierra, al principio en buen estado, pero más adelante hay tramos en los que prácticamente hay que detener el vehículo para poder avanzar.
En nuestro trayecto son muchos los cementerios kirguis que podemos ver, y que con el fondo de las impresionantes montañas nevadas, nos dan una bonita estampa.
Al igual que para acceder al lago Chatyr Kul, teníamos que haber tramitado el permiso (el mismo que teníamos) para alcanzar este lago, ya que queda igualmente en la misma frontera de China.
Aquí teníamos dos controles, uno parecía más casero, en donde nuestro conductor siempre aprovechaba para fumarse un cigarrillo con el colega del paso fronterizo, y el otro que se encuentra más adelante cuando la carretera coge bastante altura, y ese sí es más serio con garita en alto incluso.
Y metidos ya totalmente en la cordillera del Tian Chan, nos movemos por encima de los 3200 metros de altitud, el paisaje nevado es fascinante.
Y casi siete horas después llegamos, por fin aparcamos y empezamos a andar.
Caminando por la margen derecha llega un momento en el que no podemos seguir, así que un senderillo nos marca la ruta para subir a una pequeña loma y de este modo salvar el río.
Aprovechamos para hacernos unas fotos de grupo en un marco inigualable.
¡Y
alcanzamos el lago…sencillamente espectacular!
Estamos exactamente a una altitud de 3520 metros.
Este lago tiene una longitud de 10 kilómetros y entre 100 y 800 metros de ancho, con tres pasos que la unen con la vecina China, pero oficialmente cerrado.
Con el
tiempo justo para picar algo y rápido para abajo. Algunos compañeros iban un
poco apresurado y necesitarían tiempo para llegar.
Yo me quedé
un poco por arriba disfrutando de este increíble lugar. Ya los alcanzaría en la
bajada…
Y poco a poco y cada uno a su ritmo fuimos llegando a los vehículos, sin antes no dejar de asombrarnos de los increíbles yaks muy peludos y que siempre se mueven en estas altitudes.
A la vuelta
ya sabíamos que nos cogería la noche, pero lo que no sabíamos es que, por
ejemplo nuestro vehículo, no le funcionaban las luces, con lo que durante un
buen rato fuimos detrás de uno de los nuestros y dejándonos guiar por sus luces
delanteras.
Cuando
abandonamos las pistas en muy mal estado y con boquetes que podría entrar hasta
una rueda, llegamos a una carretera y allí pudimos parar y ver si lo podía
arreglar. Por cierto, cuando paramos, vimos el otro coche nuestro que también
paró porque los neumáticos iban muy bajos de presión, posiblemente habría
pinchado, pero aguantó hasta llegar a nuestro alojamiento. Y a nuestro vehículo
pudo al menos encenderle una luz, algo es algo.
Y sin decir
nada de los adelantamientos…seguimos vivos, de milagro.
Una vez en
nuestro alojamiento de Naryn, unas sopitas calentitas y a dormir, que mañana
tenemos más tute.
Día 7. Naryn-cañón Skazka-karakol
Dormir en Karakol Hostel Enirest
Ya en la
noche anterior, Sonia tuvo que estar gestionando el tema del transporte hacia
Karakol, puesto que de momento no teníamos nada concretado. La idea era tirar
hacia Karakol, pero antes hacer una parada y visitar el cañón de Skazka, en la
misma orilla del lago Issyk Kul. Para ello planteamos la opción de coger varios
taxis a compartir o una mini van. Así que con los contactos que se tenía, se
preguntó por precios y al final nos quedamos con dos mini van para todo el grupo
a buen precio. Allá vamos, por delante tenemos 185 kilómetros hasta el cañón de
Skazka y después otros 117 km hasta karakol.
Una vez que
llegamos, de una casetilla sale un chico para cobrarnos la entrada, 50 Som, no
llega al medio euro. Nos dice que desde allí podemos empezar la ruta, pero veo
que ha entrado un coche, así que le decimos que iremos hasta adentro donde
había un aparcamiento y aparcar nuestros vehículos. No tenía sentido la
caminata por esa pista de algo más de un kilómetro.
Hay quien
dice que es una versión más pequeña del famoso Gran Cañón Americano, no lo
conozco, solo por fotos, pero me parece
una exageración.
Las
formaciones rocosas atípicas, los coloridos de sus barrancos, y algunos
pequeños valles de color verde entre tanta roca arenisca de color anaranjado y
amarillenta nos da un bonito contraste cromático.
Sin lugar a
dudas si se hace un viaje a Kirguistán, este es uno de los lugares que no
podemos dejar de ver, ya que contrasta de forma sobresaliente con el resto del
paisaje de este maravilloso país.
Karakol está
situada a unos 12 km de la costa de lago Issyk Kul a los pies de la majestuosa
cordillera de Terskey-Alatoo. Aunque no tiene demasiado atractivo, a diferencia
de su enclave rodeado de montañas nevadas, veremos algunas cosas sobre todo sus
templos, dos mezquitas y una iglesia ortodoxa.
Iglesia ortodoxa de la Santísima Trinidad
Iglesia ortodoxa
de la Santísima Trinidad, construida entre 1894 y 1895 es la única iglesia ortodoxa activa en Karakol.
Inicialmente, la forma del edificio fue concebida como una cruz equipotencial, que sería coronada por 5 cúpulas y un campanario.
Las paredes de la iglesia contienen reliquias de los mártires sagrados Probo, Taraco y Andrónico, así como el icono de nuestra Señora de Tijvin.
Y por último,
una mezquita construida en el año 2017 para que los fieles musulmanes tuvieran
un lugar en donde rezar.
Seguimos paseando por karakol, unos crepes para degustar, una entrada a un parque, y poco más.
Hora de cenar. Sonia tenía referencia de un buen sitio donde comer, el restaurante Zadia food, un buen lugar, buena comida, dos buenas jarras de cervezas y todo por un módico precio de 7,5 €.
Fin del día
de hoy, partimos hacia nuestro alojamiento y a dormir, que mañana tenemos una
fuerte caminata hasta el Antyl Arashan.
Tras un buen
desayuno partimos temprano, preparamos nuestras mochilas con lo necesario para
trekking y la pernocta en el refugio de montaña en el Altyn Arashan. ¡Ah, que
no se olvide, comida y bebida para la larga caminata!
Nos
trasladaremos hasta el cercano pueblo de Ak-Suu (a 12 km de karakol) en donde empezará
nuestra caminata, pero primero teníamos que coger una furgoneta que nos
llevaría hacia allí (el número 350 Karakol-Ak Suu). Compramos en un súper y a
la montaña…
Ya había descargado el track que nos llevaría hasta el alto de Altyn Arashan, por delante teníamos algo más de 20 kilómetros, rozando los 1000 metros de desnivel, y el tiempo estimado, 5 horas, aunque podrían ser más, dependiendo del ritmo y del disfrute por el camino.
Y como
siempre voy inmortalizando detalles que siempre van dejando huellas en todos
los viajes: personajes, templos…momentos.
A partir del desvío, y sin pérdida alguna, la pista nos llevará hasta el alto del valle, en donde se encontrará nuestro alojamiento. En tramos más ascendentes, pero en general muy progresivo. ¡Casi que ni se nota que vamos subiendo!
Según nos
vamos adentrando en la zona boscosa, el paisaje se hace más espectacular.
Grandes masas forestales vamos dejando a nuestro paso.
Cuando
llevamos un rato de ruta, aparece el 4x4 con nuestros compañeros de fatiga
(bueno, ahora de fatiga como que no, ellos van ahí bien cómodos)
La mayor
parte de esta área es de investigación botánica y pertenece al Reserva natural
de Arashan.
El tiempo
está que no termina de decirse, tan pronto sale el sol, como que cae un poco de
llovizna. Las nubes corretean de un sitio para otro, como jugando entre ellas…
Ahora las nubes si vienen más ennegrecidas y amenazan caída de agua, incluso pude ser hasta agua nieve....en esta cota a la que estamos
Ahora sí que
está cayendo agua, sacamos nuestros chubasqueros y a cubrirnos bien, por
momento el aguacero es fuerte, y al poco escampa.
De frente,
un colega que también viene cabalgando hace una parada para intercambiar unas
charlas amigas con los otros, y todo esto bajo un apretón de la lluvia.
Ahora si
tenemos un fuerte repechón que nos hace resoplar en la subida, pues nada, poco
a poco…
Las vistas que tenemos hacia delante de nosotros son espectaculares. Los miles de abetos que suben por las laderas, se pierden allá en lo alto, en donde las nubes ya las invaden.
Un cartel ya
nos indica que estamos cerca del valle del Altyn Arashan, solo nos queda un
kilómetro, pero que kilómetro, el de mayor desnivel, en una empinada cuesta que
parece no acabar nunca.
¡Guau, guau, guau!
¡Qué contraste de colores: el azul del cielo, el blanco de las montañas nevadas, el color ocre de las montañas peladas, y el verde, verde intenso de los miles de abetos que adornan todo este paisaje, y yo allí abajo, en esta inmensidad de belleza!
Un último empujón y llegamos al
collado, desde donde tenemos unas vistas alucinantes con los campamentos de
yurtas allá abajo, y al fondo, totalmente nevado el pico Palatka de 5020 metros
de altitud en su parte sur.
Hasta aquí
llevamos unos 20 kilómetros y algo más de cinco horas. Todavía nos falta llegar
hasta el final del valle que es en donde se encuentra nuestro alojamiento.
Mires hacia donde mires, el paisaje
es alucinante.
Me detengo, y me giro lentamente los
360 grados como las agujas de un reloj mueven sus manillas, y en cada
movimiento, me digo lo mismo ¡cuánta belleza!
Y llegamos a
nuestro alojamiento, allí ya nos estaban esperando varios compañeros…
¡Vaya enclave, mejor imposible!
Una vez ya
todos en el refugio, unas buenas cervezas, unas sopitas calientes y un poco de
charlas y risas y cada uno contando su experiencia en la subida.
Después de un pequeño relax varios
compañeros querían ir a las termas que se encuentran junto al alojamiento,
otros decidimos pasear un poco valle hacia el fondo, acercándonos a las montañas
nevadas. ¡A elegir!
Los de las aguas
termales
El complejo de aguas termales cuenta
con varios cobertizos de madera que contiene piscinas sulfurosas calientes y
que curan diversas dolencias. Son tres grupos de manantiales termales nítricos en
el lado derecho del río Arashan.
Los del paseo por el
valle
Natalia,
Antonio y yo decidimos caminar un poco siguiendo el margen izquierdo del río
Arashan y continuando por el valle.
A nuestro paso, son muchos los caballos
salvajes que están pastando. Algunos potrillos corretean detrás de la madre
cuando nosotros nos acercamos a ellos.
Las vistas del valle y de sus montañas nevadas al fondo son fantásticas…
Tras una hora de caminata decidimos
dar la vuelta, ya que sobre las ocho hemos quedado para comer.
Al final hemos recorrido casi cuatro
kilómetros en plan tranquilo, charlando y disfrutando de un maravilloso paisaje
alpino.
A la vuelta nos encontramos de frente
a otros compañeros iban también de paseo, ya todos juntos regresamos al alojamiento.
Día 9.Altyn Arashan-Karakol-Seven Bulls Rock-Tong Dormir en Tong Yurtas Almaluu
La mañana amanece con un cielo encapotado y una leve llovizna en forma de agua nieve. Desayunamos y esperamos que nos recoja el “tanque de la época soviética” y que nos llevará hasta karakol.
A mitad de
camino hacemos una parada para relajar los cuerpos con tantos botes y además
para que el conductor se asegurase de que todo iba bien con el “tanque”.
Ya en
karakol nuestro conductor nos dejaría directamente en el mercado de animales
que se celebra allí todos los domingos y que se encuentra en las afueras de la
ciudad.
Estamos sin lugar a dudas en uno de los mercados de animales mayores de toda la antigua Unión Soviética y parte de Asia Central. Es equivalente al más conocido mercado de los domingos de kasghar en el otro lado de la frontera en China.
Aquí el
ambiente nómada se respira por cada rincón de este exótico mercado, que parte
de la población kirguisa aún vive del pastoreo.
Podemos
encontrar todo tipo de animales, hombres vendiendo vacas, niños vendiendo
ovejas culonas, muy culonas y que jamás había visto antes. Caballos que se
venden y se compran, incluso algunos que solo vienen aquí para herrar a sus equinos.
Así es la vida kirguisa, una vida nómada y de pastoreo, y aquí perdido varios occidentales mezclados entre ellos, gente sencilla y humilde en este remoto rincón de Asia central.
No solamente se venden y compran
animales, sino que también en varios tenderetes, todo tipo de accesorios para
los mismos.
Ya con todo preparado contactamos con
unas minivan oficiales con dirección a Bisket, negociamos el precio para
hacernos una parada en Seven Bulls Rock a solo 30 kilómetros de karakol.
El jeti-Ögüz
Rocks es un área geológica protegida (Monumento Natural) que se estableció como
formación geológica única en 1975 con el propósito de conservarla, con acantilados
escarpados compuestos de conglomerados rojos del Terciario.
El nombre deriva del parecido de la formación rocosa con siete toros y una leyenda sobre la esposa infiel de un khan (máximo gobernante turco-mongol).
Seguimos nuestra marcha hacia
Bokonbayevo y junto a esta, la cercana localidad de Tong, en la misma orilla
del lago Issyk Kul, por delante tenemos 130 kilómetros y teniendo en cuenta que
la carretera está en obra, tardaremos más de tres horas en llegar.
Este lugar está regentado por una
familia kirguisa, en donde los crío corretean entre las yurtas jugueteando como
cualquier niño del mundo. Y la abuela, allí bajo el sombrado de una yurta, y a
la que me acerco para poder sacarle una imagen.
La familia tiene también un pequeño
taller en donde confeccionan detalles para los viajeros que se quedan por aquí.
Tras un buen
duchazo y quedarnos en ropa casi de verano (hace bastante calor) y guardar ya
la de montaña, partimos hacia Bokanboyevo en donde comeríamos y después, en un
principio teníamos contratado una exhibición de águilas de caza.
Al estar este lugar apartado de todo (está en medio de la nada) gestionamos varios taxis para desplazarnos al cercano pueblo que estaba a unos 8 kilómetros.
Buena comida a base de cordero y de
platos típicos de la zona y varias cervezas que pudimos traer de una tienda que
estaba en la zona comercial, y que es bastante fácil de conseguir, a pesar de
ser un país musulmán, incluso en algunos restaurantes la sirven.
Y de nuevo regresamos a nuestro
alojamiento para disfrutar de la exhibición de cetrería...
Junto a nuestro
campamento y en pleno campo abierto con el fondo de las montañas nevadas,
presenciaremos como el águila ya adiestrada vuela en busca de la carne…
Berkushi son los kirguisis que cazan con las águilas, una tradición que se mantiene a día de hoy para mantener el legado cultural de los pueblos nómadas.
El que tiene el águila es considerado
como una especie de héroe cuyo rol se transmite de generación en generación.
Hace tiempo la vida en Kirguistán era completamente nómada, y su población empezó a utilizar esta forma de cazar porque les parecía una forma de cazar más amigable con el ecosistema, evitando de este modo utilizar armas.
Al águila le tapan los ojos con un casco para que esté más tranquilo y no esté permanentemente en estado de alerta, quitándoselo cuando va a casar.
Como curiosidad, estos animales
suelen vivir 40 años, pero a los 20 años las sueltan para que vivan los últimos
años en libertad. Dicen que durante los primeros años de libertad el águila sigue
volviendo a su “hogar humano”.
Tras la exhibición, varios compañeros pudimos montar en el caballo y poder sostener el águila, pudiendo girar el brazo hacia atrás y el águila alza las alas como si quisiera volar. ¡Bonita experiencia!
Tras casi hora y media presenciando
la exhibición de cetrería, damos un paseo hasta la misma orilla del lago, que lo
tenemos a unos escasos cientos de metros.
Lago Issyk-Kul
Este lago es el segundo lago de montaña
más grande del mundo, detrás del lago Titicaca. Se encuentra a una altitud de
1607 metros de altitud y alcanza 668 metros de profundidad. Tiene una longitud
de 182 kilómetros y una anchura de 60 kilómetros.
Es una
inmensidad de lago, de hecho, cuando lo vemos da la sensación de estar en pleno
mar. No llega a alcanzarse con la vista la otra orilla.
La orilla sur del lago está dominada por la escarpada y hermosa cordillera del Tian Chan, con las montañas más altas del país, superando los 7000 metros de altura.
Como curiosidad y aunque parezca increíble, aquí desembocan 118 ríos y arroyos, siendo el más grande el Jyrgalang y el Tüp. Este lago se alimenta de manantiales y del deshielo.
El día se va apagando y da paso a la
noche, pero antes contemplaremos un bello atardecer con los últimos rayos del
sol, escondiéndose en el horizonte, allá a lo lejos, en la otra orilla del lago
Issyk Kul.
Y en este momento me viene una frase a la mente y que en muchas ocasiones quiero hacer mía:
“los viajes son como los
atardeceres, si esperas demasiado te lo pierdes”
Último día en Kirguistán. Salimos
temprano para aprovechar el día en la capital del país, por delante tenemos 270
kilómetros y gran parte del trayecto con la carretera arreglándose con lo que
las cinco horas no hay quien nos la quite.
Bishket es una gran capital y tiene en torno a un millón de habitantes estando a una altitud de unos 800 metros. Se encuentra situada en el Valle del río Chu, al pie de los montes Kirguises y a muy poca distancia de la Frontera con Kazajistán.
Lo primero que haremos es visitar el
bazar Osh Bazaar que le tenemos aquí
muy cerca, a 10 minutos. Los bazares son siempre el lugar perfecto para ver la
cotidianidad de un pueblo y su cultura, así que allá vamos…
La fragancia del lipeshka, el pan recién
horneado en una arcilla cilíndrica, nos adentra a este mundillo y que tanto
siempre me ha atraído, en donde se pueden inmortalizar muchas imágenes del
quehacer diario de la población kirguisa.
La algarabía de este mercado bazar es
el que corresponde a cualquiera de este tipo en Asia central, pero no parece
serlo menos en el orden. Nada que ver con otros en donde los empujones y gritos
por parte de los comerciantes es lo habitual. Nuestro deambular por aquí parece
bastante discreto.
Prácticamente todo el personal que
vemos por aquí son autóctonos, no vemos muchos viajeros. Está claro que a
diferencia de otros mercados de este tipo el reclamo es menor.
Además de las tiendas de comidas:
frutas, verduras, dulces…hay otras que nos sorprende más, en donde venden los
curiosos sombreros que resulta ser algo así como la prenda nacional para los
kirguisis varones. Muchos de ellos lo siguen llevando este Ak-apak, no
solamente los mayores sino también los jóvenes. Muestra de la cultura kirgui
La plaza de Ala-Too es el corazón de
la ciudad de Bishkek, es una enorme extensión con una fuente central adornada
con vistosas flores, junto a varias de las universidades.
Esta plaza solía tener una estatua de
Lenin que posteriormente fue reemplazada por uno de los Manas, el emblema del
país.
La plaza está llena de fuentes y se
utiliza para eventos masivos y celebraciones. Incluso debajo de esta plaza hay
unos bunkers que quedaron de la época fría, aunque se pueden visitar, nosotros
no lo hicimos.
Se dice que Manás nació en las montañas de Ala Too en la provincia de Talas al
noroeste de Kirguistán, y se cree que un mausoleo que se encuentra a 60 km al
este de Talas contiene sus restos.
En el año 2009, el Manás fue inscrito en la lista
representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco
a propuesta de China.
Él es profesor de inglés y en nuestro
paseo nos acercó a la escuela en donde daba clases, y allí nos presentó a
varios compañeros, que como es natural no entendimos nada, hablaban en kirgui.
En nuestro paseo por la ciudad vemos
muchos puestos callejeros en donde venden una leche fermentada y algo salada
llamado Shoro. Muy popular en Kirguistán. De hecho Sam pidió un vaso y nos dio a
probar. Un sabor extraño para nosotros, pero para ellos debe estar muy buena
porque son muchos los tenderetes que vemos.
Tras seguir paseando por la ciudad y
ver algunos detalles de la misma, como el tipo de transporte, habiendo muchos
trolebuses aún funcionando, tocaba la hora de comer, yendo a un buen
restaurante, donde comimos buena comida kirguisa acompañado de unos mojitos de
fresa.
Antes de llegar a la Mezquita Central
paramos en la Plaza de la Victoria para
ver El Memorial de la Segunda Guerra Mundial.
El monumento está dedicado al 40
aniversario de la victoria de las tropas soviéticas sobre los fascistas. Fue
erigido en 1985 en la plaza de la Victoria.
Gran Mezquita Central del Iman Sarakhsi
Este mihrab es un nicho semicircular
u hornacina en la pared indicando la alquibla, es decir, la dirección de la
Kabba en la Meca hacia donde debe dirigirse la oración musulmana, conociéndose
a esta pared como “pared de la alquibla”
Abandonamos la mezquita y salimos al
exterior. Damos por finalizada la visita a Bishkek. Estamos muy retirados de
nuestro alojamiento, así que Sam contacta con varios taxis para que nos lleve a
nuestro alojamiento. El día ha sido demasiado largo como para andar los más de
cuatro kilómetros que nos separa del alojamiento.
Ahora tocaba una buena ducha, cambio
de ropa y a cenar con unas buenas cervezas, que a la vez será nuestra comida de
despedida de este bello país.
Y pronto para dormir porque a las
2:30 nos sonará el despertador para partir hacia el aeropuerto.
Día 11. Bishkek-Estambul-Madrid-Sevilla Dormir en casa
El despertador suena, todos en
planta, mochilas al hombro y medio dormidos bajamos hasta la puerta de nuestro
hostel y coger los dos minivan que ya habíamos reservado a través del
alojamiento.
Algo más de media hora de trayecto y
ya estamos en el aeropuerto.
Lo de siempre, controles de
pasaportes y equipajes, facturación, y a esperar. A las 5:30 salía nuestro
vuelo con dirección a Estambul llegando a las 8:15. Estos siempre con las horas
locales del país.
Un buen desayuno con clavada incluida
en el aeropuerto de Estambul y a esperar de nuevo hasta nuestro próximo vuelo
hacia Madrid que salía a las 12:20. Los dos compañeros de Barcelona lo cogieron
un poco antes.
Más charlas, risas y cada uno
comentando las experiencias vividas en este apasionante viaje y a este remoto
país de Asia central.
Nuestro avión aterriza bastante puntual en Madrid, son las 15:55 hora local, esto ya nos suena más. Recogida de mochilas y despedida de cada uno de nosotros: besos, abrazos… y unos para el norte, otros para el sur, otra para levante, otros se quedan aquí, y otros que coincidimos para ir a la estación de Atocha, seguimos con nuestras charlas: Sonia, Antonio y yo, tomando las últimas cervezas de despedida.
Yo en mi caso, el AVE para Sevilla
que salía a las 19:30 y algo menos de las 22 horas en Sevilla.
Ha sido un buen viaje, un país encantador con su gente, sus paisajes, su cultura, sus tradiciones, sus montañas, sus lagos, sus yurtas…
Un grupo estupendo de gente competente adaptándose en todo y por todo: al ritmo frenético de kilómetros y kilómetros por pistas polvorientas. De dormir, en más de una ocasión con risas hasta que el sueño nos vencía. De comer aquí y allá sin rechistar. De responder en los trekking a pesar de no ser montañeros, a veces casi sin dormir…
Lo dicho, un "Gran Viaje" por este mágico país, KIRGUISTÁN.