Viene de Parte II
http://antonio-bueno-todosmisviajes.blogspot.com.es/2013/08/ruta-diario-albania-macedeonia-bulgaria.html
Día 4. Monasterio Sveti Naum (Macedonia)-Tirana (Albania) 220 km
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Día 4. Monasterio Sveti Naum (Macedonia)-Tirana (Albania) 220 km
El plan para el día de hoy era un poco incierto, pero con gran atractivo aventurero.
La idea era coger un microbús que salía a las 8,25 hacia Sveti Naum (27 km), partía del Buelevar Turisticka a solo 100 metros de la plaza de la Mezquita.
Ver el Monasterio, y al estar a solo 4 km de la frontera con Albania, coger un taxi hasta el país vecino, atravesarla a pie, otro taxi hasta la ciudad de Pogradec (7 km), y aquí coger un furgón compartido hasta Tirana.
Así lo planteamos, y así salió, perfecto.
Pues nada, a las 8,25 (120 Denares= 2 €) cogimos el microbús para el Monasterio.
Tras una hora de viaje, disfrutando de bellas vistas sobre el lago. La carretera, después de unos 15 km, empieza a subir de forma serpenteante entre pequeños montes, y por fin llegamos al aparcamiento del Monasterio.
Este lugar así a voz de pronto me recordó a la romería del Rocío, en Almonte. Además, según nos comentaron, por lo visto era un día de romería, con lo que estaba plagado de devotos y seguidores.
Según llegamos, cargados con nuestras maletitas rodantes, anduvimos por una calle llena de tenderetes de comidas, bebidas y de recuerdos.
Este Monasterio es un lugar de peregrinación, y por lo tanto con muchos seguidores.
El camino nos adentra a una zona de arboleda, y en el que se pueden hacer varias rutillas en barcas por el río de este Parque Nacional, el de Galichica.
Vemos muchas familias de macedonios tumbados en la hierba, otros comiendo y bebiendo. Observamos el correteo y el juego de muchos niños que sonríen felizmente.
Un arco con una gran pintura de icono, no dan la entrada a este simbólico recinto.
Este lugar se percibe como un espacio sagrado, misterioso. Los devotos hacen cola para ver el santo, y entre tanto todos los feligreses compran sus velas para colocarla en los candelabros.
Intentamos entrar en el templo, pero demasiada cola de espera, y teníamos un día largo por delante, así que no entramos. Con todo el ambiente de fuera nos era suficiente.
Junto al Monasterio, unos acantilados nos sirven de balconada para disfrutar de excelentes vistas.
Allí en frente muy lejos, podemos distinguir brevemente Ohrid, y a nuestra izquierda la costa albanesa.
Nosotros con nuestras maletitas, nos mezclamos con todos estos devotos que van y vienen por este bello lugar.
Cuando nos vamos, seguimos observando a la gente en su día de romería. Al igual que en España, y sobre todo en muchas fiestas populares, y más en el sur, se ve todo tipo de personajes, incluso los que menos recursos tienen.
Ya es hora de partir hacia Albania. Cogemos un taxi, que acaba de llegar, y negociamos el precio que nos llevaría hasta la frontera. 4 €, en esos cuatro o cinco kilómetros. No tenemos otra opción, y partimos hacia la frontera.
Una vez allí, nos dirigimos hacia el control fronterizo, y francamente, a diferencia de lo que yo pensaba, fue muy rápido, y sin ningún tipo de contratiempo, tanto en la parte Macedonia como en la parte Albana.
Una vez pasado el primer control, anduvimos unos 300 metros en tierra neutral hasta llegar al siguiente control, el cual hacía que ya entrásemos en Albania.
Allí rápidamente contactamos con un coche particular para que nos llevara a Pogradec, a unos 8 km. Por 2 € nos llevó. Una vez en el coche le dijimos que nos dejara en el lugar donde se concentraban los furgones compartidos con dirección a Tirana. Fue llegar, y rápidamente el conductor de un furgón gritaba “Tirane, Tirane”, ese es el nuestro, preguntamos el precio, 5 € cada uno, perfecto, allá vamos. Sobre las 11 A.M partimos hacia Tirana.
Este vehículo tiene espacio para 8 pasajeros. De momento partimos cinco, pero durante el trayecto, unos se montaban, y otros se bajaban en localidades intermedias. Yo durante todo el viaje mostraba bastante interés en todo lo que veía, y podía observar a través de las ventanillas. He de recordar que Albania es el último país de toda Europa en abrir sus fronteras, hace escasamente 5 0 6 años, y claro, cualquier cosa puede ser interesante para perpetuar en el recuerdo.
En general las carreteras son estrechas, y con muchos baches, y aquí se adelanta cuando se quiere sin ningún tipo de problema, y nunca hay enfado por parte de ningún conductor, ya que todos hacen lo mismo. También me llamó la
atención la cantidad de chavales que hay en la carretera con mangueras en mano echando agua y anunciando en cualquier lugar “LAVAGEN”, lugar donde puedes parar y lavar el coche. Incluso muchos tienen su hospedaje en el mismo borde de la carretera.
La impresión general es de ser un país muy montañoso, de hecho cuando ya nos acercamos hacia la capital, ésta, está totalmente rodeada de altas montañas.
Sigue en Parte IV
1 comentario:
No tengo la suerte de conocer Albania, aunque me encantaría.
De esa zona, solo he estado en Bulgaria, y me encantó...
Sigo tus relatos,
un saludo,
Trini
http://yoadoroviajar.blogspot.com
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