En esta ocasión Rosa y yo aprovechamos una escapada de cinco días para hacer una parada en este bello lugar antes de proseguir con nuestras subidas a los "techos de España", que en este viaje serían las cumbres de Cuenca, y las de Teruel; además visitar la Serranía de Cuenca, Albarracin, nacimiento del río Cuervos y distintas localidades de la provincia de Teruel.
Información obtenida de la web oficial de "Ciudad encantada"
Situada en la localidad pedánea de Valdecabras (CUENCA), en pleno corazón del Parque Natural de la Serranía de Cuenca y rodeada de inmensos pinares, la Ciudad Encantada es sin duda uno de los parajes más espectaculares de nuestro país, donde podrás conocer y aprender el proceso geológico del karst y admirar sus caprichosas formaciones. Por ello, la Ciudad Encantada fue declarada Sitio Natural de Interés Nacional el 11 de junio de 1929.
Su origen se remonta a hace 90 millones de años, cuando la Ciudad Encantada formaba parte del fondo del mar de Thetis. Se trataba de aguas tranquilas, lo que propició la deposición de sales, en especial carbonato cálcico.
Al final del Cretácico y como consecuencia de la orogenia alpina, el mar se retiró y el lecho marino, compuesto de piedra caliza, emergió a la superficie. Miles de años de acción del agua, del viento y del hielo hacen que hoy podamos contemplar este impresionante fenómeno geológico
La información que a continuación detallo esta obtenida de la web "rutasdelascaras.com"
FORMAS MÁS REPRESENTATIVAS
Todas tienen un cartel que las define perfectamente.
El Tormo Alto. Monolito de 20 metros, milagro o juego de equilibrio, emblema de la Ciudad Encantada.
Los barcos. Tres enormes moles de piedra, una flota invencible anclada en la sierra.
El perro. Guardián de una ciudad petrificada, asemeja un fox terrier.
Cara del hombre. Monumental busto de nariz aguileña y boina.
Puente romano. Arco horadadazo en la roca, arquitectura natural.
La foca. Enorme figura imaginaria que representa una foca haciendo juegos malabares con su hocico.
Los Osos. Enormes pedruscos que recuerdan dos osos.
El tobogán. Estrecho y largo callejón rocoso de varios desniveles.
El mar de piedra. Plana y extensa superficie rocosa donde la erosión del agua creó formas que simulan olas y ondas marinas.
El Tormo Alto. Monolito de 20 metros, milagro o juego de equilibrio, emblema de la Ciudad Encantada.
Los barcos. Tres enormes moles de piedra, una flota invencible anclada en la sierra.
El perro. Guardián de una ciudad petrificada, asemeja un fox terrier.
Cara del hombre. Monumental busto de nariz aguileña y boina.
Puente romano. Arco horadadazo en la roca, arquitectura natural.
La foca. Enorme figura imaginaria que representa una foca haciendo juegos malabares con su hocico.
Los Osos. Enormes pedruscos que recuerdan dos osos.
El tobogán. Estrecho y largo callejón rocoso de varios desniveles.
El mar de piedra. Plana y extensa superficie rocosa donde la erosión del agua creó formas que simulan olas y ondas marinas.
Lucha del Elefante y el Cocodrilo. Enormes y caprichosas rocas, asemejan la encarnizada lucha de un elefante que lanza su trompa a las fauces de un cocodrilo.
El Hipopótamo. Inmensa roca zooforma que recuerda un hipopótamo.
El Convento. Un arco ojival en una pared rocosa nos transporta a la edad media.
Los Hongos. Entre los pinos enormes bloques de piedra asemejan hongos gigantes.
El Teatro. En un escenario natural un curioso puente recuerda la embocadura de un teatro.
La Tortuga. La abertura en lo alto de una inmensa roca parece una tortuga con su cabeza fuera del caparazón.
Los Amantes de Teruel. Bloques de roca que parecen los bustos de un Hombre y una mujer intentando besarse.
Aunque en estos días de diciembre el frío es persistente, nosotros bien abrigados paseamos por esta maravilla de la naturaleza, en el que por momentos parece trasladarnos a parajes de aquellas películas de aventuras y de ciencia ficción.
A cada paso que damos no dejamos de maravillarnos de todas estas formaciones, que aunque muchas de ellas ya tienen nombre definido, con nuestra imaginación podemos también bautizar a otras tantas formaciones.
A veces, y al asomar por una de sus grandes rocas, parece que al instante siguiente algún animal de la prehistoria aparecerá ante nuestros ojos.
Algunos bosquetes de altos pinos, dan otro toque de encanto a toda esta zona, que sin lugar a dudas es uno de los rincones mas hermosos de España.
Este mágico lugar que se encuentra a solo 36 km de Cuenca y al que se puede acceder fácilmente en coche, no puede dejar de visitarse si se viaja por esta zona de España.
Su naturaleza, sus caprichosas formaciones...sin lugar a dudas merece la pena visitarla.
Abandonamos la "Ciudad Encantada" y seguimos avanzando hacia el norte para ahora hacer un poco de montaña.
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