martes, 13 de febrero de 2018

Subida al Chullo invernal (techo de Almería) Febrero/18




¡Nos vamos de fin de semana a Sierra Nevada!
El plan era realizar la subida al Almirez por el canuto (si las condiciones eran buenas) el sábado y el domingo subir al Chullo, siendo este el techo de Almería con 2610 msnm.
En esa misma semana vino un fuerte temporal de frío polar, con heladas muy acentuadas y la cota de nieve incluso a nivel del mar, se registraron temperaturas históricas muy bajas por el norte de España, y por el sur también fueron dignas de destacar.
Durante toda la semana los coordinadores (Víctor y Manolo) estuvieron pendiente de la meteorología, por si había que cambiar algún plan de ruta.
Al final tuvimos que eliminar el Almirez (por su extrema peligrosidad el intentarlo subir por el canuto) y la sustituimos por un bonito sendero desde Aldeire-río Benejar-castaño de Rosandra-castillo de la Caba (este reportaje irá en otro enlace del blog, picar)


En esta ocasión nos dimos cita 20 compañeros del club (dos se incorporaron el domingo para subir al Chullo). Al final, solo dos compañeros no pudieron llegar hasta la cumbre, pero sin lugar a dudas no desaprovecharon la oportunidad de recorrer por las partes bajas del Chullo hermosos senderos de la ruta Sulayr. De todo el grupo, 17 ya pertenecíamos al grupo de montaña, otros tres compañeros se unieron a esta aventurilla de bajas temperaturas por Sierra Nevada.


Nos situamos en la granadina localidad de La Calahorra, de donde partiremos hasta el puerto de la Ragua situada a 2000 metros de altura y a solo 15 kilómetros de La Calahorra.
Eran muchas las veces que ya había subido al Chullo, pero nunca lo subí en estas condiciones invernales, algo que para mi, tenía una motivación especial.
La primera vez que lo subí fue allá por el año 2007, en junio, cuando estábamos realizando el proyecto de subir a todos los techos de España.


La ruta la realizaremos de ida y vuelta por el mismo camino. Solo tiene un desnivel de 610 metros y un recorrido total de 9 kilómetros. En situaciones normales en poco tiempo se sube y baja, pero hoy con la nieve, el posible hielo, el viento, seguro que nos llevará las cuatro o cinco horas...


A las 9,30 ya estábamos situados en el puerto de la Ragua. Hay muchísima gente, el día parece de momento estar soleado, con lo que muchos han decidido pasar hoy el día aquí: montañeros, esquiadores, senderistas, familias enteras con críos...todos venimos a lo mismo, a disfrutar cada uno a su forma. Nos ataviamos con bastante ropa de abrigo, lo de siempre para estas ocasiones.
Tenemos que ir bien preparados para el frío, el pronóstico en la cumbre rozará los 0º y vientos de 40 km/h, con lo que la sensación térmica será de unos -10 o -11º.


Al poco de empezar a andar y pisar la nieve ya nos calzamos los crampones, mejor hacerlo aquí, antes de que más arriba las condiciones meteorológicas cambien y se nos queden las manos heladas.


Y todos juntos empezamos a subir, dejando allá abajo las instalaciones de la Ragua.


Al poco de empezar a subir, el ritmo de los compañeros se hizo muy desigual. De este modo cada uno fue marcando su ritmo de subida.


El paisaje estaba espectacular, todo nevado...de momento vamos disfrutando de nuestra subida, y ademas sin nada de viento.


 Alguna que otra parada se hace necesario para inmortalizarnos mediante una serie de imágenes.


Junto a nosotros, los esquiadores también se disponen a subir, para una vez arriba, lanzarse con sus esquís desde lo más alto.  


De los 20 compañeros que iniciamos la ruta, vamos haciendo varios grupos de subida, como he dicho antes cada uno a su ritmo, eso es importante.


 Rosa y yo junto a Irene y Julio nos quedamos en una zona intermedia, subimos poquito a poco. julio tiene que controlar sus pulsaciones.


Según subimos la visibilidad cada vez se hace peor y el frío lo vamos acentuando... 
A poca distancia ya no vemos al resto de compañeros que van por arriba y los otros que vienen por abajo.


Solo unas pequeñas siluetas medio difuminadas en la lejanía podemos contemplar con mucha dificultad...


Y de nuevo Julio e Irene se acercan a nosotros, y detrás Eva y Rafa (dos verdaderos corredores de montaña) que ya nos comentan que van disfrutando de lo lindo con tanta nieve.


La pendiente ahora se hace algo más dura, y en algunos tramos la nieve está muy blanda, con lo que si nos salimos de las huellas marcadas nos hundimos hasta las rodillas (eso lo se muy bien en primera persona cuando me retire para fotografiar a mis compañeros).




Pasadas las dos horas de marcha llegamos al pequeño refugio (a unos 2500 metros de altitud). El viento ahora sopla fuertemente y el frío se acentúa por segundos.
Varios de nuestros compañeros estaban en su interior...nosotros no nos detenemos, seguimos hacia adelante, ahora que Rosa ha cogido el ritmo.  
Miro hacia atrás y veo a Julio que va solo ¿y Irene?, le pregunto yo. Se ha vuelto con Manolo, le costaba subir y ha querido acompañarlo hacia abajo.


El viento azota fuertemente por el lateral, mi cámara, que la llevo colgada justo en ese costado veo como se le ha quedado adherido el hielo, y que no hay forma de quitar...!ahora si que hace frío!


Ya se ve la cumbre entre fuertes ráfagas de viento. Han pasado dos horas y media desde que iniciamos la ruta. Lorenzo y Valme nos lo cruzamos en la subida, ellos ya no aguantan más, llegaron mucho antes, y el viento y el frío allá arriba se hace insoportable.


El hielo que se encuentra disperso por el suelo se levanta bruscamente y nos azota en nuestros rostros cada vez que sopla el viento


Todos apiñados nos abrigamos hasta las cejas antes de inmortalizarnos con las correspondientes fotos de grupo.


En el grupo falta Valme y Lorenzo que ya habían bajado y Jesús y Ana Mari que aún estaban subiendo. 


Una vez aquí arriba miramos el termómetro, 0º, otros decían -2º...con este viento, seguro que los -11º si que notan nuestros abrigados cuerpos.



Y más fotos de grupo...ahora si con nuestra pancarta del club.
Por fin, en esta si que están Ana Mari y Jesús.
Carmina y Juan ya han salido pitando para abajo. 


Tras diez minutos en la cumbre empezamos a bajar, pero sin antes inmortalizar a Paco en el vértice helado, y que por cierto el también se quedo helado.


¡Y de nuevo para abajo, entre tinieblas!


Cada grupo anda disperso, todos bajando...
Rosa y yo lo hacemos con nuestro compañero ferretero Víctor, que por cierto se le salió una de las lengüetas del crampon por el hielo acumulado, y que con más pena que gloria se la pude enganchar, eso si, quedándoseme las manos heladas.


Ya fuera de las tinieblas, nuestros ojos de nuevo tenían visibilidad.
Ahora si podíamos disfrutar de las vistas.
Bajando tranquilamente, ya casi al final de nuestro trayecto, nos encontramos con Manolo e Irene, que venían de disfrutar del sendero Sulayr. 
Y al poco llegamos a la Ragua, según nuestros relojes habían pasado cuatro horas y media desde el inicio de la ruta.
Ya solo nos quedaba tomar nuestros exquisitos boacatas y algunas tapas en el pueblo de La Calahorra y dirección hacia Sevilla.

¡Otro fantástico día a nuestra insaciable mochila de vivencias!

A continuación incorporo el estupendo video que hizo nuestro compañero Paco, en el que ha incluido las dos rutas: Aldeire y El Chullo.



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