Hoy nos dirigirnos al Parque Natural de la Sierra de Alhama, Tejeda y Almijara, en los límites fronterizos de las provincias de Málaga y Granada.
En esta ocasión subiremos a una de las cumbres con las vistas más espectaculares de la zona, al Malascamas, con una altitud de 1792 m, sin dejar también de ascender al cerro Albucaz (1726 m).
Para ello , y situándonos en el bosque del Robledal (lugar del que se parte para subir a la cumbre más alta de Málaga, la Maroma, 2066 m) es de donde iniciaremos la ruta, dirigiéndonos hasta el cortijo del Cerezal Alto. Por delante tendremos unos 14 kilómetros, casi 1000 metros de desnivel acumulado y siete horas de caminata.
Hasta aquí la pista está en buen estado (unos 5 km), aparcamos junto al cortijo del Cerezal Alto.
La ruta la haremos de forma circular, yendo primero hacia el Cerro Albucaz y posteriormente hasta la cumbre del Malascamas, con una fuerte subida, y en terreno pedregoso y con mucha piedra suelta.
La ruta comienza junto al cortijo del Cerezal Alto, atravesando posteriormente el arroyo del Cerezal y buscando los límites fronterizos de las dos provincias, tras atravesar un bosquecillo de chopos y pinos.
Nada más cruzar el arroyo, tiramos por nuestra derecha, pasando una alambrada, y empezando a subir sin sendero, de forma paulatina. A nuestro paso dejamos las ruinas de una casa (majada Peña), y allá abajo (por donde regresaremos) Venta Palma.
Seguimos subiendo por la alargada loma, dejando a nuestra derecha verticales barrancos (barranco de Cuevas de Parra) que lo separa de las faldas de la Maroma.
Sin un sendero definido, seguimos al pie de la letra las indicaciones de nuestro track, en esta fuerte pendiente, en el que de vez en cuando, tenemos que resoplar.
Con una senda ahora ya definida, seguimos subiendo y avanzando, cuando tenemos las dos moles enfrentadas, aunque a mucha distancia. Por una parte la Maroma y por otra parte el Malascamas.
De frente, encontramos un curioso monte picudo (1537 m), al cual no era necesario subir, y lo rodeamos, y allá abajo vemos el cortijo, de donde venimos.
Un esfuerzo más en la subida de otro fuerte repecho y llegamos al collado del Contadero (hasta aquí 5 km de recorrido), en donde un excelente mirador aparece ante nuestros ojos. De frente tenemos al Malascamas, hacia allí nos dirigiremos.
Pero antes nos inmortalizamos con unas fotillos de grupo, con el Malascamas a nuestras espaldas.
Bajamos entre grandes rocas, y nos dirigimos, a través de una bonita circular por la cresta que separa ambas provincias (Málaga-Granada) hasta el cerro Albucaz (1726 m). Detrás el cerro de Santiago (1645 m)
En nuestro recorrido por esta cresta, a la izquierda la gigante pared del Malascamas, por donde tendremos que subir, y a la derecha unas espectaculares vistas de los pueblos de la Axarquía, el mar y las montañas de la Sierra de Almijara.
Y echando la mirada atrás, de donde venimos.
Una vez situados en el mismo borde de las dos provincias, allá a los lejos podemos contemplar aquellas cumbres que tantos recuerdos nos traen de la Sierra de Almijara: Cisne, Navachica, Lucero, Almendrón, Cielo, el Fuerte...
Seguimos avanzando por esta alomada cresta que separa ambos cerros, dejando atrás a la gigantesca mole de la Maroma.
Y llegamos al cerro Albucaz, en donde hacemos un pequeño descansillo para disfrutar de las vistas.
Fotillo de grupo antes de emprender nuestra última subida al Malascamas...
"yparribadeltirón", aunque primero tendremos que hacer una bajada hasta un pequeño collado, en donde vemos que confluyen varias pistas y senderillos.
Son unos 250 metros de una fuerte subida, en terreno pedregoso, en donde las piedrecillas que rodaban hacia abajo, a veces costaba superar.
Para arriba, y cada uno a su ritmo...
Últimos resoplidos...allí vemos la cumbre.
Echamos la mirada hacia atrás y vemos de donde venimos, el cerro Albucaz.
Un último esfuerzo, y llegamos.
Ocho kilómetros de recorrido hasta aquí, y casi cuatro horas.
Espectaculares vistas: Sierra Nevada totalmente cargada de nieve a nuestras espaldas, La Maroma a nuestra izquierda, y allá a lo lejos la Sierra de Almijara. Incluso las silueta del mar llegamos a divisar.
Tras media hora de relax en este fantástico día, y saboreando nuestros exquisitos manjares, empezamos a bajar por la otra vertiente.
Sin sendero marcado, y entre un caos de rocas fuimos destrepando siguiendo las órdenes de nuestro track, que tan celosamente controlado llevaba nuestro compañero Pepe.
Y llegamos a los paredones del barranco, en donde recordaba este lugar de la otra vez que subimos, allá en el año 2011
Y seguimos bajando...y bajando...y bajando...
¡Por fin!, allá vemos el cortijo del Cerezal Alto.
Parecía estar aquí.
Pues no.
Seguimos bajando...y bajando.
Hasta alcanzar Venta Palma, en donde ya desembocamos al mismo lugar por donde empezamos a subir. En diez minutos llegamos a los coches.
Miramos nuestros relojes: 7 horas y diez minutos, 950 metros de desnivel acumulado y 14 km.
¡No está mal!
¡Hasta la próxima, que seguro que será muy pronto!
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