Cuando el sol aprieta por nuestras tierras andaluzas, la montaña da paso a rutas más fresquitas de costa, ríos, barrancos...o si queremos montañas, nos tenemos que ir a Sierra Nevada.
Este primer fin de semana de junio hace calor, mucho calor. El levante que sopla por esta zona de Cádiz, es muestra de las altas temperaturas que arrastran hacia Sevilla.
Así que visto lo visto marchamos hacia la costa...
Nos vamos a realizar el sendero que discurre por los Acantilados de Barbate, dentro del Parque Natural de la Breña y Marismas del Barbate, situada entre las los Caños de Meca y Barbate.
Es una ruta fácil, sin complicaciones en el que recorreremos unos 15 km en total, con unos 230 metros de desnivel total, y para ello echaremos algo más de cinco horas, en plan disfrute de paisaje...
Nos situamos en la localidad de Barbate, dirigiéndonos al puerto, y junto a este se encuentra la playa de la Hiernabuena, en donde aparcaremos los coches.
El parque Marítimo-Terrestre de la Breña fue creado en 1989, conteniendo este un acantilado, que en el punto más elevado alcanza los 100 metros sobre el nivel del mar, en donde se encuentra la Torre del Tajo, una torre de vigilancia del siglo XVI.
Este acantilado al estar formado por roca calcarenita con capas horizontales de margas arenosas impermeables, lo que provoca que los acuíferos del monte superior surjan en distintos puntos de la pared del acantilado, formando los famosos "caños"
que dan nombre a la localidad de Caños de Meca.
En esta ocasión nos damos cita 13 compañeros del club: montañeros, senderistas, ferratistas, barranquistas y playeros; 12 más el que está detrás de la cámara, que soy yo.
Una vez que aparcamos los coches, seguimos por la pista (unos 500 metros) que discurre paralelo al mar, dirigiéndonos hasta el final de la playa.
La playa está desierta, no hay ni un alma, el levante aquí sopla fuertemente...
Esta playa salvaje y virgen conocida también como "la Playa de los Chorros" debido a la existencia de varios flujos de agua en los acantilados.
Cuando llegamos al final de la pista, entramos en la playa, y tras andar algunos cientos de metros, empezamos a subir por una cuesta arenosa que nos llevará con dirección a los acantilados.
Una vez arriba, el sendero se ensancha, convirtiéndose casi en una pista, que tras algo más de dos kilómetros nos llevará hasta la Torre del Tajo.
Para proteger la costa de los asaltos piratas berberiscos, durante los siglos siglos XV y XVII se construyeron estas torres vigías. Debido a su proximidad con el norte de África y a la abundante cantidad de población que concentraba durante algunos meses del año, para explotar la almadraba, se convirtieron en uno de los principales escenarios de estos asaltos berberiscos.
Esta torre con planta circular y una altura de 13,35 metros es un robusto edificio construido en mampostería. Actualmente la torre es visitable.
Los senderillos que rodean a la torre en la zona del acantilado están protegido con pasamanos de madera, en donde siempre hay que tener mucha precaución a la hora de asomarnos a los acantilados.
¡Las vistas desde aquí son espectaculares!
Tiramos por aquí...
Y por allí...
Disfrutando de los acantilados...
En ocasiones sopla fuertes rachas de levante, con lo que no es conveniente asomarse demasiado al precipicio, algún que otro ramo de flores vemos en el pasamano de madera.
Y con la correspondiente foto de grupo...en esta ocasión Manolo es el que está detrás de la cámara.
Y aquí la fotillo de los coordinadores...
Junto a la torre, unos carteles nos indican las distancias existentes a cada uno de estos puntos.
Comentar que desde la carretera que une los Caños de Meca con Barbate, existe una zona de aparcamiento de donde parte un sendero que directamente lleva hasta esta Torre del Tajo, bastante más cerca, sino se quiere venir desde la playa de la Hierbabuena.
Nuestra intención es, siempre que podamos, ir lo más pegado a los acantilados para poder disfrutar de las vistas de la misma costa. Algunas veces se podrá y otras no...
Al circular por el mismo borde del acantilado lo tendremos que hacer con mucha precaución, ya no solamente por las rachas de viento, sino también por el suelo erosionado de pequeñas balconadas que pueden estar huecas en su base.
No podemos seguir por el mismo acantilado, así que toca buscar el sendero que se sitúa más al interior del acantilado, ¿pero por donde tiramos?
Toca abrirse camino entre las plantas, pinchos, ramas...así que los pinchazos están asegurados.
¡Más de un grito y una protesta escucho por detrás!
No hay más remedio, hay que seguir algunos metros avanzando por esta selva, en 10 minutos alcanzamos el sendero oficial.
Una vez en el sendero marcado con postes indicativos, seguimos avanzando entre pinos retorcidos por el fuerte levante de la zona y las dunas de arena.
Allá a lo lejos ya vemos los Caños de Meca y su faro del cabo Trafalgar.
Una fuerte bajada nos irá acercando de nuevo a la costa, en donde ya cerca empezamos a divisar las primeras calas de los Caños.
Mientras que nuestros compañeros siguen por el sendero oficial marcado, Javier y yo nos acercamos al mismo borde de los acantilados para poder contemplar este tramo de la costa...y seguir avanzando por ella.
Y aparece la primera cala de los Castillejos.
Playas nudistas, quizás las más históricas de toda Andalucía. Su renombre, nos trae al recuerdo aquellas épocas hippies, en donde las rastas siguen predominando, dando cada vez más paso a los inquilinos con sombrilla y la nevera dominical.
Sigo avanzando un poco y me asomo a la siguiente cala.
En estas calas, cortinas y chorros de agua caen desde lo alto de la Breña en forma de pequeñas cascadas. ¡Cuantos recuerdos!
Y llegamos al final del sendero, en las mismas puertas de los Caños de Meca...
Son las 13:30, así que damos tiempo para que cada uno vaya donde quiera y en una hora nos vemos aquí. Yo voy cascado con una lesión de rodilla, con lo que "no ando más", "voyreventao". Compramos unas cervezas fresquitas y a comer bajo estos enormes pinos.
Y nos vamos de vuelta...
A estas horas de la tarde (14:30) el sol aprieta, aunque de vez en cuando nos refrescamos con una brisa que viene del mar o las sombras de los pinos.
Tenemos una buena subida, que progresivamente llegará hasta los 100 metros de altitud cuando lleguemos a la Torre del Tajo.
Y llegamos...
Un descansillo en la zona de bancos y mesas que hay junto a la Torre, y continuamos bajando...
Y allí se ve Barbate...
Y bajamos a la playa de la Hierbabuena, más desierta aún que antes.
El levante aquí se nota mucho más.
Y a remojarnos los pies, algunos...otros les dan pereza descalzarse.
Y avanzando por la misma orilla, llegamos a los coches.
Buen día hemos echado.
Son las 17 horas, buen momento para tomar unos cafés...y para Sevilla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario