domingo, 5 de octubre de 2025

Una escapada por tierras cántabras: Bilbao y Castro Urdiales (octubre/25)



Ya hacía años, muchos años cuando visité Bilbao, allá por el año 1983. Entonces Bilbao era una ciudad gris, apagada e industrial con poco atractivo para el turismo, era poco visitada. Pero el Bilbao de ahora, es muy diferente, atrae a miles de visitantes todos los años, nacionales y extranjeros. Es una ciudad viva, con mucho ambiente y arquitectónicamente impresionante y, en gran medida se debe al mencionado y mundialmente famoso Museo Guggenheim, además de un casco Viejo, alrededor de la catedral gótica de la ciudad.


Nuestra escapada será solo de tres días, aprovechando que era mi cumpleaños y los vuelos baratos con vueling, pusimos como destino en el mapa esta ciudad, además de Castro Urdiales, que aunque pertenece a Cantabria, está a solo 32 kilómetros de la capital vasca, con una gran población de Bilbao.

Será una escapada relajante, tranquila, de paseo y de saborear sus excelentes “pintxos” y su vida local. 

Nos quedaremos a pernoctar en un alojamiento de un familiar en Castro Urdiales, así que aprovecharemos también para pasear por este pueblo costero y probar sus exquisitos “pintxos” y su ambiente. Ya estuvimos por aquí  allá por año 2011, en una ruta de montañas y costas.

Museo Guggenheim

Este museo es una de las cuatros sedes de la fundación Guggenheim en el mundo, diseñada por arquitecto canadiense-americano Frank Gehry e inaugurado en 1997 para revitalizar la ciudad de Bilbao. Su edificio, junto a la ría, es una grandiosa y bella obra maestra arquitectónica de titanio, piedra caliza y cristal, famosa por sus formas orgánicas y su espectacular integración en el paisaje urbano de Bilbao, sirviendo como motor de su revitalización económica turística.


Su estructura escultórica recuerda a la de un buque, con formas curvilíneas y orgánicas, inspiradas por la forma y el movimiento de los peces.


El interior combina espacios curvos y orgánicos con pasillos en zigzag y grandes galerías. Alberga obras como la instalación de acero de Richard Serra y el Puppy de Jeff Koons.

Su interior es tan asombroso como el exterior, con un atrio central de forma irregular y elegante, y un diseño que se considera una obra de arte. Alberga la famosa sala expositiva permanente “La materia del tiempo” con siete esculturas monumentales de acero, que crean una experiencia casi mágica y pueden generar una sensación de leves mareos.


En el exterior del museo se encuentra la gran araña que simboliza a la madre del artista Louse Bourgeois, titulada “Maman” y representa la doble naturaleza de la maternidad como protectora y depredadora, así como la fortaleza y la fragilidad. 


La obra es un homenaje a su madre, quien se dedicaba a tejer tapices, una habilidad que la artista asoció con la araña que hila su tela.

Y la Gran Catedral de Bilbao, el Athletic

Casco Viejo

Es el antiguo núcleo medieval, un animado barrio a la orilla de la ría, con muchas tabernas tradicionales en las Siete Calles (Zazpi kaleak en euskera). Buenos “pintxos” se toman por allí. El mercado de la Ribera ofrece puestos  de alimentación, aunque cuando nosotros estuvimos estaba cerrado, era por la tarde.







Son muchos los lugares en donde podemos comer, bien de pinchos o de restaurante, nosotros pudimos combinar ambos, recomendado para comer el restaurante Bocadero, con muy buena calidad-precio y de pincho no puede faltar “El Globo” en donde saborear sus famosos pintxos txangurro gratinado.




Castro Urdiales 

Conocida por los romanos como Flaviobriga y fronteriza con el País Vasco, es una ciudad marinera, una de las más importantes de la comunidad de Cantabria, gracias a su magnífico puerto, la belleza de sus playas y un valioso patrimonio histórico y cultural.


Daremos un paseo por su puerto, avanzando poco a poco con dirección a la playa de Ostende y pasando por el Castillo de Santa Ana, el Puente Medieval, la Plaza del Ayuntamiento y la iglesia de Santa María de la Asunción.


Poco antes de llegar a la playa de Ostende, recorremos  “El pedregal”, una pequeña cala de roca que se forma por el agua del mar que se cuela por diferentes grietas de la roca del acantilado.



Nos acercamos a la calle de los pinchos, en donde varios bares nos mostrarán la amplia variedad de “pintxos” que podremos degustar, a cual más bueno. Destaco uno de ellos, muy bueno y a la vez muy barato, el bar Archanda en la calle Ardigales.