chttp://Viene de Parte III
Tirana
Sobre las 13,45 horas nos dejó,
cerca del centro, junto al parque que hay en la pirámide. Nosotros, totalmente
despistados intentamos ubicarnos con un plano de Tirana que traía mi libro.
Tenía anotado tres posibles
hoteles donde dormir, y que salían bien de precio.
Le preguntamos a un chaval por la
ubicación de uno de ellos, él no lo conocía, y en un inglés fluido nos comentó
que iba a llamar por teléfono a algún familiar para que se lo localizase.
Efectivamente nos dio la indicación
del hotel.
Estábamos relativamente cerca, y
en plena plaza donde se encuentra la torre
del reloj, el ayuntamiento, y la mezquita. Ahora parece que estamos bien
ubicados.
Nos dirigimos hacia él, alarmados
por el gran caos de tráfico, y donde atravesar por un paso de cebra es toda una
aventura.
Ya que pasábamos por otros
hoteles, preguntamos el precio, el primero, 50 € habitación doble, carísimo. El
segundo, junto al gran hotel Tirana international, de lujo, el Star hotel, 25
€, habitación doble para dos personas. Perfecto, aquí nos quedamos, además era
uno de los tres que tenía anotado. Muy bien situado y buena calidad-precio.
Dejamos el equipaje, y lo primero que hacemos es
entrar en un restaurante a comer, le preguntamos al chico de recepción, por un
buen sitio con comidas típicas del país. Nos recomienda justo el que estaba al
lado del hotel. Pedimos varios platos de la zona, y lo que más nos sorprendió
fue el precio. Por 3 € cada uno comimos.
Una vez bien hartos de comida, y
con el correspondiente cafelito, a recorrer la ciudad.
Lo primero que nos sorprende de
esta capital, es la fuerte influencia que ha tenido Italia sobre los albaneses.
De ahí que muchos albaneses entiendan muy bien el italiano, incluso que lo
lleguen a hablar. Muchos albaneses nos preguntaban siempre que si éramos
italianos.
Otro aspecto a destacar, es el
gran caos circulatorio, y el enorme ruido de fondo. Y aunque ya lo he comentado
anteriormente, es importante destacarlo de nuevo. Intentar pasar por un paso de
cebra, es igual de peligroso que atravesar donde no lo hay. Los conductores
raramente paran, lo que hacen es esquivar a los peatones a gran velocidad.
Tirana no es una ciudad con
grandes atractivos, y los que tienen están concentrados en torno a la plaza
Skanderberg, pero si es tremendamente interesante. ¿Por qué?, es la gran
capital de un país que hasta hace muy poco tiempo ha estado totalmente cerrado
al exterior, y era el último reducto de la influencia soviética. Pasar casi un
día completo de forma intensa es cita indispensable para empezar a conocer este
país.
En el centro de la plaza
Skanderberg podemos contemplar la estatua ecuestre de Skanderberg, este es el
nombre real del héroe nacional de Albania.
Junto a esta, la torre del reloj,
y al lado la mezquita de Ethem Bey que con su esbelto y puntiagudo minarete da
cierto encanto al conjunto de edificios.
Esta mezquita del siglo XVIII, es
uno de los pocos edificios antiguos que sobrevivieron en Tirana y también uno
de los más bellos. Su minarete fue destruido durante la batalla de liberación
de Tirana, pero más tarde fue reconstruido.
El estatus de la mezquita como
Patrimonio Cultural la salvo de la destrucción durante la campaña ateísta de los años sesenta.
Tiene frescos en el exterior y también en el interior.
Las mujeres solo pueden subir por las
escaleras que conducen a las galerías donde se ven las pinturas interiores,
pero eso sí, ataviadas de forma obligatoria con el consiguiente pañuelo que
cubra la cabeza.
La torre del reloj, que data de
1820 y mide 35 metros de alto, se puede disfrutar de unas vistas excelentes de
la ciudad. Nosotros intentamos subir ese día pero estaba cerrado.
El teatro Nacional, la ópera y
ballet, y algunos edificios de varios ministerios, son otras construcciones a
destacar en la misma plaza Skanderberg.
En el Museo de Historia Natural,
podemos contemplar el mural que preside la entrada, y que es un excelente
ejemplo del arte realista socialista, aunque no esté representada la estrella
roja característica de la bandera partisana.
Ahora nos damos una vuelta por el
mercado central, para seguir disfrutando del mundillo más rural. De pronto el
cielo se pone totalmente negro y empieza a descargar una fuerte tormenta.
Una vez escampado seguimos paseando por este
pequeño mercado, donde las delicias de algunas frutas son tentadoras para degustarla.
Nos sentamos en la terraza de un
bar, y durante un buen rato, seguimos observando a los comerciantes en la venta
de sus productos.
Por cierto que los dos cafés con
leche solo nos costaron 80 céntimos,
aunque al igual que en Macedonia, conseguir la leche para el café es toda una
odisea.
Tenemos pendiente enterarnos de
donde salen los furgones compartidos para Berati al día siguiente, y Kruje al
otro. Esto es lo más difícil ¿De Dónde? En Tirana no hay propiamente una
estación de autobuses, sino que depende de a donde quieras ir, saldrán de un
lugar u otro.
De este modo le preguntamos al
muchacho de recepción, pero no tenía ni idea, pero se enteraría para
decídnoslo.
Entre tanto seguimos visitando
otros lugares de la ciudad. Muy cerca de la famosa plaza, destaca muy
esbeltamente una torre, que parece de alguna iglesia moderna. Pues allá vamos.
Efectivamente una bellísima
iglesia ortodoxa, y con muy pocos años de construcción.
En su interior hay enormes
pintadas de varios santos en forma de iconos.
Día
5. Tirana-Berat-Tirana (Albania) 300 km
Continua en Parte V
http://antonio-bueno-todosmisviajes.blogspot.com.es/2013/09/ruta-diario-albania-macedonia-y-albania.html
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