Tocando ya los primeros días de marzo y con la primavera llamando a las puertas de Andalucía, Pepi, Víctor y yo nos vamos de ferrata. Hoy tocaba de las Gaucin, El Hacho y el Castillo. Dos impresionantes ferratas (quizás las mejores de toda la Serranía de Ronda, por sus muchos alicientes y dificultades). Primero hicimos la del Hacho y después la del castillo (este orden lo planteamos para no quedar a pleno sol en las paredes, aprovechamos la sombra, además hoy es lo suyo porque hace un intenso calor) siendo esta la que relataré y describiré en esta ocasión.
Situados ya en la localidad de Gaucín (Málaga), dejamos el coche en la entrada del pueblo. Ahora simplemente nos tendremos que dirigir hacia el castillo del Águila, tras recorrer sus estrechas callejuelas y sus encaladas casas de blanco.
Es mediodía, acabamos de comer después de haber realizado la ferrata del hacho. Hace muchísimo calor, así que antes de iniciar la ferrata un buen trago de agua en la fuente del pueblo.
Ya en la misma base del castillo, un cartel nos marca el inicio de de la ferrata, está muy cerca no tiene perdida alguna.
Sin lugar a dudas, en mi parecer, es la mejor ferrata de toda la Serranía de Ronda. Es muy entretenida, tiene sus pasos complicados, dos puentes de monos (el primero corto pero exigente, el segundo de unos 20 metros), un puente tibetano y una tirolina de 32 metros. Además dos fuertes travesías laterales con desplomes que nos hace colocar en más de una ocasión las bagas de reposo.
Además, lo peculiar de esta ferrata es que se encuentra de forma descendente, y esto incrementa la sensación de vértigo y de caída.
Las características de esta ferrata son las siguientes:
Dificultad: (K3+) muchos la catalogan como K4. Factor psicológico (3), Fuerza (4), resistencia (4)
Tiempo de acceso a la vía: 10 minutos
Tiempo de realización: 90 minutos (haciéndolo en plan tranquilo)
Desnivel total descenso: 80 metros
Desnivel total ascenso: 30 metros
Desnivel total ascenso: 30 metros
Recorrido total: 182 metros
Como ya había comentado, la ferrata empieza descendiendo, con lo que es importante enganchar uno de los mosquetones de la baga en la grapa y el otro en el cable de vida. Es la mejor forma, ya que nos da la seguridad al ir bajando.
Al poco de empezar nos encontramos con un pequeño salto, el cual hay que realizarlo estando bien enganchado en el cable de vida. Para personas con las piernas más cortas le resultará algo más complicado.
Seguimos descendiendo, y allá abajo podemos ir divisando la tirolina y el segundo puente de monos, ambos enganchado a un espolón que de forma vertical emerge desde la base. En la punta una curiosa formación de la roca hace que de ahí reciba el nombre de águila, por su semejanza.
Y ahora viene la parte más dura, la que se encuentra antes y después del primer puente de monos.
Una muy exigente travesía horizontal desplomada que en más de una ocasión tendremos que descansar. Además en algunas zonas no hay grapas para los pies, por lo que tendremos que ir apoyándonos en los salientes de la roca.
La verticalidad es fuerte, mejor no mirar mucho hacia abajo. Por fin, justo al inicio del puente podremos descansar un poco antes de empezar con el segundo tramo.
Ya la hemos pasado, de nuevo la pared se extaploma y los brazos tenemos que ejercitarlo para pasar estos varios metros. ¡Francamente este tramo se las trae!
Y ahora empezamos a bajar fuertemente por una pared bastante vertical hasta llegar al segundo puente de mono, éste bastante más largo que el anterior, pero al estar a menos altura no impone tanto
Ahí va ya atravesando primero Víctor y Pepi ya cerca de él. Yo aquí arriba no dejo de impresionarme de las vistas de los alrededores y de las instalaciones de esta ferrata, ¡Impresionante, espectacular!
Ya estamos los tres aquí (intentando encontrar un hueco donde colocar el trasero) en el espolón de donde parte la tirolina. Descansamos un poco, charlamos, damos nuestras impresiones...
...Y Víctor empieza a montar la tirolina, tiene que estar anclado con varios puntos de seguridad, ya que el lugar no da para apoyarse en ningún sitio, está en el vacío.
Donde termina la tirolina vemos un grupo de escaladores trepando por el otro espolón, eso si que no es lo nuestro, con esto ya tenemos bastante.
Una vez montado todo, y con el cordino de unos 30 metros para recuperar la tirolina, Pepi se lanza la primera, ¡que tía más lanzada y valiente!
Allá va..........................
Ahora me toca a mí, Víctor me prepara todo el material y allá voy.
¡ahhhhhhhhhhh...que güay!
Vaya, mis compañeros estaba tan liado que no me han sacado ni una foto.
Yo, situado en el espolón, miro hacia mi izquierda, veo como Pepi acaba de atravesar el puente tibetano. y de frente a Víctor que poco a poco empieza a desarmar la polea para tirarse él.
Ahí va Víctor.
voy...................................
Lo espero a que llegue y empiezo a atravesar el puente nepalí, este se pasa perfectamente. Ni comparación con los otros dos puentes de mono.
Allá abajo vemos a los escaladores que se van alternando para subir por las paredes.
Ya casi al final de la ferrata, unos pasos más sin complicaciones y fin de la ferrata.
Hora y media colgado y disfrutando de estas paredes...pero eso si los brazos los llevamos bien cargados. Han sido dos ferratas muy exigente, pero hemos disfrutado de lo lindo.
¿Y ahora que?
¡Que fresquita la cervezona!
Abril/18
Tras realizar las dos ferratas de Casares (pinchar para verla), hicimos de nuevo la de gaucín
Delicados desplomes laterales pasando el puente de mono...
Y ahora toca la tirolina, situada entre los dos torreones...
Y ahí van los vídeos de las tirolinas
Antonio...
Pepi...