jueves, 22 de abril de 2010

Cresteria integral de Grazalema, San Cristobal (1537 m), Torreón (1645 m) Abril/10





Ahora si, por fin haremos la Crestería completa, desde el San Cristóbal hasta más allá del Torreón. Las crestas orientales y las occidentales.
Hacía siete meses que mi compañero Joaquín había pedido el permiso, y solo se lo dieron para 14 personas.
Así que a las 9,30 de la mañana estábamos situados en el aparcamiento del Pinsapar (1050 m), donde anteriormente habíamos dejado un coche en el área recreativo de los llanos del campo,
para después regresar los conductores.

El día es incierto climatológicamente hablando, con más de un 80% de probabilidad de lluvia y teniendo en cuenta que estamos en Grazalema, agua garantizada. Sin problemas, llevamos todo lo necesario para la lluvia. Aunque dicho de paso, en el total de las ocho horas y media que estuvimos pataleando por estas crestas no nos cayó ni una sola gota d agua. !Esto sí es tener suerte¡

Datos de interés: Crestería completa

Lugar de partida: Aparcamiento del Pinsapar (1050 m altitud), carretera Grazalema-Zahara
Lugar de llegada: Área recreativa los llanos del campo (600 m altitud) carretera El bosque-grazalema
Altitud pico San Cristóbal: 1537 m.
Altitud pico El Torreón: 1645 m.
Desnivel acumulado total: 1100 m
Dificultad: alta-muy alta
Duración: 8 horas y 30 minutos
Distancia: 13 km
Fecha: 17-04-10
Participantes: 14 socios del Club de senderismo y montañismo: señal y camino www.senalycamino.es
Observaciones: Para realizar este recorrido se necesita un permiso especial que deberemos de solicitar en las oficinas del parque Natural situadas en el Bosque
(tlf 956 60 63), dan muy pocos permisos por lo que se puede tardar meses en ir


Bueno pues allá vamos, 14 compañeros del club nos dirigimos con dirección al San Cristóbal. Saliendo del aparcamiento del pinsapar, el sendero a seguir es el mismo que nos lleva a los pinsapos. Iremos ascendiendo unos 250 m en poco más de 40’ hasta alcanzar el puerto de las cumbres.






A la izquierda tenemos nuestro objetivo, el San Cristóbal, que con su forma piramidal es quizás el pico más codiciado de toda Andalucía Occidental por los montañeros.
Al otro lado Grazalema, que con su blancura descansa en la base del gran peñón.
Todavía seguiremos por el mismo sendero que nos lleva a los pinsapos, pero al poco (a unos 100 m) nos tendremos que desviar hacia la izquierda. Aunque el camino no está perfectamente marcado, es fácil de intuir.



Ya metidos en la cuerda del San Cristóbal, iremos avanzando por el mejor sitio. Hay tramos de rocas, otros de senderillos, y otros de pequeñas trepadas. Después de unos 20’ llegamos al collado existente entre el San Cristóbal y el monete o falso San Cristóbal,



Aquí se extienden unos pequeños prados, y en él, un pozo de nieve, dicen que es el mejor conservado de todo el Parque natural, con 10 m de profundidad y 8 de diámetro.
Ahora queda la parte más empinada, y donde tendremos que poner especial atención a la hora de progresar, pues hay algunas zonas delicadas, y en el último tramo una pequeña trepada entre las rocas.









En poco menos de dos horas alcanzamos la cumbre, estamos en el mítico San Cristóbal (1537 m). Aquí arriba podemos disfrutar de unas excelentes vistas de toda la sierra del Pinar, del embalse de Zahara, de la sierra de Lijar, y de varios pueblos que con su blancura destacan en la lejanía. Pero frente a nosotros vemos el Torreón, y bajo él un enorme manto de pinsapos, es el pinsapar de grazalema. Nuestra mirada se queda atónita cuando desde aquí arriba vemos la cresta que desde el San Cristóbal nos lleva hasta el Torreón, este será nuestro objetivo y nuestro itinerario a seguir.







Deberemos de bajar un poco del San Cristóbal para encaramar la cresta por la cara norte. En todo este tramo hay que ir muy atentos, ya que el paso entre algunas rocas es estrecho, y un descuido traería fatales consecuencias. Yo me quedo el último, y desde lejos contemplo las siluetas de mis compañeros avanzando sobre la cresta. Con un cielo parcialmente encapotado y amenazante de lluvia, el color es atrayente. Es inevitable, saco mi cámara y empiezo a disparar.


















Durante un buen rato seguimos por la cresta, aunque la peor zona ya la hemos pasado. Ahora debemos pasar un pasillo muy estrecho, que solo aquellos que tuvieran dimensiones corporales anchos si tendrían ciertos problemas






De vez en cuando echamos la mirada hacia atrás y vemos allí a lo lejos el impresionante San Cristóbal y que destaca su forma picuda desde cualquier sitio.


Hemos llegado a la zona de los pinsapos. Algunos majestuosos, viejos, muy viejos, y que por suerte se libraron de la gran tala de 1905, muchos de ellos retorcidos por el fuerte viento están aislados, solos, parecen tristes pero orgullosos del tiempo vivido.







Poco antes de llegar al Torreón nos encontramos un gran hoyo formado por un caos de rocas, lo debemos de esquivar, la mejor opción es dar un rodeo por la parte izquierda. Aquí cada cual fue tomando distintos caminos. Yo parece que me embalé, y me fui por los pequeños pasillos y saltos que había entre estas grandes, afiladas y peligrosas rocas. Por un momento me recordó la subida al Torre Blanca (Techo de Cantabria).
Buscando como medio podía el mejor camino, en varias ocasiones tuve que retroceder por encontrarme de frente algunos saltos difíciles de superar.

Por fin ya empiezo a subir, aunque el camino oficial de subida quedaba más hacia la izquierda, no me quise desplazar a él, así que seguí subiendo por las rocas llegando al torreón por la cara norte, aunque debo de reconocer que en el último tramo hubo un pequeño salto con caídas verticales vertiginosas.


Bueno, pues ya estamos aquí, poco más de cuatro horas en llegar. Cada poco, los compañeros iban llegando.
Prácticamente no hemos hecho parada alguna, así que ahora toca nuestra merecida comilona (lo de siempre, unos simples bocatas). Un pequeño descansillo de diez minutos, y tras la foto de rigor en este torreón de 1645 m (techo d Cádiz), y tras media hora nos vamos recorrer la cresta occidental.


Debemos descender por el camino oficial, ya que por la cresta hay una gran brecha que debemos de esquivar. Cuando nos encontremos una gran roca dejaremos el sendero oficial y tiraremos hacia la derecha, de nuevo estamos subiendo por una zona de rocas hasta alcanzar la otra parte de la brecha. Los cortados son impresionantes, por toda esta zona más de un escalador ha perecido en aquellas proezas que más de una vez queremos conseguir.





Aunque cuando se hace la Crestería lo normal es llegar al Torreón y ya bajar. Nosotros seguiremos avanzando por toda ella hasta conseguirla de forma completa. Carmina y Clemente la habían recorrido y nos hicieron de guía.



Empezamos por el pico del águila, a unos 1500 m de altitud. Impresionantes vistas de toda la sierra, y hacia abajo escalofriantes caídas verticales.
Seguimos por la cresta y vamos bajando y subiendo a los distintos espolones y cortados que nos vamos encontrando. Carmina nos anima y nos dice “ya estas subidas son opcionales”, poco a poco cada vez son más los compañeros que no suben a los distintos cortados, la verdad es que empezamos a notar el cansancio.














Ya empezamos a bajar, Clemente nos busca el camino, nosotros imposible de encontrar.
Por este lugar no pasa nadie, de hecho el camino está prácticamente cerrado por las plantas. Al no llevar ni machetes, ni sierras, ni cortadoras, son nuestros sufridos cuerpos los que padecen los muchos pinchazos de Zarzas, aulagas y plantas extrañas que nos hacen acordarnos de Clemente.



En realidad vamos buscando el sendero del tesorillo que nos lleva al área recreativa de los llanos del campo, que es donde habíamos dejado los coches. Por fin ya vemos la carretera, pensé yo, ya estamos cerca. Pues nada, somos montañeros, seguimos bajando por entre los arbustos, zarzas y demás plantas que harán que por la noche nos acordemos de ellas.

Por fin llegamos al sendero del tesorillo, tras una hora de bajada y unos 1000 m de desnivel, ya en los últimos tramos de nuestra ruta, y en este sendero, avanzamos por un bonito lugar, frondoso y rodeado de majestuosos quejigales.





A las 6 de la tarde llegamos al área recreativa de los llanos del campo. El cielo se fue cerrando de grandes nubes negras, y nosotros los conductores nos desplazamos hasta el aparcamiento del pinsapar para recoger los coches, y entre tanto seguimos avanzando por la carretera, una fuerte lluvia descarga sobre nosotros, cerca del puerto del boyar, y a esa altura, el agua caída la hace en forma de granizo.
Esto si ha sido una ruta con suerte, y por eso le doy las gracias a estas nubes pacientes, que han querido que disfrutásemos de esta Crestería, del San Cristóbal y del Torreón.

lunes, 19 de abril de 2010

Monsanto y las villas historicas de Portugal Marzo/10




Monsanto, la aldea mas portuguesa de Portugal




Poco más allá, entre la frontera de España y Portugal, y en tierras lusitanas, nos encontramos varias villas que forman las conocidas como ciudades históricas de Portugal.
En un viaje por la Sierra de Gata (Cáceres), y sin saberlo, descubrí estos lugares cercanos a España, y que no podemos dejar de visitar.
Tomando como referencia la ciudad cacereña de Coria y Moraleja, nos adentramos en tierras portuguesas por la carretera CC214. A unos 40 km encontramos la primera localidad,

Penha García. Aunque no es una ciudad propiamente histórica, la he incluido porque pilla de paso y tiene una visita interesante.
Lo primero que destacamos es su enclave. Alzada sobre la ladera de una colina tiene un callejeo que nos hace remontarnos a fechas pasadas.
En la parte alta del pueblo preside los restos de un castillo, y detrás, una enorme presa, donde el agua se deja caer por un vertiginoso cortado. Esta caída provocó en su tiempo la construcción de varios molinos, donde el entorno tiene un interesante recorrido.


De hecho, existe el itinerario PR-3, con una longitud de 3 kilómetros, y que parte del mismo pueblo, éste recorre algunas callejuelas, el castillo, y después baja, adentrándose en el cauce del río. A ambos lados varias construcciones de antiguos molinos.
Nosotros lo hicimos en un día que caía una fuerte tormenta, y donde el agua corría a gran velocidad, atravesando una gran cascada artificial.








Ahora pues nos dirigimos a Idanha-a-Velha, a unos 35 kilómetros. Ciudad romana, y antiguamente de nombre Egitania, es una pequeña freguesía de poco más de 50 habitantes.


Ciudad con gran patrimonio, está rodeada por su muralla, destacando en su interior la catedral visigoda (única en su género en la toda la península), el castillo y el puente sobre el río Ponsul.
Hay un pequeño bar en el que se pude tomar algún refrigerio, para comer hay que hacer la reserva antes.









Salimos de Idanha-a-Velha, y a unos 15 km llegamos a Monsanto. Es difícil encontrar una palabra que defina tanta belleza y originalidad.


Monsanto, la aldea mas portuguesa de Portugal, esto es lo que decidieron los portugueses en los años setenta, cuando se celebró un concurso en el que había que votar al pueblo más portugués.



Está situado en la vertiente de una pequeña y escarpada montaña. La cumbre de Monsanto (Mons Sanctus, que irrumpe bruscamente en la llanura) se eleva a 758 metros de altitud.
En su cumbre, un castillo de la época de los templarios preside este espectacular paisaje.










Hoy, en nuestra visita, el cielo está encapotado, cubierto de nubes bajas, cae una pequeña llovizna. El pueblo parece un “pueblo fantasma”. No hay nadie por las calles, solo nosotros dos deambulamos por el pasado, por siglos de historia. Al girar la esquina de esta calle, invadidos por la niebla, vemos una enorme roca que parece aplastar una casa, y otra más, y otra.






Todas las casas están construidas entre enormes rocas redondeadas, y que a su vez forman parte de ella. Este sitio es espectacular, nunca había visto algo igual.





Las callejuelas empinadas siguen subiendo, la densa niebla deja entrever cual maravillosos rincones, mi cámara no deja de disparar.
Una gigantesca roca, verde, de tanto musgo adherido. De frente, otra más, pero de un color grisáceo, unas pequeñas escalinatas para acceder a la casa, la niebla oculta algunos detalles, la escena es espectacular. No dejo de contemplar tanta belleza. Llueve, pero ni me inmuto, solo quiero disfrutar de este paseo, de este paseo por la historia.




Torres, Tumbas excavadas en roca, gruta, iglesias, capillas, Puertas, Muralla, horno comunitario…………. ,leyenda, historia, romanos, visigodos, árabes, y mucho más atrás, huellas del paleolítico.





Este pueblo es indescriptible, es una joya. Una joya que no se puede dejar de visitar. Si, aquí, en tierras lusitanas, donde antaño Don Alfonso de Henriques conquistó Monsanto a los moros, y éste donó a la orden de los templarios, que bajo las órdenes de Don Gualdim mandó edificar su castillo.





Desde lejos nos despedimos de Monsanto, y justo ahora cuando las nubes se alzan al cielo, observamos maravillados su ubicación.



Un día de visita por tierras portuguesas, tres pueblos distintos, uno romano, otro destaca su enclave, y Monsanto es todo, todo encanto.