lunes, 13 de agosto de 2018

Ruta-diario de ferratas y barrancos de Andalucía (Jaén-Granada-Málaga) Agosto/18





Ya antes del verano, los compañeros que vamos siempre de ferrata y barranco, habíamos quedado en buscar algunos días para hacer una escapada por Andalucía, y seguir con el proyecto de terminar todas las ferratas de esta región.
Dicho y hecho, hablamos y fuimos concretando fechas. Tres días de escapada para realizar estas actividades por la provincia de Jaén, Granada y Málaga, en la segunda semana de agosto.


Como siempre, los integrantes de este grupo serían Pepi, Miguel Angel y Víctor (los locuelos de la foto superior) y el que se encuentra detrás de la cámara que soy yo, Antonio (el otro locuelo de la foto inferior), que siempre se me engancha de fotógrafo.


Y además en esta ocasión también se engancha para la primera ferrata (Castillo de Locubín) mi amigo Jose, que al haber nacido aquí también nos acompañó (el otro locuelo del casco rojo).


Buscamos un alojamiento que resultase muy económico y además en una buena ubicación para movernos por la zona. 
Efectivamente, lo encontramos, un hotel (***) el NS Albolut, situado en Albolote, a escasos kilómetros de Granada. Exageradamente barato, cogimos una habitación cuádruple familiar, 60 € por noche, eso quiere decir que cada uno pagará 15 €, un chollo, allí estaríamos las dos noches.  


Nuestro plan era el siguiente:

Día 1: Ferrata de Castillo de Locubín  (Jaén) y ferrata de Moclín (Granada)
Día 2: Baños de Urquizar y cascada del arroyo Alcázar (Dúrcal), Barranco de los Bolos (Dúrcal) y Barranco y ferrata de Luna (Saleres) (las tres en Granada)
Día 3: Cahorros de (Monachil) (Granada) 
y Ferrata de la Bola (Villanueva del Rosario) (Málaga)

Nota: Sobre la marcha cambiamos la ferrata de los 101 caños (Villanueva del Trabuco, Málaga) que se proyectó en un principio, por los Cahorros de Monachil, las condiciones del calor nos hizo realizar este cambio. 






Pues si, allá vamos, salimos de Sevilla sobre las siete de la mañana, y a las 10:15 ya estábamos en Castillo de Locubín en donde Jose nos estaba esperando.

Día 1

Ferrata Castillo de Locubín

Nos situamos en la localidad de Castillo de Locubín, ubicada en la comarca de la Sierra Sur de Jaén.
Posteriormente nos trasladamos al área recreativa en donde se encuentra el nacimiento del río San Juan, situada a unos cuatro kilómetros del pueblo. 


Este nacimiento está formado por la depresión existente entre los cerros de la Serrezuela y la Nava.
Toda esta zona es un pulmón verde de Castillo de Locubín. Jose muy orgulloso de su tierra nos lo explica al detalle, e incluso con algunas anécdotas de su niñez.


Es un paraje de gran belleza, en donde se han formado de forma natural varias pozas de agua cristalina, desde la que brota el agua subterránea, formando bonitas e intermitentes columnas de burbujas hasta la superficie.  


En este enclave nos podemos encontrar el área recreativa perfectamente habilitado con bancos, mesas y un bar, en donde a la vuelta tomaremos unas cervezonas.


Iniciamos la ferrata

Características:
(A recordar: k1-muy fácil, K6 muy difícil)
R-resistencia (de 1 a 5)
F-fuerza (de 1 a 5)
A-aspectos psicológicos (de 1 a 5)
E-esfuerzo (de 1 a 5)



Nombre Ferrata

Nivel de
dificultad

Recorrido total/Des-nivel
Tiempo acceso/re-corrido/regreso

Puentes
De mono

Puentes
tibetanos

Castillo de Locubín
K2
R-2
F-2
A-3
E-2


400/125


5’/75’/30’

2
7+7  metros

1
20 metros

Nos situamos junto al área recreativa, y a pie de la carretera, en una de sus paredes, en una casetilla se encuentra el inicio de la ferrata.
Parece ser que antes, esta caseta se encontraba cerrada (por seguridad) y había que pedir la llave al ayuntamiento, nosotros no tuvimos que hacerlo, estaba abierta. 


No es una ferrata con dificultad (K2), lo único que tiene son los dos puentes de mono y el puente tibetano, eso sí, totalmente destensado y sin cable de vida.


Allá vamos...
Como Jose es la primera vez que va de ferrata, lo dejamos justamente en el centro de los cinco, para ir controlándole. Miguel Angel irá primero (para hacer también fotos), detrás Pepi, Jose, Victor y el que se encarga de fotografiar (yo) el último.




La primera parte con bastantes grapas, se asciende por un tramo vertical ligeramente inclinado, sin ningún tipo de dificultad, es más, incluso en algunos tramos se puede andar por la misma roca.


Y tras coger bastante altura, llegamos al puente tibetano.
El calor aprieta de lo lindo...


Tal como ya indiqué antes, está muy destensado, con lo que el movimiento es permanente, y eso quizás puede echar a la gente para atrás...y a esa altura, impone.

Además tiene el inconveniente de no tener cable de vida, con lo que hay que cambiar los mosquetones  de la disipadora cada vez que llegamos a las presillas, y esto hace que el equilibrio lo podamos perder. 

Por si alguien le puede imponer, hay un paso lateral para esquivar dicho puente tibetano.

Allá vamos:


Pepi...


Victor...


Miguel Angel..



Jose...


Antonio...


A continuación progresamos lateralmente, rodeando un saliente rocoso, para acabar con una vertical que nos acercará hasta el primer puente de monos. 



Mientras que Jose avanza por la vertical, ya veo a Miguel Angel atravesando el puente de monos.


Y ya todos aquí dispuestos a atravesarlo.
Son unos 7 metros de longitud lo que tiene el puente, con solo dos cables, uno en donde apoyamos los pies, y el otro por donde iremos desplazando los mosquetones a la vez que avanzamos.


Tiembla también bastante, con lo que tendremos que pasar con precaución, y afianzando bien los pies.


Yo me traslado hacia la parte baja del puente para poder inmortalizar mejor a mis compañeros al atravesarlo.


Allí va la Pepi, "toda una campeona"...


Y ahora el Jose, que se nota que es la primera vez que atraviesa por un puente de monos...se le está haciendo muuuuuyyyy largo.


Y a los pocos metros llegamos al segundo puente de monos, en el que de nuevo se ve a Jose luchando con los cables de acero y manteniendo el equilibrio como si se tratase de un verdadero funambulista. 



Miguel Angel, sin problemas alguno le da hasta para hacer "el mono"


Y ahí voy yo, "por fin..."


Mientras yo avanzo por el cable, Jose y Pepi ya suben por la última vertical.


Y la foto de grupo una vez acabada la ferrata, hemos tardado algo más de una hora en realizarla...y mucho calor al final. El sol nos pegaba de lleno en estas paredes.


Y empezamos a bajar por un sendero perfectamente indicado por hitos y una gran pendiente...


Menos mal que en muchos tramos han instalado unas gruesas cuerdas para agarrarnos y no resbalar. Pero parece que el presupuesto de cuerda se ha acabado, y la caída está garantizada...muy empinado, con piedra suelta y muy resbaladizo.


Veinte minutos después, y con los traseros lleno de tierra (¡de las caídas claro!) llegamos de nuevo al área recreativa.


Es la una del mediodía, hace muchísimo calor, así que lo que toca ahora son unas heladas cervezonas...
¡Que aproveche, brindamos por la ruta!


Y tras una hora de charla y de cervezonas (con las buenas tapas que ponen por estas tierras jienenses) decidimos quedarnos por aquí (al fresco) antes de proseguir nuestra ruta hacia la otra 
vía ferrata (de Moclín).


Un poco de agua refrescante...


 Un poco de "cabezá" en estas confortables camas...y a las cinco partimos con dirección a la ferrata de Moclín.

Ferrata de Moclín

¡Ufff, que calor hace!
Bueno, iremos poquito a poco para allá, a ver si baja un poco la temperatura!


Nos situamos en la carretera que une las localidades de Tózar y Moclín, poco antes de llegar a este, se encuentra junto al pie de carretera unas antiguas canteras, "Tajo de Sopalmo" o "Pedriza de la Solana" o "Peñón de la Solana".


Y en frente de estas canteras tenemos sobre la colina, el castillo de Moclín.


Víctor ya conocía esta ferrata, con lo que recordaba que a esa hora de la tarde en esas paredes pegaba la sombra, y así fue, "un 10 Víctor".
¡Que diferencia, hacerlo así, que con un castigador sol de frente!


Preparamos todo el material, además del usual, la cuerda y la polea para la tirolina.

Características:


Nombre Ferrata

Nivel de
dificultad

Recorrido total/Des-nivel
Tiempo acceso/re-corrido/regreso

Puentes
De mono

Puentes
tibetanos

Tirolina

Moclín




K2+
R-2
F-2
A-3
E-2


170/90


5’/90’/15’

1
8 metros

1
25 metros

1
25 metros



Bonita, entretenida y completa ferrata, con un puente de mono, un puente tibetano, una tirolina, una travesía lateral con un ligero desplome y una bajada en rapel opcional


Comienza con un tramo de peldaños de 5 metros de altura que nos accede a una repisa, donde nos encontramos a nuestra izquierda una piedra de molino a medio cantear, pues la ferrata comienza en una antigua cantera de piedras de molino.




 Seguimos subiendo un tramo de 18 metros de grapas que nos sitúa en en una nueva repisa de unos dos metros de longitud que se encuentra al inicio de un puente tibetano.


Antes de entrar al puente, inmortalizo a Pepi y Víctor con la ubicación del castillo de Moclín a sus espaldas, y allá abajo nuestro coche aparcado.


  El puente tiene unos 25 metros de longitud y consta de cable de vida, dos cables para las manos y otro para los pies, con tensores verticales en forma de "V" para dar mayor estabilidad.


Poco a poco lo vamos pasando...Miguel Amgel, Víctor, Pepi y yo que no paro de hacer fotografías desde la parte trasera, !y que algunas veces cuesta eh!.



Según acabamos de atravesar el puente, nos deja en una repisa ligeramente volada, en donde empieza una travesía horizontal de unos 16 metros, de los cuales los ocho primeros nos ayudamos con unas cadenas adosadas a la pared, y los ocho siguientes tienen asideros de hierro. 


Esta es una bonita travesía horizontal cuando lo vemos desde la otra perspectiva.


Y de nuevo llegamos a otro puente, en este caso un puente de monos de unos 8 metros, con tres cables, uno para los pies, otro para las manos y otro de vida en la parte superior.


Tras otros nueve metros de travesía horizontal llegamos a una bifurcación, con posibilidad de escape, si se desea,  por la parte izquierda, nosotros seguimos de frente por una vertical de unos 25 metros conocida como "tajo Sopalmo" que llega hasta una grieta denominado "Diedro de Sopalmo"



Tras dar el salto de una pared vertical a la otra, y tras una pequeña subida llegamos al paso de la tirolina.




Una vez aquí y como siempre, Víctor monta todo el material con la polea para empezar a tirarnos.
 La tirolina tiene unos 22 metros y no hace falta coger mucho impulso, se llega bien.

Allá vamos:

Primero se tira Miguel Angel


Después Pepi


Ahora voy yo


Y por último Víctor recogiendo todo el material


 Una vez que finalizamos, hay dos opciones de bajada:
-O haciendo rapel, sin mucha dificultad
-O por las grapas de bajada


Yo decido bajar por las grapas, mientras que mis compañeros bajaran haciendo el rapel, y de esta forma, yo desde abajo, los podré fotografiar.


Y ya de regreso al coche, que lo tenemos a solo cinco minutos.
En total habremos tardado unos 90 minutos.


Y ya con el coche ponemos rumbo a nuestro hospedaje en Albolote, sin antes dejar de fotografiar el pueblo de Moclín con su majestuoso castillo.


Son las nueve de la noche, acabamos de llegar a nuestro hotel.

Día 2

Baños de Urquízar y cascadas del arroyo Alcázar (Dúrcal)

A las 8:15 ya en planta, un buen desayuno y ponemos rumbo hacia la granadina localidad de Dúrcal.


Una vez situados en Dúrcal, buscamos la Ermita de San Blas, de donde sale un camino asfaltado de unos 3,5 km bien indicado que nos lleva hasta estos baños (la última parte tiene una gran pendiente, con lo que hay que circular con precaución.


Nosotros dejamos el coche justo cuando el camino asfaltado se convierte en una pista de tierra, no merece la pena seguir con el coche, está ya muy cerca.
Desde donde dejamos el coche podemos disfrutar de unas excelentes vistas de los barrancos de Dúrcal y Cónchar.
Aquí ya nos encontramos con este cartel que nos indica la dirección de los baños.


A los pocos metros tras una empinada bajada, llegamos a estos baños.
Estas aguas termales ya se empezaron a utilizar en el siglo IX, posteriormente y en la época nazarí se construyeron estas albercas constituyendose como elementos reguladores del agua.
Podemos comprobar que desde estos baños, la temperatura del agua alcanza los 24º.
Los habitantes de la zona dicen que las aguas son buenas, entre otras afecciones, las cutáneas, del aparato digestivo, articulaciones, dolores renales...


Seguimos ahora avanzando por el senderillo que nos encontramos junto al arroyo. 
En algunos tramos la vegetación, casi nos impide el paso.


Y en otros, tendremos que salvar el arroyo atravesándolo en troncos que hay cruzados en el agua.
Y a los 10 minutos llegamos a un verdadero rincón que parece estar en el paraiso.


Unas chorreras en forma de cascada, de unos 15 metros de altura, dejan caer sus aguas de forma fresca para llevarlas hasta morir en el río Dúrcal.


Puesto que este rincón nos impactó de forma espectacular, no dejamos de inmortalizarnos bajo sus aguas cristalinas. 




A continuación, y a unos metros hacia el interior de la cascada, un senderillo nos adentra a otras de las verticales caídas. 
La mojada está garantizada, ya que con la fuerza que cae, nos podemos incluso refrescar.


Abandonamos este idílico paraje, y subimos por esta empinada cuesta hacia nuestro coche en busca de nuestro siguiente destino, el Barranco de los Bolos, aquí en Dúrcal.


Barranco de los Bolos (Dúrcal)



Este es quizás, de todos los barrancos que hemos visto, el más espectacular, por su enorme grandiosidad de su cascada y por su encajonado recorrido.

Empecemos...

Como ya he comentado antes, seguimos en Durcal, y buscamos como referencia para llegar a este barranco, el Instituto de Enseñanza Secundaria del Valle de Lecrín, poco antes de llegar a él, una indicación en la parte izquierda nos manda hacia el río Dúrcal.
Aunque el coche lo podemos dejar aquí (nosotros así lo hicimos) se puede bajar hasta el mismo cauce y ahí aparcar el coche.


A partir de ahí las indicaciones nos marcan la dirección de Los Bolos.


Al principio iremos avanzando por una pista paralela al río, y cuando llegamos al final de esta, atravesamos el mismo.
A los pocos metros de pasar el puente, y sin que esté indicado tendremos que subir por una fuerte pendiente un poco resbaladiza y con arenilla suelta (despista un poco porque parece que por aquí no es). Una vez subida esta cuesta llegamos a la acequia, y a partir de aquí ya no hay pérdida, es seguirla todo el tiempo.


La ruta en total tendrá unos siete kilómetros, nosotros hicimos algo más ya que dejamos el coche en el mismo cruce de bajada.


La primera parte de la ruta seguiremos todo el tiempo por la acequia y pasando algunos pequeños túneles, pasillos muy estrechos (atención al que sea muy obeso), manteniendo siempre el equilibrio a la hora d avanzar por los bordillos de las acequias.


Una vez que desaparece la acequia, el camino nos lleva hasta la misma orilla del arroyo, este será ahora nuestro recorrido, siempre por el interior del barranco.

Y llegamos a un impresionante salto de agua con dos caídas laterales, conocida como "El canal de Fuga" y que hasta donde alcanza nuestra vista puede tener unos 25 metros de altura, pero por arriba es muchísimo más alto.


A mediados de los años 20 cuando se construye la central eléctrica de San José, con un canal de caída de más de 780 metros, una vez utilizada el agua por las turbinas, se acordó que este agua sobrante fuera devuelta al río en un salto de agua de más de 25 metros.



No lo podemos resistir, nos tenemos que meter debajo de esta espectacular cascada.
Allá vamos...


Seguimos avanzando por el cauce del arroyo en busca de la segunda cascada, la de Los Bolos.
Entre meandros, paredes verticales, pozas y pequeñas cascadas, nuestro itinerario tiene un solo fin, llegar a la cascada y disfrutar de este bello encajonamiento del barranco.


Casi todo el tiempo vamos por el agua, aunque a veces salimos de ella.
Una piedra, y otra, y otra más...rocas en las que deja resbalar el agua a nuestro paso.


Y de pronto miramos hacia atrás y contemplamos la vertiginosa caída de agua del canal de fuga.
¡Guau...!


Hasta aquí ya no son mucha la gente que llegan, la mayoría se quedan en la primera cascada, nosotros seguimos avanzando por el cauce.


Y tras un kilómetro aproximadamente recorrido, empezamos a escuchar una fuerte tromba de agua, intuimos que ya estamos cerca de la segunda cascada.


Efectivamente, tras casi hundirnos en una última poza, detrás, la cascada.
Muy diferente a la anterior, pero también de mucha belleza.


Tras disfrutar un rato con las aguas vertidas de la cascada, buscamos un sitio donde comer.
Es mediodía, y el hambre aprieta.


Escuchando el ruido del agua al caer, y en un idílico paraje, sacamos nuestros manjares: bocatas y más bocatas, frutas y algunos refrigerios.



También nos acompañó el lagarto, que sediento, fue a beber a las frescas aguas del arroyo.
Y como buen lagarto que es, después un poquito al sol...a broncearse.



Una vez todos, bien hidratados (incluso el lagarto) y con los bocatas ya digeridos, retornamos por el mismo camino nuestra marcha hasta los coches. Ahora sin detenernos, ya disfrutamos a la ida.

...Y en busca de nuestro siguiente destino...

Barranco y ferrata de Luna (Saleres)


Nos trasladamos ahora a nuestro siguiente barranco, en este caso acompañado de una ferrata, el de Salares, pequeña localidad también del valle de Lecrín.


Una vez en el pueblo nos trasladamos hasta el cercano cementerio, en donde dejaremos el coche.
Son las 17:30, hace bastante calor. Cuando empezamos a preparar las mochilas con todo lo necesario para la ferrata, nos damos cuenta de que no llevamos ni una gota de agua, y la poca que va en una botella, está hirviendo.

¿Que hacemos?
Este pueblo es pequeñísimo, a ver si hay algo abierto para comprar agua.
Allá va Antonio, coge el coche y se traslada a las estrechas callejuelas del pueblo. Imposible entrar por aquí, marcha atrás.
Ni un alma por la calle. 
¡Atención, he tenido suerte, unas señoras están sentada en la puerta de su casa!
Les voy a preguntar:
-Buenas tardes, ¿hay algo abierto para comprar agua?
-Las señoras responden. Nada, pero no te preocupes yo te dará alguna botella.
-Aprovecho yo y le digo. Voy a traer otras pocas y me las llena usted.

A todo esto, Miguel Angel me llama por teléfono para indicarme que en el mismo cementerio se podía coger agua...

¡No pasa nada, he tenido un rato de charla pueblerina!

Empezamos la ruta


Esta ruta tendrá un recorrido total de unos tres kilómetros, haciendo la ruta circular, que es la que nosotros hicimos.
Empezamos bajando por la carretera de bajada al pueblo, desde el cementerio, y a los pocos metros una pista de tierra sale a nuestra izquierda.
Avanzamos por ella unos cinco minutos y ya por un senderillo de bajada nos lleva directamente hasta el interior del barranco.


Totalmente encajonado entre verticales paredones, ya de entrada nos empieza a imponer.


Avanzamos entre la umbría de sus paredes, y teniendo que trepar y subir por grandes rocas...muchas de ellas parecen estar colocadas aquí, a conciencia, para dificultar nuestro paso.


Si observamos las paredes, podemos contemplar algunos restos fosilizados de hace millones de años...


¡Que bonito es este barranco!
Hay que tener mucho cuidado de no resbalar, las rocas están muy resbaladizas,
 con la verdina adherida.


 Nadie podría pensar, que cuando se está por allí arriba, aquí abajo nos encontramos con esta verdadera maravilla.


El barranco se retuerce de forma sinuosa y que de forma tan sabia el agua ha ido moldeando a través de los siglos.


Ahora el barranco se ensancha, y el río ha ido formando estas techumbres, en donde las paredes están repletas de oquedades.


Y por fin llegamos al inicio de la ferrata, la encontramos en la pared derecha según avanzamos.


Empezamos a subir por la pared vertical hasta la parte superior.
Las grapas son pequeñas pero se puede subir bien, están en buen estado, y con cable de vida.


Y cuando lleguemos arriba ¿que?,
esa era nuestra gran incógnita.
Por mucho que consultamos sobre esta ferrata, poco encontramos...
¿Hay instalada tirolina? ¿a donde va?
¿Y el puente tibetano, una vez cruzado, por donde sigue?
Realmente tenemos los dos paredones y vemos que lo atraviesa una tirolina, un puente de monos y un puente tibetano hasta la otra pared, ¿y después que?



Intentamos cruzar por el puente tibetano, pero la instalación no nos dio mucha garantía y por lo tanto, menos seguridad.


Los agarres estaban muy sueltos, las presillas muy separadas una de las otras, y totalmente destensados. Cuando se avanzaba por el cable, aquello parecía caerse...


Lo intentamos, pero aquello no era seguro...y ademas una vez en la otra pared ¿que?




Pues nada, para abajo, esta ferrata no tiene mantenimiento alguno...


Seguimos avanzando por el barranco y llegando al último tramo, en donde las formas curvas de las paredes le da una belleza especial.


Una vez que llegamos al final del barranco, y ya totalmente abierto, un senderillo nos lleva por nuestra drecha hasta la pista de subida al cementerio, ya por la carretera.


Buena jornada de barrancos...
Mañana mas...


Sobre las siete y media  pasadas pusimos rumbo hacia nuestro alojamiento, pero sin antes dejar de brindar junto a otros montañeros y también ferrateros por el cumple años de uno de ellos. 

Día 3


Cahorros de Monachil



A tan solo 8 kilómetros de Granada y adentrándose en las montañas de Sierra Nevada, los Cahorros de Monachil son unos surcos  abiertos en los montes con pasos empinados, y escabrosos en las laderas de las montañas.
 De este modo se crea un paraje de especial belleza a pocos minutos de Granada.


Para llegar, una vez que salimos de Monachil (hay varias indicaciones en la carretera) hay un parking en donde podemos dejar el coche, nosotros seguiremos por el carril que se adentra hacia los cahorros, pudiendo dejar el coche al final del carril, en el aparcamiento del bar (700 metros de carril).

Una vez que llegamos, un cartel nos indica las siguientes direcciones a seguir, nosotros empezaremos por los cahorros bajos y al final subiremos hacia los cahorros altos.


Una vez que avanzamos por las primeras pasarelas a la sombra, aparece ante nosotros una caída de agua en forma de cascada.


Y al poco aparecen los primeros puentes colgantes que salvan los desniveles de los barrancos.


El río Monachil tiene su origen en el Veleta, así de este modo con el deshielo, deja caer sus aguas hacia estos desfiladeros, formando en algunos rincones, bellas cascadas.


Atravesamos el puente más largo sobre el río Monachil y el camino nos baja hasta los desfiladeros del río, en donde nos podremos encontrar muchas vías de escalada en sus paredones de más de 30 metros de altura.


El sendero de hormigón que nos conduce junto al río y a poca distancia de las paredes, hacen que de vez en cuando tengamos que poner las rodillas al suelo para poder pasar.


En otros tramos hay adosados a la roca unas clavijas en donde podemos apoyarnos para poder seguir progresando.


Es un sendero por el que cualquiera puede pasar, se ven niños, familias enteras...simplemente hay que tener precaución.



Un poco más adelante, y con la caída de grandes rocas, se ha formado un túnel por el que tendremos que proseguir.


En uno de los laterales, hay una cueva, Víctor ya había entrado y nos lo mostró, pero parece que se ha quedado obstruida por algún desprendimiento.


Junto a ella, sus habitantes favoritos, los murciélagos.


Continuamos hasta el final del camino en donde el cañón se abre y entonces volvemos atrás.




De nuevo en el puente, bajamos hacia la cascada que hay junto a la antigua presa, que al igual deja caer sus aguas.


Aquí, unas frutitas y un poco de relax antes de subir a los cahorros altos.


Una vez arriba tiramos por las escaleras que nos dirige hacia el mirador a través de un bonito cortado con pasamanos.


Y ya en lo más alto, unas buenas panorámicas de la zona, foto de grupo y para abajo, en cinco minutos ya hemos llegado al bar en donde hemos aparcado el coche.
Unas buenas cervezas, un poco de charla y en busca de nuestro último destino, ya con dirección a Sevilla, en la provincia de Málaga, la ferrata de la Bola en Villanueva del Rosario



Ferrata de la Bola (Villanueva del Rosario, Málaga)



Nos trasladamos hasta la localidad malagueña de Villanueva del Rosario, desde aquí subimos por el carril que nos lleva hasta la Ermita de la Virgen del Rosario y el mirador del alto del Hondonero (ya habíamos venido varias veces aquí para subir al Chamizo y a la Cruz del Camarolo).


Son las dos de la tarde. así que aprovechamos para comer los bocatas bajo el árbol que hay junto a la ermita, parece que tenemos suerte, sopla bastante viento y aplaca un poco la calor.


Avanzaremos ahora en el coche por la pista durante unos tres kilómetros, y en una zona arboleda a nuestra izquierda aparecerá el panel informativo de la ferrata.



Características:
   

Nombre Ferrata

Nivel de
dificultad

Recorrido total/Des-nivel

Tiempo acceso/re-corrido/regreso

Desplomes
Villa
Nueva del Rosario

la Bola
K2
R-2
F-2
A-3
E-2


100/55


20’/45’/10

2
Muy leves



Antes de iniciar la ferrata disfrutamos un poco de las excelentes vistas de toda esta zona de montañas.
Mis compis haciendo "el gamba"

Detrás del panel informativo sale el sendero que discurre entre los pinos y que nos lleva hasta el inicio de la ferrata, aunque hay que estar muy atentos para no despistarnos.

Foto cedida por mi compañero ferratero Roca

Cuando salimos a un claro, vamos buscando la parte baja de la peña, y ahí encontraremos unos peldaños que nos destreparan hasta el inicio de la ferrata que la tenemos de frente
 (ya se empieza a ver el cable de vida).


La vía empieza con una vertical algo inclinada, que a pesar de ser fácil, en esta ocasión el viento sopla fuertemente en este lateral.


Allá vamos, para arriba...


Se sigue avanzando en donde encontramos un ligero desplome que sin dificultad se supera fácilmente...


Aquí estoy yo, a ver si soy capaz de sacarme al menos una foto con el fondo de la montaña.
Es la única cámara, a Miguel Angel la suya cayó a una poza.


Mis compañeros preocupados porque no me veían...

"tranquilos que estoy intentando sacar una foto", no es fácil hacer un selfie colgado en la pared y con esta cámara.
¡Ah, es que estaban esperando a que yo les hiciera una foto!
¡Click, ahí va!


Y otra mas...


La ruta es facilona, en poco más de media hora la tenemos hecha.
Foto de grupo, y para abajo.


El sendero de bajada está señalizado con hitos, en 10 minutos llegamos al coche.


Eso si, disfrutando de unas bonitas vistas de las montañas.


Y ya en el coche, de vuelta a Sevilla, pero con unas visitantes que salieron a nuestro encuentro y seguro que pensarían...
¿que hacen estos aquí, a estas horas de la tarde con la calor que hace?


Tres intensos días de ferrata, barrancos, cascadas, y aguatreking, por esta bella región de Andalucía...y como no, con una excelente compañía.
Hasta la próxima compañeros, que seguro será pronto ("conociéndonos...")

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