A las 7,30, en planta
para desayunar. El plan es realizar una ruta común hacia el mirador de los
Tejos, y el grupo de montaña seguir hasta el pico Arrobuey (1405 m).
De este modo, una vez
desayunados nos dirigimos todos hasta la cercana presa del Arrocerezal. Estamos
situados a unos 500 metros de altura, hace un fantástico día, y sobre las 9,15
horas empezamos a andar.
Atravesaremos sobre el
puente de la presa para dirigirnos por la pista hasta el inicio del sendero
marcado como “verea del correo”. A esta hora de la mañana, las aguas
cristalinas de la presa dejan reflejar a las muchas montañas que hay por la
zona.
Iniciaremos el sendero,
que según el panel informativo, consta de 10,5 km y tres horas y media, siendo
su dificultad media. Nosotros lo haremos completo, pero alternándolo con el
“sendero de los Tejos del cerezal”.
Al poco de iniciar la
verea del correo, el camino se va adentrando poco a poco en una densa zona,
donde el fluir del agua se escucha de forma permanente.
Varias cascaditas nos van
sorprendiendo por el camino.
Diez minutos después
llegamos a una bifurcación, a la derecha sigue la senda del correo (por ahí
volveremos), y a la izquierda la senda de los tejos del cerezal (este será
nuestro camino).
A partir de aquí la
pendiente se hace más pronunciada y más prolongada, con lo que las paraditas
son más frecuentes. Un largo rosario de senderistas y montañeros se van
dispersando a través del recorrido. Hay quien le cuesta, hay quien le sobra, y
hay quien simplemente tira sin resoplar.
Es un grupo muy variado.
Pero todos hacia arriba.
Sobre las 10,15 un panel
nos indica el camino hacia las chinas. Un bonito enclave, húmedo, de cascadas,
musgos y helechos.
Aunque podíamos haber
accedido en ese momento, teníamos las
indicaciones de nuestro coordinador de seguir subiendo, con lo que a este bello
rincón lo visitaríamos a la vuelta, ya al final de nuestra ruta.
Por lo tanto seguimos
subiendo por esta empinada cuesta hasta llegar al “mirador de los tejos”, al
que llegaríamos sobre las 10,30 horas, después de subir casi 400 metros de
desnivel.
Van llegando por
grupitos, según las fuerzas de cada uno, pero después de casi 20 minutos todos
pudimos disfrutar de unas bellas vistas desde este mirador.
Es el momento de
separarnos, nosotros los del grupo de montaña (15 socios) seguimos subiendo por
el sendero que hay justo antes del mirador, y que poco a poco se va adentrando
en un bosque de pinos.
La nieve va haciendo su
presencia entre las partes más umbrías, y todos seguimos subiendo hasta que
desembocamos en una pista (media hora de subida).
Avanzaremos hacia la
parte derecha de la pista y al poco llegaremos hasta el collado de la Jaumella
(1200 m de altura).
Poco antes veremos un
sendero “hacia la presa del arrocerezal”, que es por el que tiraremos a la
vuelta.
Ya en el collado, vemos
un gran cortafuegos tanto en nuestra derecha (hacia el pico arrobuey, nuestro
camino) como a nuestra izquierda (pico Capallá).
A partir de aquí, una
buena subida empinada nos llevará directamente hasta el mismo pico Arrobuey
(1409).
Unos más lentos en la
subida, y otros algo más rápidos, pero todos miramos alrededor de nosotros
pudiendo contemplar enormes vistas, sobre todo las de la Sierra de Béjar
totalmente cubierto de nieve, destacando la Covatilla (estación de skí), el
Canchal de la Ceja (techo de Salamanca), y el Torreón (techo de Cáceres).
Y por otra parte la peña
de Francia, ya en tierras salmantinas, a las que accederemos en el día de
mañana.
Ya casi en la cumbre,
enormes placas de nieve le dan más encanto a estos últimos metros, un grupito
de cinco compañeros somos los primeros en llegar (a las 12,40), a los diez
minutos llegan el resto.
Aquí por grupos nos vamos
haciendo las fotos de rigor. Hace mucho viento, con lo que decidimos bajar un
poco hacia el cortafuego y ponernos a comer
Según estamos comiendo,
Rafael (el coordinador) con el walkie nos avisa de que está subiendo con otro
grupito de cuatro compañeros más, nos lo encontramos en su subida. Aquí de
nuevo el grupo se subdivide, y del grupo inicial de 15 ya quedamos solo 12.
Bajamos hacia el collado
de la Jaumella (1200 m de altura), y ahora tiraremos por la senda que vimos
anteriormente “hacia la presa del arrocerezal”.
La bajada se nos hace
eterna, interminable, cansada. Algunos tramos se hacen muy empinados y
resbaladizos.
En otros la nieve, y
algunas zonas heladas hacen que tengamos que tener mucha precaución a la hora
de pisar.
Son unos 600 metros de
bajada, y ya de frente allá abajo vamos viendo la presa del Arrocerezal.
En 45 minutos hemos
llegado a la bifurcación de la vereda del correo, con la del mirador de los
tejos (por la que ya pasamos hace algunas horas). Aquí, hemos alcanzado a la
cola del grupo de sendero. El grupo de montaña de nuevo se subdivide, algunos
ya continúan para abajo, y otros siete compañeros seguiremos hasta la senda por
la que pasamos esta mañana y que nos indicaba “la China”. Vamos ya un poco
cansados, pero ya que estamos aquí merece la pena acercarse a este bello
rincón.
De nuevo empezamos a
subir por la senda del mirador de los Tejos, y a unos quince minutos llegamos a
la indicación.
A menos de 100 metros
llegamos a la China y a una bonita cascada.
La China no es más que
una enorme roca cubierta de musgos. Junto a ella, un senderillo por el que
seguimos subiendo hacia una bonita bajada de agua en forma de cascada.
Frente a nosotros podemos ver el mirador de
los tejos, al que por un momento Carmina y Juan habían planteado la posibilidad
de llegar por una selva de ramas y árboles algo difícil de pasar.
Visto lo visto, ya está
bien por hoy, son más de siete horas las que llevamos pateando, y el cansancio
con tanto sube y baja lo estamos notando, así que de vuelta hacia el coche por
el mismo camino, y al que llegaríamos sobre las 17,15 horas. Un cafelito en el
pueblo y a organizar la ruta de montaña para el día siguiente. Ya en el hostal,
a descansar un poco. A las 20,30 horas a cenar y después algo de fiesta, de
baile y de mucho reír.
¡Hasta mañana, es la hora
de dormir!
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