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A continuación la parte introductoria del libro.
Introducción
Todos los que me conocen, saben que soy una persona inquieta, y siempre me ronda algún proyecto en la cabeza, sobre todo si está relacionado con el mundo del viajar. Intento no visitar, lugares que ya he visitado, salvo que haya pasado ya algunos años. Sencillamente, porque siempre pienso, “hay tantos lugares por descubrir”, que no puedo perder el tiempo en repetir los mismos destinos.
Ya desde hace muchos años me ha gustado hacer rutas de montañas. Siendo mis hijos pequeños, muchas excursiones hemos pateado, sobre todo por los Pirineos. Pero entonces subíamos para alcanzar los ibones Aragoneses y los estannys catalanes, y nunca pensábamos en su cumbre.
Hacía tiempo que seguía los pasos de un club de senderismo y montañismo (Señal y Camino) de la localidad de Dos Hermanas, pero por motivos personales no me pude apuntar. Ya en noviembre del 2006 entré en el club y cuando el 3/12/06 subí mi primer techo andaluz (el Torreón, Cádiz), no pensé que se convertiría en una obsesión, y en un objetivo prioritario en los siguientes años.
Cada verano, cada puente, y cualquier otra fecha en el que teníamos varios días libres, planeábamos seguir consiguiendo techos provinciales.
El 21/7/12 di por concluido este proyecto, cuando subí a mi último techo (El Masanella, Baleares). Han sido casi seis años intensos, recorriendo la geografía española, donde hemos podido descubrir bellos rincones, bellos pueblos, y montañas espectaculares.
Cada provincia tiene su cumbre más alta, pero hay algunas que tienen el mismo techo común, como: Madrid-Segovia (con el Peñalara), Orense-Zamora (con el Peña Trevinca), Zaragoza-Soria (con el Moncayo), León-Asturias (con el Torre de Cerredo), Vizcaya-Álava (con el Gorbeia). En este caso, a los techos comunes los he intentado subir por las dos vertientes provinciales, o en su defecto, subir al subtecho provincial más importante.
¿Por qué subir a los 50 techos de España?
Una buena pregunta para muchos, y un inquietante reto para otros. Subir a los 50 techos de España no es más que un proyecto, una meta, una ilusión; tan válida como recorrer los desiertos de España, o jugar al golf en cada uno de los campos de Europa, o tomar tapas en los bares más antiguos de España, o recorrer la costa de punta a punta, o simplemente estar tumbado en un sofá durante horas y horas. Los proyectos son personales, y por lo tanto cada proyecto es positivo para cada persona de forma individual. Lo importante es eso, tener proyecciones en lo que uno quiere, puede y le gusta hacer.
He aquí un proyecto, subir a los 50 techos provinciales. ¿Estos son los más impresionantes?, ¿Son las cumbres más bellas? ¿Son las rutas con mayor dificultad? Por supuesto que no, hay montañas que sin ser techos, son más fascinantes, más enriquecedoras y más placenteras.
Pero al igual que subir los catorce ocho miles, no quiere decir que sean los más difíciles, simplemente es eso, un proyecto.
Subir a los 50 techos de España, es una forma más de viajar, conoces muchos rincones de España, que sin este proyecto seguro que nunca lo hubieras visitado. Hay montañas espectaculares, rutas mágicas, pueblos encantadores, y un sinfín de anécdotas y de recuerdos.
Rutas cortas algunas, otras, muy exigente, pero cada una con su propia historia. Lluvia, nieve, tormentas, granizo, sed, fatiga, cansancio, perdidos, noche, vértigo…….Peligro. Todas estas palabras y muchas más, traen una infinidad de recuerdos. Momentos mágicos, irrepetibles, que de vez en cuando me vienen a la mente y me hacen soñar.
…..Y qué decir de los compañeros de fatiga, todos a una, todos en una piña hacia el mismo proyecto. Agradable compañía, excelentes personas, viajeros y montañeros. A veces con unos, otras con otros, pero siempre con el mismo objetivo: coronar y disfrutar. Y si algo falla, o hay adversidades, ahí estamos todos, respondiendo al unísono.
Da igual que sean techos, o montañas sin ser techos. Subir a una cumbre te trae muchas sensaciones: Ilusión al principio, cansancio y fatiga en su ecuador y disfrute y gozo en su cúspide. Pero sobre todo aprender, y dejar que te enseñen….…y después pensar, reflexionar y soñar.
Impreso en Diciembre del año 2012
Para mis hijos, Rubén y Ariadna