(115 páginas)
PRÓLOGO
Es un verdadero placer para mí prologar la excepcional
y emotiva narración de los viajes de Antonio Bueno. La magnífica labor
descriptiva llevada a cabo por el autor establece un nuevo modelo dentro de la
actual narrativa de viajes y constituye tanto una invitación a otros viajeros a
relatar sus experiencias de una manera diferente, como un estímulo para disfrutar
de sus otras obras escritas: Subidas a
los techos de España (2012) y Viajar.
La aventura de vivir (2013).
Este tercer libro, Y
sucedió viajando, no es el típico libro de viajes, donde se describe una
serie de rutas y sus características. Es un libro de emociones, de sentimientos
y sensaciones. Es el relato de un viaje interior, que comenzó, quizá, mucho
antes de emprender ningún derrotero. Son las vivencias que traspasaron la piel
de un viajero y que dejaron su huella en lo más íntimo de su ser, hasta el día
de hoy, hasta el punto de poder transmitírnoslas tan frescas como en el momento
en que sucedieron.
Compartir es algo natural en las sociedades humanas, y
los viajes suelen ser nuestras vivencias más compartidas. Eso no es nuevo, lo
hacemos desde tiempos inmemoriales. Cuántas veces, a la vuelta de un viaje,
contemplamos junto a la familia y los amigos las fotografías de aquellos
lugares y paisajes, personas y experiencias que acabamos de visitar y conocer.
Pero estas imágenes son recuerdos planos, que no van más allá de las dos
dimensiones de la superficie en la que están plasmados. Pero ¿ahí queda todo?
Al cabo de unos años, los recuerdos de cada viaje se nos van borrando de la
memoria, y sólo nos queda aquello más significativo. Sólo unos cuantos
privilegiados, como Antonio, tienen la voluntad y la capacidad de dejar
plasmados por escrito sus recuerdos, todo aquello que los demás, en un primer
momento, contamos a la familia y los amigos pero que el tiempo se encargará de
borrar. Él recupera para nosotros una tradición que iniciaron muchos viajeros
en el pasado, que tuvieron la voluntad de contarnos no sólo la ruta que
transitaba sino también las vivencias y los sentimientos que les suscitaba cada
itinerario. Para ellos, y para Antonio Bueno, es como si cada imagen, cada
fotografía, fuera acompañada de una banda sonora.
Y esto es este libro, una banda sonora de las cosas
que pasaron en cada viaje, de lo que vivió y sintió el autor en los momentos
más íntimos de las rutas. En cada camino a cada viajero que lo transita le
suceden cosas distintas, por eso puede decirse que aunque el camino sea el
mismo nunca hay un mismo viaje, porque es el sentir del caminante el que le da
forma al viaje. Ese sentir que el viajero lleva dentro, que lo acompaña en ese
otro recorrido que comenzó en el momento de su nacimiento, es el que ha dado
forma a este libro.
Por qué viajamos, qué esperamos encontrar o qué vamos
a satisfacer… No hay una respuesta clara. O una única respuesta. Sólo se puede
decir que viajar nos hace mejores, más tolerantes, más sabios. Hace poco
tiempo, Antonio Muñoz Molina nos aconsejaba «viajar
más», pues él cree que «el amor a los
países distintos del nuestro y a sus gentes te permite una mirada diferente».
En la misma entrevista, el autor decía que, en una época en la que mucha gente «está empeñada en amar su propia tierra de
la manera más cerril», hay que defender la «xenofilia», por eso proponía viajar por el mundo para combatir la
xenofobia.
Antonio Bueno nos cuenta en su libro que hay muchas
maneras de viajar, y que cada cual es libre de elegir su mejor modo de hacerlo,
pero él confiesa su predilección de viajar en forma de aventura, «de este modo puedo asegurar que es como más
vivencias se pueden echar en nuestra insaciable mochila.» Y también nos
dice: «viajar deja huella, la mejor
huella que podemos vivir.»
Antonio, gracias por compartir tus emociones, gracias
por dejarnos viajar con tus recuerdos, seguro que cuando sigamos las sendas que
tú has trazado las veremos con otros ojos, las disfrutaremos muchísimo más, de
un modo que nunca se nos hubiera ocurrido, y las palabras de Muñoz Molina
cobrarán su sentido más auténtico.
Carlos A. Holgado
Molina
Introducción
Corría el mes de
Diciembre del año 2013, cuando convaleciente de una intervención quirúrgica
estaba postrado en un simple sofá. Siempre había sido una persona inquieta, no
podía dejar de moverme, con lo que esta experiencia para mí era desconocida y
nueva. Tenía que agitar mi cuerpo y mi mente de algún modo, aunque físicamente
en ese momento estuviese limitado. El movimiento lo tenía que satisfacer de
alguna forma: planeando, proyectando, pensando en algún viaje. De ese modo cayó
en mis manos un libro, “sin fronteras”. En
él se narraba las aventuras vividas de un viajero incansable por todo el mundo.
Había realizado muchas rutas en moto por zonas de desiertos, de montañas, de
estepas…algunos rincones yo ni tan
siquiera sabía que existía en el mapa. Realmente me enganchó. Según lo iba
leyendo, me veía más implicado, y muchas veces también identificado, sin por
supuesto llegar a su nivel de trotamundos. Yo aún estaba en pañales, pero mis
pinitos también había andado.
Así que cuando lo terminé
de leer ya tenía decidido que escribiría mi nuevo libro y que lo titularía “Y sucedió viajando”. En éste, narraría
todas aquellas experiencias acumuladas a través de mis viajes, y que serían
muchos. Ya por esas fechas había escrito otros dos libros; “subida a los techos de España”
(Diciembre 2012) en el que contaba la subida a la montaña más alta de cada
provincia española (en total 50), y “viajar,
la aventura de vivir”, (Noviembre 2013) en el que narraba mis últimos 35
años de viajes por 25 países del mundo. En este último, describía lugares
mágicos, indescriptibles: ciudades, pueblos, cordilleras, costas, culturas,
religiones…Pero este nuevo libro sería distinto, no describiría lugares, salvo
en contadas ocasiones, sino todos aquellos incidentes, experiencias, vivencias,
anécdotas… y que de algún modo me fueron guiando para mi propia vida y mi
concepción de la misma, sobrellevando así todos los avatares de mi propia
existencia.
Se podría decir que este
libro me inspiró, sí, me inspiró para transformar en letras muchos recuerdos
que tenía guardado en mi mente y que durante tantos años conservé celosamente.
Viajar es una fantástica
palabra con muchos matices e
interpretaciones. Cada persona debe de dilucidarla a razón de sus creencias,
inquietudes, lugar de nacimiento, educación, entorno familiar y sobre todo en
su desarrollo personal. Hay viajes culturales, de aventura, de placer, de
playa, de retos…Todo vale, desde perderse por la selva amazona, a andar por
montañas o simplemente estar tumbado bajo la sombrilla en una playa bulliciosa
del mes de agosto. Cada uno debe de conocer sus gustos y preferencias
Tras muchos años de
viajes, en el camino se producen cambios, predilecciones y prioridades por el
destino a elegir. En mi caso, siempre lo he tenido claro, viajar en forma de
aventura, y de este modo puedo asegurar que es como más vivencias se pueden
echar en nuestra insaciable mochila. Siempre con libertad para recorrer lugares
recónditos, zambullirse en religiones tan distintas a la nuestra, conocer otras
culturas, recorrer montañas… en definitiva disfrutar de los grandes placeres y
bellas imágenes que nos ofrecen nuestro mundo.
En este libro contaré
muchas de esas experiencias, algunas buenas y otras no tantas, pero incluso
estas últimas con el tiempo se convirtieron en buena por la herencia dejada en
modo de experiencia y de aprendizaje. De todo aprendemos, y esa acumulación de
nociones es lo que nos da la práctica para seguir viviendo en cada viaje,
siendo más sabios pero con mucho por aprender.
El camino nos enseña a
saber por dónde no podemos tirar o simplemente no es recomendable pisar, pero
para llegar a esta conclusión se debe haber experimentado y vivido, y sin lugar
a dudas, viajar deja huella, la mejor huella que podemos vivir.
Índice
Prólogo
Introducción
Mi primer viaje en auto stop
Dormir ¿Dónde?
De sleeping y estaciones: Europa en Inter raíl (I)
De albergues: Europa en Inter raíl (II)
Mi primer y gran amor
Y sucedió viajando
Massachusetts en Madrid
A las fallas me voy
De promesa
Una lata voladora
Fronteras: entradas y salidas
Europa
Asia
África
Ocurrió en las montañas
-Síndrome de la pedrada
-Perdidos en el Mulhacen
-De refugios
-De acampadas
-Accidentes
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