En esta ocasión, quedamos Pepi, Víctor y yo par realizar las ferratas de Montejaque (considerada la reina de las ferratas) y la de Benaoján, ambas ubicadas en la serranía de Ronda.
la ferrata de Montejaque está considerada como una de las más difíciles, ya no solamente por su amplio recorrido (258 metros) y su impresionante subida por las paredes (178 metros) sino también por su vertiginosa tirolina de 72 metros, quedando a una altura aproximada de 100 metros del suelo.
Por tal motivo esta ferrata la podemos clasificar con un nivel K3-k4 (máximo K6) con las siguientes características (máximo 5):
Fuerza:3
Factor psicológico: 4
Resistencia: 3
Equipamiento:3
Terreno:3
La ferrata está compuesta por dos tramos muy verticales (de poco más de 90 metros de altura cada una) separados ambos por la tirolina. En el primer tramo nos encontramos con un extraplomo o desplome y en el segundo tramo otros dos extraplomos, siendo uno de ellos (el último) muy exigente y en el que tenemos que hacer de brazos para superarlo.
Situados en Montejaque, nos dirigimos hacia el cementerio, en donde dejaremos los coches. ATENCIÓN: aunque hay otro camino mucho mas cercano del inicio de la ferrata, avisamos que es propiedad privada y por la que no podremos pasar (aunque algunos se atreven y los perros están atentos).
Una vez equipados con todo lo necesario y tras estudiar la ruta en los paneles informativos partimos por la pista que hay junto al aparcamiento y que nos llevará hasta la Ermita, en el mirador de la Escarihuela.
Una vez arriba tiraremos por un senderillo que hay en la parte trasera de la ermita, avanzando junto a unas plantaciones que quedarán a nuestra izquierda, dirigiéndonos hacia una canal que hay entre las dos paredes.
Una vez que llegamos al final de la misma nos encontramos con la zona intermedia de la ferrata, en donde se encuentra la tirolina. Cuando la vemos y miramos hacia abajo, ésta impresiona.
Seguiremos bajando con mucho cuidado, ya que el sendero no esta muy marcado y el terreno es bastante pronunciado y resbaladizo. De frente vemos la finca por la que no se podía pasar.
Llegando a la parte baja nos dirigimos hacia la pared que se encuentra a nuestra derecha y junto a una gran chumbera se encuentra el inicio de la ferrata (poco más de media hora hasta llegar aquí, por la finca cinco minutos)
Decidimos el orden de subida, Víctor primero, entre medio Pepi, y yo cerrando el grupo. Aunque a estas horas de la mañana hacía bastante frío en las paredes umbrías, en poco tiempo empezamos a sudar.
Allá vamos, para arriba, a superar parte del primer tramo (53 metros de pared vertical) hasta llegar a una pequeña repisa. Poco a poco empezamos a progresar e intentando no mirar demasiado hacia abajo, ya que la altura empieza a ser considerable.
Ya desde abajo se puede ver el primer extraplomo que tendremos que superar y en el que ya tendremos que ejercitar nuestros brazos.
Los tres compañeros llevamos unas bagas de reposo por si tenemos que echar mano de ella cuando estemos superando el extraplomo (aquí cada uno tiene su sistema). Víctor que ya lo veo superándolo, nos podemos hacer una idea de la fuerza que hay que añadir a nuestros brazos para pasar el desplome.
Una vez superado el extraplomo, y algunos metros más hacia arriba llegamos al final del primer tramo, en donde se encuentra la tirolina. Unos minutos de relax y disfrutando de las hermosas vistas de los pueblos de Benaoján y Montejaque.
Miramos la tirolina, una y otra vez, miramos hacia abajo (no lo teníamos demasiado claro). Vimos que a la mitad del recorrido de la tirolina el cable queda combado, eso quiere decir que habría que llegar hasta el final tirando de brazos, y además en la última parte del cable hacía una pequeña subida.
Justo cuando estábamos debatiendo sobre si pasarlo o no, llegaron una pareja de Valladolid (ferreteros expertos) y que estaban realizando todas las ferratas de la Serranía de Ronda
Muy decididos ellos, sacaron de la mochila todo el material necesario y empezaron a montar la polea. A la vez que lo montaban nos daban algunas claves de como hacerlo para que fuese lo más eficaz posible.
Dicho y hecho, allá va. La polea solo lo rueda algunos metros, menos de la mitad, así que vemos al muchacho hacer un esfuerzo para llegar hasta el final de la tirolina
La última parte es bastante dura, ya que lo vemos retorcerse hasta llegar al final.
Ahora va la chica, ¡que maravilla! como se desplaza.
Llega hasta el final sin tirar ni un solo metro de brazos.
¿Cual es la clave?
¿Por qué uno ha llegado fácilmente y el otro le ha costado?
La explicación estaba en las poleas que llevaban (eran dos) una pequeña (igual que la nuestra) y la otra muy pesada y de gran tamaño.
Ahora ya si que lo tenemos claro, no nos tiraremos.
Avanzamos por el senderillo que hay junto al cortado y en cinco minutos llegamos.
El muchacho cogió la otra polea y se volvió a tirar. Ahora si, ¡Que maravilla!
Una vez superado la tirolina (por parte de ellos) y el senderillo (por parte nuestra) iniciamos el segundo tramo de ferrata que se encuentra justo al final de la tirolina.
Dejamos que pasen ellos primero (seguro que irán más rápido que nosotros, !como se nota la juventud!) y nosotros nos colocamos en el mismo orden anterior: Víctor, Pepi y yo.
Al poco de empezar ya tuvimos que superar un pequeño extraplomo, que sin ser demasiado duro, también hay que pasar. Está a solo unos metros del inicio.
¡Ahora si!
Desde abajo lo veíamos perfectamente. Este si que es duro. Un pequeño techo con barriga incluida. Tenemos que echar mano de la baga de reposo y pegar un fuerte impulso hacia arriba.
¡Como tiran los brazos hacia abajo!
Prueba superada. Víctor visiblemente destrozado por el gran esfuerzo realizado, yo con un moratón en el brazo y Pepi echa una campeona con vértigo incluido. Ya solo nos queda el último tramo de pared vertical y hemos terminado.
En la ultima cornisa ya nos deleitamos con las vistas del paisaje de Montejaque e inmortalizando en nuestros rostros esta fantástica vía ferrata.
El disfrutón de Víctor
La campeona de Pepi
Y ahí estoy yo
Bajando por un senderillo bien marcado nos llevara hasta la plantación por la que pasamos en la subida. Cuando llegamos a la valla, un cartel nos indica la salida y a los pocos metros una escalerilla nos salta la valla. En quince minutos ya llegamos a los coches.
Una cervecita fresquita con algo de bocata ... y a la
Repetición de la ferrata (Enero/17)