Iniciamos el año 2022, y de que mejor forma que con otro viaje, en este caso a una parte de Italia que aun no había descubierto, la isla de Sicilia.
No conocía absolutamente nada, si acaso, sabía que allí estaba el volcán Etna, que la capital era Palermo, y otras de las ciudades más importante era Catania y poco más.
Así que había que echar mano de blogs, webs y todo lo referente a esta isla. Sería una escapada de solo cuatro días, con lo que tendríamos que planificar muy bien las distintas rutas a realizar con el coche de alquiler que ya habíamos reservado.
Rosa, Jesús y el que escribe nos pusimos en marcha...a leer, ojear, consultar, y sacar conclusiones sobre los lugares a donde ir. Estaba claro que con cuatro días nos tendríamos que limitar solo a una parte de la isla, debo de recordar que esta es la mayor de todo el mediterráneo, con lo que las distancias precisamente no eran cortas, y ademas muchas de ellas cargada de curvas entre montañas.
Así que nos quedaríamos con las provincias de Palermo, Trápani y Agrigento.
Seguimos con la pandemia Covid, con lo que el móvil lo llevamos cargado con toda la documentación necesaria para entrar en el país: certificado covid, formulario de entrada en Italia, prueba de antígeno, y por supuesto el check in de Rynair.
Allá vamos a madrugar...rumbo a Palermo.
Sobre las nueve de la mañana ya entramos en Italia, y lo primero que nos encontramos al aterrizar es una azafata indicándonos que teníamos que hacernos otra prueba de antígeno. !Vaya¡ a descargar otra web de sanidad italiana, rellenar otro formulario y con el código devuelto, a buscar el pabellón al que nos tendremos que dirigir para hacernos las pruebas. ¡ufff!
Pero antes, a la cola para recoger el coche...
Tras dos horas de trámites, por fin nos ponemos en marcha...
Ahí va nuestro itinerario por días, de unos 850 kms, aunque debo de reconocer que viajar en época de invierno tiene un inconveniente en cuanto a la cantidad de horas de claridad. En nuestro caso, a poco más de las cinco de la tarde, la noche caía, así que tocaba madrugar un poco para aprovechar el día.
Ah, se me olvidaba, pillamos un bonito y coqueto apartamento en Palermo, en pleno centro, en el que pasaríamos todas las noches...
Día 1 Sevilla (6:40)-aeropuerto Palermo (9:10)-
Monreale-Mondello-Palermo
Día 2 Palermo-Corleone-Valle dei Templi-Scala dei Turchi-Palermo
Día 3 Palermo-Petralia Soprana-Gangi-
Parco delle Madonie(de paso)-Cefalú-Palermo
Día 4 Palermo (visita)-Castellamare del golfo-
Scopello-Palermo (visita nocturna)
Día 5 Palermo (9:40)-Sevilla (12:20)
Empezamos...
Día 1 Sevilla (6:40)-aeropuerto Palermo (9:10)-
Monreale-Mondello-Palermo
Debo de reconocer, que lo primero que me impactó y sorprendió de esta isla, fueron sus paisajes montañosos, sí, relieves por todas partes. Desde una de las ventanillas del avión ya pude inmortalizar mi primera imagen.
Monreale
Una vez en el coche pusimos rumbo hacia Monreale (a 34 kilómetros), nuestro primer destino. Era una visita obligada en donde se encuentra su catedral, una verdadera joya del arte normando.
Según nos acercábamos a esta localidad, vemos como la carretera asciende y asciende hasta alcanzar los 310 metros de altura. Una verdadera balconada, viendo allá abajo a Palermo, junto al mar.
Con estas vistas no nos pudimos resistir a inmortalizarnos con unas imágenes. Palermo desde aquí, se veía inmenso. No me extraña, casi se acerca a la misma población que tiene Sevilla.
Subimos calle arriba, ya viendo de frente las cúpulas de la catedral, en cinco minutos llegamos.
Una vez aquí, vemos la catedral ubicada en una gran plazoleta rodeada de varios bares y restaurantes. Cuando alzo la mirada, veo como esta me lleva a la cantidad de pequeñas casas instaladas en los alrededores montañosos, verde, muy verde.
Y de frente la catedral, considerada como uno de los mayores logros conseguidos del arte normando en el mundo. Su fusión con el arte árabe que imperaba en Sicilia antes de la conquista de la isla por parte de los normandos. Fue fundada en el año 1172 por Guillermo II de Sicilia.
En julio del 2015 el conjunto "Palermo árabe-normando y las catedrales de Cefalú y Monreale" fue incluido en la lista de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Son en total nueve bienes, nosotros en este viaje pudimos ver hasta siete de ellas.
Aunque la visita a la catedral era gratuita, si tuvimos que pagar para entrar en el claustro, 10 €.
Esta catedral es famosa por los impresionantes mosaicos dorados que cubren todo su interior, en los que se pueden contemplar escenas tanto del Antiguo Testamento como del Nuevo Testamento.
El interior de la catedral está levantado por majestuosas columnas, ricamente decorado con grandes mosaicos que narran las historias bíblicas desde la espera de Cristo, pasando por su vida, hasta llegar a su muerte y resurrección.
La parte quizás más conocida es el gran mosaico del cristo pantocrator en el ábside, muy similar al de la catedral de Cefalú, que ya veremos en los días posteriores.
Recorremos todos los rincones de esta bella catedral, y a nuestro paso vemos como en las paredes se ven incrustados diminutos mosaicos con las tonalidades más diversas, pero sobre todo, siempre destacando el dorado.
Este lugar de algún modo sorprende, une el fruto del encuentro de universos culturales islámicos, bizantinos y románicos...
Una vez que hemos disfrutado de su interior nos trasladamos a su claustro, otra verdadera maravilla.
Adosado a su catedral el claustro de Benedicto, un lugar de recogimiento con la arquitectura habitual en la que una galería rodea al patio central.
Son cuatro galerías con 26 arcos cada una de ellas, en total son 228 columnas con capiteles muy bien elaborados. Algunos poseen animales tallados, otros figuras humanas, criaturas fantásticas...
Los arcos rodean un exuberante jardín con muchas especies de plantas mediterráneas...
Con unos 47 metros de lado es una obra maestra de taracea con piedras duras y de esculturas...
Abandonamos el claustro y pasearemos por las callejuelas de Monreale, en donde muchas de ellas, vemos como ascienden en busca de la colina, algunas con cuestas y otras con muchas escalinatas.
Nos acercamos primero a la parte trasera de la catedral, en donde su fachada nos impresiona con columnas, arcos y otras tantas decoraciones.
Y empezamos a callejear y callejear...
Un entramado de calles estrechas y algo descuidas en muchos casos nos van abriendo paso entre todas ellas...
Unas escalinatas nos llevará hasta la parte más alta del pueblo...
Los balcones cargados de ropas tendidas casi que rozan con las paredes de enfrente en estas estrechas callejuelas...
Algunos gatos corretean y salen a nuestro encuentro, otro huyen velozmente y, otros simplemente nos observan al pasar...
Toca bajar, es mediodía.
El estómago nos pide algo de comida. Pues allá vamos, a buscar...
¿Una pizzería?
Ya en las calles centrales de Monreale son muchas las fruterías que se ven a nuestro paso. Por cierto, tienen muy buena cara, pero ahora toca comer, algo más contundente, pizzas.
Por fin, vemos una pizzeria bastante casera y poco turística, allá vamos. ¡Que bien huele!
Aquí nos quedamos.
Nos sentamos en una pequeña terraza, y observamos que nosotros tres somos los únicos clientes. Rápidamente el camarero nos prepara la mesa como si fuésemos "suizos" y nos trae la carta de pizzas.
Me fijo en un detalle: la carta está cortada por la mitad para que no se vean los precios, así que nos aventuramos y pedimos las tres pizzas, por cierto, muy buenas. Al final creemos que al menos 10 € nos cobraron de más. Bueno, esto es Italia, es Sicilia, un poco parecido en la picaresca a España.
Cogemos el coche y nos trasladamos hasta la costa, todavía era pronto para ir a Palermo. Ojeamos algunas informaciones y vemos que la localidad de Mondello puede estar bien para pasear por la costa un rato, pues hacia allí nos dirigimos.
Mondello
Mondello, es uno de esos típicos lugares de playa, cerca de una gran ciudad, en donde el pasear a estas horas de la tarde, sin prisas y relajados, es todo un lujo, y eso es justo lo que nosotros hicimos...
A apenas 13 kilómetros del centro de Palermo se encuentra esta turística playa, en una ensenada de gran belleza a los pies del monte Pellegrino, punto de escape para todos los palermitanos.
Pero además, hay algo que destaca en Mondello, el balneario de Kursaal, uno de los testimonios de una nobleza de Palermo extinta y que recuerda a los bailes de salón del gatopardo. Aquella película de Visconti donde se hace realidad el suntuoso mundo de Lampedusa.
Seguimos avanzando hasta el final de la playa en donde se encuentra el pequeño puerto...
Los últimos rayos de sol empiezan a impactar suavemente en las arenas y las aguas de Mondello.
Nosotros, aprovechamos para inmortalizarnos en este extremo de la playa, junto a unas rocas, viendo de frente como el sol va muriendo por detrás del monte Pellegrino.
Y junto al puerto, todavía nos da tiempo de degustar una birra peroni, aquí sentado, en esta terraza contemplando el atardecer de Mondello.
Y ya con la noche caída ponemos el google maps para que nos lleve directamente a nuestro apartamento situado en el mismo corazón de Palermo, junto al Mercato Vucciria y el teatro Biondo Stabile. Hemos tenido suerte, mucha suerte, a unos 200 metros hemos aparcado nuestro coche.
¡Esto será un milagro!
Ya la dueña del apartamento me envió un whatsapp con las indicaciones para entrar y recoger las llaves, a saber: cuando llegues al portal pulsa el código 1 el 9 y después campana, entra, sube por la escalera de la izquierda del fondo hasta el "primo piano", gira a la izquierda, al fondo, encontraras una caja, ábrela, el código de apertura es el "xxxx", se abrirá automáticamente y ahí estarán las llaves...peor que encontrar a willy. ¿Fácil, verdad?, pues no dábamos con ello. Para arriba, para abajo, derecha, izquierda, otra vez para arriba...
Por fin, dimos con ello.
Y entramos, ¡que calentito!
Día 2 Palermo-Corleone-Valle dei Templi-
Scala dei Turchi-Palermo
Corleone
Cuando se viaja a Italia, y concretamente al sur del país, y a las regiones de Calabria, de Apulia, a la zona de Palermo (Campania), o a la isla de Sicilia, nos encontramos con una palabra que resuena en todo momento, Mafia, respectivamente son la 'Ndrangheta, la Sacra Corona, la Camorra y la Cosa Nostra. Y este fue justamente el motivo de pisar tierras de Corleone.
Así que, Corleone es el pueblo de "El Padrino", donde la mafia no es solo cosa de películas. Esta localidad siciliana atrae a aficionados al cine, y este fue justamente el motivo de vernos por aquí.
Sobre todo Jesús, estaba muy interesado en entrar a este gran museo que habla sobre todo lo referente a la mafia, pasado y presente, así que hacia el fuimos.
La entrada se pagaba por grupos, siendo tres personas teníamos que pagar 15 € cada uno, demasiado para este tema, así que Jesús fue el único que entró (estuvo hora y media), Rosa y yo aprovechamos para callejear por la ciudad.
La ciudad está ubicada a una altitud de unos 540 metros sobre el nivel del mar, rodeada por un bonito paisaje montañoso, y con algo más de 12000 habitantes.
Por este pueblo en la antigüedad pasaron los griegos, los árabes, los normando y los aragoneses hasta que en el siglo XVI adquirió definitivamente su actual forma e identidad, Corleone.
Empezamos a caminar por las empinadas y estrechas callejuelas que nos asciende hasta la "cascata delle due rocche", y que más adelante podremos visitar, cuando ya Jesús se haya empapado sobre toda la mafia siciliana.
Mientras tanto, Rosa y yo seguiremos descubriendo los muchos rincones que tiene Corleone. Típicas calles con sus balconadas cargada de ropas tendida.
Muchos viajeros se acercan aquí, solo y únicamente para fotografiarse ante el cartel de Corleone, sobre todo para aquellos turistas que buscan los lugares en donde el cine ha inmortalizado muchas de sus películas.
Pero en Corleone, hay muchos más: popularidad, tradición, naturaleza, cultura, historia...
Y además una gran roca, en medio del pueblo, que si cabe, le da aún más belleza al entorno, le Rocca di Maschi
Ya los tres juntos subimos hasta lo más alto del pueblo para disfrutar de uno de los rincones más bellos del entorno: La Gole del Drago y la Cascata Delle Due Rocche
Son dos impresionantes cascadas, dos bellezas naturales, en donde deja caer el agua a gran altura, en un entorno húmedo y en donde el agua fluye en una pequeña poza de color verdoso.
Saltamos un poco por aquí, y un poco por allá, buscando las mejores perspectivas para inmortalizar el entorno...
Abandonamos Corleone, y ponemos rumbo hacia el sur, en busca de la ciudad de Agrigento que aún nos separa unos 110 kilómetros de un bonito paisaje, a veces montañosos, cargados de curvas y curvas.
Para no perder tiempo en comer, buscamos un super y compramos todo lo necesario para hacernos unos bocatas y comer por el camino.
Valle delle Templi
El valle de los Templos es un conjunto arqueológico ubicado en las afueras de la ciudad de Agrigento. Esta se empezó a construir a partie del año 580 a.C. Considerada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1988 y es uno de los lugares más bello de la isla de Sicilia
Aunque el nombre "valle" no se corresponde con su ubicación física, ya que las construcciones se asientan en una crestería de montañas que rodean a la ciudad por el sur.
Al fondo, Agrigento, sobre una colina
El complejo arqueológico consta de siete templos griegos monumentales hexástilos en estilo dórico. Actualmente excavados y restaurados parcialmente, constituyen parte de los edificios griegos más antiguo y mejor conservados fuera de la propia Grecia.
Templo de Hera
Conocido como el templo de Juno Lacinia (el equivalente romano de esta diosa griega) es dórico perípteo de 6 x 13 columnas, conservando gran parte de las mismas.
Este templo fue alzado entre los años 460-450 a.C.
Este templo fue construido sobre un basamento de cuatro gradas, destinado a compensar las desigualdades del terreno.
El templo fue incendiado en el año 406 a.C por los cartagineses y luego los romanos lo repararon en el siglo I a.C. Las tejas de terracota la sustituyeron entonces por otras de mármol.
Seguimos avanzando por el recinto y llegamos a la necrópolis y junto a ella, restos de los muros de la antigua muralla que rodeaba a la villa.
Y llegamos al templo de la Concordia, uno de los mejor conservados de la antigüedad griega, junto con el Hefestión de Atenas y el templo de Poseidón en Paestun.
Este templo es períptero con 6 x 13 columnas y mide 16,92 x 39,44 m.
Se construyó en los años 440-430 a.C. Recibe su nombre por una inscripción en latín encontrada cerca del templo, en la que figuraba la palabra latina "Concordia"
Templo de la Concordia
Actualmente se considera que pudo ser consagrado en realidad a los Dioscuros, por creerse que ya en tiempos de los griegos se habían honrado allí a los dioses.
En el año 597 fue transformado en iglesia cristiana por voluntad del obispo Gregorio de Agrigento.
Gracia a ello está notoriamente intacto. Hizo del templo una basílica consagrada a los apóstoles Pedro y Pablo. La iglesia se usó hasta el año 1748, fecha en que se restauró el templo a su estado actual.
Y ya con los últimos rayos del día llegamos al último extremo del recinto para contemplar el templo de Heracles, construido este en el año 500 a.C
Templo de Heracles
Es el templo más antiguo de todos los situados cerca de la muralla meridional en estilo dórico períptero. Sus dimensiones son de 25,34 x 67 m. y se alza sobre un basamento de tres gradas.
Su peristilo está compuesto por 6 x 15 columnas, no obstante, se alarga más de lo normal, por lo que permitió proporcionar a las extremidades un espacio igual a la anchura de dos columnas, tanto delante el pronaos como detrás del opistodomo.
Abandonamos rápidamente el recinto y nos dirigimos hacia la cercana costa que nos separa unos 15 kilómetros, para intentar ver el atardecer en la conocida como Scala dei turchi, otra de las joyas naturales de la isla de Sicilia.
Cuando llegamos, el sol ya se había escondido por el horizonte, y cometimos el error de en vez de bajar directamente a la costa (desconocíamos que la bajada estaba por allí) seguimos avanzando por la carretera sobre los acantilados. Cuando ya nos percatamos que por ahí no había bajada hacia el mar, tuvimos que dar la vuelta, pero ya con la noche caída.
Por lo tanto solo pude inmortalizar el lugar en imágenes desde lo alto de los acantilados. ¡Fue una pena!
La scala dei turchi (escaleras de los turcos) es un acantilado rocoso en la costa de Realmonte, cerca de Porto Enpedocle. Está formada por una roca sedimentaria de color blanquecino muy característico formada a partir de las pruebas de foraminíferos planctónicos.
En agosto del 2007 el municipio de Realmonte solicitó la inclusión de la Scala de Turchi junto con la cercana villa romana de Aurea en la lista de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
De todas formas, aún sabiendo que la noche se había apoderado del lugar, no desistimos, y a gran velocidad bajamos hacia la playa (ya totalmente de noche) al menos para poderla ver o "intuir" de cerca.
Avanzamos muy rápidamente por la misma arena de la playa hasta llegar a la zona más alta y blanquecina de la Scala dei Turchi.
Y ya, pisando esta roca blanquecina fue lo único que pude inmortalizar, a Jesús sobre la misma roca...
De vuelta, y justo en la misma bajada a la playa había un bar restaurante con muy buena pinta.
¡Nos merecíamos un pequeño descanso tomando una buena cerveza!
¡Una agradable terraza contemplando el mar! y una buena clavada por la cerveza, 6 €.
Damos por finalizada la jornada de hoy teniendo que retornar todavía a Palermo. Por delante 140 kilómetros y dos horas de camino en una noche muy cerrada.
Día 3 Palermo-Petralia Soprana-Gangi-
Parco delle Madonie(de paso)-Cefalú-Palermo
Pero antes llegaremos al encantador pueblo de Petralia Soprana, ya haciendo límite con las provincias de Caltanisseta y Enna...Allá vamos, por delante tendremos unos 110 kilómetros.
Petralia Soprana
Ya, según nos acercamos al pueblo, intuimos que hemos acertado en venir aquí. Situado sobre una cresta montañosa a 1147 metros de altitud, las vistas según estamos llegando son espectaculares.
Una vez arriba, y cuando salimos del coche, notamos como a esta altura el frío se acentúa, así que lo primero que haremos es calentarnos con un caffé macchiato (un cortado para los españoles) y una buena copita de anís.
¡Ea, ya hemos entrado en calor, así que a patear el pueblito toca!
Este pequeño pueblo de apenas 3000 habitantes fue premiado en 2018 como el Borgo dei Borghi (pueblo de los pueblos) más bonito de Italia.
Es una invitación a viajar al pasado.
Muy bien conservado, callejuelas estrechas que aparecen de repente, una estructura medieval y elegantes edificios como en Piazza Quatro Cannoli, con el Palazzo Potinno Marchesi di Irosa y el Palazzo Vigneri y numerosas iglesias de estilo barroco.
Caminando por la ciudad descubrimos numerosos relojes y fuentes, muchas de ellas en el interior de las casas que servían para abastecerlas.
Los miradores de Petralia Soprana son balcones desde donde se puede ver el valle del río Imera, Caltanisseta, e incluso el volcán Etna en días claros.
Al fondo, incluso podemos contemplar, como en las cumbres de las montañas se ven pequeños restos de nieve.
Y seguimos avanzando entre este entramado de callejuelas medievales...encontrando bellos rincones perfectamente conservados.
Poco a poco llegamos hasta el otro extremo del pueblo, en donde la fachada de la gran iglesia nos indica uno o de los lugares más espectaculares de Petralia Soprana, su mirador con una cruz, viendo de frente la majestuosidad de su iglesia.
Allá vamos, hasta la cruz...
¡Guau, miro hacia atrás, y esto es lo que veo!
¡Impresionante vista!
No me canso de enfocar y disparar con el clickeo de mi cámara. Miro a través del objetivo, y todo me encaja, como un cuadro perfecto, y me invita a seguir fotografiando: un camino adoquinado que serpentea buscando el murallón de la iglesia, detrás las montañas y el templo en lo alto, muy en lo alto, me hace disfrutar enormemente de este lugar de ensueño.
Y volvemos a desandar pero buscando otras callejuelas paralelas con miradores permanentes...
Y así llegamos hasta el lugar en el que habíamos aparcado el coche, en la entrada del pueblo...
Abandonamos Petralia Soprana, y aunque en un principio también quisimos incluir la visita a Petralia Sottana, la descartamos para no pillarnos los dedos con el tiempo, ya que por delante todavía tendríamos una amplia jornada.
Y ponemos rumbo hacia la cercana localidad de Gangi...
Tenemos que parar y desde la carretera fotografiar allí a lo lejos el pueblo, y de forma muy difuminada en el día de hoy, detrás el volcán Etna.
¡Una pena que el cielo esté cubierto!
¡Muchas gracias por la foto!
A medio camino entre Palermo y Catania nos encontramos Gangi, y aunque parece que el Etna lo tenemos ahí al lado, son todavía 100 kilómetros los que lo separa.
El Corso Umberto es la calle principal del centro histórico en donde se encuentra la oficina de turismo y muchas tiendas de souvenirs.
Ya con el coche nos adentramos en el Parco delle Madonie, un parque natural con una densa vegetación y altas montañas. Ahora tocaba curvas, curvas y más curvas, entre 30 y 40 km/h en coche.
Lo mejor para visitar el pueblo es subir con el coche hasta la parte más alta, salvo que queramos hartarnos de subir escaleras y cuestas...
Construida sobre una pequeña colina rodeada de un valle boscoso, desde lejos parece ser el caparazón de una tortuga gigante.
Considerada por muchos, como uno de los pueblos mas bellos de Italia, esta ciudad fue construida en el siglo XII, teniendo ya entonces más de 16000 habitantes.
Popularmente se la conoce como el pueblo de las casas a 1 euro.
En un esfuerzo por revitalizar la ciudad, antes de que el tiempo la abandonase, en 2014, el alcalde decidió vender estas casas al precio de un euro, pero siempre se le requería al comprador que elaborase planes de renovación dentro de un año desde la compra de la casa y habría que poner en prácticas aquellos planes elegidos en los tres años siguientes.
Una maraña de callejones y estrechas vías empedradas nos conducen a la parte más alta del pueblo en donde se encuentra la catedral de San Nicolás.
A nuestro paso por Gangi vemos muchas casas adosadas y viejos palacios señoriales dándole un toque medieval al pueblo.
El Corso Umberto es la calle principal del centro histórico en donde se encuentra la oficina de turismo y muchas tiendas de souvenirs.
En la piazza del pópolo se encuentra la fontana del leone, una fuente con una historia muy peculiar. En 1924 Mussolini nombró a Cerare Mori una especie de "superdelegado" para luchar contra la mafia y el crimen organizado en Sicilia. Cerare Mori tenía carta blanca para hacer lo que quisiera, incluido el uso de medios poco ortodoxos para cazar y arrestar a los malos. En 1926 Gangi fue ocupada por el escuadrón de Mori que peinó la ciudad hasta dar con todos los mafiosos y los bandidos más temidos.
El último en ser capturado se llamaba Leone (león) y por ello en 1931, a partir de una cueva preexistente se construyó la fuente para recordar el asedio de Gangi.
Aunque en un principio planteamos la posibidad de quedarnos a comer aquí, era temprano, así que decidimos poner rumbo hacia nuestro próximo destino, pero ya en la costa, Cefalú.
Parco delle Madonie
Este Parque Natural se encuentra en la cadena montañosa formando los Apeninos Sículos, teniendo como el pico más alto al Pizzo Carbonara con 1979 metros de altitud, seguido por el Pizzo Antenna con 1977 metros. Estas montañas se encuentran protegidas por la figura del Parco delle Madonie desde el año 1989, formando parte de la Unesco en la Red Global de Geoparques Nacionales.
Pues nada, a ir en plan tranquilo, a pesar de que la lluvia está presente, y a disfrutar de este bello paisaje...
A nuestro paso dejamos el pueblo de Castelbuono, que en un principio también lo quisimos visitar, pero pasamos de largo y nos quedamos solo con sus vistas en lo alto de una colina.
Nos adentramos por la carreterilla local que bordea la costa en unos 15 kilómetros, para de este modo, id disfrutando de ver como toda la zona montañosa se deja caer al mar.
Una vez en Cefalú, lo primero que haremos sera ir a comer, y el sitio ya lo teníamos claro por recomendación de varios compañeros viajeros, al Pasta & Pasti, sin darnos cuenta, aparcamos a solo unos 100 metros del lugar .
¡Perfecto!
Gran variedad de todo tipo de pasta, de muy buena calidad-precio.
¡Comimos super bien!
Son las 15:30, un Tagliare il caffé y a patear por Cefalú
Cefalú está considerado como uno de los pueblos más bonitos de Italia, y con razón. Ya no solo por su enclave entre la costa y las montañas, sino ademas por su historia, su cultura, y su arte arabo-normando.
Empezamos a callejear por el interior de la ciudad y recorremos las dos arterias principales la Vía Vittorio Emanuele y Corso Riggero, ambas repletas de tiendas con todo tipo de souvenirs, restaurantes y locales en donde preparan los famosos cannolis. A esta hora de la tarde está repleta de turistas.
Cefalú, situado a los pies de un promontorio rocoso, tendrá unos 14000 habitantes pero cuando llega el verano la población se triplica, siendo uno de los lugares más pintorescos y turísticos de la isla de Sicilia.
De origen fenicio, fue después colonia griega, cartaginesa, y romana hasta que en el año 858 fue ocupada por los árabes y que conservaron hasta el 1063. Posteriormente ya fue invadida por los normandos.
Dejamos la parte del interior del pueblo y atravesamos un pequeño túnel que nos accede a la parte trasera de las casas que están adosadas al mar.
Y veo como hay una especie de sendero peatonal con algunas escalinatas labradas en la misma roca y que sigue avanzando por la misma orilla del mar.
De origen fenicio, fue después colonia griega, cartaginesa, y romana hasta que en el año 858 fue ocupada por los árabes y que conservaron hasta el 1063. Posteriormente ya fue invadida por los normandos.
Una vez que atravesamos todas sus callejuelas llegamos a su catedral, construida en 1131 está declarada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco junto con otros ocho bienes repartido por la isla de Sicilia.
En la Piazza del Duomo podemos ademas contemplar otros tantos edificios como el ayuntamiento que antaño fue el Monasterio de Santa Catalina, el Palazzo Pirajno, el Palazzo Maria y el Seminario Vescovile, uno de los seminarios más antiguos de Sicilia.
El estilo de la catedral es de arquitectura normanda aunque se tendría que llamar más correctamente románico siciliano. Dos grande torres de piedra flanquean el pórtico que tiene tres arcos (reconstruidas en el año 1400) correspondiente a las tres naves.
Los mosaicos de su interior están catalogados como de los mas hermosos del mundo, de ahí que se declarase como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2015.
Otros lugares interesantes son la Chiesa della badiola, la Piazza Garibaldi rodeada de bonitos edificios y palacios como la Chiesa di María SS Della Catena y la Torre del Reloj.
Y veo como hay una especie de sendero peatonal con algunas escalinatas labradas en la misma roca y que sigue avanzando por la misma orilla del mar.
Avanzo, siempre con mucha precaución, ya que el agua está furiosa y golpea fuertemente en las rocas.
¡Me encanta este lugar, tan salvaje!
Rosa y Jesús parece que no quieren bajar, así que yo sigo avanzando entre las rocas, saltando de una en otra, y de vez en cuando veo como las olas me alcanzan parcialmente.
Al final, consigo que al menos Rosa baje y disfrute de este bello enclave, y viendo como las aguas chocan bruscamente hasta alcanzar las mismas fachadas de las casas.
Quisimos seguir avanzando hasta llegar al mismo puerto pesquero en el que se encuentra el faro, pero la noche ya está cayendo y las aguas cada vez más bravía, con lo que damos marcha hacia atrás.
Y ya sentados en el coche y yendo dirección a Palermo, una fuerte tromba de agua nos fue cayendo durante unos pocos kilómetros. Llegamos, son las ocho de la tarde.
Día 4 Palermo (visita)-Castellamare del golfo-
Scopello-Palermo (visita nocturna)
Palermo
Capital de la región autónoma de Sicilia, con más de 800000 habitantes, está dotada con un interesante patrimonio artístico y arquitectónico, que abarca desde restos púnicos hasta casas de estilo art nouveau pasando por residencias de estilo árabe normando, iglesias barrocas y teatros neoclásicos
Toda la noche lloviendo, a veces fuertemente.
Por la mañana cuando nos levantamos y salimos del apartamento la llovizna sigue cayendo...
Hoy tocaba dedicar el día a Palermo, y si nos da tiempo, pegaremos alguna escapada a algún lugar cercano interesante.
Al estar instalado en el mismo centro, todo lo interesante para ver lo tenemos bastante cerca, a una media hora escasa. Así que empezamos la visita...
Nos dirigimos directamente hacia la catedral, pero antes nos vamos a detener en Quatro Canti
Es una plaza octogonal situada en el cruce entre los dos principales ejes de Palermo la vía Maqueda y Il Casaro (calle de origen fenicio que une la acrópolis con el Palacio Normando, hoy conocida como Corso Vittorio Enmanuele y que constituye la calle más antigua de la ciudad).
La Piazza Vigliera se remonta al siglo XVIII. Las cuatro esquinas que forman esas calles, moldeadas en forma de anfiteatro es la conocida como Quatro Canti.
Seguimos avanzando y al poco llegamos a la gran Catedral de Palermo, una verdadera joya arquitectónica con varios estilos. Al verla de frente, impone su grandeza.
Tiene un fuerte estilo oriental debido principalmente a su patio interior lleno de palmeras.
Primeramente fue una basílica bizantina, sobre la que, en 1185 el arzobispo de Palermo mando levantar de planta basilical con tres ábsides. El arzobispo quería competir con la belleza y poder de la Catedral de Monreale.
El interior de la Catedral ha sido enteramente reformado a finales del siglo XVIII, borrando cualquier rastro del edificio árabe-normando que fue en su origen.
La nave central se sostiene sobre unos pilares que conservan como adorno, las cuatro columnas que sostenían la pared original.
Atravesamos por uno de los arcos adosados a la Catedral y nos dirigimos al Palacio Normando, que se encuentra en la parte más alta de la ciudad.
El imponente palacio de los Normandos que actualmente alberga la Asamblea Regional Siciliana, fue en donde los cartagineses primero y posteriormente los romanos construyeron sus estructuras defensivas. Más tarde los árabes que ocuparon Sicilia e hicieron de Palermo su espléndida capital, construyeron en esta zona el Qasr, es decir el castillo, y por último llegaron los normandos que expulsaron a los árabes y reconstruyeron la ciudad.
El aspecto exterior del palacio es aún más o menos el de la época normanda reconocible en el simple paralepípedo de la torre Pisana cuya fachada de piedra se articula en cuatro plantas y está apenas decorada por los habituales arcos ciegos de estilo árabe en los que se abre las ventanas.
Delante del Palacio se encuentran unos jardines en una gran plaza, en donde varias palmeras y esculturas, dan grandiosidad y embellecen al entorno.
No llegamos a entrar, aunque destaca por su belleza sobre todo el, Salón de Roger y la Capilla Palatina.
Rodeamos al Palacio para ver todas sus vistas y la abandonamos por un gran arco para dirigirnos a San Giovanni degli Eremiti, que una vez consultado el mapa, vemos que está aquí cerca.
Los orígenes de esta iglesia se remonta al siglo VI. Más tarde después de la conquista islámica de Sicilia fue convertida en una mezquita y con la llegada de los normandos a la isla fue devuelta a los católicos por Rogelio II de Sicilia quien alrededor de 1136 la encomendó a los monjes benedictinos de Monte Vergine.
Sin lugar a dudas lo que más destaca de esta iglesia son sus brillantes cúpulas rojas, en las que se evidencia la permanencia de la cultura árabe en la isla en la época de la reconstrucción.
Este es el mercado histórico por excelencia de Palermo. En sus orígenes, que se remontan a la Alta Edad Media, estaba dedicado al comercio de frutas y verduras procedentes de las huertas de la Conca D'oro
Los comerciantes con sus griteríos, canturrean sus producto atrayendo a todos los viandantes hacia sus puestos callejeros....
Frutas, hortalizas, pescados, carnes...decenas de puestos a ambos lados de la estrecha callejuela intentan vender su mercancías a precios muy competitivos...
Son muchos los puestos callejeros en donde podemos tapear con unas buenas cervezas o si se quiere con un buen Caffé macchiato.
De hecho nosotros pudimos probar especie de unos panini de alcachofas. ¡Muy bueno!
Abandonamos el mercado y junto a este, pudimos dar con una zona bastante derruida de Palermo junto al Palazzo Conte Federico
Ahí van una serie de imágenes que pude tomar de la zona...
Y de nuevo regresamos a la zona cercana de la catedral y la Quattro Canti para poder contemplar la Piazza y la Fonte Pretoria.
A escasos metros de las Quattro Canti, esta fuente y plaza conocida como la Piazza della Vergogna (plaza de la vergüenza ) ya que en el siglo XVII y 1860 la fuente se consideró la representación de la corrupción del ayuntamiento puesto que se tuvieron que demoler varias casas para poderla construir por su gran tamaño, ya que su intención era que estuviese en un lugar abierto y espacioso.
En el centro de la plaza está situada la Fontana Pretoria (1554) obra de Francesco Camilliani que ocupa gran parte de la extensión de la plaza .
Tres de los cuatro lados de la plaza están cerrado por edificios: El Palazzo Pretorio (sede del ayuntamiento) construido en el siglo XIV, la iglesia de Santa Caterina y dos palacios señoriales, el Palzzo Booncore y Palazzo Bordonaro.
Junto a esta fontana se encuentran otras dos iglesias que forman parte del Patrimonio de la Humanidad árabe-normando la Chiesa Di S. María Dell Amiragglio y la iglesia de San Cataldo
Construida en el siglo XII, es conocida también como la Martorana , nombre heredado del colindante convento fundado en el año 1194 por doña Eloisa Martorana.
Hacia 1588 el convento de la Martorana procedió a una radical reforma del edificio, derrumbabdo la fachada de la iglesia árabe normando y se añadieron dos capillas laterales donde se reubicaron los mosaicos de la fachada.
El campanario se compone de cuatro cuerpos cuya altura se va reduciendo progresivamente. Los dos primeros cuerpos se remontan al siglo XII y los otros dos al siglo XIV.
La otra iglesia, la de San Cataldo coronada con tres cúpulas rojas se construyó entre 1154 y 1160, y actualmente solo está abierta para el turismo, no para el culto.
Tras una mañana intensa de visitas y callejeo, decidimos dar por zanjado a Palermo, cuando miramos el reloj, y nos avisa de que son las dos de la tarde, así que cogemos el coche y ponemos rumbo hacia un par de localidades costeras que ya habíamos visto y que podían ser interesantes, situadas a unos 70 kilómetros.
Castellamare del Golfo
El nombre significa "Castillo Marítimo del Golfo" que deriva de su nacimiento como fortaleza naval de la antigüedad.
Cuando llegamos y una vez que aparcamos el coche, lo primero que hacemos es buscar algún restaurante donde comer, ¿pero donde? está todo cerrado, esto parece un pueblo fantasma, no hay nadie por las calles.
Una vía central y peatonal, que entendemos que tiene que ser la principal del pueblo, todos los bares están cerrados. Habrá que tirar con dirección al puerto, a ver si allí están alguno abierto.
Descendemos por unas escalinatas que nos llevan directamente al puerto, y por fin, uno abierto, cuando justo en ese momento se empieza a levantar un aire desapacible y empieza a llover. No podremos estar en la terraza, hacia dentro.
Una vez que hemos comido pasearemos por la zona del puerto, desde donde podemos ver una bonita estampa del pueblo encajado entre las montañas y en la orilla del mar.
Este pueblo es notorio por haber estado muy vinculado a la mafia, habiendo sido lugar de mafiosos estadounidenses como Salvatore Maranzano y otros tantos...
De este pueblo tomó el nombre el enfrentamiento entre clanes mafiosos en Estados Unidos conocidos como la guerra Castelmarense que enfrentó al clan de Joe Masseria contra el clan de Salvatore Maranzano por el liderazgo de la mafia en New York.
Nos acercamos hasta unos tenderetes en donde los pescadores están ofreciendo varios tipos de pescado. Algunos habitantes del lugar se acercan para comprar.
A continuación una serie de imágenes del pueblo, la costa y el entorno y nos vamos en busca del siguiente destino...
La vuelta al coche la hicimos a través de una pequeña playita que había a las espaldas del castillo...
Ahí van Rosa y Jesús.
Y por la costa con dirección a Scopello, situado a unos 10 kilómetros es parada obligatoria en el mirador que hay a medio camino...
Allá abajo Castellmare del Golfo
Y llegamos a Scopllo, un pueblecito ya perteneciente a la provincia de Trapani. Una verdadera joya natural junto al mar.
Unos gigantes farallones que parecen clavarse en el mar rompen sus aguas cristalinas...
¡Gua que sitio más espectacular!
Subo y desaparezco entre la maleza y las rocas buscando una buena ubicación para fotografiar esta belleza...Click, Click, Click, Click
Y volvemos a Palermo, ya de noche, para dar las últimas andadas nocturnas por la capital de Sicilia...
Un poco de ambiente navideño, con música callejera incluida...
Y a cenar y tomar unas copas: aperol, en la ambientada Via Maqueda, sin lugar a dudas la más ambientada de todas...
Y aquí nos despedimos de Sicilia brindando con un buen aperol italiano, y hasta el siguiente viaje, que seguro será muy pronto...