martes, 30 de enero de 2018

Cresteria del Castillejo, cerros del Castillón y Colorado. Sierra de la Cueva (Cuevas del Becerro-Málaga) Enero/18.




Hoy nos vamos de montaña; haremos la cresta del Castillejo (936 m), el cerro del 
Castillón (956 msnm) y el pico del Colorado (1054 msnm)... ademas nos moveremos por el torcal de Juan Duran, y a todo esto, le tendremos que echar el ingrediente del frío y fuertes rachas de viento.


En esta ocasión nos damos cita 11 compañeros del club, dos de ellos se han incorporado a última hora, por sorpresa. ¡Ahí estamos todos los participantes!


A las 10 de la mañana ya estábamos situado en el malagueño pueblo de Cuevas del Becerro, carretera A-367 Ronda-Ardales, dirigiéndonos de este modo hacia "El Nacimiento", lugar en donde aparcaremos nuestros coches.



Desde este pequeño parque, junto al nacimiento, iniciamos nuestra ruta. Ruta en la que tendremos por delante unos 13 km, algo más de 500 metros de desnivel, y en la que estaremos andando unas siete horas por un terreno muy delicado en varios tramos de la misma: zona de lapiaces.


A solo algunos metros, pista arriba, empezamos a subir por "Los Resbalaeros",curioso lugar de varios "tajos" en donde los críos y crías del pueblo se divertían usándolos como toboganes.


El pronóstico que tenemos hoy de temperatura es frío, máxima 8º en el pueblo, por lo que allá arriba bajará bastante más, y si además el viento sopla, notaremos aún más frío.


Subimos hasta el pequeño cerro que tenemos a nuestra derecha, donde todavía son visibles algunos restos de lo que fue durante el periodo andalusí una pequeña fortificación.


El campo está precioso, repleto de lirios silvestres violetas-azulados y alguno que otro suelto, de color blanco "albino", repartidos por el suelo.


Tal como nos indica la Wikipedia: "El lirio es una planta perenne, bulbosa con hojas y tallos de color gris verde. Las flores son grandes y tripartitas y de color azul violeta claro con una banda amarilla, compuesta de pelos cortos y finos en la lengua"


Bajamos del cerro, y ahora sí, ahora nos dirigimos hacia la crestería del Castillejo.


Avanzamos por este pequeño lapiaz y vemos como allá abajo vamos dejando el pueblo de Cuevas del Becerro. La subida es suave, aunque tenemos que controlar donde colocamos nuestros pies, ya que este tipo de terreno, lleno de grietas con aristas cortantes, es muy traicionero, un tropezón y nos destrozamos el cuerpo.


Y empezamos a crestear...


Al poco de empezar a crestear, ya aparecen ante nosotros algunos pasos delicados...
Miro el reloj, y por delante tenemos casi una hora de cresteo...eso sí, en plan tranquilo y si correr.


Yo, pegando brincos hacia atrás y hacia adelante, intento buscar sitios estratégicos para tomar algunas instantáneas de mis compañeros pasando por la cresta.


En algunos de los tramos si que hay que estar muy atentos, ya que la cresta se hace más afilada...


Y claro que si, aquí cada uno tiene que avanzar con confianza propia, sabiendo sobre todo donde colocar los pies y las manos...cada uno sabe como lo tiene que hacer.


En algunos momentos hay que echar el trasero al suelo y arrastrarnos por la roca...


Mantener bien el equilibrio cuando pasamos por las afiladas crestas...y si pensamos que el equilibrio lo podemos perder, pues a pegarse a la roca y avanzar a rastras.


Algunos se ven más seguro con los bastones, yo prefiero tener las manos totalmente libres, nunca se sabe cuando se podrán necesitar de forma brusca.


Durante todo el trayecto de la cresta, hay tramos que esta se interrumpe, pudiendo avanzar más tranquilamente...y de nuevo, otro tramo de cresta afilada.


En cualquier caso, si alguna persona no quiere crestear, puede avanzar por las rocas inferiores, pero nosotros hemos venido a crestear y aquí estamos todos, cresteando...


Menos mal que de momento aquí no corre mucho viento, eso si es importante, porque de lo contrario, la crestería se convertiría en un peligro.


 Nos vamos acercando al final de la cresta, más de uno ya está deseando, otros sin embargo seguirían hasta casi la ¿eternidad?


El último tramo, aunque más corto, también tiene un paso delicado, y en el que hay que tener los cinco sentidos presentes, ya que un resbalón traería fatales consecuencias 


¡Y llegamos al final de la crestería...una hora justo en recorrerla!


Empezamos a bajar con dirección al olivar que vemos allá abajo, para después empezar a subir al Cerro del Castillón, nuestro siguiente objetivo.


A nuestras espaldas podemos contemplar toda la crestería por la que acabamos de pasar...y empezamos a subir un corto, pero exigente repecho hasta llegar a la cumbre del Cerro del Castillón.



A Rosa no se le pasa una, sin darnos cuenta ya ha cogido otro espárrago. En donde parece imposible que lo pueda haber, ahí está ella, cogiéndolo.



Y llegamos a este pequeño y modesto cerro (956 msnm), en el que aparecen salpicados varios bloques de rocas, y como es natural nos subimos en ellas.


Y bajo los paredones del cerro de las Palomas, el cortijo Cirinio, bonito enclave para disfrutar del silencio y la soledad, y a poca distancia del pueblo.


Y foto de grupo.
 Detrás podemos contemplar la Sierra del Tablón, con el pico Algámitas (1121 msnm) y el Terril (1128 msnm), siendo este último el techo de Sevilla.


¡Empezamos a bajar con dirección a la pista que vemos allá abajo!


Una vez en la pista nos dirigimos hacia el cerro en donde se encuentra el pico Colorado, el más alto de la zona.



Atrás nos dejamos la crestería y el cerro Castillón, de donde venimos.


Unos quince minutos después, cuando llegamos a la cancela que nos encontramos a nuestra izquierda, la saltamos y continuamos por el carril algunos metros.


El carril continúa de frente, pero nosotros giramos hacia la derecha, por otro carril algo mas cerrado entre plantas. Dirigiéndonos hacia el cerro del Colorado. 


El día está frío, pero el paisaje se ve totalmente nítido. De hecho, miramos a nuestro alrededor y podemos contemplar, e incluso adivinar a través de las siluetas de la montañas, cuales son estas.


Y en un repecho hacia arriba, intentando esquivar las rocas del lapiaz y alguna zona de matorrales, llegamos al pico Colorado (1054 msnm)


Aquí arriba, el viento sopla fuertemente, y el frío hace que nos tapemos hasta los ojos.
Hora de comer, está claro que aquí, en la cumbre no comeremos. Bajamos un poco y entre las rocas nos acurrucamos para comer los bocatas. 


Desde lo alto de este cerro podemos distinguir con claridad, la Sierra de Ortegicar, la más cercana, la Sierra de Alcaparaín con su cumbre El Grajo, y allá a lo lejos el monte Huma en el entorno del Guadalorce-El Chorro.


Toca un poco de hacer el payaso, y tras nuestra foto de grupo y comer los bocatas ponemos rumbo con dirección a la antena que vemos en medio del lapiaz.


El frío y el viento aquí se intensifican. Llevamos puesta todas nuestras prendas de abrigo: gorros, pasamontañas, guantes, bragas, gafas...chaquetones. La temperatura tiene que rozar los 0º, con una sensación térmica bastante baja.


Además el terreno es muy incómodo, lleno de rendijas, grietas, agujeros y rocas afiladas y cortantes, típico paisaje de los lapiaces.
¡Una caída aquí y nos rajamos el cuerpo!


Tal como nos dice la wikipedia "Un Lapiaz, Lenar o pavimento de caliza es un surco u oquedad de pequeñas o medianas dimensiones separados por paredes o tabiques, a veces muy afilados. Esta se produce por la disolución de la caliza afectada por el agua de la escorrentía  o almacenada superficialmente en  puntos donde la microtopografía permite una mejor canalización del agua".


Seguimos avanzando, dirigiéndonos poco a poco hacia el Torcal de Juan Duran.
De frente, siempre ante nuestros ojos la Sierra de Ortegicar, que ya en su momento tantos buenos recuerdos nos trae.


Antes de llegar, nos vamos acercando y subiendo a todas aquellas formaciones rocosas que nos llama la atención. Ahí vemos a Juan en una de ellas, inmortalizando la imagen Carmina.


Bajamos de las rocas, y ahora sí, estamos inmersos en el fascinante torcal de Juan Duran.


Es verdad que cuando se habla de torcal estamos pensando en "El Torcal de Antequera", declarado como Paraje Natural, quizás el más grande y más espectacular. Pero además de este, hay otro tantos espacios, sobre todo en la provincia de Málaga y Cádiz, con pequeños torcales, y he aquí otro trocito, el torcal de Juan Duran.


Si echamos mano de nuevo de la wikipedia nos dice que "Un Torcal está constituido por rocas calizas de tres tipos: oolíticas, brechoides y clasticas ("casi na"). Todas ellas tuvieron su origen en el fondo marítimo durante el periodo Jurásico hace entre 250 y 150 millones de años. Los sedimentos acumulados en el fondo del mar se agregaban mediante la acción cementadora  de las sales y precipitados de la disolución marina...".


Nos adentramos entre sus formaciones rocosas, pudiendo disfrutar de bellas imágenes y con atractivas composiciones de rocas.


Pasamos por algunos pasillos que nos desembocan a otros conjuntos de estratos horizontales formando pequeños torcales.


Nos subimos a algunos de ellos, !ojo con mucho cuidado!


Desde lejos vemos a algunos de nuestros compañeros subidos al torcal más alto y el que más destaca en el entorno, hacia allá vamos.


¡Y ahí están nuestras féminas montañeras del grupo, poniendo poses!


Abandonamos el torcal y regresamos de forma circular con dirección al pueblo de Cuevas del Becerro, pudiéndolo divisar desde lo alto del torcal.


Para por último, bajar por el carril de tierra que nos lleva directamente al pueblo.


A nuestro paso tendremos que saltar una cancela que nos impide el paso...


Y en un pequeño cruce de carriles, tomamos la dirección que nos indica un panel informativo "Cordel del Nacimiento", dando por finalizada nuestra ruta circular del día de hoy.


Cinco de la tarde, han sido siete horas de ruta.
¡Culminada otro trocito más de Andalucía!

Como siempre, buen ambiente de compañeros, un buen día (con frío) y disfrutando de cresteo, cerros y torcales...ya solo nos queda el café de vuelta y el postre de nuestra querida Ana Mari.


martes, 23 de enero de 2018

Ruta por el Palancar, Charco Redondo y Montera del Torero (P.N Alcornocales, Cádiz) Enero/18




En el día de hoy, al igual que cada vez que salimos de montaña, nuestro objetivo es disfrutar de la naturaleza, de un buen ambiente de compañeros y de hacer deporte...¡tres buenas claves!
En este caso, tras el intento fallido de visitar unas cuevas y unas tumbas por la zona de Benalup, a consecuencia de una cacería, optamos por realizar esta otra ruta que ya tenía planteada Carmina como opción B, si esta fallaba.


Nos dimos cita 15 compañeros del club, así que tras salir a las 7:30 de Sevilla con dirección Benalup, y posteriormente redirigir el destino con dirección a Los Barrios (Autovía A-381, Jerez- los Barrios, salida nº 73)  hicimos nuestra parada en los ensanches que hay en la misma carretera.


En esta ocasión, nuestra ruta será un simple paseo, ya que no tiene dificultada alguna. Es más, son muchas las familias que han venido a pasar aquí hoy el día, aunque solo para hacer la ruta del Palancar, nosotros la ampliaremos y también haremos la del Charco Redondo, para que de este modo nos salga al final una ruta circular de algo más de 10 km, y unos 340 metros de desnivel acumulado.


Junto a la misma carretera, en un carril de tierra, nos encontramos un panel informativo, indicándonos la ruta del Palancar. En esta misma zona destaca de forma extraña unas grandes esculturas de hierro, que de forma definitiva tengo que decir que desentona con el entorno.


Al poco de andar por el carril, nos encontramos con una fuente ferruginosa, ya que el arroyo subterráneo pasa por una vetas de hierro, dándole este color característico de herrumbre.
Y junto a esta, nos encontramos con una tumba antropomorfa. Este tipo de tumbas excavada en la roca fue posible con las herramientas de las que disponían, debido a que se trata de un tipo de roca que una vez traspasada la primera capa es bastante blanda.


Seguimos avanzando por el carril, en donde a ambos lados nos encontramos majestuosos alcornoques y gigantescos quejigos. Y allá al fondo podemos ver otro ecosistema representado por un pinar. 


Cuando pasamos los bosquetes de alcornoques, encinas y quejigos, y en un gran claro, tiramos por nuestra derecha para dirigirnos a las casas cuevas, ubicadas en un bonito enclave.


Una de ellas, la mayor, fue aprovechada por los campesinos y pastores del campo, en la que remataron con unas paredes, una puerta y un ventanuco. De este modo la convirtieron en habitable.


En el mismo entorno, y junto a esta, nos desplazamos hasta otra cueva (realmente un abrigo, por sus dimensiones), en la que de nuevo nos pudimos inmortalizar.
Estas cuevas de roca y areniscas son fáciles de ahondar, ya que superada la primera capa más dura, las interiores son muy blandas.


Varias familias habitaron estas cuevas hasta hace pocas décadas. Vivían de forma aislada y solo visitadas esporádicamente por el recovero, una especie de comerciante que cambiaba productos del pueblo por leche, huevos u otras materias que estas personas obtenían de la naturaleza.


Y sobre una de las cuevas, un resalte de roca, desde donde podemos disfrutar de excelentes vistas de la zona ...y nuestro grupo de féminas, disfrutando del entorno y de un precioso día de paseo.


Seguimos saltando de roca en roca (echamos hoy de menos los picachos y crestas por las que habitualmente trepamos) sin dejar de disfrutar. 
Paco y Lorenzo oteando el horizonte desde una de sus rocas (no lo podemos evitar, parecemos cabras, vemos un roca, y allá estamos, en lo alto).


Bajamos, y vamos en busca de otra curiosa roca, situada en el mismo entorno, ésta con un gran hueco en el centro en forma de ventanuco.






Aprovechamos esta curiosa formación rocosa para subirnos en ella (con cuidado, hay que mantener equilibrio, o pasarla apoyando las rodillas).
Y claro, ya aquí, las cámaras no dejaron de disparar...



Y de nuevo retornamos a la pista que anteriormente dejamos, para después de avanzar algunos minutos por el carril que discurre por el pinar, llegamos a un excelente mirador del Charco Redondo


Y desde este mirador natural, de nuevo inmortalizamos a nuestro grupo, como siempre, haciendo el "ganso" 


Retornamos de nuevo a la pista, y ésta empieza a bajar bruscamente en busca de las orillas del embalse del Charco Redondo. 


Allá a lo lejos, podemos contemplar la Bahía de Algeciras, y destacando sobre ella, la silueta del Peñón de Gibraltar.


¡Bonita estampa del Charco Redondo visto desde este enclave!


Y tras una pronunciada caminata, de unos 150 metros de desnivel, llegamos a la orilla del embalse.
Ya en nuestra bajada, podemos ir divisando la roca conocida como "Cráneo de Dragón" o "Ventana del Pantano", a la que nos dirigimos.


Esta gran roca la podemos asemejar a la de un cráneo en posición yacente con un gran ojo.


Hora de comer, ¡que mejor sitio que este! 
Una temperatura formidable, junto al embalse, y montados en esta peculiar formación rocosa.




Tras algo más de media hora de "comilona" y medio  adormilados por este agradable sol de enero, reanudamos la marcha por el sendero que discurre por nuestra derecha, bordeando el embalse.


Pisando una tierra, que en tramos parecemos estar en el borde de la playa, vamos avanzando por este suelo que se desprende fácilmente junto al embalse.


Al poco, desembocamos en el carril, que entre alcornoques y quejigos nos llevará hasta el final de nuestra ruta, mostrada con un cartel indicativo "Monte Palancar, carril del Palancar"


Ya en la carretera, subimos por nuestra izquierda unos 100 metros, en donde se encuentran nuestros coches. Son casi las cuatro de la tarde. Nos da tiempo de visitar la Montera del Torero que lo tenemos aquí cerca "a tiro de piedra". Hacia allí nos vamos...


La Montera del Torero


Nos trasladamos hasta el kilómetro 88 de la antigua carretera Jerez-Los Barrios, muy cerca de donde estamos, y a solo 500 metros del sendero señalizado del valdeinfierno. Una vez allí, aparcamos el coche en el ensanche (pequeño aparcamiento, junto a la cancela) que hay junto a la carretera.


Tal como nos indica la wikipedia, la Montera del torero es "una curiosa formación rocosa con la forma del busto de un torero, sobresaliendo lo que sería su montera".
Se trata de un cresta rocosa que ha sido erosionada por un pequeño cauce, así como por el viento y la lluvia, dando lugar  a su curiosa forma.


Para llegar a ella, simplemente tendremos que traspasar la verja, y un pequeño sendero nos llevará hasta la misma en solo cinco minutos.


Aunque sin dificultad alguna, tendremos que subir con precaución. Quizás para algunas personas no acostumbrada a subir por rocas, les cueste algo más.


Este macizo rocoso constituido principalmente por arenisca y rodeado de una serie de crestas rocosas conocida con el nombre de Tajo de los Principes, en el que podemos encontrar varias covachas, grietas y crestas. En algunos lugares hay excavadas tumbas antropomorfas.


Declarado como Monumento Natural, esta formación rocosa ya destaca y sobresale una vez que aparcamos nuestro coche.
Una vez allí, el sol penetra por el ventanal, dándonos un bonito encuadre para poderlo fotografiar.


Una vez que hemos disfrutado de la oquedad de esta gran roca, nos trasladamos a la que nos encontramos justo en frente...


Tendremos que bajar con precaución de no resbalar...


Y ya en frente subiremos a la otra gran roca...


Y ya abandonamos este enclave, dirigiéndonos hacia nuestros coches, dando de este modo por finalizado el día de hoy.
Ya solo nos queda una parada camino hacia Sevilla y tomar nuestro correspondiente cafelito junto a la sorpresa casera en forma de tarta, pastelitos o galletas preparada como siempre por nuestra compañera Ana Mari.


Un estupendo día de paseo, con bonitas vistas, excelentes compañeros y un sol primaveral.

A continuación incluyo el magnífico vídeo que realizó nuestro compañero Paco, para que de este modo quede inmortalizado nuestro paso por este trocito de Andalucía.
¡Gracias Paco!