En estos días navideños, harto ya de tanto comer y beber, tenemos que pegarnos ya, una escapada, y airearnos un poco por el monte. Dicho y hecho, telefonazo, watsapp y a quedar...
En esta ocasión nos damos cita cuatro compañeros del club: Mercedes, Javier, Alfonso y el que escribe. Ponemos rumbo hacia la cercana sierra de Aracena.
En esta ocasión nos damos cita cuatro compañeros del club: Mercedes, Javier, Alfonso y el que escribe. Ponemos rumbo hacia la cercana sierra de Aracena.
Nuestra ruta planteada será la circular que une los pueblos de Cortegana y Almonastel la Real, subiendo al cerro de San Cristobal. Ya realicé esta ruta, bastante similar, en el otoño del 2012, con otros compañeros del club. En aquella ocasión, además, pudimos realizar una rutilla conocida como "La Ruta del Arte", en Almonastel la Real desgraciadamente a día de hoy, ya no queda nada.
Otoño 2012
La ruta que haremos hoy es conocida como "La Ruta de las aldeas". Históricamente estos caminos tuvieron una función esencial para comunicar a los pueblos entre sí, asimismo eran utilizados por los vecinos para acceder a las diferentes fincas de la zona. Estos caminos, a veces, se hacían por terrenos empedrados, cruces de arroyos, y pasos a nivel del ferrocarril.
Nos trasladamos directamente desde Sevilla hasta Cortegana, tras hacer nuestra correspondiente parada matutina en Aracena, y desayunar chocolate con churros, y otros, el café con tostada.
Ya en Cortegana, y antes de iniciar la ruta, subimos al castillo para visitarlo, al menos desde fuera, ya que todavía estaba cerrado a esas horas.
Otoño 2012
La ruta que haremos hoy es conocida como "La Ruta de las aldeas". Históricamente estos caminos tuvieron una función esencial para comunicar a los pueblos entre sí, asimismo eran utilizados por los vecinos para acceder a las diferentes fincas de la zona. Estos caminos, a veces, se hacían por terrenos empedrados, cruces de arroyos, y pasos a nivel del ferrocarril.
Nos trasladamos directamente desde Sevilla hasta Cortegana, tras hacer nuestra correspondiente parada matutina en Aracena, y desayunar chocolate con churros, y otros, el café con tostada.
Ya en Cortegana, y antes de iniciar la ruta, subimos al castillo para visitarlo, al menos desde fuera, ya que todavía estaba cerrado a esas horas.
Este castillo se alza sobre un cerro a más de 700 metros de altura, y junto a ella, la ermita de Nuestra Señora de la Piedad. Su fortificación, y la construcción del castillo, son fruto de las disputas entre Castilla y Portugal por la sierra, a finales del siglo XIII y principios del XIV.
Me llamó la atención, a leer el cartel, que estaba escrito en dos idiomas, y curiosamente el otro, además del español, no era el inglés, sino el portugués.
¡Bonitas vistas desde lo alto tenemos del pueblo de Cortegana!
Abandonamos el castillo y nos trasladamos con dirección a la plaza de toros, que es de donde parte nuestra ruta de hoy...
Aparcamos nuestro coche junto a esta coqueta y pintoresca plaza de toros, construida allá por el año 1854 y con un aforo para 3000 espectadores.
Da tiempo hasta de echar un capotazo al toro que se encuentra en la misma plaza, junto a una fuente.
Son las 11 de la mañana, el día es estupendo, y según mis indicaciones estamos a una altitud de 689 metros. Por delante tendremos, unas seis horas de ruta, unos 15 kilómetros de pateo y 500 metros de desnivel acumulado, aproximadamente.
Recorreremos las aldeas de El Cincho, Los Acebuches y El Arroyo, por los típicos senderos cargados de encinas, gigantescos alcornoques, y cuando nos estemos acercando al Cerro de San Cristobal, nos adentraremos en un bosquete de castaños.
Empezamos a caminar, partiendo desde la misma callejuela, junto a la plaza de toros, en el que un cartel nos muestra parte de la ruta que nosotros haremos hoy.
Al poco de esta pequeña subida, llegamos a un fantástico mirador, desde el que podemos disfrutar de unas excelentes vistas del pueblo.
Seguimos hacia arriba, por un pequeño carril, y a unos 50 metros, empezará nuestro sendero, que sale por la parte izquierda del poste indicativo.
Ya dentro del sendero, la humedad, los líquenes y los musgos embellecen el camino junto a las encinas y muchos de los alcornoques parcialmente mutilados.
La senda, cargada de hojarasca, ya caída de algunos de los árboles, nos van marcando el camino a seguir, que es cómodo y sin pérdida posible, ya que cada poco encontramos las marcas amarillas y blancas del PR-A 5 y del GR (rojo y blanco), que en este tramo coincide.
El paisaje está ideal para fotografiar, y sin darme cuenta también me pillan a mi...
Tras una pequeña subida y llegada a la misma angarilla de una finca (por cierto, al menos con diez perros ladrando fuertemente, ¡ensordecedor!) el sendero empieza a llanear y descender suavemente entre las sombras de los alcornoques ...
En el camino, una angarilla tendremos que abrir para seguir hacia adelante...
¡Pobre dedo de Alfonso!
Ahí está, curándoselo y dándole mimo, mientras seguimos bajando...
Y pasados unos cuarenta minutos aproximadamente, el sendero baja bruscamente en busca de un pequeño arroyo que tendremos que saltar sin problemas.
Y poco después llegamos a nuestra primera aldea, El Cincho, perteneciendo esta ya al término de Almonastel la Real, siendo este un pequeño núcleo de viviendas habitadas.
Aldea El Cincho
La atravesamos, siguiendo de frente por un carril cementado para el tráfico rodado de estas casas, y que enlaza directamente con la carretera local H-8107.
A nuestro paso por este carril, los cerdos, típicos de esta zona de Huelva, alimentándose bien para después satisfacer con exquisitos manjares, los deliciosos jamones que comeremos en estas fiestas de navidad y en cualquier otra época del año.
Y tras otros veinte minutos más, llegamos a la carretera, anteriormente indicada.
Hasta aquí, el camino, tanto a la ida como a la vuelta será común, ahora seguiremos de frente adentrándonos por una calle de la aldea de Los Acebuches, dejando las otras casas atrás, allá arriba.
Aldea el Acebuche
Una vez finalizada la calle, que está bien indicada por la señal, bajaremos por el senderillo en busca del paso por la vía del ferrocarril que une Huelva-Zafra.
La atravesamos con mucha precaución y después de mirar bien...
Y nos adentramos en un bonito rincón cargados de encinas junto al barranco de la Porrejona, que quedará a nuestra izquierda.
Bajamos hacia el pequeño barranco, que lleva un arroyuelo, el cual tendremos que atravesar..
Comenzaremos ahora un tramo ascendente, siguiendo las indicaciones del sendero PR-A 5 hasta alcanzar con el camino que viene de la aldea de Las Veredas.
Pasamos junto a una finca con curiosas esculturas artesanales, algunas muy originales.
Aquí nos detenemos un poco para relajarnos y deleitarnos con los detalles.
Y como no podía ser de otra forma, las bromas también forman parte, siempre, de nuestras rutas...
Y al poco llegamos a la carretera que une Cortegana con Almonastel la Real.
Giramos a nuestra derecha, y a unos quinientos metros llegaremos a Almonastel la Real, tras pasar el cementerio y el humilladero.
Y ante nosotros, Almonastel la Real, como el cartel indica, forma parte de la red de Los pueblos más bonitos de España. No nos detendremos en él, seguiremos por la carretera, atravesando el pueblo hasta encontrar a mano izquierda la subida al Cerro San Cristobal,
Almonastel la Real
Algunas fotillos con las vistas del pueblo...
Son la una y media pasada, hasta aquí hemos andado unos seis kilómetros, así que cuando lleguemos al San Cristobal comeremos...
El cerro San Cristobal se encuentra a una altitud de 913 msnm, con lo que tendremos una buena subida hasta llegar a él. Aquí en Almonastel la Real estamos a 574 m, con lo que tendremos una ascensión de unos 340 metros.
¡Allá vamos, "parriba"!
Subimos por una cuesta empedrada, dejando a nuestra derecha el molino de agua los Poyos, y un poco más hacia adelante a la izquierda llegamos al los molinos harineros.
El sendero zigzaguea hacia arriba, desde donde podemos ver en una pequeña balconada-mirador con unas bonitas vistas del pueblo.
Y un poco más adelante en una bifurcación, veremos un camino a la izquierda señalado con la subida al San Cristobal...
¡Ahora toca subir por un estrecho senderillo!
hasta que desemboca en un sendero (carril) más ancho, en donde los castaños serán nuestros acompañantes, con algún que otro alcornoque...
Y tras subir durante unos cuarenta y cinco minutos y algo menos de tres kilómetros, llegamos al Puerto de las Encrucijadas 785 msnm, en donde hicimos una parada para comer.
Tras un buen rato de comilona y de charla, nos miramos los cuatro...y dijimos ¿subimos o nos vamos "pabajo"?. Ya todos habíamos subido unas pocas de veces al San Cristobal, así que nos cargamos las mochilas y empezamos a bajar con dirección a Cortegana.
Un buen rato de bajada con una amena charla...aunque por momentos, el tiempo parecía empezar a refrescar. Entre alcornocales pelados seguimos charlando y bajando...
Y desembocamos en la carretera que une Cortegana con Almonastel la Real, tres kilómetros equidistantes hacia las dos localidades.
Atravesamos la carretera, y en el cruce tomamos dirección Arroyo, Acebuches y Veredas. aunque a esta última no llegaremos, ya que Acebuche nos desviaremos por el senderillo.
Aldea de Arroyo
Tendremos ahora 1,5 km aproximadamente por la carretera entre ambas aldeas.
Llegamos primero a Arroyo, a pocos metros del cruce, la atravesamos siguiendo por la carretera, con dirección a Acebuche, con mucha precaución, aunque es una carreterilla con poco tráfico.
Aldea de Acebuche
Y a los quince minutos llegamos a Acebuche, tras disfrutar de un bello entorno...
Es Navidad, con lo que nos inmortalizamos junto a un curioso árbol de Navidad adornado con algunas pequeñas prendas hechas de tela "al ganchillo"...
Atravesamos la aldea, y una vez que salimos de ella, en una curva muy pronunciada a la izquierda, encontramos una fuente (a mano derecha) saliendo desde aquí el carril cementado que ya cogimos esta mañana, terminando en este punto la parte circular de nuestra ruta.
Avanzamos por este carril hasta llegar a la aldea del Cincho...
Y desde el Cincho, por el bonito sendero de vuelta hacia Cortegana.
La tarde parece que empieza a caer, el fresco se acentúa, y el color de las plantas cobran vida entre tanta hojarasca...
Y llegamos a Cortegana, son las cinco y media.
¡Hemos disfrutado de lo lindo!
Bonita ruta, buen día nos ha hecho, y sobre todo buena compañía.
Ya solo queda tomar un buen café con unos buenos pastelitos, y de vuelta a Sevilla.
¡Hasta la próxima, que seguro, será pronto!
