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lunes, 6 de mayo de 2019

Ferrata de la Pita o 100 caños, Villanueva del Trabuco (Mayo/19) con vídeo




Y llegó el día...por fin.
Vamos a intentar hacer la segunda vía ferrata más difícil de Andalucía, después del Techo del Camorro Alto. La de los 100 Caños o la Pita.

En el día de hoy nos damos cita seis ferrateros, los de la foto: Pepi, Delia, Isidoro, yo (Antonio) y Víctor y Miguel Ángel que hicieron de coordinadores.


Antes de nada, decir, que nosotros de escalada, poco o nada, por decir algo. Realizamos ferratas hasta nuestro nivel, y hay niveles que se acercan a la escalada...¡y a estas edades!

Empecemos por recordar algunas cosas, para situarnos.

Aspectos importantes para obtener la dificultad de la ferrata (de 1 a 4)
R-Resistencia
F-Fuerza requerida
A-Aspectos psicológicos
E-Experiencia en la montaña

Niveles de dificultad (k1-K6)
K1-fácil. K2-Poco difícil. K3-Algo difícil. K4-Difícil.
K5-Muy difícil. K6 Extremadamente difícil

Visto lo anterior, empecemos a comentar la que hoy tenemos entre manos, la Pita.
Catalogado por los más expertos como una vía muy difícil, y que le dan la valoración de K4+/k5. Por el fuerte desplome en oblicuo, que hace falta utilizar la técnica y la fuerza, otro segundo desplome con las grapas muy separadas, en la que hay que dar un gran impulso para poder alcanzar la grapa, y por último un tramo en donde no hay grapas, solo cable de vida, con poco agarre en donde poner los pies. Por todos estos motivos, la hacen una vía difícil/muy difícil.

Empecemos...

Nos situamos en el malagueño pueblo de Villanueva del Trabuco, una vez aquí, cogemos la pista que nos llevará al cortijo Borreguero, a un par de kilómetros. Siguiendo por la pista, y a solo un kilómetro llegaremos a una zona arbolada, junto a la peña en la que se encuentra la ferrata. Aquí dejaremos los coches, al lado del cartel de la Vía.



A poco más de 900 metros de altura, las nubes están metidas ligeramente en la peña. Hace fresquito, con lo que de momento nada de desprendernos de nuestras ropas. Nuestros relojes marcan las 10:30, buena hora para comenzar la ruta.


Nos acercamos al cartel, y nos llama la atención la calificación que se le dio en su momento, K3 (está claro que el que diseñó este cartel poco entendía del tema). Al lado vemos como todos los ferrateros han ido valorando la dificultad de la vía, viendo una mayoría de K4+

Las características de la ferrata son las siguientes:

Dificultad: K4+, K5: fuerza 4, Aspectos psicológicos 3, Resistencia 4, Experiencia en montaña 3. Dos desplomes muy fuerte, uno en oblicuo. La última parte de la ferrata, no hay grapa, se convierte en una vía cordata, solo con cable de vida. Grapas muy separadas.
Tiempo de acceso a la vía:  10 minutos
Tiempo de realización: 60'
Tiempo de regreso: 15' minutos.
Longitud total del recorrido: 150 metros
Desnivel total:  60 metros


Nos trasladamos con dirección a la base de la peña, entre esta gran arboleda.


Acercándonos a ella, se empiezan a oír las primeras exclamaciones ¡madre mía, que desplome!
Víctor está estupefacto 


En cinco minutos llegamos a la peña...


Y los coordinadores se ponen de acuerdo en el orden de subida. Los primeros Miguel Ángel y Víctor, los de mayor experiencia, por si hay que montar alguna reunión con la cuerda. A continuación Delia, Yo, Isidoro y cerrando el grupo, Pepi.
Allá vamos...


Comenzamos la vía avanzando lateralmente por la pared, hasta que esta empieza a coger altura, viendo a unos 15 metros el primer gran desplome.


Una vez que llega Miguel Ángel, desde allí vemos como se queda perplejo, por la dificultad del desplome. Allá va, a intentarlo.


Le echa valor, y sin dudarlo mucho, empieza a engancharse a las grapas (muy separadas algunas de ellas), desde abajo vemos como realiza un gran esfuerzo hasta alcanzar la siguiente grapa, Suerte que dispone de unas "patasmuylargas"


¡Toma ya, un gran impulso de brazos y para arriba!


Una vez arriba, nos dice:
¡atención es muy difícil, me ha costado la propia vida!
Sigue avanzando vía arriba...


Por debajo queda Víctor, me acerco a él, y solo de verle la cara, ya me asusto.


Antonio, que pasada, esto no lo hacemos ni de "c..."
Víctor hace el intento, y su cuerpo lo tira para atrás...¡paso, paso! dice él.


Subo ahora yo, y me sitúo debajo del desplome.
Había visto muchos vídeos, los había estudiado...y como conseguirlo.


Pero una vez aquí, y viendo el fuerte desplome en lateral y oblicuo, poco se parecía al visto en los vídeos. La pared oblicua parecía no tener desplome (en el vídeo). Aquí es otra cosa, el desplome es bestial. Aun así lo intento, a ver hasta donde llego.


¡Imposible, no tengo fuerza suficiente para alcanzar la siguiente grapa!, desisto.


Isidoro, detrás, le dejamos paso, lo va a intentar...
¡Venga, pasa Isidoro! 


¡Ahí va, con decisión!


Y a la vez que lo intenta, ve que le responde las fuerzas y sigue para adelante...


¡Que tío, lo está consiguiendo!
¡Como está tirando de brazos!


Ya casi está arriba, lo consiguió.
Sigue avanzando por la vía, sin ver ya a Miguel Ángel


Ahí va Pepi, a intentarlo...
Se coloca debajo del techo, y desde abajo el vamos indicando...


Grapa izquierda, derecha, ahora la de arriba...


Imposible llegar a la grapa, muy retirada. Se queda sin fuerza, y tira para abajo.


Cuando baja, nos dice: no tengo pierna suficiente para alcanzar la grapa...¡es una pasada!


Solo queda Delia, ella lo tiene claro, ni sube ni lo intenta. 
Se queda mejor abajo cogiendo espárragos.


Bajamos de la vía, y vemos allá en lo alto a Isidoro, tras superar el segundo desplome.
¡Que tío, que campeón!


Al rato, aparece Miguel Ángel, sofocado, rojo, sudoroso...y con cara de espantado.
Rápidamente nos da sus impresiones:
¡increíble, dura, dura, dura!
El segundo desplome, bestial, no se llega a la grapa, hay que dar un gran impulso.
Después, no hay grapa, solo cable de vida. Zona muy expuesta y no hay donde poner los pies, solo una grieta muy pequeña.


¿Y a Isidoro, no lo has visto?
No, pensaba que no había subido nadie.
Vamos para allá, ha pasado un buen rato.

Víctor se acerca rápidamente a la base de la peña, y de pronto empieza a "gritar"...
Traed la cuerda, rápido, Isidoro no puede bajar. Parecía haber en la pared alguna reunión, pero solo eran grapas de escalada.


Se había despistado y tiró peña abajo.
Isidoro, por aquí no puedes bajar, tienes que subir de nuevo y rodear la peña.
Al ratillo apareció, respiramos todos...


Y una vez en los coches, el consiguiente felicitón a los dos campeones por haber conseguido dicha vía, y nosotros así de encantados.


Una cervezonas para celebrarlo, y ponemos rumbo hacia Comares para realizar la tres vías que allí hay instaladas: Fuente Gorda, Puerta del Agua, y Cueva de la Ventana (esta ya no la hicimos, demasiado cansados), pero eso ya sería otra historia.








jueves, 24 de enero de 2019

Ferrata del Chorro (Enero/19)





Hoy nos vamos de ferrata, a la de los Albercones, más conocida como la del Chorro, incluso algunos se atreven a llamarla la ferrata del Caminito del Rey. Error esto último, por lo tanto nos quedaremos con la Ferrata del Chorro.
Ayer estuvo todo el día lloviendo ( a ver como está la roca), y para hoy el pronóstico de lluvia no estaba claro, aunque parecía indicar que a partir del mediodía no daba agua. Tenemos demasiado mono como para quedarnos en casa, así que cargamos las mochilas con todo lo necesario y pusimos rumbo a las 7:30 h con dirección al Pantano del Guadalorce y más concretamente a la estación de tren del Chorro.



En esta ocasión nos dimos cita, Pepi, Víctor, Antonio (los habituales de siempre),  Delia y Pepe (se están enganchando a esto de las ferratas) y Manolo (¡hombre apareció el ferratero!), aunque una vez allí se unió a nosotros Isidoro (otro entusiasta ferratero), que después aparecerá en escena. 
Miguel Ángel en ésta, se quedó en casa (es nuestro compañero habitual), lo echamos de menos.

Una vez que llegamos a la estación del Chorro, nos trasladamos hasta el aparcamiento que hay junto a la casetilla en donde se recogen los cascos del Caminito del Rey.
A prepararnos con todo el material: arneses, cascos, cuerdas, disipadoras, ochos...en fin, todo lo que tendremos que necesitar...además algo para la lluvia por si nos cae en la primara parte de la vía. 
¡Vaya como llevamos las mochilas!, las dos cuerdas (50 y 60 metros) se  nota en el peso.


Allá vamos son las 11:00, el cielo está muy cubierto de nubes, por cierto, algunas muy obscuras, y cae una pequeña llovizna (somos optimistas, a partir de las 12 mejora).


De frente tenemos el enorme paredón que tendremos que subir, he pintado cada uno de los tramos a destacar: desplome, tirolina y puentes.
Por delante tenemos cuatro horas y media de ruta (lo normal es tardar algo más de las tres horas). Nosotros tardamos más ya que, ademas de disfrutar, echamos mucho tiempo preparando el material de la tirolina y rapel para los siete.


Tomamos la pista que sale desde la casetilla y a los pocos metros tiramos por la derecha subiendo por un senderillo muy empinado.


Y tanto que está empinado, se escuchan los resoplidos...

El viento sopla fuertemente, de ahí que el guarda de la casetilla nos preguntara que si íbamos a escalar, advirtiéndonos que tuviéramos mucho cuidado, porque arriba en los puentes el viento se iba a notar mucho más.
(ya lo creo, eso vendrá después)



Acercándonos al paredón, en unos diez minutos, ya vimos el cartel de la vía ferrata y además "aparecido por sorpresa como nacido de la nada" nuestro compañero ferratero Isidoro.
¡Que alegrón, ya somos siete!...ahí está, no se ha puesto todavía el casco.


Las características de la ferrata son las siguientes:

Dificultad: K3: fuerza 2, aspectos psicológicos 4, Resistencia 3, experiencia en montaña 3. Tirolina 35 m, puente tibetano 15 m, puente de monos 30 m, rapel 25 m.
Tiempo de acceso a la vía:  10 minutos
Tiempo de realización: 3,15 h  (mucho tiempo en la preparación de la tirolina y rapel)
Tiempo de regreso: 30' minutos.
Longitud total del recorrido: 650 metros
Desnivel total:  250 metros


Una vez en el inicio de la ferrata nos distribuimos por experiencia, situándonos de forma estrtégica, por si algún compañero necesitara ayuda.
El orden fue (al principio, a partir de la tirolina cambiamos): Pepi, Delia, Pepe, Antonio
 (el que escribe), Manolo, Isidoro y Víctor.


Allá vamos, empezamos...



A poco de empezar nos encontramos con un pequeño desplome, que sin tener dificultad, para algún principiante tuvo que sudar un poco hasta pasarlo.


Rápidamente la vía empieza a coger altura, pudiéndose disfrutar de unas fantásticas vistas de la zona.
Ahí está el Manuel, el desaparecido...pero como va disfrutando.


La vía se adentra ahora en una pequeña brecha con posibilidad de algunas caídas de piedras. 
Es una pedrera que verticalmente nos va subiendo sin mayor dificultad.


Poco antes de la tirolina nos encontramos con otra vertical de unos 10 metros, en donde tendremos que agarrarnos bien a un pequeño saliente.


Como siempre, voy de fotógrafo, así que por arriba inmortalizo a los compañeros  que se acercan a la tirolina, y por debajo disfrutando de las vistas al embalse con mis compañeros Manolo, Isidoro y Víctor, subiendo.




Pepi ya está en la base de la tirolina, nosotros nos acercamos a ella.
Por debajo unos 160 metros de desnivel y 45 minutos hasta alcanzar este punto.


Echo la mirada atrás y ¡que vistas!
¡Click, foto al canto con los tres mosqueteros!


Haciendo hueco entre todos, y en más de una ocasión cruzándonos las disipadoras para no caer desde esta altura, dejamos pasar a Víctor hasta la base de la tirolina, para que la vaya montando.


En algún tramo poco hueco hay por donde pasar...


A montar la tirolina (35 m)...¿y quien va primero...?
¡Vale, voy yo, y así os inmortalizo a todos cuando os tiréis!


Ya he cruzado, en el último tramo hay que tirar de brazos un par de metros, el resto llega perfectamente la tirolina.


¡Guau, espectacular, que vistas tengo desde aquí!




Pepi

Y ahí van, a tirarse ...


Pepe                              Delia


 Manolo


 Isidoro                        Víctor

Y el que está detrás de la cámara, que soy yo, nadie lo inmortalizó.

Bueno, seguimos...


Yo me quedé el último junto con Víctor que recogimos todas las cuerdas...a los mochilones.
 A nuestros compañeros parecen que le han metido fuego en el "....".
Aprovecho para inmortalizar a Víctor en este lateral con unas vistas espectaculares.



Subimos ahora por una vertical de unos 25 metros, en donde allí arriba ya veo 
el puente tibetano (15 m), y que en ese momento lo está atravesando Delia.


El orden ahora ha cambiado: Pepi, Delia, Pepe, Isidoro, Manolo, Víctor y yo.


El viento aquí azota fuertemente con lo que tenemos que pasar el puente con mucho cuidado.


Esta es una de las zona más impresionantes, justamente los dos peñones que separan los puentes.


Esta es la parte más alta, hemos llegado a los 250 metros de desnivel.




Una última vertical de unos 50 metros, que tras una pequeña bajada llegaremos 
al puente de monos (30 m).


¡Ahora si, el viento si que azota, esto es como una ventana abierta en la montaña!


Poco a poco vamos atravesando el puente de monos (algunos con más apuros que otros). Hay que agarrarse bien, el viento nos tumba...


Una vez que todos hemos atravesado el puente ¡estamos vivos!
Ahora toca una buena bajada...


El terreno es muy pedregoso y resbaladizo, además de tener una buena pendiente.
Hay instalado un cable de vida por el que "si o si" tendremos que engancharnos y agarrarnos para bajar, incluso así, algún trasero fue al suelo.


Mientras nosotros bajamos tranquilamente y se hace alguna fotografía al canto, allí abajo, ya empiezan con otro buen desnivel.   


¡Que chula es esta zona!
Aunque en esta cara sombría estamos pasando fresquito...


Toma ya, ahí están todos, ¡lugar mágico!


Y llegamos a la parte final de la vía.
Tenemos dos opciones:
-Bajar por las grapas, con un pequeñísimo desplome, y que al bajar se nota
-Bajar haciendo rapel de unos 25 metros.

Hubo un poco de todo: yo bajé en un principio por las grapas, para guiar a Pepe y a Delia que no iban a rapelar, después yo subiría de nuevo.




Una vez abajo pude fotografiar a Pepi y Manolo bajando, fueron los primeros.


Subí para arriba y pillé a Isidoro bajando.


Y ya los últimos Víctor y yo



Foto de grupo al completo y para abajo.


Se empieza a bajar por una zona muy empinada y muy resbaladiza, la caída está garantizada.
Hay que engancharse a más de una planta para poder bajar.


A nuestra izquierda vemos los farallones, en donde está el puente de monos, y por donde hemos bajado en el rapel.



Otra fotito, con vistas...¡todos contentos!


Y por el senderillo perfectamente marcado, poco a poco vamos bajando hasta llegar a la altura de las vías del tren. Allí ya bajaremos hasta la pista que ya cogimos esta mañana.


Y a comer los bocatas al kiosko, ya hay hambre, son casi las cuatro de la tarde.

Bonita ferrata, muy completa, ha habido de todo...y una buena compañía.
¡Nos vemos en la próxima, que conociéndonos, seguro que será pronto!