martes, 16 de julio de 2013

Ruta-diario por Albania, Macedonia y Bulgaria (Parte I) Julio/13



Interesante y fantástico viaje el que hemos realizado por estos tres países balcánicos de este rincón desconocido del Este de Europa. Con una duración de 15 días, y en el que hemos recorrido un total de 2800 kilómetros repartidos de la forma siguiente:

Albania: 3 días y 530 km, utilizando como medio de transporte los furgones compartidos.

Macedonia: 3 días y 550 km, utilizando como medio de transporte los minibuses y autobuses.

Bulgaria: 9 días y 1760 km, utilizando como medio de transporte el coche de alquiler.

Antes de empezar con esta ruta diario, aclarar algunos datos interesantes de estos países. A diferencia de lo que muchos puedan pensar, son países en los que se puede mover con seguridad, nosotros en quince días no hemos tenido ninguna situación de inseguridad, todo lo contrario, son gente hospitalaria, humilde, y que siempre están dispuestos a ayudar al viajero. Desde el punto de vista del alojamiento, exceptuando alguna reserva que teníamos realizada desde España, el resto lo hemos conseguido sobre la marcha, y es fácil conseguirlo, aunque muchas veces tienes que entrar en terreno del regateo, o incluso preguntar en varios establecimientos.


                                               Albania

En Albania el mejor sistema para moverse es mediante los furgones compartidos. Son vehículos con capacidad para 8 personas, y que una vez completo parten para su destino. No tienen horario ninguno, y el único problema es que hay que localizar el lugar exacto de donde sale, ya que dependiendo del destino, saldrán de un lugar u otro.


 Lo más que se pude esperar son quince minutos, salen rápidamente. No existen propiamente lo que nosotros conocemos como estación de autobuses. Las carreteras en general están en muy malas condiciones, con muchos baches y estrechas. Los conductores van a gran velocidad, y nos existen prácticamente normas de circulación. Cada uno adelanta cuando quiere, incluso cuando viene uno de frente. Resultan muy económico, por ejemplo en un viaje de 150 km se puede pagar 3 € por persona. En la capital Tirana, los pasos de cebra son simple decoración, raramente paran, y lo que hacen mejor e esquivar a los peatones. Siempre hay que atravesar con muchísima precaución.



Puedes en recorridos cortos hacerlo en taxis, pero siempre tienes que acordar y pactar el precio de antemano o que el taxímetro esté en marcha, si no es así, te puedes llevar sorpresas.

La moneda local es el Lek, y en la fecha Agosto/13 1 €=145 Lek. El horario es igual que en España.



Comer es baratísimo, una comida normal, en la que terminas satisfecho y con bebida incluida puedes pagar unos 2 ó 3 € por persona. Hay mucha variedad sobre todo de ensaladas y carnes a la grill.

Nosotros en Albania pudimos visitar las ciudades de Tirana, Berati (Unesco) y Kruja (ciudad museo).

Para dormir hay mucha variedad de alojamiento. En Tirana son muchos los hoteles existentes, y de muchas categorías, y muchos de ellos resultan extremadamente caros para ese nivel de vida. Por 20 € la habitación doble para dos personas se puede conseguir, es cuestión de preguntar y preguntar en uno y en otro. En Berati ofrecen muchas habitaciones por 10 €/persona.



Macedonia



En Macedonia pudimos visitar la capital de Skopie, Ohrid y su lago (Unesco) y el monasterio de Sveti Naum, en la frontera con Albania. Lo que mejor funciona aquí para moverse son los minibuses (para unas 15-20 personas) con horarios establecidos cada poco tiempo. Exceptuando algún tramo de autovía, las carreteras son estrechas y en mal estado. Los conductores, aunque algo (solo algo) mejor que en Albania adelantan también cuando quieren y a gran velocidad.



Ohrid, es un lugar bello y a la vez muy turístico, con lo que hay mucha variedad de restaurantes y alojamientos de todo tipo. Por 24 €/habitación doble para dos personas se puede conseguir. Hay gente del pueblo que ofrecen habitación por 10 €/persona, aunque hay de todo tipo.

La moneda local es el Denar, y en la fecha Agosto/13 1 €=58 Denares. El horario es igual que en España.

Comer es barato, en buen restaurante y bien harto de comida lo puedes hacer en Ohrid por 6 €. En la capital de Skopie, comiendo donde ellos comen puedes pagar unos 4 €/persona.

La escritura en Macedonia está en cirílico, con lo que salvo que esté en inglés, es difícil, o prácticamente imposible entender. Muchas veces tienes que preguntar y preguntar, y si el inglés no lo hablan, hay que utilizar el idioma oficial del mundo que son los gestos.

Bulgaria


En Bulgaria, que es donde hemos estado más tiempo, lo hemos podido conocer con mucha intensidad, ya que al llevar coche nos hemos podido adentrar en bellos y apartados rincones. A voz de pronto, Bulgaria lo podríamos dividir en varias zonas: Bulgaria del sur, Bulgaria del centro, Bulgaria del norte, Costa del Mar negro y Sofía. Nosotros hemos visitado las zonas marcadas en negrita, y más concretamente las zonas montañosas de los Ródopes occidentales, Ródopes orientales, los Balcanes centrales, Parque Nacional de Rila, Parque Nacional de Pirin, muchos y bellos pueblos declarados como museos al aire libre, los pueblos de montaña musulmanes de los Ródopes, y las ciudades de Sofía, Veliko Turnovo y Plodvic, y como no, varios Monasterio declarados como patrimonio de la humanidad por la Unesco.


En general las carreteras me han sorprendido gratamente, ya que están en muy buen estado. Los conductores son prudentes, y se circula bastante adecuadamente. En Bulgaria, al igual que en Macedonia, la escritura está en cirílico, con lo que cuesta enormemente entenderlo. Muchas veces las indicaciones en la carretera no están en cirílico, con lo que facilita el saber hacia dónde dirigirnos, pero otras veces hay que parar y ver, e intentar releer los signos cirílicos para saber por dónde hay que tirar. Pero por suerte, este es un pueblo amable y dispuesto a ayudar en cualquier momento. Así que cuando alguien te ve dándole vueltas y vueltas al mapa, y mirar una y otra vez a estos extraños signos, se acercan, y no solo intentan ayudarte, sino que en muchas ocasiones (y nos ha sucedido así), cogen su coche y te acompañan hasta la salida de la ciudad o a al lugar exacto al que quieres ir. Muchas veces no hay indicaciones en la carretera, sobre todo cuando te pierdes por carreteras locales, hay que ir muy pendiente.


De hecho nosotros en varias ocasiones hemos tenido que dar la vuelta en más de una carretera, pero todo esto forma parte de la aventura para descubrir un país.


La moneda local es el Leva, y en la fecha Agosto/13 1 €=1,95 leva. El horario es una hora más que en España.

Si coges taxis, siempre tienes que acordar y pactar el precio de antemano o que el taxímetro esté en marcha, si no es así, te puedes llevar sorpresas. Nosotros para trasladarnos al aeropuerto y viceversa siempre lo acordamos de este modo.



Comer es barato, por 5 €/persona uno queda totalmente satisfecho. Ensaladas (muchas, muy variadas y muy ricas), un primer plato, segundo plato, cerveza de ½ litro y café. Esto es la media que nosotros hemos pagado en cada comida. Y desayunar (raramente puedes conseguir un café con leche, siempre expreso), por poco más de 1 € desayunas.

En general la entrada a los distintos monumentos, museos, o lugares donde tienes que pagar para visitarlo rondan los 3 levas (1,5 €), pero en muchos de ellos no se paga nada.

Dormir, exceptuando Sofía y Veliko Turnovo que lo llevábamos reservado desde España. El resto de alojamientos lo hemos ido consiguiendo según llegábamos a nuestro destino, la cantidad media a pagar por noche son unos 40 levas (20 €) para dos personas. Hay de todo tipo, y sobre todo en algunos pueblos museo, las habitaciones de las casas son verdaderas recreaciones de la época.


A continuación detallo la ruta realizada durante los quince días. Pondré el lugar donde pernoctamos, y el precio correspondiente (€) de una habitación doble para dos personas.  Al igual pondré los distintos lugares visitados ese día y los kilómetros parciales realizados.  

   
Día 1. (BULGARIA). Sevilla-Barcelona-Sofía. Llegada a las 4 horas. Dormir en Sofía. Easyhotel (19 €)


Día 2. (MACEDONIA) Sofía-Ohrid (414 km) Dormir Ohrid. Aptos Luccia (30 €).


Día 3. (MACEDONIA) Ohrid. (0 km) Dormir Ohrid. Aptos Luccia (30 €).


Día 4. (MACEDONIA-ALBANIA) Ohrid-Monasterio Sveti Naum-Tirana (180 km). Dormir Tirana. Star hotel (25 €).




Día5.(ALBANIA) Tirana-Berati-Tirana (300 km).Dormir Tirana. Star hotel (25 €).



Día 6. (ALBANIA) Tirana-Kruja-Tirana (50 km) Dormir autobús Tirana-Skopie (Macedonia), salida 21 horas, llegada 6,15. (335 km).


Día 7 (MACEDONIA) Skopie-Sofía (229 km) Dormir en Sofía. Easyhotel (24 €)




Día 8 (BULGARIA) Sofía-Monasterio de Rila-Melnik-Pueblos de montaña: Ródopes occidentales (Leshten-Gorno Dryanovo-Kovachevitsa) (260 km) Dormir en casa en lo más alto del pueblo, casa Kovachevitsa (30 €)




Día 9 (BULGARIA) Ródopes Occidentales: Kovachevitsa-Ocernovo-Dolem-Garganta de Bushnov-Garganta de Trigrad-Shiroka Luka (220 km) Dormir en Shiroka-Luka, hotel Kalina (20 € Desayuno incluido)


Día 10 (BULGARIA) -Shiroka Luka-Monasterio de Bachkovo-Plodvic-Rodopes orientales: Kurdzali. (200 km) Dormir en Kurdzali, Hotel Druvev (18 €)



Día 11 (BULGARIA) Rodopes orientales: Bodas de piedra (Kurdzali.), setas de piedra (Beni Plast), Ruinas de Perperikón (Stremsi)-Parque Nacional Sinite Kamani (Sliven)-Zeravna (300 km) Dormir en Zeravna, casa Bagotno Bpeme (25 € Desayuno incluido)



Día 12 (BULGARIA) Zeravna-Kotel-Albanasi-convento de Sveta Troitsa-Veliko Turnovo (150 km). Dormir en Veliko Turnovo, Minotel Rashev (30 €, con Media Pensión)



Día 13 (BULGARIA) Veliko Turnovo (0 km) Dormir en Veliko Turnovo, Dormir en Minotel Rashev (30 €, con Media Pensión)




Día 14 (BULGARIA) Veliko Turnovo-Monasterio de Dryanovo-cuevas de Bako Kiro-Tryavna-complejo de Etura-Lovec (160 km) Dormir en Lovec, hotel Lovec (22 €)


Día 15 (BULGARIA) Lovec-Monasterio de Glozhene-Koprivshtitsa-Sofia (300 km) (Avión sale a las 4,20)



Día 16 Sofía-Barcelona-Sevilla

Día 1. Sevilla-Barcelona-Sofía.

Desde Sevilla, y con la compañía Vueling, partimos hacia Barcelona a las 18 horas, llegando a nuestro destino a las 19,30 horas. Una vez allí tuvimos que hacer tiempo hasta las 23,55 que sería nuestro siguiente avión hacia Sofía. Quiero recordar que viajar con la compañía Vueling resulta muy económico, pero a cambio hay que tener claro que si no facturamos maletas, como lo hicimos nosotros, y lo llevamos como equipaje de mano, son muy exigente con las medidas y el peso de las maletas o mochilas, ya que el peso máximo será de 10 kg, y las medidas son las que tienen los aparatos donde tienes que encajar dicha maleta y no sobrepasarla en ancho, profundidad, o el alto. Si por cualquier motivo tuvieras que facturarla por exceder de las medidas o el peso tendrás que abonar 40-50 €.

Así que durante tanto tiempo de espera en el aeropuerto, nos dio para releer, y revisar la ruta que llevábamos prevista, y volver a ojear los libros de Bulgaria y Albania que llevábamos con nosotros. ¡Ah!, y las fotocopias de Macedonia que había conseguido de otro viajero incansable “el rincón de Sele”.

Día 2. Sofía (Bulgaria)

Llegamos a Sofía (Bulgaria) a las 4,00 (hora local, una más que en España). Como ya teníamos reservado un hotel, y sabíamos lo que nos podría cobrar un taxista (en esta ocasión no hubo regateo como el año anterior en Rumanía) fuimos a tiro hecho. 18 levas=9 €. Ya en el hotel, nos dio nuestra habitación (19 €/habitación doble). El pequeño habitáculo nos solucionó las pocas horas que pudimos dormir.



Bien digo, habitáculo, muy funcional, muy limpio, pero extremadamente pequeño, prácticamente solo entraba la cama. Y en el baño, igual de pequeño o quizás más, si se te iban unos centímetros los pies de la ducha te metías en el váter, y cuando usabas el lavabo, estabas casi a la vez duchándote y haciendo tus necesidades.




En cualquier caso, para los no exigentes como nosotros, lo recomiendo por su calidad-precio. Te soluciona la papeleta para dormir bien, cómodo y por muy poco dinero.
Al final eran las 5 horas cuando nos fuimos a dormir. A las 9 el despertador suena. Ya lo sé, son pocas horas dormidas, pero es lo que había que hacer.
Lo primero que queríamos y teníamos que plantear era el autobús que salía para Macedonia. Así que le empezamos a preguntar a la chica de recepción, de donde  y a qué hora salían los autobuses o bien para Skopie u Ohrid, que serían nuestro siguiente destino. La chica muy amablemente lo estuvo consultando, y nos dijo que junto a la estación de autobuses había algunas agencias con esos destinos.
 




¡E a!, pues allá vamos, mapa en mano y a orientarnos. Después de preguntar varias veces, por fin dimos con el sitio. Claro, es nuestro primer día en Bulgaria, y la verdad esto de la escritura en cirílico cuesta un poquillo, vale, está bien, no se entiende nada.
Efectivamente junto a la estación de autobuses había otra pequeña estación con nuestros destinos.
 





Sacamos los billetes para Ohrid, a las 19 horas y 21,50 € cada uno.
  



Papeleta solucionada y con los deberes hechos, ya teníamos todo el día para visitar Sofía. Por cierto, entre tanto las maletas la dejamos en recepción. Son las 10,30, así que tenemos todo el día para visitar la capital.

 



Sofía es una ciudad no con los grandes tesoros y encantos que tienen otras grandes capitales europeas. De hecho todo lo que hay que ver está muy concentrado, así que con el día de hoy tendremos suficiente para visitarla. En cualquier caso, para echar un día siempre es recomendable.





El casco histórico se concentra en torno a la catedral de San Aleksandur Nevski. Cubierta por un conjunto de cúpulas doradas, se construyó entre 1882 y 1924, y sin lugar a dudas es el mayor reclamo turístico de Sofía.
 




Las cúpulas son el elemento más llamativo de la iglesia.
 





La cúpula central y el campanario están recubiertos con oro y las demás cúpulas con bronce, por lo que han adquirido una pátina verde
 




En su interior, los seguidores ortodoxos compran las velas a la entrada del templo y las encienden como símbolo de devoción.


Alrededor de ésta se ubican los tenderetes de recuerdos para los turistas.





Muchos de esos venderores nos muestran aquellos pequeños simbolos de la era comunista.
 




Una señora se nos acerca, y nos ofrece algunos suvenir realizado a mano por ella.





Otros intentan mostrarnos cientos de cuadros de iconos con variados y atrayentes colores.
 




Muy cerca de aquí la iglesia rusa, levantada en 1914 para la comunidad rusa de Sofía. Se inspiró en la arquitectura eclesiástica moscovita.
 




El edificio de la presidencia (Prezidentsvo). La entrada principal situada en la calle Lege permanece custodiada día y noche por soldados ataviados con elegantes uniformes rojos y blancos del siglo XIX, chaquetas con trenzados  y cascos emplumados. El cambio de guardia, con un relevo ceremonial con archa incluida, se celebra cada hora a lo largo de todo el día.
 





Los urbanistas del siglo XIX optaron por diseñar  Sofía en forma de cuadrícula para el desarrollo de la ciudad, capital de Bulgaria desde 1879. En la zona oriental del centro se construyó un palacio Real, la sede del parlamento y varios ministerios, que forma un barrio con hermosos edificios.
 




Las construcciones romanas, medievales y otomanas que salpican la Sofía son herencia de su rico pasado.
Las monumentales obras públicas que se construyeron en la época comunista aportan una grandeza melancólica a las plazas y cruces del centro.
 



La principal arteria de la Sofía moderna es el Bulevar Vitosha, una bulliciosa avenida comercial de la que surgen calles residenciales empedradas.





Es mediodía, y estamos situados en la céntrica plaza Plostad kuyaz, en la que hay unos bonitos jardines, y rodeados de majestuosos palacios.
 




Empezamos a buscar algún lugar donde comer, en nuestra guía llevábamos apuntados algunos, más o menos típicos, pero queríamos saber si había algo más por la zona. Así que empezamos a preguntar y preguntar, con más o menos suerte en inglés, o medio en búlgaro o con algo de gestos. Tras media hora intensa de investigación, por fin nos enviaron a un encantador restaurante típico búlgaro.
 




Estamos en la Mexana Izbite. Decorado con todo los artilugios del país nos dimos una buena comilona a la búlgara por solo 5 € cada uno.
 




Un cafelito tranquilo en un bar de la zona, y después a seguir pateando la ciudad.

Nos fuimos hacia donde había un pequeño mercado, y aprovechamos para comprar algo de bocatas y frutas, ya que esta noche nos tocará comer en el autobús que nos llevará hasta Ohrid, en Macedonia
 




En frente del mercado mucho bullicio de gente que van y vienen de un lado para otro. Como había una mezquita, e respiraba un cierto ambiente musulmán en algunas zonas.

 






Ya por la tarde, nos dirigimos hacia nuestro hotel para recoger las maletas e irnos a la estación, pero sin antes seguir observando infinidad de detalles de esta interesante ciudad.

Nos llamó la atención, el kiosco de chuches, donde se vendía de casi todo, pero lo que más nos chocó fue el escaparate de braguitas de colorines relucientes, con un azul descascarillado del fondo de las paredes del kiosco.
 




Una visita a la capital búlgara siempre está bien, con ocho o nueve horas de recorrido intenso la tenemos visitada.

¿Quién va a venir a Bulgaria, y no visitar su capital?

Son las 18,30, y nos dirigimos hacia la salida de nuestro autobús. Ya teníamos controlado de donde salía, con lo que al poco de llegar ya nos acoplamos en el autobús. Con muy pocos pasajeros (unos 9), y dos conductores, para el relevo.



CONTINUA en Parte II

http://antonio-bueno-todosmisviajes.blogspot.com.es/2013/08/ruta-diario-albania-macedeonia-bulgaria.html



sábado, 29 de junio de 2013

Subidas a los techos de España (Diciembre/12)



(291 páginas)

A continuación la parte introductoria del libro.

Introducción



Todos los que me conocen, saben que soy una persona inquieta, y siempre me ronda algún proyecto en la cabeza, sobre todo si está relacionado con el mundo del viajar. Intento no visitar, lugares que ya he visitado, salvo que haya pasado ya algunos años. Sencillamente, porque siempre pienso, “hay tantos lugares por descubrir”, que no puedo perder el tiempo en repetir los mismos destinos.



Ya desde hace muchos años me ha gustado hacer rutas de montañas. Siendo mis hijos pequeños, muchas excursiones hemos pateado, sobre todo por los Pirineos. Pero entonces subíamos para alcanzar los ibones Aragoneses y los estannys catalanes, y nunca pensábamos en su cumbre.

Hacía tiempo que seguía los pasos de un club de senderismo y montañismo (Señal y Camino) de la localidad de Dos Hermanas, pero por motivos personales no me pude apuntar. Ya en noviembre del 2006 entré en el club y cuando el 3/12/06 subí mi primer techo andaluz (el Torreón, Cádiz), no pensé que se convertiría en una obsesión, y en un objetivo prioritario en los siguientes años.



Cada verano, cada puente, y cualquier otra fecha en el que teníamos varios días libres, planeábamos seguir consiguiendo techos provinciales.

El 21/7/12 di por concluido este proyecto, cuando subí a mi último techo (El Masanella, Baleares). Han sido casi seis años intensos, recorriendo la geografía española, donde hemos podido descubrir bellos rincones, bellos pueblos, y montañas espectaculares.



Cada provincia tiene su cumbre más alta, pero hay algunas que tienen el mismo techo común, como: Madrid-Segovia (con el Peñalara), Orense-Zamora (con el Peña Trevinca), Zaragoza-Soria (con el Moncayo), León-Asturias (con el Torre de Cerredo), Vizcaya-Álava (con el Gorbeia). En este caso, a los techos comunes los he intentado subir por las dos vertientes provinciales, o en su defecto, subir al subtecho provincial más importante.





¿Por qué subir a los 50 techos de España?


Una buena pregunta para muchos, y un inquietante reto para otros. Subir a los 50 techos de España no es más que un proyecto, una meta, una ilusión; tan válida como recorrer los desiertos de España, o jugar al golf en cada uno de los campos de Europa, o tomar tapas en los bares más antiguos de España, o recorrer la costa de punta a punta, o simplemente estar tumbado en un sofá durante horas y horas. Los proyectos son personales, y por lo tanto cada proyecto es positivo para cada persona de forma individual. Lo importante es eso, tener proyecciones en lo que uno quiere, puede y le gusta hacer.


He aquí un proyecto, subir a los 50 techos provinciales. ¿Estos son los más impresionantes?, ¿Son las cumbres más bellas? ¿Son las rutas con mayor dificultad? Por supuesto que no, hay montañas que sin ser techos, son más fascinantes, más enriquecedoras y más placenteras.

Pero al igual que subir los catorce ocho miles, no quiere decir que sean los más difíciles, simplemente es eso, un proyecto.


Subir a los 50 techos de España, es una forma más de viajar, conoces muchos rincones de España, que sin este proyecto seguro que nunca lo hubieras visitado. Hay montañas espectaculares, rutas mágicas, pueblos encantadores, y un sinfín de anécdotas y de recuerdos.

Rutas cortas algunas, otras, muy exigente, pero cada una con su propia historia. Lluvia, nieve, tormentas, granizo, sed, fatiga, cansancio, perdidos, noche, vértigo…….Peligro. Todas estas palabras y muchas más, traen una infinidad de recuerdos. Momentos mágicos, irrepetibles, que de vez en cuando me vienen a la mente y me hacen soñar.



…..Y qué decir de los compañeros de fatiga, todos a una, todos en una piña hacia el mismo proyecto. Agradable compañía, excelentes personas, viajeros y montañeros. A veces con unos, otras con otros, pero siempre con el mismo objetivo: coronar y disfrutar. Y si algo falla, o hay adversidades, ahí estamos todos, respondiendo al unísono.

Da igual que sean techos, o montañas sin ser techos. Subir a una cumbre te trae muchas sensaciones: Ilusión al principio, cansancio y fatiga en su ecuador y disfrute y gozo en su cúspide. Pero sobre todo aprender, y dejar que te enseñen….…y después pensar, reflexionar y soñar.


Impreso en Diciembre del año 2012

Para mis hijos, Rubén y Ariadna